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El Esomeprazol Parece Disminuir el Riesgo de Ulceras Gastroduodenales Asociadas con el Consumo de Aspirina

  • AUTOR: Yeomans N, Lanas A, Svedberg L y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL: Efficacy of Esomeprazole (20 mg Once Daily) for Reducing the Risk of Gastroduodenal Ulcers Associated with Continuous Use of Low-Dose Aspirin
  • CITA: American Journal of Gastroenterology 103(10):2465-2473, Oct 2008
  • MICRO: Los autores investigan los efectos del esomeprazol en un grupo de pacientes que recibe dosis bajas de aspirina en forma continua.

Introducción

La administración continua de aspirina se utiliza para la prevención tanto primaria como secundaria de los eventos cardiovasculares tales como el infarto agudo de miocardio y el accidente cerebrovascular. Las dosis utilizadas van de 75 a 325 mg/día. Estas dosis, y aun menores, se asocian con un incremento del riesgo de úlceras gastroduodenales y sus complicaciones.

Por otra parte, la edad avanzada, el antecedente de úlcera gástrica o duodenal y la infección por Helicobacter pylori son factores que aumentan las posibilidades de presentar lesiones gastroduodenales relacionadas con el consumo de aspirina. Existen estudios que demostraron que el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) disminuye el riesgo de úlceras gastroduodenales y sus complicaciones en los individuos que reciben antiinflamatorios no esteroides (AINE) no selectivos. Sin embargo, las conclusiones de estos trabajos no pueden aplicarse a la aspirina debido a que ésta y los otros AINE presentan algunas diferencias en sus mecanismos de acción.

El objetivo del presente estudio (ASTERIX) fue determinar si el tratamiento con el IBP esomeprazol disminuye el riesgo de úlceras gástricas y duodenales y los síntomas dispépticos en un grupo de pacientes que recibían dosis bajas de aspirina para la prevención secundaria de eventos cardiovasculares.

Métodos

El estudio fue aleatorizado, controlado con placebo y a doble ciego y se realizó en 78 centros de 10 países. Se incluyeron pacientes de 60 años o mayores que requerían un tratamiento continuo con aspirina en dosis de 75 a 325 mg/día, sin úlceras en la endoscopia inicial y sin infección por H. pylori. La ausencia de infección por esta bacteria debió ser confirmada en un laboratorio central mediante la prueba del aire espirado con urea marcada con 13C y estos resultados estuvieron disponibles después del inicio del estudio.

Los criterios de exclusión fueron: la presencia de esofagitis grado B-D de la clasificación de Los Angeles, el esófago de Barrett o la displasia esofágica en la endoscopia inicial; el antecedente de eventos cardiovasculares durante los 3 meses previos y el consumo de otros AINE, anticoagulantes, corticoesteroides (equivalente a una dosis mayor de 10 mg/día de prednisolona), fenitoína, ketoconazol, itraconazol, anticolinérgicos con acción a nivel gastrointestinal, análogos de las prostaglandinas, inhibidores de los receptores de gastrina, sucralfato y bifosfonatos. Además, se excluyeron los pacientes que habían consumido IBP o antagonistas de los receptores H2 durante los 14 días previos a la endoscopia inicial.

Los sujetos incluidos se distribuyeron aleatoriamente en 2 grupos, uno de los cuales recibió tratamiento con 20 mg/día de esomeprazol durante 26 semanas y el otro, placebo.

Además de la endoscopia inicial, se realizaron otros exámenes del mismo tipo en las semanas 8 y 26, y los pacientes que presentaron úlceras fueron retirados del estudio. Asimismo, y con el propósito de evaluar si el esomeprazol mejoraba los síntomas preexistentes o prevenía su aparición, se investigó la presencia de lesiones esofágicas y de síntomas gastrointestinales tales como dolor o ardor epigástrico, pirosis, regurgitaciones ácidas, náuseas y meteorismo.

Resultados

Participaron de la investigación 991 pacientes, de los cuales 493 recibieron esomeprazol y 498, placebo, pero la población por protocolo estuvo constituida por 612 enfermos (304 del grupo IBP y 308 del grupo placebo) y la principal causa de la exclusión en esta población fue la detección de H. pylori en el laboratorio central después del inicio del estudio.

Si se considera la población total, 815 pacientes completaron el estudio (82.2%) y fueron los eventos adversos el motivo más común de la suspensión de la investigación. Veintisiete pacientes (5.4%) del grupo placebo y 8 (1.6%) del grupo IBP presentaron úlceras en la semana 26 y los resultados fueron similares al considerar sólo la población por protocolo (5.5% y 1.6%).

Por otra parte, las úlceras gástricas fueron más frecuentes que las duodenales durante todo el período de estudio y en ambos grupos; ningún paciente presentó úlceras gástricas y duodenales en forma simultánea. La incidencia de úlceras fue aproximadamente 3 veces mayor en los sujetos que consumían dosis diarias de aspirina entre 101 y 325 mg en comparación con los que eran tratados con dosis de 75 a 100 mg, tanto en el grupo que recibió esomeprazol como en el grupo placebo. La proporción de individuos con esofagitis (grado B como mínimo) en la semana 26 del estudio fue significativamente inferior en el grupo del IBP (3 pacientes frente a 23).

Con respecto a la sintomatología, el esomeprazol resultó significativamente más efectivo que el placebo para prevenir el ardor epigástrico y la pirosis, pero no los otros síntomas investigados. En el caso de los pacientes que presentaban síntomas al inicio del estudio, la desaparición del dolor epigástrico, de la pirosis y de las regurgitaciones ácidas fue más frecuente en aquellos tratados con esomeprazol.

El número y la distribución de los eventos adversos fueron similares en los dos grupos. Un total de 69 pacientes comunicaron eventos graves y 45 enfermos no completaron el estudio por esta causa, de los cuales 6 (2 en el grupo de esomeprazol y 4 en el grupo placebo) presentaron hemorragia gastrointestinal.

Discusión

Este estudio, prospectivo y con un importante número de participantes demostró que el tratamiento con 20 mg/día de esomeprazol disminuyó significativamente el riesgo de úlceras gastroduodenales, principalmente en pacientes sin infección por H. pylori y que consumían dosis bajas de aspirina. Además, los resultados mostraron que esta droga puede reducir el riesgo de esofagitis moderadas o graves y prevenir o tratar los síntomas gastrointestinales superiores. Todos estos hallazgos concuerdan con los resultados de estudios observacionales previos realizados en pacientes tratados en forma simultánea con aspirina e IBP.

Es importante señalar que el efecto beneficioso del IBP en los síntomas evita que los pacientes suspendan la terapia con aspirina, la cual es fundamental para la prevención secundaria de eventos cardiovasculares. Con respecto a los 6 casos de hemorragia digestiva informados (sólo uno fue por causa de una úlcera sangrante), los autores sostienen que pueden deberse a la alteración de la hemostasia causada por la aspirina y señalan que esto debe interpretarse con cautela, ya que el estudio no fue realizado con el propósito de evaluar úlceras sangrantes.

Los pacientes de ambos grupos que recibían dosis de aspirina mayores de 100 mg/día presentaron una incidencia de úlceras casi 3 veces superior y el esomeprazol resultó útil en todos los casos. Sin embargo, es necesario realizar estudios con pacientes que reciban, además de aspirina, clopidogrel u otros antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes.

Los resultados de este estudio, concluyen los autores, avalan el uso de 20 mg/día de esomeprazol para reducir el riesgo de aparición de úlceras gastroduodenales asociadas con el consumo de dosis bajas de aspirina en pacientes de 60 años o más y sin úlceras preexistentes.

Especialidad: Bibliografía - Gastroenterología

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