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El Esomeprazol en el Tratamiento de la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico en Pediatría

  • AUTOR : Cardile S, Romano C
  • TITULO ORIGINAL : Clinical Utility of Esomeprazole for Treatment of Gastroesophageal Reflux Disease in Pediatric and Adolescent Patients
  • CITA : Adolescent Health, Medicine and Therapeutics (3): 27-31 2012
  • MICRO : El esomeprazol produjo efectos terapéuticos adecuados, con superioridad clínica en el control del pH intragástrico y en el alivio sintomático en la enfermedad por reflujo gastroesofágico en la población pediátrica. En diversos ensayos se demostró la seguridad y la tolerabilidad del esomeprazol en los niños y adolescentes.

Introducción

El reflujo gastroesofágico (RGE) es el trastorno esofágico más frecuente en pediatría, especialmente en el primer año de vida, donde alcanza una incidencia del 15% al 20%. Se define como el movimiento retrógrado del contenido gástrico hacia el esófago y su patogénesis es multifactorial, con participación de factores anatómicos, hormonales, ambientales y genéticos. Cuando se asocia con síntomas esofágicos y extraesofágicos se define como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Los síntomas típicos de la ERGE son la pirosis y la regurgitación.

En los pacientes pediátricos, las complicaciones esofágicas de la ERGE comprenden esofagitis por reflujo, hemorragia, estenosis y esófago de Barrett. La esofagitis erosiva se produce en un tercio de los niños con trastornos que predisponen a la ERGE, como las alteraciones neurológicas, la atresia esofágica o el síndrome de Down. Por el contrario, en los neonatos y lactantes con síntomas de RGE no problemáticos y sin complicaciones, no debe realizarse el diagnóstico de ERGE. Con frecuencia, los síntomas de RGE en los lactantes se relacionan con la inmadurez y el reflujo fisiológico; no requieren terapia farmacológica, sino que mejoran con la maduración y con las modificaciones en el estilo de vida (más alimentos sólidos y cambios posturales), educación y tranquilizar a los padres.

Los datos disponibles no avalan el ensayo terapéutico con supresión ácida gástrica en los lactantes con llanto inexplicable, irritabilidad o trastornos del sueño. Los inhibidores de la bomba de protones son la terapia de base para el tratamiento de las enfermedades relacionadas con la secreción ácida gástrica tanto en los niños como en los adultos. En esta revisión se analiza el papel de los inhibidores de la bomba de protones (IBP) en la ERGE y, en particular, la eficacia y tolerabilidad del esomeprazol en niños y adolescentes.

Inhibidores de la bomba de protones en la ERGE

El primer inhibidor de la bomba de protones (IBP) presentado al mercado fue el omeprazol, en 1989, seguido por el lansoprazol en 1995, el pantoprazol en 1997, el rabeprazol en 1999 y el esomeprazol, que es el enantiómero S del omeprazol, en 2001. Los IBP inhiben selectiva e irreversiblemente la bomba de protones gástrica H/KATPasa que interviene en el paso final de la secreción ácida.

Todos los IBP inhiben la secreción ácida gástrica basal y estimulada, independientemente de la naturaleza del estímulo parietal. Los IBP sufren un metabolismo hepático extenso por el sistema citocromo P450 (CYP) y los polimorfismos CYP2C19 influyen sobre la farmacocinética, la farmacodinamia y los resultados clínicos de los IBP, de modo significativo. Las diferencias farmacocinéticas y farmacodinámicas entre los IBP se reflejan en su influencia en la velocidad de la supresión ácida gástrica y, en consecuencia, en la eficacia clínica. Los IBP son los agentes de elección en las úlceras pépticas y en la ERGE, con un excelente perfil de seguridad y efectos adversos inespecíficos.

Entre los IBP, sólo el omeprazol y el esomeprazol están aprobados en los EE.UU. y Europa para su uso en niños a partir de los 2 años. El British National Formulary recomienda el lansoprazol para los niños sólo cuando no se cuenta con formulaciones disponibles de omeprazol. La Food and Drug Administration aprobó el esomeprazol magnésico para el tratamiento a corto y largo plazo en los niños entre 1 y 11 años con ERGE, en sus dos presentaciones, cápsulas de liberación retardada y gránulos en sobres.

