Es necesario implementar estrategias de saneamiento ambiental para mejorar la salud de los niños

• AUTOR: van den Hazel P
• TITULO ORIGINAL: International Strategies in Children’s Environmental Health
• CITA: International Journal of Hygiene and Environmental Health 210(5):521-525, Oct 2007
• MICRO: Para poder comenzar a realizar cambios que mejoren el medio ambiente de los niños, se debe promover la accesibilidad a los datos existentes y homogeneizar el asesoramiento en cuanto al saneamiento ambiental.

La Declaración del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas es contundente: «No debemos ahorrar ningún esfuerzo para liberar… a nuestros hijos y nietos de la amenaza que conlleva vivir en un planeta irremediablemente contaminado por las actividades humanas».

Acorde con esta declaración, la Comisión Europea expresó sus ideas y las plasmó en un documento en 2003. En él se indican cuáles son las áreas de acción prioritarias en cuanto a la salud infantil y el medio ambiente en Europa. Por su parte, la comunidad científica comprendió la necesidad de trasladar los conocimientos que generaba sobre estos temas hacia los encargados de tomar las decisiones políticas. Con esta finalidad se creó una red, conformada en su mayoría por diferentes organismos de países europeos, denominada Policy Interpretation Network on Children’s Health and Environment (PINCHE). El objetivo de esta red es crear una base de sustentación para las políticas relacionadas con el medio ambiente y la salud infantil, así como establecer los mecanismos de control adecuados.

En este artículo se plantea la necesidad de implementar estrategias de saneamiento ambiental para mejorar la salud de los niños, en diferentes ámbitos políticos y en distintas comunidades.

El problema

La salud de los niños requiere un ambiente libre de contaminantes y esto ya ha sido aceptado por los diferentes niveles de decisión política. Sin embargo, aún no existen medidas uniformes tendientes a la mejora del medio ambiente.

En Europa viven más de 163 millones de niños de menos de 19 años y más de 35 millones no superan los 4 años, es decir que se encuentran en el período más vulnerable de su vida.

Los problemas ambientales tienen que ver con el uso inseguro de productos químicos, el manejo inadecuado de residuos tóxicos, la contaminación ambiental de las zonas habitadas, etc. Se deben agregar, también, los cambios climáticos a nivel mundial, el adelgazamiento de la capa de ozono, la radiación y los desechos orgánicos.

Las acciones

La red PINCHE propuso una serie de recomendaciones para la puesta en marcha de una estrategia adecuada para la mejora de la salud infantil a través del saneamiento ambiental. Pone el énfasis en el manejo de la información, la educación, la especialización y la capacitación, como puntos de partida para una mejora mundial del medio ambiente.

La educación y la sensibilización

Las mejoras en la educación deben realizarse a partir de los riesgos específicos existentes en cada región. Es imperativo optimizar los mecanismos para difundir la información al público en general, así como la generación de esta información. Para lograr cambios en el comportamiento humano y los estilos de vida es necesario un proceso largo, muy por el contrario de los deseos de cambios a corto plazo que imperan en la conciencia de los gobernantes. Los primeros pasos que se pueden dar para tratar de acortar esta brecha es realizar seminarios de educación para la salud y fomentar la investigación a nivel local.

La disponibilidad de datos y su accesibilidad

Diversas organizaciones y encuentros dedicados a la salud infantil y el medio ambiente han emitido recomendaciones para mejorar la utilización de la información, con el objetivo de sustentar políticas sólidas. El acceso a la información científica confiable no siempre es fácil. Es habitual que las conclusiones a las que llegan los investigadores solamente sean publicadas en revistas de divulgación científica que, en general, presentan 1 o 2 años de atraso en cuanto a la fecha de la investigación y la fecha de la publicación de los resultados. Sería necesario replantear esta situación para permitir otras vías de difusión de la información obtenida para evitar esta demora.

También, es necesario el acceso a los registros médicos y de riesgos ambientales para un adecuado control de la salud de la población. Se deben investigar las causas y los mecanismos involucrados en la aparición de cáncer en los niños, la neurotoxicidad, las enfermedades respiratorias y los contaminantes ambientales, así como la contaminación acústica.

La información sobre el impacto de los riesgos ambientales en los niños debe difundirse entre los profesionales de la salud pública, los encargados de formular políticas y el público en general. No hacerlo sólo causa demoras para enfrentar los nuevos problemas.

