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El Indice de Masa Corporal Predice en Forma Inversa la Magnitud de la Calcificación Coronaria

  • AUTOR : Kovacic J, Lee P, Kini A y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Inverse Relationship Between Body Mass Index and Coronary Artery Calcification in Patients With Clinically Significant Coronary Lesions
  • CITA : Atherosclerosis 221(1):176-182, Mar 2012
  • MICRO : En una amplia muestra de pacientes sometidos a intervenciones coronarias percutáneas se comprobó una correlación inversa entre el índice de masa corporal y el índice de calcificación de las arterias coronarias. Los hallazgos en conjunto sugieren una interacción compleja entre el índice de masa corporal, el peso corporal y la calcificación vascular.

Introducción

Durante el envejecimiento se producen un aumento progresivo de la rigidez vascular y calcificaciones arteriales. Ambos fenómenos se asocian con consecuencias muy desfavorables para la salud en general y para la salud cardiovascular en particular, por ejemplo, aumento de la velocidad de la onda de pulso, mayor presión de pulso y aterogénesis de mayor magnitud. La interacción entre la calcificación de las arterias coronarias y la biología de las placas de ateroma es muy compleja. Diversos estudios post mortem mostraron menor calcificación en las placas erosionadas, mayor calcificación en las lesiones agudas y en las rupturas cicatrizadas y calcificación intermedia en las placas estables. Si bien por lo general la calcificación se valora conjuntamente en la capa íntima-media de las arterias, es posible que en cada localización participen mecanismos fisiopatológicos diferentes. De hecho, añaden los autores, la calcificación de la íntima refleja la acumulación aterosclerótica de lípidos, en tanto que la calcificación de la capa media se asocia con arterosclerosis o esclerosis de Mönckeberg y con la transformación de las células de músculo liso vascular hacia un fenotipo similar al de los osteoblastos. A pesar de estas diferencias, la calcificación de las arterias coronarias (CAC) es un marcador predictivo de eventos cardiovasculares y de mortalidad.

Con el envejecimiento, la densidad mineral ósea se reduce en tanto que la calcificación vascular aumenta, una situación que se conoce como la «paradoja de la calcificación». Para conocer los posibles factores subyacentes a este fenómeno es importante tener en cuenta que el menor peso corporal se asocia con densidad mineral ósea (DMO) más baja, la cual a su vez se relaciona independientemente con mayor calcificación vascular. En el presente estudio, los autores analizaron estos aspectos en un amplio grupo de sujetos sometidos a intervenciones coronarias percutáneas (ICP).

Pacientes y métodos

Los autores recuerdan que el hospital en el cual se llevó a cabo el estudio dispone de una base de datos de todas las ICP, realizadas desde 1998. Los pacientes son registrados en el transcurso de las 24 horas posteriores a la intervención índice. Las características clínicas, el peso, la talla, los antecedentes familiares de enfermedad coronaria (enfermedad cardíaca isquémica antes de los 55 años en los familiares hombres y de los 65 años en los parientes directos de sexo femenino), los detalles del procedimiento, las complicaciones asociadas con éste, la evolución intrahospitalaria y los resultados de otros estudios realizados también quedan incorporados en el registro. A partir de éste también fue posible conocer la naturaleza de la enfermedad coronaria en cada paciente (gravedad, calcificación y morfología de las lesiones) y el índice de calcificación de las lesiones (ICL = ausente, leve, moderado o grave) estenosadas, sometidas a ICP. En la institución, las lesiones intervenidas son aquellas que se asocian con obstrucción igual o superior al 60%.

Retrospectivamente se identificaron todas las ICP realizadas entre 1999 y 2009; durante esos 10 años calendario, 20 068 pacientes fueron sometidos a ICP; sin embargo, el análisis final abarcó sólo aquellos enfermos de quienes se dispuso información sobre el índice de masa corporal (IMC) y el ICL. Igualmente, sólo se incluyeron los pacientes caucásicos, de raza negra o hispanos de 45 a 85 años. Se excluyeron los enfermos con IMC < 17 y > 40 kg/m2, como también los sujetos sometidos a cirugías de derivación con injerto (CABG, por sus siglas en inglés), de forma tal que la muestra final de análisis abarcó 9 993 pacientes. Sólo se consideró un procedimiento y una lesión (índice) por individuos. Para los análisis se tuvieron en cuenta el IMC, el índice de filtrado glomerular (IFG, calculado con la Modification of Diet in Renal Disease [MDRD]) y la presencia de hipertensión arterial, dislipidemia y diabetes.

Las comparaciones estadísticas se realizaron con pruebas de la t, de Kruskal-Wallis, ANOVA, de Fisher o de chi al cuadrado según el caso. En los primeros modelos se incluyeron los 20 068 pacientes sometidos a ICP; en ellos se encontró una relación inversa entre el IMC y el ICL. En los análisis de sensibilidad se consideró el IMC, con un umbral de corte de 25 kg/m2.

En los análisis de regresión logística se identificaron las asociaciones entre las distintas variables y el ICL; en ellos se compararon los enfermos con ICL moderado a grave con los sujetos con ICL leve o sin CAC.

Resultados

Los análisis finales se realizaron en 9 993 enfermos sometidos a ICP; el 55% era caucásico; el IMC fue de 28.2 kg/m2 en promedio. Más del 30% de los pacientes tenía obesidad. El 46% de las lesiones se localizaba en la arteria coronaria descendente anterior izquierda. El 14% de ellas mostraba calcificación moderada a grave.

Se comprobó un descenso progresivo del IMC en relación con el aumento del ICL; entre las lesiones sin calcificación y aquellas con calcificación grave, el IMC disminuyó en 1.11 kg/m2 (p < 0.0001), un valor que refleja una disminución del 3.9%. La asociación inversa entre el IMC y el ICL se comprobó tanto en los hombres como en las mujeres. También se comprobó menor peso corporal en los sujetos con ICL más alto; el peso corporal promedio descendió 2.5 kg entre los pacientes sin ICL en la angiografía y aquellos con lesiones más graves. No se encontró una relación significativa entre el ICL y la talla; dichas asociaciones también fueron semejantes en hombres y mujeres.

En los modelos de regresión logística, en comparación con la ausencia de CAC o con un ICL leve, el IMC y el peso fueron factores predictivos independientes de la presencia de ICL moderada a grave (IMC, odds ratio [OR] = 0.957; intervalo de confianza [IC[] 95%: 0.945 a 0.970; p < 0.0001; peso, OR = 0.989; IC 95%: 0.985 a 0.992; p < 0.0001). Los mismos resultados se obtuvieron al considerar el ICL de cualquier magnitud (respecto de la ausencia de CAC; IMC, OR = 0.983; p < 0.0001; peso, OR = 0.994, p < 0.0001) y el ICL grave (respecto de la ausencia de CAC o de ICL leve a moderado; IMC, OR = 0.952, p < 0.0001; peso, OR = 0.992, p = 0.03).

En los análisis en los cuales se analizaron los efectos de la edad y la raza sobre la relación inversa entre el IMC y el ICL moderado o grave, el IMC se mantuvo como un factor predictivo independiente del ICL moderado a grave, tanto en los modelos que incluyeron sólo la edad o la raza como en los que consideraron la edad y la raza. En los modelos de variables múltiples, el IMC persistió como un factor predictivo inverso del ICL moderado a grave (OR = 0.967; IC 95%: 0.953 a 0.980; p < 0.0001). En dichos modelos, la edad, la raza, la presencia de hipertensión arterial, la lesión índice responsable del infarto agudo de miocardio, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, los antecedentes de CABG y la presencia de enfermedad vascular periférica y diabetes fueron otros factores de riesgo.

En un paso posterior, los autores repitieron los análisis considerando las distintas categorías del IMC: normal, sobrepeso y obesidad. Respecto de los individuos con peso normal, en los enfermos con sobrepeso el OR de ICL moderado a grave fue de 0.838 (IC 95%: 0.725 a 0.969; p = 0.017) en tanto que en los sujetos obesos, el OR fue de 0.702 (IC 95%: 0.596 a 0.827; p < 0.0001). El IMC fue un factor predictivo independiente del ICL tanto en los hombres (OR = 0.974) como en las mujeres (OR = 0.961; p = 0.004 y p < 0.0001, respectivamente). Asimismo, el IMC se vinculó con la enfermedad en un único vaso (OR = 0.989; p = 0.011) y con la enfermedad de múltiples arterias coronarias (OR = 0.990; p = 0.030). El IMC predijo en forma independiente e inversa las lesiones con estenosis > 85% (OR = 0.991; p = 0.031).

Discusión

En el presente análisis en 9 993 pacientes con enfermedad coronaria significativa, sometidos a ICP, el IMC y el peso corporal predijeron en forma independiente e inversa el ICL. Los análisis de sensibilidad confirmaron la validez de las interacciones; igualmente se comprobó que los factores tradicionales de riesgo cardiovascular, asociados con la EC, tales como la edad, la raza, la presencia de diabetes, la hipertensión arterial y la enfermedad vascular periférica fueron altamente predictivos de un mayor ICL.

En diversos trabajos anteriores, el mayor IMC u otros parámetros indicadores de obesidad se asociaron con un contenido más alto de CAC. Las diferencias entre estos hallazgos y los resultados del presente estudio obedecerían en parte a la población de mayor edad evaluada en esta ocasión y al hecho de que todos los participantes tenían enfermedad coronaria significativa. Además, se evaluaron las lesiones índice y no el lecho coronario en su totalidad, como ocurrió en estudios previos.

Al analizar los datos globales, es posible que la relación entre el tamaño corporal y el CAC tenga forma de U: asociación positiva en las primeras fases del proceso de calcificación y reversión posterior, cuando la enfermedad está más avanzada. En otras palabras, la asociación inicial positiva entre el peso corporal o el IMC y la calcificación en las arterias coronarias en los enfermos jóvenes o en los sujetos con aterosclerosis preclínica desaparecería (o se invertiría) a edades más avanzadas, en vinculación con la reducción de la densidad mineral ósea y con las lesiones coronarias más importantes. Varios grupos han sugerido el concepto de «calcificación paradojal», que sugiere que la mayor densidad mineral ósea se vincula con menor calcificación coronaria y a la inversa; el fenómeno obedecería a diversas proteínas y vías de señalización que ejercen efectos opuestos sobre los huesos y la vasculatura; la osteoprotegerina sería una de las más importantes en este sentido. Dicha paradoja tiene relevancia clínica sustancial, especialmente en determinadas circunstancias. Por ejemplo en los sujetos de edad avanzada o en los enfermos tratados con diálisis, el tratamiento con bisfosfonatos, tendiente a aumentar la densidad mineral ósea se acompañaría secundariamente de una reducción de la calcificación vascular. Sin duda, la mejor comprensión de los mecanismos moleculares involucrados en la relación en U mencionada será de gran ayuda en términos de prevención y tratamiento.

Conclusiones

En esta amplia muestra de enfermos sometidos a ICP se comprobó una relación inversa entre el IMC, el peso corporal y el índice de calcificación de las arterias coronarias; los estudios futuros permitirán comprender con precisión los mecanismos que participan en las interacciones observadas.

Ref : CARDIO.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología

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