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Consecuencias Psicológicas en la Víctimas de los Accidentes Automovilísticos Graves

  • AUTOR : Fernandes Pires T, da Costa Maia A
  • TITULO ORIGINAL : Posttraumatic Stress Disorder Among Victims of Serious Motor Vehicle Accidents: An Analysis of Predictors
  • CITA : Revista de Psiquiatria Clínica 40(6):211-214, 2013
  • MICRO : Los sujetos involucrados en accidentes automovilísticos graves pueden presentar consecuencias psicológicas inmediatamente y en el mediano y largo plazo, como consecuencia de la experiencia vivida.

Introducción

Los accidentes de tránsito tienen el potencial de afectar a la población en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud señala que son una de las principales causas de muerte en las personas menores de 24 años. Se estima que anualmente mueren 1.2 millones de personas a causa de las lesiones sufridas por accidentes automovilísticos.

En Brasil, los accidentes automovilísticos son la octava causa de muerte, en particular entre las personas de 20 a 39 años. Cuando no son mortales, pueden originar una variedad de efectos negativos, como lesiones físicas, cambios en el funcionamiento familiar, el desempeño profesional y en las relaciones sociales de los afectados.

Los costos derivados de las consecuencias jurídicas y económicas también son importantes. Además del impacto de las lesiones por vehículos motorizados en la salud física, se presentan consecuencias sobre la salud mental de las víctimas, en particular los resultantes de la disociación peritraumática, el trastorno de estrés agudo (TEA) y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

La disociación peritraumática se caracteriza por distorsiones en las percepciones temporal, corporal y espacial, durante e inmediatamente después de la exposición a un evento traumático. Diferentes estudios señalan que tiene una frecuencia entre 34% y 57% entre las víctimas de accidentes automovilísticos. Los estudios disponibles aún no permiten evaluar la capacidad de predicción de la disociación peritraumática en el desarrollo del TEPT.

El TEA es una respuesta inmediata a un evento traumático. Se lo define por la presencia de tres o más síntomas disociativos y síntomas de reexperimentación, evitación y activación. Los síntomas deben persistir durante un mínimo de dos días a cuatro semanas después de la exposición traumática. Se encontró que, entre las personas con síntomas iniciales de TEA, la probabilidad de sufrir TEPT de tres a seis meses después del accidente aumentaba 20 veces. Otra investigación mostró que el TEA explicaba el 33% de la varianza en la aparición de TEPT meses después de un accidente.

El TEPT puede presentarse luego de lesiones físicas o amenazas a la integridad del afectado u otros individuos. El diagnóstico requiere la presencia de uno o más síntomas de reexperimentación, tres o más síntomas de evitación y dos o más síntomas de activación. El TEPT persiste más de un mes después del evento traumático.

La prevalencia del trastorno de estrés postraumático en víctimas de accidentes automovilísticos varía. Durante los primeros meses después de un accidente, las tasas informadas de TEPT se encuentran entre el 16% y el 41%. Los datos de algunas evaluaciones realizadas muestran que las tasas de TEPT al año del evento traumático varían entre 2% y el 30% y, dos años más tarde, son de, aproximadamente, el 20%.

El género es una variable considerada como un factor predictivo potencial de trastorno psicológico después de un accidente automovilístico. Algunos estudios consideran que existen diferencias de género en las respuestas psicológicas después del accidente, con mayor frecuencia de manifestaciones en las mujeres.

Existe cierta controversia acerca del poder predictivo de la disociación peritraumática y el TEA en el TEPT. Las muestras estudiadas no tienen en cuenta la gravedad del accidente. El objetivo de los autores fue incluir víctimas de accidentes automovilísticos graves (AAG) para evaluar el diagnóstico de TEA días después del accidente, el diagnóstico TEPT cuatro meses después y el poder predictivo de la disociación peritraumática y los síntomas de TEA para explicar la ocurrencia de TEPT. En relación con la contribución del género, la hipótesis fue que éste afecta la variación observada en los TEPT luego de controlar con otras variables.

