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Estudio sobre las Conductas de Riesgo en Embarazadas
- AUTOR : Zhao G, Ford E, Croft J y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Trends in Health-Related Behavioral Risk Factors Among Pregnant Women in the United States: 2001-2009
- CITA : Journal of Women’s Health 21(3):255-263, Mar 2012
- MICRO : Entre las conductas de riesgo para la salud de las embarazadas que incluyen el consumo de alcohol, el tabaquismo, la actividad sedentaria, una dieta inapropiada y la falta de vacunación para influenza constituyen los factores de riesgo más comunes con graves consecuencias para la madre y el feto.
Introducción
Las conductas de riesgo no saludables como el consumo de alcohol, el tabaquismo, las dietas inadecuadas y la falta de inmunización contra la influenza pueden provocar consecuencias graves para las embarazadas y su descendencia y constituye un problema importante para la salud pública.
El consumo de alcohol y tabaco se asocia con un riesgo aumentado de infertilidad, abortos espontáneos, nacimientos pretérmino y dismorfia facial en los niños. La actividad física durante el embarazo se vincula con un menor riesgo de diabetes gestacional, de preeclampsia y de aumento excesivo de peso.
Promover a la embarazada a mantener conductas saludables ha sido el eje central del cuidado durante el período de la periconcepción.
Los autores, utilizando datos de trabajos representativos, proponen con este trabajo que los profesionales que asisten la salud pública comprendan cuáles son los factores de riesgo a tener en cuenta en este contexto.
Métodos
Se recolectaron datos desde 2001 a 2009 del Sistema de Vigilancia para las Conductas de Riesgo en los Estados Unidos. Se obtuvo información de las embarazadas y se compararon con la de mujeres que no lo estaban, con un rango de edad de entre 18 y 44 años.
La valoración de factores de riesgo en las participantes se efectuó con un cuestionario sobre la calidad de vida y los factores de riesgo potenciales.
Las conductas de riesgo analizadas fueron el consumo de alcohol, el hábito tabáquico, la actividad física, el haber recibido vacunación contra la influenza dentro de los 12 meses previos al embarazo, así como la dieta habitual, con hincapié en el consumo de frutas y vegetales frescos. Estos cuestionarios se contestaron con respuestas afirmativas o negativas.
Se confeccionó una escala de conductas de acuerdo con las siguientes variables: 1) no fumadoras; 2) no consumidoras de alcohol; 3) si efectuaban actividad física y, 4) el hecho de haber recibido la vacuna contra la influenza. Cada ítem se puntuó de 1 a 4.
Los datos demográficos para este análisis fueron la edad, la raza, el nivel de educación, el estado civil y los ingresos familiares.
Resultados
Se excluyeron aquellas mujeres que no contestaron el cuestionario o que no lo completaron.
La distribución por raza, edad y estado civil fueron similares durante los 9 años del estudio; sin embargo, desde 2001 a 2009 cuando se compararon con mujeres no embarazadas, la prevalencia de consumo de alcohol o tabaco y la realización de actividad física fue menor en las embarazadas, mientras que el consumo de frutas y vegetales resultó mayor en las embarazadas. La prevalencia de la vacunación contra la influenza fue similar en ambos grupos.
Entre las embarazadas, el consumo de alcohol disminuyó del 14.1% en 2001 al 0.9% en 2009, la prevalencia de la vacunación para influenza aumentó del 14.1% en 2001 al 35.1% en 2009. Sin embargo, la prevalencia de fumadoras habituales así como el consumo de frutas y vegetales no cambió en los 9 años de seguimiento.
El porcentaje de embarazadas que alcanzaron el mayor puntaje (4) en la escala de conductas aumentó en forma significativa en los últimos 9 años (del 7.3% en 2001 al 21.2% en 2009).
Discusión
Las ventajas del presente estudio fueron que se pudo evaluar los cambios en las conductas de riesgo durante el período estudiado en embarazadas con la utilización de estudios representativos y nacionales. Los resultados muestran que, desde 2001 a 2009, estos cambios fueron más notorios en la realización de actividad física y en la vacunación contra la influenza. Se necesitan mayores esfuerzos para reducir el consumo de tabaco y de alcohol en esta población de pacientes.
El embarazo es un período crítico en la salud de la mujer y los hábitos de riesgo como el tabaquismo y el consumo de alcohol, la inactividad física, el aumento excesivo de peso y la malnutrición representan múltiples riesgos para la madre y el niño.
El consumo de alcohol durante el embarazo se asocia con la aparición de defectos neurológicos en la descendencia; el riesgo se incrementa a medida que aumenta la edad materna. Las recomendaciones actuales indican evitar por completo el consumo de alcohol.
El habito tabáquico tiene múltiples riesgos en el embarazo e incluyen cambios en la placenta, complicaciones del embarazo, partos pretérmino con niños de bajo peso, restricción del crecimiento fetal y aumento de la mortalidad perinatal.
Las embarazadas que realizan actividad física tienen menos riesgo de presentar diabetes gestacional y preeclampsia. Las recomendaciones incluyen, al menos, efectuar actividad moderada a intensa por los menos por media hora casi todos los días.
La infección por el virus de la influenza aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo. Las recomendaciones nacionales sugieren la vacunación en el segundo o el tercer trimestre. Los resultados de este trabajo demuestran que la tendencia a la vacunación fue favorable desde 2001 a 2009; sin embargo, una de tres mujeres recibió esta vacuna en 2009, lo cual indica que se deben realizar mayores esfuerzos para fomentar esta práctica.
La nutrición materna juega un importante papel en la salud materna y fetal. No obstante, el consumo de frutas y vegetales durante el embarazo es bajo a nivel mundial, con lo que se concluye que deberían existir programas de educación nutricional que mejoren la calidad de los alimentos que se consumen.
Entre las características demográficas, los autores comprobaron que las mujeres más jóvenes, de raza blanca y no hispanas, con mayor educación y mayores ingresos económicos realizan actividad física durante el embarazo. El nivel de educación y de ingresos también está relacionado con el mayor consumo de frutas y vegetales.
Conclusiones
Los datos obtenidos sugieren que la educación sanitaria, el asesoramiento por parte del personal de la salud, incluidos médicos clínicos, obstetras y promotores de la salud, son fundamentales para mejorar la calidad de vida y disminuir los factores de riesgo mencionados, considerados un problema para la salud pública.
Ref : GINECO.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología