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Estrategias a Adoptar Frente a la Pandemia de Influenza

  • AUTOR : Greer A, Tuite A, Fisman D y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Age, Influenza Pandemics and Disease Dynamics
  • CITA : Epidemiology and Infection 138(11):1542-1549, Nov 2010
  • MICRO : Tras la primera pandemia de influenza del siglo XXI, los autores del artículo debaten acerca de la necesidad de diseñar nuevas estrategias de prevención, que estén centradas en el grupo de edad más vulnerable.

Introducción

En el mes de marzo de 2009 surgió en México una pandemia de influenza A (H1N1) que se diseminó rápidamente por el resto del mundo. La Organización Mundial de la Salud confirmó en junio de 2009 la existencia de la primera pandemia de influenza del siglo XXI, que se asoció con tasas mayores de compromiso de adultos jóvenes, y la mayoría de los casos fatales se observaron en individuos de menos de 50 años. Estas características particulares contrastan con los patrones de comportamiento de la influenza estacional, en la que las mayores tasas de mortalidad se observan en los extremos de la vida, y obliga a diseñar estrategias de prevención diferentes.
Los autores del artículo se preguntan cuáles son las consecuencias de esta diferencia en las edades susceptibles a las nuevas cepas de influenza, a qué se debe el patrón de mortalidad en forma de W, cómo se explica la variabilidad geográfica de la gravedad de la pandemia y cómo influyen estas características en las estrategias de control. El objetivo del análisis es responder algunos de estos interrogantes.

Dinámica de la enfermedad y curva de mortalidad en forma de W

El número básico de reproducción de una enfermedad infecciosa (R0) se define como el número de nuevos casos derivados de un único individuo afectado en una población susceptible. Cuando el R0 es mayor de 1, la enfermedad es capaz de diseminarse fácilmente en la población, lo que causa una epidemia. Sin embargo, es una abstracción idealizada y representa la transmisibilidad de la infección en la población, sin que medie intervención alguna. Cuando no es aplicable porque los individuos de la población afectada comienzan a adquirir inmunidad por infecciones previas, se habla de número efectivo de reproducción o RE, en el que cada nuevo caso puede no generar necesariamente casos nuevos. La diferencia entre el R0 y el RE explica la variabilidad de R observada durante la pandemia de H1N1 (pH1N1). Por ejemplo, en un colegio secundario de Nueva York se calculó un R0 de 2.7 durante la pandemia de 2009, mientras que las mediciones en otras comunidades eran más bajas. Se concluyó que la diferencia tenía que ver con el grado de hacinamiento o con conductas particulares de cada comunidad. A pesar de la nueva naturaleza de la cepa pH1N1, la población más añosa se encontraba parcialmente protegida contra la infección, por la exposición previa a antígenos similares (pandemias de influenza de 1918, 1957 y 1968); por lo tanto, en la población más joven (completamente susceptible) el número reproductivo se aproximaría al R0, mientras que en la parcialmente susceptible se aproxima al RE. La fracción de población susceptible puede calcularse dividiendo RE/R0.
El atípico patrón de mortalidad observado en algunas pandemias, con un riesgo absoluto o relativo de los individuos en edad media de la vida, se denomina en forma de W por la morfología del histograma. Este patrón, que se observó en las pandemias de 1957 y 2009, puede deberse a las diferencias de riesgo de infección relacionadas con la edad, sin que necesariamente refleje una peor evolución si la infección se debe a la cepa responsable de la pandemia, que si es estacional.

Consecuencias de la susceptibilidad de los grupos de edad jóvenes

El hecho de que los grupos etarios más susceptibles sean los jóvenes tiene consecuencias epidemiológicas importantes. Sugiere que tanto las escuelas como las universidades, las bases militares y otros ámbitos de concentración de jóvenes, son focos capaces de producir un brote epidémico. También indica que las estrategias de vacunación deben tener su blanco principal en estos grupos, a diferencia de lo que ocurre con la epidemia estacional.
En Canadá se observó un altísimo impacto de la pandemia sobre la población indigente y, a pesar de que esto se atribuyó a las condiciones de hacinamiento, los autores del artículo señalan que esta población tiende a ser más joven que la población general canadiense. Las epidemias son dinámicas, procesos que varían temporalmente y que afectan a distintos grupos en distintos momentos de su evolución. La clave de la pandemia pH1N1 fue que la epidemia tuvo un curso más rápido en la población más joven, con un pico temprano que saturó y colapsó la salud pública y los recursos sanitarios, lo que causó pánico en la población antes de que pudieran implementarse programas con el fin de mitigar los efectos de la epidemia. Esto fue más notorio en las poblaciones de distribución etaria piramidal, más frecuente en países con bajos recursos, lo que explica además la distribución geográfica de los casos más graves.
Las campañas de vacunación contra la influenza estacional están dirigidas a la población añosa o a aquellas personas que padecen enfermedades crónicas o tienen mayor riesgo de complicaciones. Esta estrategia no es aplicable en situaciones de pandemia. Deben diseñarse estrategias específicas que reflejen la distribución de casos.
La Organización Mundial de la Salud distribuyó guías para la vacunación contra la pH1N1, en las que se prioriza la inmunización de los adultos jóvenes por sobre los añosos. Ante la falta de vacunas u otras intervenciones farmacológicas, recomienda recurrir a medidas de distanciamiento social que incluyen el cierre de escuelas y la suspensión de eventos que convoquen gran cantidad de personas.

Conclusión

Los grupos etarios de riesgo de la epidemia estacional de influenza y de la pandemia por la cepa H1N1, son diferentes. Esto obligó a planear nuevas estrategias públicas de prevención e intervención, basadas en la dinámica de la transmisión de la enfermedad y en la distribución etaria. Los autores del artículo afirman que una rápida valoración del grupo de edad más afectado debe ser prioritaria ante el surgimiento de nuevas pandemias.

Ref : INFECTO.

Especialidad: Bibliografía - Infectología

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