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Comparación de 3 Mediciones Antropométricas para Estimar el Tejido Adiposo Abdominal Visceral y el Riesgo Cardiovascular Asociado
- AUTOR: Pouliot M, Desprès J, Lupien P y colaboradores
- TITULO ORIGINAL: Waist Circumference and Abdominal Sagittal Diameter: Best Simple Anthropometric Indexes of Abdominal Visceral Adipose Tissue Accumulation and Related Cardiovascular Risk in Men and Women
- CITA: American Journal of Cardiology 73(7):460-468, Mar 1994
- MICRO: La circunferencia de la cintura y el diámetro sagital abdominal -más que la relación cintura-cadera- deberían emplearse como índices de depósito de tejido adiposo abdominal visceral y para la evaluación del riesgo cardiovascular.
Introducción
La acumulación de tejido adiposo con predominio de la región abdominal confiere mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y muerte prematura. Este aumento del riesgo CV se explica, al menos en parte, por las alteraciones metabólicas asociadas con la obesidad abdominal. En sujetos con depósito excesivo de tejido adiposo abdominal se han descrito trastornos en el metabolismo de las lipoproteínas y en la homeostasis de insulina y glucosa plasmáticas, factores de riesgo para aterosclerosis. En la década del 90, la relación cintura-cadera (RCC) era el índice de distribución de tejido adiposo regional empleado más ampliamente y la mejor tecnología disponible para su evaluación era la tomografía computarizada (TAC). Esta última técnica permitió demostrar que la cantidad de tejido adiposo visceral (TAV) abdominal representa el mejor correlato de los trastornos asociados con la obesidad abdominal. El empleo de la TAC se limita a la investigación. Como la RCC demostró asociarse -aunque en forma moderada- con la cantidad de TAV, ha sido ampliamente utilizada para investigar las relaciones entre la distribución regional del tejido adiposo y el perfil metabólico. No obstante, algunos estudios han demostrado que la circunferencia de la cintura (CC) se correlaciona más estrechamente con la cantidad de TAV que la RCC. Además, se ha propuesto que el diámetro sagital abdominal (DSA) también podría ser un buen correlato antropométrico de la acumulación de grasa visceral.
Los autores realizaron un estudio para identificar, en una cohorte de mujeres y hombres sanos, el mejor parámetro antropométrico de acumulación de TAV y de factores de riesgo CV asociados.
Métodos
Los participantes fueron 70 mujeres y 81 hombres que, además de intolerancia a la glucosa y alteraciones de la concentración y composición de lipoproteínas, se encontraban libres de enfermedades metabólicas como ECV, diabetes o hipercolesterolemia. Todas las mujeres se ubicaban en etapa premenopáusica y sus mediciones se obtuvieron durante la fase folicular, entre los días 5 y 12 de su ciclo menstrual.
La densidad corporal fue medida mediante la técnica de pesaje hidrostático y el promedio de 6 mediciones fue utilizado para estimar el porcentaje de grasa corporal de la densidad mediante la ecuación de Siri. Los investigadores también midieron la CC y la circunferencia de la cadera. Los participantes fueron examinados mediante TAC a nivel abdominal entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar para determinar áreas de tejido adiposo total, visceral, subcutáneo y DSA. También se tomaron muestras de sangre luego de 12 horas de ayuno nocturno para determinaciones de colesterol total, asociado a lipoproteínas de alta y baja densidad y triglicéridos. Además, se realizó una prueba por vía oral de tolerancia a la glucosa.
Resultados
Los valores promedio del índice de masa corporal (IMC) y el porcentaje de grasa corporal mostraron que las mujeres eran más obesas que los hombres. Las variables morfológicas (IMC, masa grasa, CC, RCC, DSA y área de tejido adiposo abdominal total, visceral y subcutáneo) de mujeres y hombres mostraron fuerte interrelación significativa, lo que no sorprende dada la colinealidad entre estas variables.
Los investigadores observaron una fuerte asociación entre CC y masa grasa corporal. Para una masa grasa corporal dada, los hombres presentaron mayor CC que las mujeres. Por el contrario, las mujeres mostraron mayor masa grasa corporal que los hombres para una CC dada. Por otra parte, para determinada CC, los hombres y mujeres tuvieron niveles similares de TAV. Se obtuvieron resultados similares con el DSA. Sin embargo, al contrario de las observaciones con la CC, las pendientes de las líneas de regresión del DSA frente al área de TAV resultaron significativamente diferentes entre los sexos.
