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Caracterizan la Actividad Antimicrobiana de los Extractos de las Hojas del Tamarindo en Cuba

  • AUTOR : Escalona-Arranz J
  • TITULO ORIGINAL : Antimicrobial Activity of Extracts From Tamarindus Indica L. Leaves
  • CITA : Pharmacognosy Magazine 6(23):242-247, Jul 2010
  • MICRO : Los datos experimentales indican que algunos componentes encontrados en los aceites esenciales derivados de las hojas del tamarindo pueden ser responsables de la actividad antimicrobiana. Otros compuestos como los fenoles parecen tener actividad antimicrobiana frente a ciertos microorganismos.

Introducción

El tamarindo (Tamarindus indica L.) se utiliza desde hace siglos como planta medicinal, especialmente el fruto. Las hojas demostraron tener actividad hepatoprotectora por la presencia de compuestos polihidroxilados, la mayoría flavonoides. En diversas zonas de Latinoamérica como México, Puerto Rico y Trinidad y Tobago y en otros continentes como Asia y Africa se utilizan ampliamente las hojas del tamarindo debido a sus efectos antimicrobianos, antifúngicos y antisépticos. Las diferentes condiciones climáticas y del suelo pueden modificar cualitativamente y cuantitativamente la composición química de la planta y sus propiedades farmacológicas. Los aceites esenciales provenientes de las hojas constituyen los metabolitos principales de la planta responsables de la actividad antiséptica y antimicrobiana; el más significativo de estos es el aceite de tomillo. Las hojas también tienen buenos niveles de proteínas, grasas, fibras y vitaminas como tiamina, riboflavina, niacina, ácido ascórbico y beta carotenos. Los flavonoides y otros polifenoles son metabolitos que también se encuentran en las hojas del tamarindo, con propiedades antimicrobianas. El objetivo de esta investigación, realizada en Cuba, fue encontrar una razón fitoquímica y microbiológica que explique la poca aplicación medicinal en ese país de las hojas del tamarindo.

Materiales y métodos

Las hojas de tamarindo se recolectaron de la población de tamarindos de Santiago de Cuba. Para preparar los extractos medicinales acuosos se utilizó un método tradicional, la decocción. Se utilizaron las hojas frescas y secadas al sol. Las dosis empleadas fueron 10 g de fármaco en 100 ml de agua destilada, como se describe en las farmacopeas, y un extracto más concentrado, con una dosis de 30 g en 100 ml de agua destilada. Los extractos líquidos se prepararon con el método de percolación con etanol al 30% y al 70%. Los extractos líquidos se obtuvieron de 30 g de polvo de hojas secadas al sol y se concentraron con temperaturas inferiores a 50ºC. Para obtener el aceite esencial, se recolectaron 200 g de hojas frescas que se sometieron a hidrodestilación inmediatamente por 2 horas. Se agregó n-hexano puro para evitar la pérdida de los aceites esenciales más polares en el agua.

Para la caracterización fitoquímica de los extractos acuosos y líquidos se realizó la cuantificación espectrofotométrica del contenido total de fenoles y flavonoides en todas las decocciones y extractos líquidos. Los aceites esenciales se caracterizaron por cromatografía de gases/espectrometría de masa (GC/MS). Se evaluó la actividad microbiológica contra Bacillus subtilis, Enterococcus faecalis, Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Salmonella typhimurium, Pseudomona aeruginosa y Candida albicans.

En cuanto a la metodología estadística, se realizó un análisis de regresión lineal para establecer una curva de calibración para la cuantificación de los metabolitos y análisis de varianza (ANOVA) para determinar las diferencias entre los extractos en cuanto al contenido total de fenol y flavonoides. Se consideró significativo un valor de p < 0.05.

Resultados

En los extractos acuosos, las decocciones de hojas frescas mostraron concentraciones más altas de fenoles e inferiores de flavonoides en comparación con las decocciones de hojas desecadas que mostraron lo opuesto. Se encontraron diferencias con significación estadística superior al 95% entre los extractos acuosos (hojas frescas o desecadas al sol), solamente para el contenido total de fenoles. En cuanto a los extractos líquidos, se encontraron diferencias estadísticamente significativas superiores al 95% entre las concentraciones al 30% y al 70% de etanol, tanto en el contenido total de fenol como de flavonoides. El extracto líquido con etanol al 70% mostró las concentraciones más elevadas de fenoles y flavonoides. Con respecto a los aceites esenciales, se caracterizaron 13, de los cuales el benzilbenzoato fue el principal constituyente (40.9%), seguido del limoneno y el hexadecanol.