Para que se pueda progresar en la protección de la salud infantil es necesario que los científicos y los gobernantes manejen el mismo idioma, por lo que se debería homogeneizar el uso de términos y definiciones. También es mandatario realizar un cambio en la manera de denominar algunas enfermedades. Un ejemplo es el cáncer, que se denomina según el sitio primario de su diagnóstico (cáncer de mama, de pulmón, etc.). En el caso de la población infantil, en la que los carcinomas no son comunes, denominar el cáncer de esta manera no resulta útil; debería cambiarse por la denominación según su morfología. Al unificar la manera de clasificar esta patología se podría realizar un registro internacional y permitir el cotejo de la información para obtener conclusiones. El fácil acceso a la información permitiría a las autoridades de salud pública realizar investigaciones con pequeñas muestras de la población y detectar diferentes tipos de cáncer relacionados con la contaminación ambiental.

La especialización y la capacitación

Hay pocos expertos en salud infantil y medio ambiente, al punto tal que en el seno de la comunidad médica no hay conocimiento acerca del impacto y la vulnerabilidad de la población infantil frente a los riesgos de la contaminación ambiental. De esta manera, se genera incertidumbre en los gobernantes, al no tener referentes claramente identificables para brindar el asesoramiento necesario.

Se requiere, entonces, un proceso de capacitación y especialización que abarque, no sólo a los médicos pediatras y generalistas, sino también a maestros, periodistas, abogados, industriales y gobernantes, tanto a nivel regional como nacional.

Discusión

Implementar estrategias para la mejora de la salud infantil mediante el saneamiento ambiental conlleva tomar decisiones en diferentes niveles políticos y en cada nivel emergen obstáculos para superar. Algunas de estas barreras son el principio de subsidiariedad, los subsidios económicos, la fragmentación de los conocimientos y la falta de expertos en el tema.

En Europa, el principio de subsidiariedad establece que se puedan adoptar medidas políticas a nivel comunitario sólo en el caso de ser más eficaces que las medidas adoptadas a escala nacional, regional o local. Se promueve, así, la descentralización, que permite la toma de decisiones de carácter local. Este principio genera inconvenientes para la orientación de los expertos en aquellos países que no han elaborado aún políticas a nivel local o nacional.

Una segunda barrera es la fragmentación del conocimiento, de las disciplinas y de la responsabilidad, lo que dificulta tener una base sólida de conocimiento y, a consecuencia de esto, que se elaboren políticas para la mejora del medio ambiente. El campo de la salud ambiental es muy amplio, ya que abarca temas como la calidad del aire y del agua, la radiación, la contaminación acústica y el impacto que cada uno de ellos causa en la salud.

No existe diferencia entre los defensores del saneamiento ambiental y la salud pública, con aquellos que apoyan los mismos intereses en relación con poblaciones más vulnerables, como puede serlo la población infantil. Por otra parte, las diferentes partes interesadas tienen distintos niveles de decisión (nacional o local) o sobre el terreno (la salud o el medio ambiente) en lo que se refiere a los intereses de fondo, lo que crea dificultades para lograr un enfoque que abarque toda Europa. Por lo general, los intereses para la salud son olvidados en un mercado tradicionalmente impulsado por la economía. Todas estas circunstancias provocan que exista fragmentación en la responsabilidad. Como no hay referentes claramente identificables para la política ambiental, se torna muy difícil que surjan interesados en promulgar políticas que involucren el saneamiento ambiental para la mejora de la salud infantil. Tomará tiempo que los encargados de tomar las decisiones políticas persigan este objetivo, teniendo en cuenta las diferentes responsabilidades y puntos de vista involucrados.

La tercera barrera la constituye el factor económico. Un enfoque integrado deberá propugnar una regulación positiva en una esfera en la que los deseos económicos y las posibilidades reales puedan convivir con el objetivo de un medio ambiente saludable para los niños. Un factor de complicación es que los niños no son capaces de pelear por sí mismos en el diseño del ambiente ideal para ellos. Los individuos por lo general juzgan y acomodan su medio ambiente, basados en los costos y no con base en la salud.

Conclusión

Los resultados a los que llegó la red PINCHE indican que el tema se encuentra en un atolladero. Se necesita homogeneizar el asesoramiento en cuanto al saneamiento ambiental, al igual que la clasificación de signos y síntomas que se relacionen con alteraciones de la salud y el medio ambiente. Además, se debe promover la accesibilidad a los datos existentes. Por último, es necesario unificar las definiciones y asegurarse de que los científicos y las autoridades manejen los mismos términos. La red debe seguir abierta, pero la integración no debe ampliarse demasiado, ya que también puede dar lugar a un debilitamiento de su identidad y provocar un impacto reducido. El reto es encontrar el equilibrio.

Especialidad: Bibliografía - Pediatría