La RCC mostró una correlación menos marcada con la masa grasa corporal total y con las áreas de tejido adiposo abdominal visceral y subcutáneo que la CC y el DSA. Para un valor dado de RCC se observó variación interindividual sustancial respecto de la masa grasa corporal total y de las áreas de TAV abdominal y subcutáneo. Esta amplia variación interindividual fue particularmente evidente en mujeres, dado que algunas participantes delgadas y obesas mostraron valores de RCC similares. Asimismo, algunos sujetos con niveles muy bajos y muy altos de TAV abdominal presentaron valores similares de RCC. Por último, para una RCC dada, en general hombres y mujeres mostraron diferente cantidad de tejido adiposo abdominal subcutáneo.
En las mujeres, la CC y el DSA mostraron tendencia a tener relación más estrecha con las variables metabólicas que la RCC, pero estas diferencias no se verificaron en los hombres. En las mujeres, los valores crecientes de CC o DSA parecieron tener relación más estrecha con el incremento de los niveles de insulina en ayunas y posglucosa que los valores crecientes de RCC.
De acuerdo con los datos obtenidos en el presente estudio, los valores de CC > 100 cm, de DSA > 25 cm y de RCC > 0.80 en mujeres y 1 en hombres parecen asociarse con trastornos del metabolismo de las lipoproteínas y de la homeostasis de insulina y glucosa en plasma.
Discusión
Las diferencias entre sexos observadas en el presente estudio concuerdan con el dimorfismo sexual respecto de la distribución regional de tejido adiposo. A pesar de que las mujeres fueron sustancialmente más obesas como grupo en comparación con los hombres, estos últimos presentaron significativamente mayor CC y RCC, de acuerdo con una mayor propensión de los hombres a acumular exceso de grasa en la región abdominal. A pesar de que presentaron menor área media de tejido adiposo abdominal total, los hombres tendieron a niveles superiores de TAV abdominal.
Los estudios con TAC han aportado pruebas de que la cantidad de TAV es un correlato importante de los trastornos metabólicos asociados con la obesidad abdominal. Esto originó la necesidad de índices antropométricos simples que aportaran una estimación de la cantidad de este tejido adiposo potencialmente aterogénico. La RCC ha mostrado tener correlación, aunque moderada, con la acumulación de TAV. Sin embargo, el presente y otros estudios han demostrado que la CC presenta correlación más estrecha con el nivel de TAV que la RCC. No obstante, se ha sugerido que el DSA podría ser el mejor índice de acumulación de grasa visceral.
En el presente estudio, los autores compararon la CC, el DSA y la RCC respecto de sus relaciones con la masa grasa corporal total. La CC y el DSA presentaron una fuerte asociación con la masa grasa corporal total en ambos sexos. La asociación entre RCC y masa grasa corporal total resultó sustancialmente más débil. La CC y el DSA son indicativos de adiposidad total; sin embargo, a pesar de la menor adiposidad total, los hombres presentaron mayor CC que las mujeres, lo que sugiere que este parámetro pudo discriminar a aquellos con acumulación de tejido adiposo con predominio abdominal. Al contrario de la CC y el DSA, la RCC es un índice de distribución regional de tejido adiposo que, en parte, es independiente de la adiposidad total. De acuerdo con esto, los resultados de este estudio demuestran que, especialmente en las mujeres, aquellas delgadas y obesas pueden tener valores similares de RCC.
La CC y el DSA presentaron una fuerte asociación con el nivel de TAV en ambos sexos. Los hombres y las mujeres mostraron niveles similares de TAV para una CC o DSA dados. La RCC presentó una relación menos estrecha con el nivel de TAV que la CC y el DSA, y se observaron grandes variaciones en el área de TAV para un valor dado de RCC. Esto sugiere que la CC y el DSA pueden ser superiores a la RCC para estimar la cantidad de TAV abdominal en ambos sexos. Además, los resultados del presente estudio mostraron que la mayor parte de la variación de la CC y el DSA puede explicarse por modificaciones en la masa grasa corporal y en las áreas de TAV y subcutáneo, mientras que la menor proporción de la varianza en la RCC puede manifestarse por estas variables. La CC y el DSA parecieron más estrechamente asociados con las variables metabólicas que la RCC; por lo tanto, estos resultados muestran que de emplear una sola medición antropométrica para estimar la cantidad de TAV y el perfil de riesgo CV asociado, la CC o el DSA deben preferirse sobre la RCC. Los datos del presente estudio sugieren que la CC y la RCC aportan información diferente: la CC determina el grado de obesidad abdominal, que parece relacionarse estrechamente con la acumulación adiposa abdominal visceral, mientras que la RCC determina la distribución regional del tejido adiposo, que es relativamente independiente al grado de obesidad y parece menos estrechamente relacionada con la cantidad de TAV.
Los autores concluyen señalando que la CC o el DSA -más que la RCC- deberían emplearse como índices de depósito de TAV abdominal y para la evaluación del riesgo cardiovascular. Los valores de CC > 100 cm y de DSA > 25 cm parecen asociarse con trastornos metabólicos potencialmente aterogénicos.
Especialidad: Bibliografía - Cardiología