Todos los microorganismos considerados fueron sensibles al menos a uno de los extractos evaluados. Los extractos acuosos simples fueron activos contra pocos microorganismos, mientras que el aceite esencial de T.indica L. y los extractos líquidos presentaron un amplio espectro de actividad antimicrobiana. B. subtilis fue el microorganismo más sensible a los extractos de tamarindo en todas sus variedades, mientras que P. aeruginosa y C. albicans fueron los más resistentes. Los datos experimentales indican que los fenoles parecen ser los compuestos activos contra B. subtilis.

Discusión y conclusión

Recuerdan los autores, que desde el punto de vista químico, las hojas del tamarindo se consideran una fuente importante de polifenoles y sus derivados, aun cuando los solventes y los métodos empleados para su extracción no son los ideales, en especial para los flavonoides. En cuanto a los aceites esenciales, el constituyente principal -benzilbenzoato- no se reconoce como un agente con buena actividad antimicrobiana, mientras que el nerol y el linalol son reconocidos por su actividad antimicrobiana, pero se encuentran en bajas concentraciones. La actividad antimicrobiana del aceite esencial puro fue mayor que la verificada con los extractos acuosos o hidralcohólicos y similar a la del aceite de tomillo (referencia). B. subtilis fue la bacteria más sensible contra los extractos de tamarindo en todas sus variedades, mientras que P. aeruginosa y C. albicans fueron los más resistentes. P. aeruginosa fue resistente incluso contra la sustancia de referencia, el aceite de tomillo. No obstante, todos los microorganismos considerados fueron sensibles al menos a uno de los extractos evaluados, lo que demuestra el amplio espectro de los metabolitos de las hojas del tamarindo.

En investigaciones previas se señaló que los extractos acuosos e hidralcohólicos fueron más eficaces contra las bacterias grampositivas con respecto a las gramnegativas. Los aceites esenciales del tamarindo mostraron una inhibición aceptable de E. coli, atribuida a la actividad del limoneno. Otros aceites esenciales de las hojas del tamarindo como el linalol y el nerol también demostraron actividad frente a E. coli y otros agentes patógenos, pero no frente a P. aeruginosa.

Con la decocción de hojas frescas se observó una concentración mayor de polifenoles, en comparación con la decocción de hojas desecadas al sol, y similar a la de los extractos líquidos, aunque el espectro antimicrobiano fue peor con respecto a estos últimos. Las decocciones tuvieron concentraciones similares de flavonoides y no hubo diferencias en el espectro antimicrobiano. Tampoco, hubo diferencias en este sentido con ambos extractos líquidos, aunque tuviesen diferente concentración de flavonoides. La menor actividad antimicrobiana en las decocciones de hojas frescas puede relacionarse con las muy bajas concentraciones de aceites esenciales, si bien las decocciones son el método más popular de preparación.

Los autores declaran que con los datos experimentales obtenidos no son capaces de afirmar que los flavonoides o los polifenoles son los compuestos responsables del espectro antimicrobiano del tamarindo, como se informara previamente. Por el contrario, los aceites esenciales del tamarindo constituyen buenos agentes antimicrobianos, pero sus bajas concentraciones en las condiciones climáticas cubanas no favorecen su presencia en las preparaciones acuosas.

En conclusión, los datos experimentales indican que algunos componentes encontrados en los aceites esenciales derivados de las hojas del tamarindo pueden ser responsables de la actividad antimicrobiana de esta planta. Las condiciones climáticas de Cuba provocan bajas concentraciones de los compuestos principales en los extractos del tamarindo, hecho que puede explicar su poco uso en la isla. No obstante, otros compuestos como los fenoles parecen tener actividad antimicrobiana frente a ciertos microorganismos.

Especialidad: Bibliografía - Farmacología - Infectología

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