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El Ejercicio de Fuerza Intenso junto a la Ingesta de Bebida Proteica no Aumentó la Masa Muscular en Pacientes Ancianos con Deterioro Físico o Cognitivo Grave
- AUTOR : Carlsson M, Littbrand H, Håglin L y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Effects of High-Intensity Exercise and Protein Supplement on Muscle Mass in ADL Dependent older People with and without Malnutrition: A Randomized Controlled Trial
- CITA : Journal of Nutrition, Health and Aging 15(7):554-560, Ago 2011
- MICRO : No se observó aumento de la masa muscular en pacientes ancianos residentes en centros de atención luego de 3 meses de ejercicio funcional de fuerza de alta intensidad sumado a la ingesta de bebida proteica inmediatamente posterior al ejercicio a pesar de la mejoría a largo plazo de la función física.
Introducción
La pérdida de masa muscular asociada con la edad aumenta el riesgo de discapacidad, morbilidad y mortalidad. Las causas son multifactoriales y comprenden falta de actividad física, malnutrición y el proceso de envejecimiento en sí.
La masa muscular es el reservorio más importante de proteína muscular. Los ejercicios de fuerza muscular dos a tres veces por semana, por lo menos durante 9 semanas, parecen eficaces para aumentar la masa muscular en individuos ancianos sanos o con deterioro moderado. La ingestión de suplementos proteicos inmediatamente después de la sesión de ejercicios de fuerza parece incrementar la masa muscular en la población anciana sana.
Por otra parte, en personas que viven en instituciones es frecuente la presencia de malnutrición, y esto conduce a la pérdida de la masa muscular debido al desequilibrio entre la síntesis y la degradación de proteínas.
Los autores realizaron un estudio para evaluar el efecto del ejercicio y el aporte de proteínas en residentes de hogares de ancianos con deterioro físico o cognitivo grave.
El estudio FOPANU fue aleatorizado y controlado y analizó los efectos de un programa de ejercicio funcional de alta intensidad (Programa HIFE) sobre las funciones físicas como criterio principal de valoración.
Métodos
El estudio FOPANU se realizó en 9 centros residenciales en el norte de Suecia. Los participantes debían tener una edad > 65 años, depender de la asistencia de una persona en una o más actividades de la vida diaria (AVD), poder levantarse de una silla con apoyabrazos con ayuda de no más de una persona y tener un puntaje de 10 a más en la Mini Mental State Examination. Para evaluar la composición corporal se utilizó espectroscopia por impedancia bioeléctrica. De 489 residentes, se incluyeron 177 participantes en el estudio.
La composición y el índice de masa corporal (IMC) se evaluaron al inicio y luego de 3 y 6 meses. La función de las AVD se evaluó mediante el índice Barthel (0 a 20 puntos) y el equilibrio, mediante la Berg Balance Scale (0 a 56 puntos). Para evaluar el estado nutricional se empleó laMini Nutritional Assessment (MNA; esta escala tiene un máximo de 30 puntos; < 17 indica desnutrición; 17 a 23.5, riesgo de desnutrición, y > 24, buen estado nutricional).
El ejercicio y la actividad control se realizaron en grupos de 3 a 9 participantes supervisados por 2 terapeutas físicos (ejercicio) y un terapeuta ocupacional (control). Las sesiones duraron 45 minutos y se realizaron cinco veces durante cada período de 2 semanas, durante 3 meses (13 semanas); en total, 29 sesiones.
El programa de ejercicio se basó en el Programa HIFE. El objetivo de este programa fue mejorar la fuerza de los miembros inferiores, el equilibrio y la marcha. Los terapeutas estimularon a los participantes a ejercitarse a alta intensidad. La carga de los ejercicios de fuerza de los miembros inferiores y la dificultad de los ejercicios de equilibrio se incrementaron en forma progresiva. La actividad control comprendió actividades en posición sentada, como mirar películas, leer, cantar y conversar.
El suplemento nutricional consistió en una bebida a base de leche, enriquecida con proteínas (200 ml), con 7.4 g de proteínas, 15.7 g de carbohidratos y 0.43 g de grasas. La bebida placebo contenía 0.2 g de proteínas y 10.8 g de carbohidratos. Las bebidas se administraron dentro de los 5 minutos de finalizada cada sesión de ejercicio o actividad control.
Resultados
La edad de los participantes varió entre 65 y 99 años; el 74% fueron mujeres. El IMC promedio fue de 24.9 kg/m2. El 16% de los participantes presentó un puntaje en la MNA < 17, 65% tuvo un puntaje entre 17 y 23.5 y el 19%, > 24.
La participación en las sesiones de ejercicio fue del 79% y en las sesiones control, del 72%. Para el grupo de ejercicio, el nivel de asistencia fue del 72% para los participantes con un puntaje < 17 en la MNA, del 80% para aquellos con una valoración > 17 en la MNA, del 75% para las mujeres y del 86% para los hombres. En las sesiones de ejercicio se realizó fuerza de miembros inferiores de alta intensidad (8 a 12 repeticiones máximas [RM]) en una mediana del 60% de las sesiones y a intensidad moderada (13 a 15 RM) o alta en una mediana del 93%. La bebida proteica se ingirió en el 84% de las ocasiones y la bebida placebo, en el 79% de las ocasiones.
