Bibliografía

Laboratorios Bagó > Bibliografías > Demuestran que la Densidad Ósea de la Columna Lumbar Depende de la Distribución de la Grasa Corporal en la Posmenopausia

Demuestran que la Densidad Ósea de la Columna Lumbar Depende de la Distribución de la Grasa Corporal en la Posmenopausia

  • AUTOR : Saarelainen J, Honkanen R, Niskanen L
  • TITULO ORIGINAL : Body Fat Distribution Is Associated with Lumbar Spine Bone Density Independently of Body Weight in Postmenopausal Women
  • CITA : Maturitas 69(1):86-90, May 2011
  • MICRO : Los autores demostraron que la masa grasa del tronco superior se asocia, principalmente, con la densidad mineral ósea espinal, pero no con la densidad ósea de la cadera en las mujeres posmenopáusicas, independientemente del uso de terapia de reemplazo hormonal.

Introducción

La prevalencia de osteoporosis y obesidad está en aumento. Durante la transición menopáusica hay una disminución en la densidad mineral ósea (DMO) y, al mismo tiempo, cambios en la composición corporal; la distribución de grasa corporal se hace más central, declina la masa corporal magra (MCM) y hay un aumento recíproco en la masa grasa (MG) corporal total. La menopausia parece contribuir con cambios en la distribución de grasa corporal, independientemente de la edad y la obesidad.

El aumento de la circunferencia abdominal y el cociente cintura-cadera son marcadores de un relativo aumento de la grasa visceral. En comparación, el tejido graso subcutáneo, así como la grasa ectópica, indican infiltración grasa de otros órganos, como el hígado, el músculo e, incluso, el hueso. Los adipocitos del tejido adiposo visceral son más activos en términos metabólicos y de tasa de proliferación que la grasa de ubicación más periférica. La distribución androide de la grasa corporal es un factor de riesgo cardiometabólico conocido y esta ubicación central de tejido graso puede influir, también, sobre la densidad ósea.

Diversos estudios revelaron los efectos beneficiosos de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) sobre la composición corporal y la distribución de grasa a sitios periféricos, mientras otros no lograron demostrar alguna conexión entre la TRH y los parámetros de composición corporal. La TRH puede prevenir la pérdida ósea luego de la menopausia y aliviar la pérdida ósea inducida por la reducción del peso.

Algunos ensayos sugieren que, en la posmenopausia, el efecto de la MG corporal en la DMO es más importante que el de la MCM, aunque también se informaron resultados totalmente opuestos. El impacto de la distribución de la MG corporal sobre la DMO es asimismo controversial. La distribución central de la grasa corporal se asoció con la mayor DMO en las mujeres perimenopáusicas. Sin embargo, los estudios previos no son determinantes en este tema. De hecho, se ha sugerido que la adiposidad visceral puede ser dañina para la salud ósea.

Los autores evaluaron la asociación entre la distribución regional de grasa corporal y las mediciones de DMO en mujeres posmenopáusicas, y estudiaron la forma en que la TRH la modifica.

Materiales y métodos

Un grupo de 4189 mujeres respondieron un cuestionario enviado por correo, que evaluó la disposición para participar del estudio y el uso pasado o actual de TRH.

Se analizó la salud de un subgrupo de 600 mujeres con mediciones del peso y la altura con una escala calibrada y un estadiómetro, respectivamente. Las mediciones de composición corporal regional y total, cuello femoral izquierdo y columna lumbar posteroanterior se realizaron con absorciometría de rayos X de absorción dual (DXA).

De las 591 mujeres con series completas de mediciones de hueso y composición corporal se excluyeron a las que no tuviesen hueso válido (prótesis de cadera, artrosis, oseofitos, esclerosis, escoliosis y otras deformidades) o mediciones válidas (área de medición muy angosta, marcapasos o prótesis vascular). También se excluyó a las mujeres con falta de información sobre el uso de TRH, lo que dejó a un total de 198 mujeres disponibles para el estudio. Noventa y seis de ellas nunca había usado TRH, mientras que el resto era usuaria al momento del estudio (n = 42) o lo había sido en el pasado (n = 60).