Metodología y resultados

Fueron incluidos en el estudio 124 víctimas de AAG que necesitaron ingresar a un hospital para su asistencia. Participaron 34 mujeres (27.4%) y 90 hombres (72.6%), cuyas edades oscilaron entre 18 y 65 años (mediana = 34.49, desviación estándar = 13.78). El 54% eran solteros, 41.1% casados y 4.8% divorciados.

Las evaluaciones utilizadas fueron Peritraumatic Dissociative Experience Questionnaire (PDEQ4), en su versión portuguesa de Maia, Horta Moreira y Fernandes, del 2009; Stanford Acute Stress Reaction Questionnaire (SASR) en la versión portuguesa de Pires y Maia (2007) yResponse to Traumatic Event Scale (RTES), de McIntyre y Ventura (1996).

Los primeros contactos con las víctimas (t1) se realizaron en el hospital, un promedio de cinco días después del AAG. En esa instancia se explicaron los procedimientos y objetivos del estudio, se aseguró la confidencialidad de los datos suministrados y se obtuvo el consentimiento informado. Veintitrés víctimas no aceptaron participar. Los que aceptaron fueron contactados telefónicamente cuatro meses después de las evaluaciones iniciales (t2).

En el análisis estadístico, se utilizó el SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) versión 20.0. Se identificó el porcentaje de participantes con TEA y TEPT. Como no se cumplían los criterios de normalidad, se utilizaron pruebas estadísticas no paramétricas. Para analizar la relación entre los síntomas de la disociación peritraumática, TEA y TEPT, se realizó el análisis de correlación (Rho de Spearman). La prueba de Mann Whitney se empleó para identificar las diferencias de género en los síntomas de los tres eventos evaluados. Para analizar los factores predictivos de TEPT, se utilizó un análisis de regresión jerárquica.

En la población estudiada, se encontró un 64.5% de TEA en el t1 y TEPT en un 58.9% de los participantes en el t2. La disociación peritraumática y los síntomas de TEA se correlacionaron positivamente con los síntomas de TEPT. En las mujeres se encontró una mayor frecuencia de disociación peritraumática, TEA y TEPT que en los hombres. La disociación peritraumática, TEA y el género (femenino) explicaron el 26.8% de la varianza observada en los síntomas de TEPT en el t2, si bien la contribución del género al modelo fue marginal.

Discusión

Debido a que muchas víctimas de AAG presentan TEPT, y que las respuestas peritraumáticas se relacionan con la presentación posterior de TEPT, se plantea la necesidad de considerar estos eventos al seleccionar las estrategias de prevención psicopatológica.

Los autores señalan que los resultados de este estudio son importantes para que los profesionales asistenciales consideren los factores de riesgo potenciales que pueden aumentar la incidencia de TEPT.

Si bien la investigación contribuye al análisis del impacto psicológico del AAG, tiene algunas limitaciones, como un tamaño de muestra pequeño, el hecho de que algunas de las pruebas diagnósticas utilizadas no hayan sido adaptadas a la población estudiada y la ausencia de análisis del poder predictivo de la gravedad del accidente.

Conclusiones

Esta investigación evaluó los trastornos psicológicos como factores predictivos en víctimas de accidentes graves. Se sugiere que los estudios realizados en el futuro deberán incluir a las víctimas de accidentes automovilísticos con diferentes niveles de gravedad, para analizar si la gravedad tiene un efecto moderador sobre los trastornos psicológicos.

Además, participaron sólo 34 mujeres, lo cual no permite explicar la real contribución del género en los síntomas de TEPT. Deben llevarse a cabo estudios adicionales para profundizar el análisis de las implicaciones de los resultados observados, tanto en la práctica clínica y la salud a nivel preventivo, como en la selección de las intervenciones más adecuadas para mejorar la calidad de vida de las víctimas de AAG.

Ref : PSIQ.

Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría

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