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Efectos del Aporte de Vitaminas y Cinc sobre el Riesgo Cardiometabólico en Niños con Sobrepeso
- AUTOR : Khadilkar V, Pandit D, Kinare A y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Diet and Exercise Intervention, With Special Reference to Micronutrients, Reduces Cardiometabolic Risk in Overweight Children
- CITA : Indian Journal of Endocrinology and Metabolism 16(1):124-133, Ene 2012
- MICRO : En niños con sobrepeso u obesidad, el aporte de complejos polivitamínicos con cinc, en combinación con cambios saludables en la dieta y en el nivel de actividad física, ejerce efectos positivos sobre el perfil de riesgo cardíaco y metabólico.
Introducción
Los países en vías de desarrollo enfrentan, en la actualidad, dos problemas nutricionales opuestos, la desnutrición, por un lado, y la obesidad infantil, por el otro. Este último, señalan los autores, se asocia con numerosas complicaciones tales como la dislipidemia, la resistencia a la insulina y la hipertensión arterial, hallazgos que definen el síndrome metabólico (SM) y que representan factores importantes de riesgo cardiovascular. Se sabe que el proceso aterosclerótico comienza a edades tempranas de la vida y que se vincula sustancialmente con la obesidad. En la India, añaden, la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil es muy alta, y podría incrementar el riesgo de aterosclerosis y enfermedad cardiovascular en la edad adulta.
El estrés oxidativo, vinculado con la obesidad y el SM, tiene un papel etiopatogénico esencial en la hipertensión arterial y en el proceso aterosclerótico ya que afecta la funcionalidad de las células de la pared vascular. En este contexto, los antioxidantes de la dieta podrían reducir las complicaciones metabólicas.
Diversos estudios revelaron una prevalencia elevada de deficiencia de micronutrientes en los niños y adolescentes, en especial como consecuencia de la mala calidad de la alimentación. La deficiencia de micronutrientes aumenta, a su vez, el riesgo de sobrepeso y obesidad, entre otras complicaciones. En conjunto, los datos sugieren que la deficiencia de micronutrientes en combinación con la obesidad podría aumentar sustancialmente el riesgo cardiometabólico en los jóvenes. Por el contrario, los micronutrientes con actividad antioxidante, tales como las vitaminas C y E, los beta carotenos y el cinc, ejercerían efectos favorables en la hipertensión y el SM. Al menos un estudio sugirió que el cinc protege contra la aparición de aterosclerosis. Sin embargo, en general y en comparación con el papel de los macronutrientes, los micronutrientes han recibido relativamente poca atención.
En el presente estudio, los autores evaluaron los efectos de los suplementos polivitamínicos con cinc sobre el estado cardiometabólico de niños con sobrepeso u obesidad. Para ello se comparó un grupo de niños sometidos únicamente a dieta y actividad física y otro grupo en el cual se indicaron, además, suplementos polivitamínicos con cinc.
Pacientes y métodos
En tres centros de la India fueron reclutados 90 niños y adolescentes (45 varones y 45 mujeres) de 6 a 17 años (11.3 años en promedio) con sobrepeso u obesidad. Las intervenciones se prolongaron por cuatro meses. Los participantes integraron tres grupos de estudio: los niños del grupo A recibieron asesoramiento relacionado con la dieta y la actividad física y suplementos polivitamínicos con cinc; los enfermos del grupo B sólo recibieron asesoramiento, en tanto que los niños restantes integraron el grupo control. Las valoraciones se efectuaron en forma basal y a los cuatro meses. Se tuvieron en cuenta la talla, el peso y la circunferencia de la cintura y de la cadera; se calculó el índice de masa corporal (IMC) y el cociente entre la circunferencia de la cintura y cadera (CCC). El sobrepeso y la obesidad se definieron en presencia de un IMC por encima del percentilo 85 y del percentilo 95, respectivamente. El porcentaje de grasa corporal se determinó mediante absorciometría de rayos X de energía dual (DXA). Se tomaron muestras de sangre para la determinación de los niveles de colesterol, triglicéridos, colesterol asociado con las lipoproteínas de alta y baja densidad (HDLc y LDLc, respectivamente), hemoglobina, glucosa y cinc.
