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El Espesor de la Capa Íntima-Media de la Arteria Carótida en los Enfermos con Insuficiencia Renal Predice el Riesgo de Eventos Cardiovasculares

  • AUTOR : Paul J, Dasgupta S, Niyogi S y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : A Study of Atherosclerosis in Patients With Chronic Renal Failure With Special Reference to Carotid Artery Intima Media Thickness
  • CITA : Heart Views 13(3):91-96, Jul 2012
  • MICRO : La prevalencia de enfermedad arteriosclerótica es alta entre los pacientes con insuficiencia renal crónica. La valoración del espesor de la capa íntima-media de la arteria carótida puede ayudar a detectar a los sujetos con insuficiencia renal y riesgo cardiovascular particularmente alto y a predecir la probabilidad de eventos coronarios en el futuro.

Introducción

La arteriosclerosis prematura y la mayor morbilidad y mortalidad cardiovascular son complicaciones comunes en los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC), antes de la diálisis, durante esta y luego del trasplante renal. Según los hallazgos de un estudio, la enfermedad cardiovascular es dos veces más común en los sujetos con IRC en comparación con la población general. A su vez, respecto de los individuos sin daño renal, los pacientes dializados tienen 10 veces más riesgo de fallecer por eventos cardiovasculares. El espesor de la capa íntima-media de la arteria carótida (EIMC) se utiliza cada vez más como un marcador precoz de la enfermedad arteriosclerótica. En un estudio, el EIMC predijo fuertemente la aparición posterior de infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular. El EIMC puede valorarse sin dificultades mediante ecografía en modo M; el valor predictivo de la medición aumenta aun más cuando se determina el EIMC en diferentes localizaciones de arterias extracraneales.

Al menos tres investigaciones revelaron que el EIMC está aumentado en los pacientes con compromiso de la función renal; sin embargo, los resultados no han sido concordantes en todos los estudios. Los objetivos del presente trabajo fueron determinar la correlación entre la arteriosclerosis y la IRC mediante la valoración del EIMC, analizar las relaciones con otros factores de riesgo cardiovascular y establecer la relación entre la enfermedad cardíaca isquémica y el índice de filtrado glomerular (IFG), independientemente de los factores convencionales de riesgo cardiovascular.

Pacientes y métodos

La muestra para el análisis abarcó a 100 pacientes con IRC y 50 controles sanos, comparables en edad y sexo. Los controles no fumaban y no tenían hipercolesterolemia, hipertensión arterial ni diabetes. Todos los participantes presentaban índice de masa corporal normal y valores normales de la circunferencia de la cintura.

Los pacientes y controles fueron sometidos a una entrevista exhaustiva, a examen clínico, a evaluación de los antecedentes personales y a pruebas de laboratorio. La IRC se definió en aquellos enfermos con IFG < 60 ml/min/1.73 m2 durante, al menos, 3 meses consecutivos. El IFG se estimó con la fórmula Modification of Diet in Renal Disease, que considera los niveles séricos de la creatinina y la edad. La excreción total de albúmina en orina de 24 horas fue la determinación estándar para diagnosticar albuminuria, en tanto que la hipercolesterolemia se estableció en los individuos con niveles séricos de colesterol igual o superiores a 200 mg/dl. Se tuvo en cuenta el hábito de fumar y el tratamiento regular con hemodiálisis (3 veces por semana durante al menos 6 meses). Los antecedentes clínicos y los hallazgos del electrocardiograma permitieron identificar la enfermedad coronaria isquémica.

El EIMC se determinó con ecografía en modo M, en la arteria carótida común, en la bifurcación de la carótida y en la arteria carótida interna, a ambos lados. Todas las mediciones se realizaron en segmentos vasculares libres de placas de ateroma. El análisis estadístico se efectuó con pruebas de la t y de chi al cuadrado y con modelos de variables múltiples.

Resultados

Setenta y uno de los 100 pacientes y 30 de los 50 controles eran de sexo masculino.

La media del EIMC en los enfermos con IRC fue de 1 026.83 ± 17.19 micrones, en tanto que en los controles fue de 722.46 ± 7.61 micrones (p < 0.001). El EIMC se correlacionó positivamente con la edad, el sexo, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, el tabaquismo, la necesidad de diálisis, la glucemia en ayunas y la excreción urinaria total de albúmina en 24 horas. En cambio, se correlacionó en forma inversa con el IFG.

El IEMC en los hombres con IRC fue significativamente mayor que el de las mujeres (1 064.48 ± 17.37 y 934.66 ± 36.49 micrones, respectivamente; p = 0.003). Los pacientes con IRC e hipercolesterolemia tuvieron mayor EIMC que los sujetos con niveles séricos normales de colesterol (1 136.44 ± 17.4 y 982.5 ± 20.98 micrones, en ese orden; p < 0.001). Los pacientes hipertensos también tuvieron mayor EIMC respecto de los enfermos normotensos (1 091.18 ± 17.81 y 907.31 ± 26.51 micrones; p < 0.001). El mismo fenómeno se observó al comparar los sujetos diabéticos y sin diabetes (1 107.31 ± 14.88 y 988.95 ± 20.98 micrones en el mismo orden; p = 0.001).

Los pacientes con IRC y albuminuria igual o superior a los 1 000 mg tuvieron EIMC significativamente mayor que los enfermos con albuminuria < 1 000 mg (1 124.83 ± 30.85 y 976.34 ± 17.82 micrones, respectivamente; p = 0.000).

Los fumadores tuvieron mayor EIMC (1 117.44 ± 19.26 micrones) en comparación con los enfermos que no fumaban (958.47 ± 22.64 micrones; p < 0.001). Los pacientes hemodializados presentaron mayor EIMC en comparación con los enfermos no dializados (1 107.80 ± 24.56 y 960.58 ± 20.05 micrones, respectivamente; p = 0.000).

Trece pacientes con IRC tenían enfermedad cardíaca isquémica; se constató una correlación inversa sustancial entre el IFG y la enfermedad cardíaca isquémica (p = 0.005) y una correlación positiva entre el IFG y el EIMC (p = 0.007).

Discusión

Los resultados del presente estudio confirman que el EIMC en los pacientes con IRC es significativamente mayor en comparación con los controles sanos, comparables en edad y sexo. El EIMC se correlacionó en forma independiente con la edad, el sexo, el estado en relación con el hábito de fumar, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la necesidad de diálisis, la excreción total de proteínas en orina de 24 horas, la glucemia y el IFG. Asimismo, y en coincidencia con los resultados de estudios anteriores, el EIMC se correlacionó con la edad y con el sexo. El EIMC siempre ha sido mayor en los hombres.

El tabaquismo representa un factor predictivo independiente de arteriosclerosis. En el presente ensayo, el 86.04% de los sujetos fumadores y el 50.87% de los enfermos con IRC no fumadores presentaron enfermedad arteriosclerótica; más aún, se comprobó una correlación positiva entre el tabaquismo y el EIMC. Por lo tanto, los sujetos con IRC deben ser particularmente alentados a dejar de fumar. La diálisis se asoció en forma positiva con el EIMC, al igual que la hipertensión arterial. En la investigación, el 96.92% de los pacientes hipertensos con IRC presentaron arteriosclerosis, motivo por el cual el control estricto de la presión arterial es fundamental en estos enfermos.

Al igual que en investigaciones previas, la hipercolesterolemia fue un factor predictivo independiente de la enfermedad aterosclerótica. Con anterioridad se comprobó que el tratamiento de la dislipidemia puede asociarse con una reducción del índice de declinación de la función renal. El 66% de los pacientes con IRC y el 85.29% de los enfermos con IRC y albuminuria igual o superior a 1 000 mg/24 horas presentaron arteriosclerosis, a juzgar por el EIMC. Se sabe que la albuminuria representa un fuerte factor predictivo de progresión del daño renal como también de la aparición de enfermedad cardiovascular.

En la presente investigación, la glucemia en ayunas se asoció en forma positiva con el EIMC; el 90.62% de los enfermos con IRC y diabetes tuvo indicios sugestivos de arteriosclerosis; el EIMC fue sustancialmente mayor en comparación con los sujetos con IRC, no diabéticos. Por lo tanto, el control metabólico estricto también es un objetivo que merece especial atención en esta población. El IFG se asoció en forma inversa con el EIMC y con la enfermedad cardíaca isquémica.

Las principales limitaciones del estudio tienen que ver con la falta de información sobre los niveles séricos de la homocisteína y lipoproteína (a), la actividad física, la dieta aterogénica, los factores proinflamatorios y antiinflamatorios y con el escaso número de enfermos evaluados.

Conclusiones

Los resultados del presente estudio indican que la IRC aumenta el riesgo de arteriosclerosis, independientemente de la presencia de otros factores tradicionales de riesgo. Asimismo, la aterosclerosis, valorada con el EIMC, sugiere enfermedad cardíaca isquémica. Por lo tanto, la determinación del EIMC podría ser de gran utilidad para la detección de aterosclerosis coronaria y para adoptar medidas estrictas tendientes a normalizar los factores de riesgo cardiovascular y disminuir, así, el riesgo de eventos cardiovasculares en estos pacientes.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología

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