El esomeprazol es el primer IBP diseñado como un isómero único, el isómero S del omeprazol. Tiene mayor estabilidad metabólica, con una mejor biodisponibilidad y metabolismo más lento en comparación con el omeprazol, lo que resulta en un incremento en el área bajo la curva concentración plasmática-tiempo que brinda un control más eficaz de la secreción ácida gástrica, aun luego de una dosis única. En algunos estudios realizados con adultos se documentó que el esomeprazol en dosis de 40 mg fue superior a 20 mg de omeprazol y a 30 mg de lansoprazol para el alivio de los síntomas y la curación de la esofagitis erosiva. También, se informó que el esomeprazol en dosis de 40 mg administrados una vez por día produjo un pH intragástrico mayor de 4 en un mayor porcentaje de tiempo en un período de 24 horas en comparación con 40 mg de omeprazol una vez por día, de modo significativo. Se demostró que el esomeprazol produjo, con respecto a otros IBP, un mejor control de la secreción ácida en los adultos y fue más eficaz para la curación de la esofagitis.

Al igual que en los adultos, los IBP se absorben rápidamente en los niños luego de la administración oral y la media para la concentración plasmática máxima oscila entre 1 y 3 horas. Los IBP son más eficaces que los antagonistas del receptor de histamina tipo 2 para la curación y el alivio de los síntomas de la ERGE; mientras que ambos son más eficaces que el placebo.

Esomeprazol en la ERGE

Hay pocos estudios clínicos que hayan evaluado la eficacia del esomeprazol en la ERGE en pediatría. Las investigaciones existentes evaluaron el esomeprazol en la ERGE en los niños entre 1 y 11 años y los adolescentes entre 12 y 17 años. En un ensayo aleatorizado, a doble ciego, multicéntrico, de ocho semanas de duración, la administración de esomeprazol a 5 mg o 10 mg (en los niños con peso inferior a 20 kg) o de 10 mg o 20 mg (en aquellos de 20 kg o más), una vez por día, mejoró el puntaje de síntomas de ERGE en niños entre 1 y 11 años con ERGE confirmada endoscópicamente. En el subestudio, la terapia con esomeprazol mejoró o curó la esofagitis erosiva en la mayoría de los niños. Los pacientes pediátricos tratados con una dosis de 40 mg una vez por día tuvieron puntajes inferiores de síntomas y en un período más corto lograron la resolución sintomática sostenida en comparación con los que recibieron la dosis de 20 mg.

Los resultados de un estudio de tipo abierto, aleatorizado, de pequeño tamaño indicaron que en los niños entre 1 y 11 años con ERGE, las propiedades farmacocinéticas del esomeprazol son dependientes de la dosis y de la edad y que a menor edad hay un mayor metabolismo del esomeprazol por kg de peso. El esomeprazol en dosis de 5 mg, 10 mg o 20 mg fue generalmente bien tolerado por los niños entre 1 y 11 años y los adolescentes entre 12 y 17 años con ERGE según los resultados de los ensayos a corto plazo (4-8 semanas). El efecto adverso más frecuente informado en los niños de entre 1 y 11 años fue la diarrea; mientras que entre los adolescentes, los más comunes fueron la cefalea, el dolor abdominal, las náuseas y la diarrea.

Es necesaria la realización de más investigaciones para determinar la duración del tratamiento y los criterios para su interrupción. En un estudio de cohorte retrospectivo en niños tratados con IBP continuamente por más de 9 meses, se concluyó que estos agentes fueron eficaces y seguros a largo plazo, con un alivio sintomático significativo y una muy baja incidencia de efectos adversos.

El uso a largo plazo de IBP puede ser seguro en pacientes pediátricos, aun cuando se informaron efectos adversos tales como diarrea, somnolencia, una incidencia aumentada de infección por Clostridium difficile, un riesgo incrementado de gastroenteritis aguda y de neumonía extrahospitalaria, efectos sobre las vitaminas B12 y C, alteraciones en la absorción de hierro no hemínico, riesgo de fracturas de caderas, aumento en los niveles séricos de gastrina y células tipo enterocromafines y gastritis atrófica. Algunos ensayos demostraron grados menores de hiperplasia tipo enterocromafín, sin un riesgo de gastritis atrófica o tumores carcinoides, en un alto porcentaje de niños (61%) tratados con IBP a largo plazo, por hasta 10.8 años (mediana 2.84 años). Las indicaciones principales para el uso de IBP en los lactantes y niños son: la curación de la esofagitis erosiva aguda; el mantenimiento de la remisión en pacientes con esofagitis erosiva; el alivio sintomático de la enfermedad por reflujo no erosiva; la secreción ácida nocturna y el reflujo relevante y los síntomas supraesofágicos de la ERGE.

Conclusión

La eficacia de los IBP se demostró en la población pediátrica con síntomas y condiciones relacionados con la ERGE. El esomeprazol produjo efectos terapéuticos adecuados, con superioridad clínica en el control del pH intragástrico y en el alivio sintomático en la ERGE en la población pediátrica. En diversos ensayos se demostró la seguridad y tolerabilidad del esomeprazol en los niños y adolescentes.

Ref : PEDIAT, GASTRO, ESOPRAZOL.

Especialidad: Bibliografía - Gastroenterología - Pediatría

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