En un subgrupo de los integrantes de los grupos A y B se realizó ecografía de la arteria carótida común derecha para determinar la rigidez, la elasticidad, la adaptabilidad, la velocidad de la onda de pulso y el espesor de la capa íntima y media (ECIM). Se valoró la presión arterial. Las características de la dieta se conocieron con el Food Frequency Questionnaire (FFQ); la actividad física se valoró con el cuestionario QAPACE para niños en edad escolar.
El asesoramiento nutricional estuvo destinado a reducir la ingesta de grasas y aumentar la incorporación de micronutrientes. Por lo tanto, los participantes no fueron sometidos a una dieta hipocalórica estricta sino a una alimentación equilibrada. Los sujetos de los grupos A y B debían realizar 45 minutos de actividad física por día, como mínimo. Los del grupo A recibieron, además, un comprimido diario (6 días por semana) con 41.4 mg de cinc, vitaminas del complejo B y vitamina C. Las comparaciones estadísticas se realizaron con pruebas ANOVA y de Dunnet.
Resultados
En total, 74 niños con sobrepeso u obesidad completaron la investigación. El IMC basal promedio, el CCC, el porcentaje de grasa corporal (%GC), los niveles séricos de los lípidos, la glucemia en ayunas y la concentración de la insulina en plasma fueron similares en los diversos grupos. La mayoría de los participantes realizaba muy poca actividad física. Al inicio del estudio, la densidad promedio de los micronutrientes de la dieta fue similar en los niños de los tres grupos. La única excepción fue la ingesta de calcio, mayor entre los participantes del grupo A.
No se registraron diferencias importantes en el ECIM de la carótida, en las mediciones de rigidez arterial o en la presión arterial entre los niños de los grupos A y B.
El IMC disminuyó en forma significativa entre los niños del grupo A (p < 0.05) y en forma marginal en los enfermos del grupo B (p = 0.06); en cambio, no se modificó en los niños del grupo C. En los grupos A y B también se comprobaron reducciones significativas en el puntaje Z del IMC (p < 0.05), un hallazgo que sugiere mejoría del estado corporal. La circunferencia de la cintura y el %GC disminuyeron en los niños de los grupos A y B, pero las modificaciones sólo fueron significativas en los primeros (p < 0.05). Ambos parámetros permanecieron sin cambios en los niños del grupo C.
Entre los participantes de los grupos A y B se produjeron mejorías en el porcentaje de la masa magra (%MM), como resultado de la actividad física; sin embargo, las diferencias sólo fueron marginales (p = 0.07). El %MM no se modificó en los participantes del tercer grupo. El contenido mineral óseo aumentó en los grupos A y B (p < 0.05) pero no se modificó en el grupo C.
El IMC se redujo en 2.8% en el grupo A y en 3.7% en los participantes del grupo B; el %GC disminuyó en 4.5% en el grupo A y en 3.4% en el grupo B, en comparación con 0% en el grupo C. La circunferencia de la cintura se redujo en 3.3%, 2.6% y 0%, respectivamente.
En los niños de los grupos A y B se comprobó una disminución significativa de los niveles séricos del colesterol total (p < 0.05) en tanto que en el grupo C no se observaron cambios importantes. Los niveles de los triglicéridos sólo disminuyeron sustancialmente en los integrantes del grupo A. La concentración promedio del HDLc se mantuvo prácticamente sin cambios en los grupos A y B pero disminuyó en forma sustancial en el grupo C. Los niveles de LDLc y la glucemia se redujeron significativamente sólo en los enfermos del grupo A; la glucemia aumentó en los niños del grupo C al final del estudio. El porcentaje de niños con deficiencia de cinc se redujo considerablemente en los grupos A y B (p < 0.05) pero permaneció sin cambios en el grupo C.