Con respecto al seguimiento a los 3 meses, los análisis entre los grupos no mostraron diferencias significativas en las mediciones de agua intracelular (en la bioimpedancia) y peso corporal en el grupo de ejercicio frente al control, tampoco en el grupo de bebida proteica en comparación con el grupo placebo.
Con referencia al seguimiento a los 6 meses, los análisis entre los grupos mostraron como resultado un valor de agua intracelular y peso corporal significativamente inferior en el grupo de ejercicio que en el grupo control. No se observaron diferencias significativas en los valores de agua intracelular y peso corporal en el grupo de bebida proteica frente al grupo placebo.
Discusión
El presente estudio mostró que el Programa HIFE, durante un período de 3 meses, no condujo al aumento de la masa muscular en pacientes ancianos con deterioro físico o cognitivo grave residentes en hogares de atención. Luego de 3 meses de finalizado el período de ejercicio (seguimiento a los 6 meses), la masa muscular resultó significativamente inferior en el grupo de ejercicio respecto del grupo control. La bebida rica en proteínas, ingerida inmediatamente luego de las sesiones de actividad física, no tuvo influencia sobre la capacidad de mantenimiento o incremento de la masa muscular. Asimismo, los efectos del ejercicio sobre la masa muscular no parecieron ser peores en las personas con malnutrición.
A diferencia de los resultados obtenidos en este estudio, otros ensayos efectuados en sujetos ancianos sanos o con deterioro moderado han demostrado aumento de la masa muscular luego de programas de ejercicios de fuerza de alta intensidad. Los autores suponen que, en este estudio, el grave deterioro físico de los participantes, junto con la presencia de comorbilidades, con probablemente alta proporción de citoquinas proinflamatorias y administración de múltiples fármacos, pueden haber limitado los efectos del ejercicio. Asimismo, dada la edad avanzada de los participantes pudieron existir niveles bajos de hormonas anabólicas, actividad enzimática y sensibilidad a la insulina, lo que pudo haber contribuido con la falta de efectos del ejercicio. Agregan los autores que el hecho de que los participantes de este estudio fueron predominantemente de sexo femenino pudo haber limitado los efectos, ya que los hombres parecen tener mayor capacidad de generar masa muscular que las mujeres.
Luego de 6 meses de seguimiento, el grupo de ejercicio presentó pérdida significativa de masa muscular y peso corporal; no obstante, se observó mejoría de las funciones físicas. La pérdida de masa muscular junto con mejoría de la función física parece indicar que esto último se debe a una mejor función neuromuscular. La pérdida de masa muscular y peso corporal señala un balance negativo de energía, que parece estar causado por el ejercicio y sus efectos. Los efectos a largo plazo sobre la función física y las AVD indicaron que los participantes del grupo de ejercicio utilizaron su capacidad física mejorada en su vida diaria luego del período de 3 meses de ejercicio, lo que pudo haber resultado en una mayor tasa metabólica y mayor requerimiento de energía. Esto parece no haber sido compensado por mayor ingesta alimentaria.
La bebida rica en proteínas, ingerida inmediatamente después de finalizado el ejercicio de alta intensidad, durante 3 meses, no tuvo influencia sobre la masa muscular en los participantes del presente estudio. Los autores consideran que esto pudo deberse al bajo ingreso energético de los participantes. Por lo tanto, las proteínas pueden hacer sido metabolizadas como energía en vez de contribuir con el aumento muscular.
La principal importancia clínica del presente estudio fue que, a pesar del efecto negativo a largo plazo sobre la masa muscular del ejercicio de alta intensidad, éste resulta beneficioso con respecto a la función física; además, el efecto sobre la masa muscular no difirió para los pacientes con malnutrición. Los autores señalan que, cuando se indica ejercicio, parece necesario compensar el alto gasto energético con el aumento de la ingesta nutricional, para contrarrestar la pérdida de masa muscular.
Conclusión
No se observó aumento de la masa muscular en pacientes ancianos residentes en centros de atención luego de 3 meses de ejercicio funcional de fuerza de alta intensidad a pesar de la mejoría a largo plazo de la función física. La ingestión de una bebida proteica inmediatamente después de finalizada la sesión de ejercicios no tuvo efecto adicional sobre la capacidad de incrementar la masa muscular. La presencia de malnutrición de base parece no tener influencia sobre el efecto. Se observaron efectos negativos a largo plazo sobre la masa muscular y el peso corporal, lo que indica que probablemente sea necesario compensar el incremento de la demanda de energía relacionado con el ejercicio.
Ref : GERIAT, NUTRI.
Especialidad: Bibliografía - Geriatría - Nutrición