Resultados

Las que usaron TRH tuvieron menos MG y MCM en el tronco, y mayores valores de DMO en la cadera y la columna que aquellas que nunca habían recibido TRH. Entre los parámetros de composición corporal (MG y MCM), la MG mostró mayor correlación con los valores de densidad mineral ósea de cuello femoral y columna lumbar.

La regresión lineal secuencial (modelo que incluyó tanto el uso de TRH como las variables continuas, como edad, altura, peso, grasa del tronco, grasa de las piernas, MG y MCM) demostró que la grasa del tronco se asoció con los valores de DMO de la columna lumbar, pero no con los de la cadera. No hubo interacción entre el uso de TRH y la grasa del tronco, lo que implica que el efecto de la grasa sobre el tronco en los valores de DMO de la columna fue independiente del uso de TRH.

La diferencia en el puntaje t de la columna (ajustado según el peso) entre los dos tercilos extremos de grasa del tronco y entre los tercilos del medio y superior fueron de 1.0 y 0.7, respectivamente. La grasa del tronco no afectó el puntaje t del cuello femoral. Los resultados no variaron entre las que habían usado o se encontraban usando TRH. Se obtuvieron resultados similares luego del ajuste por otras variables (edad, altura, MG y MCM). Los resultados fueron idénticos cuando se llevaron a cabo los ajustes con el índice de masa corporal en lugar del peso.

Discusión y conclusiones

El presente estudio demostró que la MG y el peso fueron los principales determinantes antropométricos de la DMO de la columna lumbar y el cuello femoral, respectivamente, en la posmenopausia. Más aún, la grasa del tronco medida por DXA se asoció de manera positiva con la DMO espinal, pero no con la del cuello femoral. Se demostraron relaciones similares entre la DMO espinal y la distribución de grasa de la parte superior del cuerpo independientemente del uso de TRH.

El exceso de grasa corporal y la distribución heterogénea de las partes blandas puede interferir con las mediciones de la DXA, así como el bajo y el alto peso corporal pueden subestimar y sobreestimar la DMO, respectivamente. Sin embargo, se vio que la influencia de las variaciones del grosor de las partes blandas sobre las medidas de DMO con el actual aparato de DXA fue mínima. Previamente, se había encontrado que, al usar el modelo más nuevo de DXA, la obesidad afectó menos los valores de la DMO de la cadera en comparación con el viejo densitómetro DPX. A pesar de esto, la incertidumbre acerca de la eliminación de los efectos de las partes blandas en las mediciones por DXA podría contribuir a la asociación observada entre la adiposidad del tronco y los valores de DMO espinal. Desafortunadamente, no es posible cuantificar los errores potenciales causados por la adiposidad, la grasa de la médula ósea y la redistribución grasa heterogénea alrededor del hueso. Más aún, los procesos degenerativos pueden distorsionar las mediciones posteroanteriores de la columna por DXA. Por lo tanto, se examinaron cuidadosamente todas las impresiones de la DXA y se excluyeron los sujetos con imágenes poco confiables. De hecho, se considera que, en las personas de edad avanzada, la cadera es la región de interés más confiable para las mediciones por DXA, por lo cual los autores consideran razonable asumir que la asociación entre la distribución de grasa corporal y la DMO depende tanto de la maquinaria de DXA seleccionada y del método de estimación de distribución de grasa.