Las modificaciones en los niveles de los triglicéridos fueron significativamente más importantes en el grupo A (-13.7%) en comparación con los grupos B (-5.9%) y C (-5.7%; p < 0.05). Igualmente, la reducción de los niveles de colesterol total fue más marcada en el grupo A (-14.3%) y en el grupo B (-10.5%) respecto del grupo C (-4.5%; p < 0.05). La actividad física mejoró en un 82% en los participantes del grupo A y en 46% en los niños del grupo B en comparación con una reducción de 4% entre los integrantes del grupo C. La cantidad de horas por día mirando televisión se redujo considerablemente en los individuos de los grupos A y B y aumentó en los niños del grupo C.
El consumo de granos enteros aumentó a 5% en el grupo A y a 12% en el grupo B pero disminuyó a 25% en el grupo C. La ingesta de verduras de hoja verde aumentó significativamente en los grupos A (25%; p < 0.05) pero no se modificó en el grupo B (-5%) y disminuyó en el grupo C (-50%). El consumo de leche y yogur aumentó en los grupos B y C (50%) en tanto que se mantuvo sin cambios en el grupo A (2.8%). La ingesta de frutas se redujo en los tres grupos. El consumo de brotes aumentó en el grupo A (84%) en comparación con los grupos B (25%) y C (-46%; p < 0.05).
En los grupos A y B se comprobó una reducción significativa del consumo de alimentos no saludables; la ingesta de comidas rápidas disminuyó en los grupos A y B (-54.8% y -59%, respectivamente) en tanto que aumentó (16%) en el grupo C. El consumo de alimentos de origen animal disminuyó en los tres grupos; las diferencias entre los grupos A y C fueron significativas. El consumo de calorías y grasas se redujo en los grupos A y B (p < 0.05) pero no en el grupo C. En los grupos A y B también se registró una mejoría importante de la ingesta de cinc, cobre, calcio y riboflavina (p < 0.05). La ingesta de niacina y ácido fólico aumentó en los niños del grupo A y B pero las diferencias sólo fueron significativas en este último.
La elasticidad arterial y la velocidad de la onda de pulso disminuyeron sustancialmente en el grupo A; la adaptabilidad arterial mejoró en el grupo A respecto del grupo B (p < 0.05). La presión arterial sistólica sólo se redujo en los integrantes del grupo A.
Discusión
Los resultados del estudio demuestran una mejoría significativa del IMC, de la circunferencia de la cintura y del %GC en los enfermos sometidos a modificaciones del estilo de vida en combinación con suplementos polivitamínicos y cinc durante cuatro meses. En estos casos también se comprobaron cambios favorables en la rigidez arterial, un fenómeno que podría tener consecuencias clínicas a largo plazo. En general, los hábitos de vida saludables fueron más comunes luego de las intervenciones, tanto en el grupo A como en el B.
La densidad promedio de micronutrientes en la dieta aumentó considerablemente luego de las intervenciones, un fenómeno que avala la importancia del asesoramiento adecuado. En un estudio previo, la actividad física durante seis meses se asoció con la recuperación de la función del endotelio y con mejoría del ECIM de la carótida y del perfil de riesgo cardiovascular en niños con obesidad. Sin embargo, en otros trabajos -como también en el presente estudio- no se observaron cambios significativos en el ECIM. Debido al importante papel de las vitaminas antioxidantes en la prevención de la aterosclerosis, las intervenciones nutricionales serían particularmente eficaces. }
En conclusión, afirman los expertos, los hallazgos obtenidos en la presente ocasión demuestran claramente la eficacia del aporte de suplementos polivitamínicos y cinc en combinación con los cambios saludables en la dieta y en la actividad física, en la mejora de los parámetros de riesgo cardíaco y metabólico en niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad.
Ref : PEDIAT, ENDO.
Especialidad: Bibliografía - Endocrinología - Pediatría