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Estudian la Asociación entre la Cirrosis Hepática y la Fibrilación Auricular
- AUTOR : Zamirian M, Sarmadi T, Kazemi M y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Liver Cirrhosis Prevents Atrial Fibrillation: A Reality or Just an Illusion?
- CITA : Journal of Cardiovascular Disease Research 3(2):109-112, Abr 2012
- MICRO : Los resultados del estudio sugieren que la cirrosis hepática conferiría protección contra la aparición de fibrilación auricular, por mecanismos que deberán ser investigados en el futuro.
Introducción
Además de la edad, la diabetes y la hipertensión, la inflamación y el remodelado auricular son otros factores que predisponen a la aparición de fibrilación auricular (FA). La inflamación de mayor gravedad se asocia con trastornos de la conducción auricular, un fenómeno que puede incrementar el riesgo de FA. En este contexto, numerosos estudios mostraron que los niveles séricos más altos de los marcadores inflamatorios (proteína C reactiva e interleuquina-6) predicen un mayor riesgo de FA. Por lo tanto, los fármacos con propiedades antiinflamatorias, tales como las estatinas, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los bloqueantes de los receptores de angiotensina (BRA) podrían ser útiles para reducir el riesgo de FA en los enfermos con cirrosis hepática (CH).
El tamaño de la aurícula izquierda (AI) es otro parámetro asociado con la FA; los enfermos con AI de mayor tamaño tienen riesgo más alto de presentar FA paroxística o crónica. Por su parte, el agrandamiento de la AI desencadena una serie de eventos asociados con la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona; el resultado final es la fibrosis auricular progresiva y el remodelamiento de la AI, ambos involucrados en el inicio de la FA.
Al menos dos trabajos previos revelaron que el tamaño y volumen de la AI están aumentados en los pacientes con CH; sin embargo, los autores comprobaron una menor frecuencia de FA en los pacientes con CH. Los hallazgos motivaron la teoría de que la CH podría conferir protección contra la aparición de FA. En función de estos antecedentes, en el presente artículo se evaluó la relación entre la FA y la CH en una cohorte de enfermos en lista de espera para el trasplante hepático.
Pacientes y métodos
La investigación retrospectiva se llevó a cabo en el Namazee Hospital Transplant Centre, Shiraz, Irán. Se excluyeron los pacientes con cardiopatías congénitas o enfermedad valvular reumática. La muestra para el análisis abarcó a 1 302 enfermos de más de 20 años con CH. Todos los pacientes fueron sometidos a electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones, como parte de la evaluación cardiológica rutinaria, antes del trasplante. La FA se diagnosticó en ausencia de ondas P y en presencia de ondas F, variables en amplitud, forma y frecuencia, en asociación con ritmo ventricular irregular.
Asimismo, en todos los pacientes se efectuó ecocardiografía transtorácica (ETT) de modo M; 1 261 pudieron ser analizados en la presente ocasión. Se calculó el diámetro anteroposterior de la AI según las pautas sugeridas por la American Society of Echocardiography. Se tuvieron en cuenta la hipertensión arterial, la diabetes y el tratamiento con fármacos que pueden proteger contra la FA, tales como la espironolactona y los betabloqueantes. La prevalencia de FA se determinó en la totalidad de la cohorte y en distintos subgrupos por edad. El tamaño promedio de la AI se calculó en la población en conjunto y en los grupos por edad.
Resultados
En la cohorte se constató un predominio de enfermos de 50 a 59 años; en solo 2 de los 1 302 ECG se comprobó FA. Ambos pacientes eran de sexo masculino, tenían 71 y 45 años, y uno de ellos presentaba diabetes. Ninguno de los dos enfermos recibía espironolactona o betabloqueantes. Por lo tanto, la prevalencia de FA en esta cohorte de pacientes con CH fue de 0.13% en los sujetos por debajo de los 50 años y de 0.19% en los enfermos de 50 años o más.
El tamaño promedio de la AI en la totalidad de la cohorte fue de 40 mm; 668 pacientes (51%) presentaron agrandamiento auricular (44.6 mm en promedio). El mayor tamaño registrado fue de 60 mm, en un enfermo con ritmo sinusal. El 47% de los pacientes (n = 611) tenía ascitis, el 12.4% (n = 162) era diabético y el 2.7% (n = 35) presentaba hipertensión arterial. En general, el 30% de los pacientes estaba tratado con espironolactona o betabloqueantes.
Discusión
La prevalencia de FA no es la misma en todos los países. Por ejemplo, según los resultados de un trabajo anterior, la frecuencia fue similar en Europa y los Estados Unidos, pero más baja en Asia. En una investigación norteamericana, la prevalencia global en adultos de 20 años o más fue de 0.95%, desde 0.1% en las personas de menos de 55 años hasta 3.8% en los sujetos de 60 años o más y alcanzó valores de 9% en los pacientes de 80 años o mayores. Por su parte, un estudio transversal del Reino Unido reveló una frecuencia de 4.7%, en tanto que una investigación realizada en Corea mostró valores de 0.4% y de hasta 1% en los sujetos de 60 a 69 años. En Irán, la prevalencia estimada en un estudio anterior fue de 2.8% en los sujetos de 50 años o más; aumentó de 0.6% en los pacientes de 50 a 59 años a 1.4% en los individuos de 60 a 69 años y a 6.4% en los enfermos de 70 a 79 años. En la presente ocasión, solo el 0.15% de los 1 302 enfermos con CH presentó FA, una cifra muy inferior a la correspondiente para la población general.
El tamaño de la AI > 40 mm aumenta considerablemente el riesgo de FA; 668 enfermos del presente estudio tuvieron una AI de 40 mm o más y los dos enfermos con FA presentaron agrandamiento auricular. Aun así, la frecuencia de FA en los sujetos con agrandamiento de la AI fue llamativamente baja, de 0.3%.
La diabetes representa otro factor de riesgo de FA; en este estudio, el 12.4% de los enfermos con CH era diabético, una frecuencia más alta que la de la población general de Irán, del 6.1%. Uno de los pacientes con FA era diabético; nuevamente, la frecuencia en este grupo fue muy inferior a la esperada en los enfermos diabéticos, sin CH (0.6%).
Es posible que la menor frecuencia de FA en los pacientes con CH tenga que ver con la acumulación de algún factor humoral con propiedades antiarrítmicas o antiinflamatorias, que no es metabolizado por el hígado enfermo. De hecho, en un estudio previo, la frecuencia de FA fue muy alta luego del trasplante hepático.
Si bien el tratamiento con espironolactona y betabloqueantes reduce el riesgo de FA, en el trabajo solo el 30% de los enfermos utilizaba estos fármacos. Un grupo refirió desensibilización de las células cardíacas a las catecolaminas en los enfermos con CH, otro factor que podría explicar la baja prevalencia de FA.
Conclusiones
Aunque los resultados en conjunto parecen indicar que, efectivamente, la prevalencia de FA es inferior en los enfermos con CH, se requieren más estudios para confirmar estas observaciones y para comprender los posibles mecanismos involucrados. Los trabajos multicéntricos podrían ser de gran utilidad para poder afirmar que el fenómeno es una realidad.
Especialidad: Bibliografía - Cardiología