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Efectos de la Suplementación con Acidos Grasos Omega-3 en Atletas Jóvenes

  • AUTOR : Atashak S, Sharafi H, Haghighi MM y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Effect of Omega-3 Supplementation on the Blood Levels of Oxidative Stress Muscle Damage and Inflammation Markers after Acute Resistance Exercise in Young Athletes
  • CITA : Kinesiology 45(1):22-28, Jun 2013
  • MICRO : En los atletas, los ejercicios de resistencia de alta intensidad inducen el estrés oxidativo y aumentan los indicadores de inflamación y lesiones celulares. Este estudio investigó los efectos de la suplementación con ácidos grasos omega-3 ante estas circunstancias.

Introducción

La práctica habitual de la actividad física se asocia con la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer, la hipertensión arterial, la obesidad y la depresión. Sin embargo, cuando el ejercicio físico es extenuante, el aumento de las especies reactivas de oxígeno (ERO) es causa de estrés oxidativo. La producción de ERO forma parte del proceso inflamatorio posterior a la práctica de ejercicios físicos. Se observa aumento de las citoquinas circulantes que acompaña las lesiones musculares, en particular cuando se realizan ejercicios excéntricos.

Hasta el momento, pocos estudios han investigado los efectos de los ejercicios de resistencia sobre el estado redox y la respuesta inmunitaria sistémica. Los ejercicios de resistencia muy intensos ocasionan lesiones en los tejidos musculares. Así comienza una respuesta inflamatoria que produce radicales libres de oxígeno y peroxidación lipídica.

El estrés oxidativo inducido por el ejercicio y las respuestas inflamatorias de fase aguda podrían reducirse mediante la administración de suplementos con antioxidantes. La utilización de los ácidos grasos omega-3 ha mostrado efectos promisorios al modificar la evolución de un amplio grupo de enfermedades que incluyen procesos inflamatorios e inmunitarios; por ejemplo, inhiben los eicosanoides proinflamatorios y, de ese modo, disminuyen el riesgo de progresión de la aterosclerosis.

Los efectos antioxidantes de los ácidos grasos omega-3 podrían deberse a la inhibición de la peroxidación lipídica. En 2011, Tartibian y col. demostraron que la suplementación con ácidos grasos omega-3 atenuaba la respuesta inflamatoria posterior a la ejercitación excéntrica en varones no entrenados. El consumo de ácidos grasos omega-3 podría ser beneficioso para mejorar los efectos negativos de las lesiones ultraestructurales y la subsiguiente respuesta inflamatoria luego de una sesión de entrenamiento de resistencia intenso.

El objetivo de esta investigación fue determinar el efecto de la suplementación con ácidos grasos omega-3 en los niveles plasmáticos de las sustancias indicadoras de estrés oxidativo, lesiones musculares e inflamación luego de un ejercicio de resistencia intenso en atletas adultos jóvenes.

Métodos

Se diseñó un estudio aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo. Participaron 20 jugadores jóvenes de hándbol, divididos en dos grupos iguales: el grupo de tratamiento recibió el suplemento con ácidos grasos omega-3, en tanto que al grupo control se le administró placebo.

En ambos grupos se obtuvieron muestras de sangre en ayunas y se registraron las medidas antropométricas el día previo a recibir el suplemento o el placebo durante 7 días. En el octavo día, todos los participantes realizaron una sesión de ejercicios de resistencia intensos. Se tomaron nuevas muestras de sangre inmediatamente antes del ejercicio y a las 24 horas.

Ningún participante había consumido suplementos dietarios en los 6 meses previos. Todos tenían experiencia en el entrenamiento de resistencia y carecían de antecedentes de enfermedades renales, cardíacas o hepáticas, diabetes u otros tipos de lesiones físicas. Se les pidió que no realizaran actividad física intensa durante las 24 a 72 horas previas a los controles. Además del peso y la talla se evaluó el porcentaje de grasa corporal.

Se administró el suplemento de 3 cápsulas diarias con 1 000 mg de ácidos grasos omega-3 cada una. Durante la etapa en la que recibieron el suplemento, todos los atletas completaron un cuestionario validado sobre el consumo de alimentos durante 24 horas.

La predicción de fuerza máxima se realizó según el valor de una repetición máxima (RM) para las extremidades superiores e inferiores, calculado por la ecuación una RM = peso/(1.0278-(0.0278 x número de repeticiones). Luego del precalentamiento, los participantes de ambos grupos levantaron cargas submáximas hasta el agotamiento (7 a 10 RM). La carga de peso adecuada se calculó según los pesos que cada atleta había utilizado en el circuito de entrenamiento previo a la temporada de competición. El protocolo de ejercicios, validado en investigaciones anteriores, fue diseñado para que los músculos ejercitados alcanzaran un nivel significativo de actividad excéntrica.

Mediante las muestras de sangre se evaluó el estrés oxidativo, las lesiones celulares y los indicadores de inflamación. Se midieron los niveles de proteína C-reactiva, creatinfosfoquinasa (CPK) y lacticodeshidrogenasa (LDH). La capacidad antioxidante total del plasma se midió aplicando la prueba del poder antioxidante reductor férrico o habilidad reductora férrica del plasma (FRAP assay). También se evaluó la concentración plasmática de malondialdehído (MDA), un indicador de estrés oxidativo.

Resultados

En las evaluaciones iniciales no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de tratamiento y el de control en lo referente a edad, peso, estatura, índice de masa corporal y porcentaje de grasa corporal.

Antes de la prueba de ejercicio, las concentraciones plasmáticas de MDA y FRAP fueron similares en ambos grupos. Pero el nivel de MDA luego de la prueba de resistencia, como medida de estrés oxidativo, fue mayor en el grupo asignado a placebo. Las concentraciones de FRAP, indicador del potencial antioxidante plasmático, no fueron afectadas por el ejercicio en ninguno de los dos grupos.

Los niveles de proteína C-reactiva aumentaron en el grupo placebo, no así en el grupo de tratamiento. Los niveles de LDH se incrementaron en ambos grupos luego del ejercicio, pero la concentración de CPK aumentó sólo en el grupo placebo.

Discusión

Previamente se demostró que el ejercicio extenuante induce lesiones musculares y estrés oxidativo, aun en atletas. Este efecto podría disminuir mediante el consumo de productos ricos en sustancias antioxidantes.

El hallazgo más importante de este estudio fue comprobar que la suplementación con ácidos grasos omega-3, con anterioridad a una sesión de ejercicios de resistencia muy intensa, podía disminuir el estrés oxidativo, mitigando así el aumento de los niveles plasmáticos de MDA. El estrés oxidativo posterior a un ejercicio agudo de resistencia ha sido escasamente evaluado previamente. Por otra parte, ante este tipo de actividad física, algunos estudios realizados con varones, tanto sedentarios como físicamente entrenados, encontraron niveles elevados de MDA. Aunque no existe consenso entre los investigadores, una de las hipótesis para explicar estos niveles elevados de MDA es el mecanismo de isquemia y reperfusión que tiene lugar en los músculos activos y produce ERO y estrés oxidativo durante los ejercicios de resistencia con una carga de fuerza elevada. En pacientes diabéticos, la suplementación con ácidos grasos omega-3 se asoció con niveles menores de MDA en sangre.

Los ácidos grasos omega-3 parecen reducir el estrés oxidativo debido a su unión estrecha con el complejo de lípidos y lipoproteínas de membrana, lo que resulta en una menor disponibilidad para los radicales libres. Otro mecanismo propuesto es a través del aumento de la producción de la enzima antioxidante catalasa.

Los datos del presente estudio mostraron que los valores de CPK y LDH, indicadores de lesión miocelular, aumentaron en ambos grupos como consecuencia del ejercicio intenso. Sin embargo, los autores observaron que la suplementación tuvo efectos significativos sobre los niveles de CPK y su aumento se atenuó. En el estudio de Tartibian y col. se encontraron resultados similares; sus autores concluyeron que la suplementación con omega-3 se asoció con una tendencia significativa hacia la reducción de la concentración plasmática de CPK y LDH, medidas en forma inmediata, 24 y 48 horas luego de un programa de ejercicios de resistencia.

El ejercicio realizado en un tiempo breve, hasta provocar agotamiento, puede causar el aumento significativo de los indicadores de inflamación presentes en la circulación. Podría deberse al estrés mecánico, la isquemia local y la generación de radicales libres por parte del músculo esquelético activo, presentes en forma aislada o en conjunto.

Otros estudios, al igual que el presente, señalan que la suplementación propuesta mejora los indicadores de la respuesta inflamatoria en hombres y mujeres saludables. Si bien el mecanismo de acción para explicar este efecto aún no es claro, se sugiere que este efecto se debe a la inactivación de receptores tipo toll 4 (RTT 4) y al factor nuclear kappaB y la expresión de interleuquina (IL) 6 e IL-1. Otra posibilidad es que los ácidos grasos omega-3, como los ácidos eicosapentaenoico y docosahexaenoico, disminuyan la cantidad de ácido araquidónico disponible para la síntesis de los eicosanoides y, también, inhiban el metabolismo del ácido araquidónico.

Conclusiones

Los autores encontraron que una sesión única de ejercicios de resistencia extenuantes provocó estrés oxidativo, aumento de los niveles de proteína C-reactiva y de los indicadores de lesión celular en atletas jóvenes. La suplementación con ácidos grasos omega-3 pudo aminorar tales efectos; además, podría constituir un método eficaz para minimizar las lesiones oxidativas y el estado de inflamación sistémica inducidos por el ejercicio.

Ref : NUTRI, CLMED.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Nutrición

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