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Describen las Diferencias Etnicas de la Piel de las Mujeres Posmenopáusicas
- AUTOR : Wolff E, Pal L, Taylor HS y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Skin Wrinkles and Rigidity in Early Postmenopausal Women Vary by Race/Ethnicity: Baseline Characteristics of the Skin Ancillary Study of the KEEPS Trial
- CITA : Fertility and Sterility 95(2):658-662, Feb 2011
- MICRO : Debido a que la piel es uno de los blancos más extensos de la acción estrogénica, suele presentar modificaciones tras la menopausia. En este trabajo se describen las características de la piel de las mujeres posmenopáusicas en relación con su origen étnico y los antecedentes de exposición solar.
Introducción
La menopausia se caracteriza por una serie de cambios importantes que afectan la vida de la mujer y que impactan sobre distintos sistemas. La piel es uno de los blancos de la acción estrogénica más extensos. Se observó que durante la menopausia se modifica la capacidad de cicatrización, de producción de sebo, de hidratación, de producción de colágeno y de lípidos. Las mujeres que se encuentran en terapia de reemplazo hormonal (TRH) comunicaron una mejoría de la calidad de su piel. Esto motivó la realización de un trabajo en el que se demostró que esta población presenta una menor intensidad de sus arrugas y menor rigidez cutánea. Sin embargo, se carece de una descripción de las características de la piel en esta etapa, como también de las diferencias raciales, si bien se ha postulado que la piel blanca presenta más arrugas debido a que es más sensible al daño ocasionado por la luz solar. Existe poca información con respecto a este tema. Los autores postulan que hay diferencias raciales que, además, modifican la respuesta a la TRH.
El objetivo de este trabajo consistió en determinar las características de la piel de las mujeres al inicio de la menopausia, como también las diferencias raciales, con la finalidad de poder evaluar los resultados de la TRH sobre la piel con mayor precisión.
Pacientes y métodos
El Kronos Early Estrogen Prevention Study (KEEPS) fue un ensayo multicéntrico, aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo, que comparó los efectos del inicio precoz de la TRH estrogénica combinada con progesterona por vía oral frente a la administración transdérmica, cuyo criterio principal de valoración fue el resultado de los efectos cardiovasculares. Se invitó a todas las participantes a formar parte del anexo de evaluación cutánea, excepto a quienes recibían andrógenos, esteroides tópicos o sistémicos, o retinoides, y a quienes referían antecedentes de cirugía plástica o trauma facial, empleo de toxina botulínica, descamación química, dermoabrasión o colagenopatías. Las arrugas se valoraron mediante el sistema de puntuación de Lemperle. Se tomaron en cuenta las arrugas de la frente, glabela, mejillas, líneas preauriculares, periorbitarias, de los párpados superiores, de las comisuras labiales, del cuello, de marioneta y del pliegue del mentón y nasolabial, y se calificaron entre 0 (ausencia) y 5 (intensas). La puntuación se determinó mediante la sumatoria de los valores de las arrugas de cada sitio anatómico descripto. Mediante un durómetro, se examinó la rigidez de la piel en la frente y la mejilla y se sumaron sus valores. Asimismo, mediante una escala ordinal, se registró el uso de protector o de cama solar, y el hábito de fumar.
El análisis estadístico se hizo mediante las pruebas de Kruskal-Wallis y de Bonferroni.
Resultados
Se obtuvo la información completa de 106 participantes, con una media de edad de 53.3 ± 2.7 años, y 1.8 ± 1.0 año de tiempo transcurrido desde la menopausia. Ninguna de las pacientes recibía TRH al momento del estudio. Las participantes fueron separadas en tres grupos de acuerdo con las características étnicas: 21 eran afroamericanas, 65 de raza blanca y 16, de otras etnias. No se observaron diferencias en las características demográficas ni en sus hábitos, ni antecedentes entre los tres grupos; sin embargo, se encontraron diferencias en el peso, la talla y el índice de masa corporal. La puntuación media de la escala de arrugas fue de 17.4 ± 7.4. Con excepción del cuello, las participantes de raza afroamericana presentaron valores totales y en todas las otras localizaciones significativamente inferiores que aquellas no pertenecían a este grupo. La media del puntaje fue de 11.3 ± 1.1 para las primeras y de 19.0 ± 0.8 para el resto.
