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Comprueban Asociaciones entre la Presión del Pulso y la Ingesta de Ácidos Grasos Monoinsaturados en Pacientes Diabéticos

  • AUTOR : Vaccaro J, Huffman F
  • TITULO ORIGINAL : Monounsaturated fatty Acid, Carbohydrate Intake, and Diabetes Status are Associated with Arterial Pulse Pressure
  • CITA : Nutrition Journal 10(1):126-126, 0
  • MICRO : La ingesta elevada de hidratos de carbono y ácidos grasos monoinsaturados parece relacionarse con una menor presión del pulso, la cual se define como un marcador indirecto de la salud de las paredes arteriales.

Introducción

La prevalencia de diabetes y sus repercusiones se ha incrementado en todo el mundo. La enfermedad cardiovascular es la complicación más deletérea y prevalente de la diabetes. En estos pacientes, las tasas de mortalidad son 2 a 4 veces mayores para las cardiopatías y 2.8 veces más elevadas para los accidentes cerebrovasculares, cuando se las compara con los índices de los sujetos sin diabetes.

En todos los individuos diabéticos se describe la presencia de rigidez arterial. La pérdida de resiliencia de la pared vascular se atribuye a cambios estructurales, celulares y hormonales. La asociación entre diabetes y enfermedad cardiovascular podría atribuirse a los procesos patológicos del endotelio a nivel microvascular, los cuales conducen a la rigidez arterial. Esta alteración reduce la capacidad de las arterias de expandirse y regresar a su tamaño normal; las consecuencias incluyen un incremento progresivo de la presión arterial sistólica con reducción de la presión arterial diastólica. La presión del pulso (PP), definida como la diferencia entre ambos parámetros, es un indicador de mayor rigidez arterial y se ha vinculado con la morbimortalidad de causa cardiovascular. Por consiguiente, la determinación de la PP puede resultar de interés para los estudios epidemiológicos y clínicos, así como para la salud pública.

Dado que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de mortalidad, los factores de riesgo (edad, obesidad, hipertensión, dislipidemia, tabaquismo) se han correlacionado con mayor rigidez arterial y disfunción endotelial. Así, se presume que la PP constituiría un método factible para la pesquisa de la función endotelial y la salud vascular en ensayos epidemiológicos.

No obstante, no se ha definido el papel de la dieta sobre los valores de la PP. Se observa que la distribución de macronutrientes recomendada por la American Diabetes Association para los pacientes diabéticos no ha sido fundamentada en forma sistemática por la bibliografía. En distintos estudios se ha advertido que la composición de la dieta (hidratos de carbono, ácidos grasos monoinsaturados [AGMI]) tiene efectos sobre la presión arterial de los adultos normotensos e hipertensos.

En el presente análisis, los autores describen los resultados de la evaluación de la PP y su asociación con la proporción de macronutrientes en una cohorte multiétnica de participantes.

Pacientes y métodos

Se llevó a cabo un análisis secundario transversal de la base de datos del National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) 2007-2008. Se eligieron a los participantes de al menos 21 años con diabetes (n = 622) o sin ella (n = 4 144), pertenecientes a tres grupos étnicos con suficiente cantidad de pacientes para efectuar comparaciones múltiples (estadounidenses de origen mexicano [MX], afroamericanos no hispanos [AF] y blancos no hispanos [BL]). Se dispuso de datos antropométricos, nutricionales y bioquímicos de acceso público.

El NHANES consistió en una evaluación estratificada de la población civil ambulatoria de Estados Unidos. Se efectuó a los participantes un examen físico en unidades móviles con un entorno estandarizado. Se indagó el antecedente de diabetes definido por un profesional de la salud. El consumo de AGMI y de ácidos grasos saturados se estimó a partir de la dieta.

La PP se consideró como la variable dependiente del presente análisis y se obtuvo mediante la diferencia entre las primeras lecturas de la presión sistólica y la presión diastólica en todos los participantes. Toda la información reunida se procesó con pruebas estadísticas específicas y se definió como significativo un valor de p < 0.05.

Resultados

Los autores manifiestan la presencia de diferencias étnicas significativas en la PP, la edad, la prevalencia de diabetes, el tabaquismo y la ingesta de fibras y grasas saturadas. El consumo de hidratos de carbono y de AGMI no difería entre los distintos subgrupos. Se advirtió que los pacientes AF presentaban una mayor proporción de casos de diabetes.

Tanto la raza como la diabetes fueron factores predictivos independientes de la PP, pese al ajuste estadístico por la edad, el sexo, el índice de masa corporal, las calorías consumidas y el tabaquismo. En un modelo estratificado en función del contenido de proteínas, lípidos e hidratos de carbono de la dieta, el contenido de AGMI e hidratos de carbono interactuaban con la diabetes para determinar el valor de la PP como variable dependiente. Asimismo, en un análisis de regresión reducida, la interacción de la diabetes y el grupo racial fue significativa para la PP. Mientras que los participantes AF con diabetes se caracterizaban por un menor valor de PP en comparación con los sujetos diabéticos BL (p = 0.003), no se reconocieron diferencias significativas al comparar a los individuos con diabetes de los grupos MX y BL.

Se agrega que el efecto estadístico del contenido de hidratos de carbono y AGMI de la dieta se modificó en función de la presencia o ausencia de diabetes para definir una asociación con la PP. En este modelo, el diagnóstico de diabetes y una reducción del consumo de hidratos de carbono se correlacionó con una mayor PP, pese al ajuste estadístico por la ingesta de fibras, las calorías, la raza, el índice de masa corporal, el tabaquismo, el sexo y la edad (p = 0.001). De igual modo, la presencia de diabetes y la disminución del consumo de AGMI se correlacionaron con un mayor valor de PP (p = 0.011).

Discusión

Los investigadores señalan que la meta de este análisis consistió en evaluar el papel de la PP como un indicador no invasivo de la salud arterial, así como su relación con la dieta en individuos diabéticos y no diabéticos. En la bibliografía previa, se ha señalado que la mayor ingesta de proteínas y la reducción del consumo de hidratos de carbono se asocian con un efecto favorable sobre la presión arterial. Sin embargo, se describen resultados contradictorios acerca de la proporción de hidratos de carbono y su relación con el consumo de calorías en pacientes con diabetes. Asimismo, no se dispone de estudios acerca de la relación entre la ingesta de AGMI y la presión arterial o la PP.

En el presente modelo, los autores advirtieron diferencias en el valor de la PP en función de la presencia de diabetes y el consumo de AGMI e hidratos de carbono. La menor ingesta de ambos nutrientes se correlacionó con un incremento de la PP en forma independiente del grupo racial en los sujetos diabéticos, en comparación con aquellos participantes sin diabetes. Los efectos de los ácidos grasos saturados sobre la enfermedad cardiovascular han sido documentados en la bibliografía; los ácidos grasos trans se consideran un factor de riesgo cardiovascular. Estas moléculas se encuentran presentes en margarinas, productos de panadería y alimentos fritos, entre otros, y se originan en la transformación del 40% a 60% de los dobles enlaces insaturados cis. Los ácidos grasos trans alteran el perfil lipídico y parecen inducir disfunción endotelial. En el presente modelo, la ingestión de ácidos grasos poliinsaturados no se asoció con los AGMI y la PP, en coincidencia con un estudio de seguimiento a largo plazo de 45 722 pacientes con enfermedad coronaria. En ese ensayo, los investigadores habían concluido que el consumo de AGMI y la cardiopatía isquémica eran independientes de la ingestión de ácidos grasos poliinsaturados. Además, en un metanálisis previo de diez estudios, las dietas con alto contenido en hidratos de carbono y baja proporción de AGMI se correlacionaron con un incremento de la presión sistólica; sin embargo, en ese metanálisis no se estratificó a los participantes en función del antecedente de diabetes. En otros protocolos, el incremento de la proporción de proteínas y la disminución de la cantidad de hidratos de carbono de la dieta se asociaron con un mejor control de la glucemia y la presión arterial, así como con la reducción de peso corporal, en sujetos con diabetes. Los planes nutricionales isocalóricos que estimulan el mantenimiento del peso, en contraposición a la pérdida ponderal, podrían ser mejores indicadores del consumo de macronutrientes y de la salud arterial.

Solo se han efectuado pocos estudios acerca del tipo de lípidos consumidos por pacientes diabéticos. En este contexto, se admiten que los mecanismos de acción de los AGMI sobre la presión y la salud arterial no se conocen por completo. En estudios previos se ha sugerido que los AGMI incluidos en el aceite de oliva podrían ejercer efectos protectores sobre la función endotelial en los pacientes con diabetes tipo 2. Tanto el aceite de oliva como el ácido contienen polifenoles en diferentes proporciones y variantes que podrían desempeñar un papel adicional en la estimulación de la función endotelial, mediante la promoción de la síntesis de óxido nítrico y la inhibición de las moléculas de adhesión celular. Así, una de las causas de los resultados contradictorios acerca del consumo de AGMI y los cambios en la presión arterial parece vincularse con las variaciones en el tipo de ácido graso evaluado.

Conclusiones

Los investigadores aseguran que este análisis constituye el primer estudio en el cual se demostraron las asociaciones entre la PP y el consumo de hidratos de carbono y AGMI, en relación con la presencia de diabetes y el grupo étnico. La rigidez arterial se considera un biomarcador de enfermedad cardiovascular que se vincula con complicaciones de la diabetes. En este modelo, se postula que el equilibrio entre los macronutrientes en términos de la salud arterial puede diferir en función de la raza y la presencia de diabetes. Tanto los participantes MX como los AF se caracterizaron por una mayor PP que los pacientes BL, pese al ajuste estadístico por la edad y el tabaquismo. Se verificó una relación inversa entre el consumo de AGMI y la PP en los pacientes afroamericanos diabéticos; se destaca que este subgrupo de participantes presentan una mayor proporción de complicaciones de la hipertensión arterial y de la diabetes.

Los autores concluyen que la identificación de la participación de los macronutrientes en la salud arterial de los pacientes diabéticos podría ser útil para definir estrategias de prevención fundamentadas en modificaciones de la dieta.

Ref : CARDIO.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología

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