Esta relación entre distribución de grasa corporal y DMO central de la posmenopausia es prácticamente desconocida, ya que muchos estudios hasta la fecha evaluaron solamente a mujeres premenopáusicas o bien hicieron mediciones de la DMO solo a nivel del antebrazo o cuerpo entero. Por el contrario, otras investigaciones indicaron que la adiposidad central podría, incluso, afectar de manera negativa la salud ósea. Sin embargo, se ha sugerido que la asociación negativa entre la adiposidad y la DMO podría relacionarse con análisis estadísticos incorrectos. Las mediciones hechas con DPX de vieja generación en mujeres posmenopáusicas permitieron establecer una asociación positiva entre el cociente cintura-cadera y la DMO del cuello femoral, así como entre el peso de la grasa abdominal y la DMO espinal, aunque la medición con cinta métrica de cadera y cintura son indicadores imprecisos de la distribución del tejido adiposo. Además, si bien se ha cuestionado el uso de estos índices, algunos estudios adoptaron índices invalidados como indicadores de obesidad central como el cociente tronco-pierna de grasa basada en la DXA.

En concordancia con datos de trabajos previos, los resultados del presente estudio demostraron que la distribución de grasa corporal central se asoció con la DMO espinal, pero no con la DMO del cuello femoral. Según los autores, esto parece lógico, ya que la proporción relativa de hueso esponjoso metabólicamente activo y hormonalmente sensible es mucho mayor en la columna lumbar (60% a 95%) que en el cuello femoral (25%). Los resultados también coinciden con los de otras investigaciones en cuanto a que la distribución de grasa central o de la parte superior del cuerpo no se vinculó con la DMO de la cadera. De manera consecuente, la distribución de grasa central se relacionó con la mayor incidencia de fracturas de cadera, a su vez asociado con mayor tendencia de caídas y menor recubrimiento de la cadera con partes blandas. En las mujeres posmenopáusicas con osteoporosis, el mayor peso corporal y el índice de masa corporal se vincularon con una mayor probabilidad de fractura de cadera. Sin embargo, se desconoce el efecto de la acumulación de grasa central sobre la incidencia de fractura de cadera. Si bien los parámetros antropométricos son determinantes importantes de la DMO, solo pudieron dar cuenta de menos del 30% de la DMO en este trabajo.

Los estudios recientes en animales demostraron que la grasa visceral metabólicamente activa presenta mayor potencial osteogénico que la grasa subcutánea. El receptor gamma de activación de la proliferación de peroxisomas (PPAR-gamma) cumple un papel crucial en la diferenciación de las células madre mesenquimales en adipocitos, osteoblastos o mioblastos. De forma similar, las tiazolidinedionas, agonistas PPAR-gamma, afectan la diferenciación de adipocitos por medio de la redistribución de la grasa visceral hacia el tejido subcutáneo, lo que reduce la resistencia a la insulina. No obstante, estos agentes reducen la masa ósea y se acompañan de un mayor riesgo de fracturas atípicas. Además, las mujeres con obesidad central tienen una mayor tendencia al perfil hormonal androgénico que las mujeres con obesidad periférica, lo que podría explicar, en parte, la asociación con la DMO. La carga mecánica y la aromatización de andrógenos en estrógenos en los tejidos periféricos magros y en el tejido adiposo también aporta una explicación parcial de la relación positiva entre la DMO posmenopáusica y el sobrepeso.

Los autores resumen, sobre la base de los resultados, que la MG del tronco superior se asocia, principalmente, con la DMO espinal, pero no con la DMO de la cadera en las mujeres posmenopáusicas, independientemente del uso de TRH. Así, además del peso corporal, cuando se evalúa la densidad ósea hay que tener en cuenta la distribución de grasa corporal. Finalmente, se necesitan estudios prospectivos para confirmar si la grasa de la parte superior del cuerpo puede inhibir la pérdida de hueso espinal y si se asocia con mayor DMO, en forma independiente de la TRH.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

ADVERTENCIA:

El material incluido en este sitio ha sido concebido exclusivamente para los profesionales de la salud con fines informativos, y destinado a orientar sobre el uso adecuado de los medicamentos y a satisfacer sus necesidades de mayor información.

Todos los textos referidos a nuestros productos de venta bajo prescripción médica se corresponden a los lineamientos aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Laboratorios Bagó le sugiere consultar siempre a un profesional de la salud calificado ante cualquier duda sobre una condición médica particular.

He comprendido y deseo ver la información

Consultas médicas: infoproducto@bago.com.ar