El incremento de la puntuación total, como el de las arrugas presentes en los ojos, las orejas, el pliegue nasolabial, las mejillas y las líneas de marioneta (aquellas que parten de las comisuras de la boca y
caen verticalmente hacia el borde inferior del mentón) se asociaron con la edad, lo que fue significativamente mayor en las mujeres de raza blanca. No se encontró correlación entre el puntaje y el tiempo transcurrido desde la menopausia. Además, se observó que las participantes de mayor peso e índice de masa corporal presentaron una tendencia a tener menor cantidad de arrugas, en forma independiente de la raza. Los investigadores describieron la presencia de una relación inversa entre el peso y las arrugas en la frente, los ojos, el pliegue nasolabial, los labios y las líneas de marioneta. En las mujeres de raza blanca y afroamericana, la circunferencia de la cintura se correlacionó con el puntaje de las arrugas del pliegue nasolabial. Por su parte, el tabaquismo se asoció con la gravedad de las arrugas del cuello.
Los valores promedio de la rigidez facial fueron de 42.5 ± 12.3 en la frente y 10.7 ± 7.9 en el rostro. Los puntajes de rigidez facial fueron independientes de la edad y de la raza; sin embargo, en las participantes de raza blanca se correlacionaron con el tiempo transcurrido desde la menopausia. La presencia de arrugas en el cuello se asoció con el puntaje de valores obtenidos por el durómetro; no obstante, en las mujeres afroamericanas, se encontró que el puntaje de rigidez fue inversamente proporcional a la presencia de arrugas en la boca. En las mujeres de raza hispánica y blanca, la rigidez se correlacionó con el puntaje de las arrugas en los ojos y, en el último grupo, con la sumatoria total del puntaje de arrugas. No se observó correlación con el peso, el índice de masa corporal o el tabaquismo; empero, en las participantes de raza blanca, se encontró que el puntaje de rigidez general, frontal y facial se asoció con el perímetro de la cintura.
Discusión
Los autores señalan que éste es el primer estudio en que se puede afirmar que las mujeres posmenopáusicas de raza afroamericana poseen menos arrugas que las de raza blanca. Las arrugas de la piel ponen en evidencia el envejecimiento y, durante la menopausia temprana, esto es más importante en las mujeres de raza blanca, lo que avalaría el papel de la melanina en la resistencia al fotoenvejecimiento. También, encontraron que las mujeres afroamericanas presentan menor velocidad de desarrollo de arrugas, lo que concuerda con trabajos previos. Debido a que las participantes fueron incluidas a poco de haber iniciado la menopausia, la magnitud de las arrugas no se correlaciona con el tiempo transcurrido desde el inicio de la menopausia. La obesidad y el mayor índice de masa corporal evitan la formación de arrugas, en apariencia en forma independiente de la raza. Los autores consideran que los resultados brindan parámetros fidedignos para valorar el efecto de la TRH.
Además, destacan que las variaciones más importantes en la rigidez cutánea suceden al inicio de la menopausia, ya que este parámetro se correlaciona con el tiempo trascurrido de período climatérico. Por ello consideran que la rigidez estaría más vinculada con la situación hormonal que las arrugas. Sólo las arrugas del cuello se correlacionan con la rigidez cutánea y ésta parece vincularse con la privación de estrógenos, ya que, en esta situación, disminuye el contenido de colágeno y la hidratación de la piel. En cambio, las arrugas podrían ser el resultado del daño cutáneo acumulativo con el tiempo. Los estrógenos disminuyen la rigidez y el daño cutáneo; en cambio, la aparición de las arrugas refleja la presencia del daño cutáneo preexistente que no responde a las hormonas.
Conclusiones
Los autores concluyen que la edad al momento de la menopausia y la raza influyen en la aparición de arrugas y que éstas se correlacionan con la edad cronológica y la raza, mientras que la rigidez cutánea se vincula con la privación de estrógenos. Finalmente, sostienen que estos resultados son un punto de referencia para la valoración de la TRH en el envejecimiento de la piel.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología