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Efectos Adversos Neuroendocrinos de los Antidepresivos en la Población Pediátrica
- TITULO : Efectos Adversos Neuroendocrinos de los Antidepresivos en la Población Pediátrica
- AUTOR : Jerrel J
- TITULO ORIGINAL : Neuroendocrine-Related Adverse Events Associated with Antidepressant Treatment in Children and Adolescents
- CITA : CNS Neuroscience & Therapeutics 16(2):83-90, Abr 2010
- MICRO : Ante la prescripción de antidepresivos en niños y adolescentes, se deben jerarquizar los efectos adversos metabólicos, sexuales y reproductivos, en especial en los sujetos con comorbilidades endocrinas y en quienes reciben otros psicotrópicos.
Introducción
Distintas variantes de los trastornos depresivos son frecuentes en los niños y adolescentes, con una mayor incidencia hacia la etapa final de la adolescencia. Los antidepresivos representan el tratamiento de elección en los individuos afectados. En la actualidad, existe una mayor tendencia al uso de fármacos más seguros, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), en sustitución de los antidepresivos tricíclicos. Dada la creciente preocupación relacionada con el incremento de la prevalencia de la obesidad y la diabetes en niños y adolescentes, así como la superposición en la fisiopatología de las alteraciones del estado de ánimo y de los trastornos metabólicos, se considera la necesidad de evaluar las complicaciones neuroendocrinas vinculadas con el uso de antidepresivos en esta población.
La obesidad de inicio precoz tiene repercusiones importantes en la salud de los niños, como las alteraciones de la tolerancia a la glucosa, la diabetes tipo 2, el síndrome de ovarios poliquísticos, las dislipidemias y el hipotiroidismo. Las catecolaminas asociadas con la neurotransmisión (serotonina, dopamina, noradrenalina) inhiben la secreción de prolactina y regulan los procesos vinculados con el apetito y las conductas alimentarias. Los psicotrópicos, como los antidepresivos y los antipsicóticos, inducen modificaciones funcionales en las neurohormonas. Se describieron alteraciones relacionadas con el peso corporal y el metabolismo, náuseas y vómitos, entre otras manifestaciones adversas. Asimismo, los pacientes pediátricos con depresión y comorbilidades asociadas pueden recibir otros fármacos junto con los antidepresivos (antipsicóticos, psicoestimulantes, antiepilépticos), los cuales se caracterizan por sus respectivos efectos adversos.
En este análisis, la autora se propuso la comparación de la incidencia y prevalencia a largo plazo de las reacciones adversas metabólicas, digestivas y reproductivas en una cohorte de niños y adolescentes tratados con antidepresivos.
Pacientes y métodos
Se llevó a cabo un análisis de los datos obtenidos de la base de datos del programa Medicaid de Carolina del Sur (Estados Unidos). Se reunió información acerca de los niños y adolescentes de hasta 17 años a quienes se les había indicado un antidepresivo durante el período comprendido entre enero de 1998 y diciembre de 2003. Además de esta cohorte de estudio, se seleccionó en forma aleatoria un grupo de control, constituido por pacientes de edades similares que habían efectuado consultas médicas en el mismo programa de salud sin recibir fármacos psicotrópicos.
Se consideraron como preexistentes las manifestaciones metabólicas, digestivas, sexuales o reproductivas descritas en los 24 meses previos a la indicación de la medicación antidepresiva. En cambio, se definieron como incidentales todos aquellos eventos que surgieron luego del comienzo del esquema terapéutico. Se incluyeron en el análisis la obesidad o el aumento excesivo de peso; la dislipidemia; la diabetes tipo 2; la anorexia o la pérdida ponderal; las náuseas y los vómitos; la amenorrea; la oligomenorrea; la disfunción eréctil; y las alteraciones hipofisiarias, como la hiperprolactinemia, la ginecomastia y la galactorrea.
La información reunida se procesó con pruebas estadísticas específicas.
Resultados
La cohorte de tratamiento (n = 11 970) incluyó, en su mayoría, por varones de raza blanca. Entre los diagnósticos que motivaron el inicio de la terapia farmacológica se destacaban la depresión (30.0%), el trastorno bipolar (11.6%), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad ([TDAH]: 62.1%), las discapacidades vinculadas con alteraciones del neurodesarrollo (51.8%) y el trastorno de conducta y oposición desafiante (48%). La media de edad al comienzo del tratamiento fue de 10.3 años. Los antidepresivos de aparición más reciente y los psicoestimulantes constituyeron los medicamentos con mayor número de prescripciones. Sólo el 15% de los pacientes que recibían antidepresivos habían sido tratados por períodos de más de 6 meses.
El grupo de control estuvo conformado por un 43.8% de varones, con una media de edad de 7.6 años y un predominio de sujetos afroamericanos (75.7%).
Todas las condiciones de comorbilidad postuladas en el estudio tuvieron una mayor prevalencia en la cohorte de tratamiento, incluidas la obesidad y el aumento de peso (odds ratio [OR] = 2.02), la diabetes tipo 2 (OR = 2.74), la dislipidemia (OR = 1.43), la anorexia (OR = 1.89), las náuseas y vómitos (OR = 1.62) y los trastornos sexuales o reproductivos (OR = 1.35).
Se observó que la probabilidad de obesidad e incremento del peso resultó más elevada en los niños y adolescentes que recibieron ISRS (OR = 1.49), antipsicóticos (OR = 1.41) o estabilizadores del estado de ánimo (OR =1.34), pero esto no se comprobó en los pacientes tratados con psicoestimulantes (OR = 0.80). Por otra parte, tanto algunos de los fármacos (ISRS, antipsicóticos, antidepresivos inductores del aumento de peso) como el antecedente de alteraciones endocrinas previas se asociaron con un mayor riesgo de aparición de diabetes tipo 2.
En relación con la dislipidemia, se advirtió un mayor riesgo en los individuos que recibían ISRS (OR = 1.60; p < 0.0001) y antidepresivos inductores del incremento ponderal (OR = 1.31; p = 0.0003), así como en los niños con antecedentes de comorbilidades endocrinas (OR = 1.91; p < 0.0001). La administración de psicoestimulantes se vinculó a una mayor probabilidad de anorexia o pérdida de peso (OR = 1.48; p = 0.04), mientras que la aparición de náuseas y vómitos que requirieron una consulta médica resultó más frecuente en los sujetos tratados con estabilizadores del estado de ánimo (OR = 1.14; p = 0.04).
Las tasas de incidencia de la hiperprolactinemia y sus complicaciones reproductivas y sexuales fueron más elevadas en los pacientes con antecedentes de dislipidemia, diabetes tipo 2 y otras comorbilidades endocrinas. La media del tiempo transcurrido entre el inicio de la terapia antidepresiva y la aparición de hiperprolactinemia se estimó en 29.2 meses, si bien este lapso fue significativamente más corto en los adolescentes (p < 0.0001), las mujeres (p < 0.0001) y los individuos medicados con ISRS (p = 0.02).
La prolongación del tratamiento antidepresivo por un período superior a los 6 meses sólo se correlacionó de manera significativa con un mayor riesgo de incremento del peso u obesidad. Asimismo, todos los efectos adversos examinados se caracterizaron por una mayor incidencia en las mujeres y en los preadolescentes.
Discusión
Todos los efectos adversos evaluados fueron más frecuentes en los niños y adolescentes que recibieron antidepresivos. Por otra parte, la probabilidad de reacciones adversas resultó más elevada en las mujeres y en los preadolescentes. Los ISRS se relacionaron con una mayor incidencia de obesidad, aumento de peso, dislipidemia y diabetes tipo 2. Estos resultados coinciden, en general, con las conclusiones de estudios y comunicaciones previas, en los cuales participaron pacientes adultos y pediátricos.
Asimismo, la prescripción conjunta de antipsicóticos se vinculó a mayores índices de diabetes tipo 2 y obesidad, sin diferencias en la incidencia de dislipidemia. En relación con los efectos adversos de índole reproductiva o sexual, su frecuencia fue más elevada en los individuos con comorbilidades endocrinas o metabólicas, si bien no se asociaron con la prescripción de ISRS o del uso conjunto de antipsicóticos o estabilizadores del estado de ánimo, a diferencia de lo señalado en estudios previos. Esto se atribuye tanto a la tendencia a modificar el esquema terapéutico para recibir IRSN u otros fármacos de nueva generación como a la prolongación de la terapia por lapsos menores de 6 meses.
Mientras que el uso simultáneo de antiepilépticos o estabilizadores del estado de ánimo se vinculó a obesidad y aumento de peso, se observó el fenómeno contrario en los niños y adolescentes que recibían psicoestimulantes, en coincidencia con el perfil de efectos adversos de estos fármacos.
Además, se recuerda que el objetivo de este análisis ha sido hacer hincapié en la seguridad de los antidepresivos en sujetos jóvenes. En función de los resultados obtenidos, este grupo de fármacos se vincula a efectos adversos neuroendocrinos, con repercusiones cardiovasculares y neurológicas, por lo cual se considera de gran importancia un enfoque global de los beneficios y los riesgos del tratamiento.
Conclusiones
Ante la prescripción de antidepresivos en los niños y adolescentes, los profesionales de la salud deben jerarquizar las posibles alteraciones metabólicas, sexuales y reproductivas, en especial en los sujetos con comorbilidades endocrinas y en aquellos enfermos que reciben también otros psicotrópicos.
Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría