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Evaluación del Desempeño Social de Adolescentes que Fueron Neonatos Prematuros Extremos
- AUTOR : Hallin AL, Stjernqvist A
- TITULO ORIGINAL : Follow-Up of Adolescents Born Extremely Preterm: Self-Perceived Mental Health, Social and Relational Outcomes
- CITA : Acta Pædiatrica 100(2):279-283, Feb 2011
- MICRO : Los adolescentes que fueron neonatos prematuros extremos parecen caracterizarse por una mayor interpretación negativa de sí mismos, lo cual podría representar un factor de riesgo para los procesos psicopatológicos.
Introducción
El perfeccionamiento de las unidades de cuidados intensivos neonatales se ha asociado con una mejoría progresiva en la supervivencia de los niños prematuros y de los lactantes con bajo peso al nacer. Esta optimización ha motivado la necesidad de estudios de seguimiento a largo plazo para describir los parámetros neurológicos y cognitivos de estos niños en la etapa escolar y la adolescencia. Mientras que en algunos estudios no se reconocieron diferencias en estos parámetros, en otros ensayos se ha identificado un mayor riesgo de síntomas psiquiátricos y de alteraciones específicas en la funcionalidad psicológica y social. Sin embargo, sólo en una pequeña proporción de estudios se ha mencionado un nivel elevado de apego inseguro en estos pacientes.
En este contexto se presentan los resultados del seguimiento a largo plazo de una cohorte de adolescentes de 18 años, caracterizados por su condición de prematuros extremos al nacer, en términos de su propia experiencia en relación con la salud emocional y sus vínculos sociales.
Pacientes y métodos
De acuerdo con los registros nacionales de Suecia, se registraron 32 120 nacimientos en el sur del país en el bienio 1985-1986. En el 0.4% de estos partos (n = 121) se confirmaron casos de neonatos prematuros extremos, definidos como aquellos nacidos antes de las 29 semanas de gestación. El 54% de esos pacientes (n = 65) permanecían vivos a la edad de 10 años. Un total de 61 niños de ese subgrupo participaron de un estudio de seguimiento, en forma comparada con un grupo control (GC, n = 61) de niños nacidos en término. Estos participantes fueron evaluados a los 18 años.
Se consideró como criterio de inclusión la ausencia de deterioro neurocognitivo grave, definido por un coeficiente intelectual (CI) superior a 55 puntos. En el grupo de adolescentes nacidos prematuros extremos (GA-PE) se consideró la inclusión final de 51 individuos, tras la exclusión de los pacientes con parálisis cerebral y de aquellos que desistieron de participar. La media de la edad gestacional al momento del nacimiento fue de 27 semanas, con un promedio del peso al nacer de 1 020 g.
El GC final estuvo constituido por 54 participantes, tras la exclusión de los individuos que desistieron de intervenir en el estudio. Tanto la media de la edad gestacional como el promedio del peso al nacer fueron significativamente diferentes a los registrados en los miembros del GA-PE (40 semanas y 3 610 g, en orden respectivo).
En ambas cohortes de adolescentes se implementó una evaluación por medio del Beck Youth Inventory (BYI), con el cual es posible cuantificar las dificultades emocionales y sociales de niños y adolescentes. Asimismo, se aplicó la Interview Schedule of Social Interaction (ISSI), que consiste en un sistema de puntuación autoadministrado con la inclusión de dominios de capacidad de integración social y de apego. También, por medio del Relationship Questionnaire se cuantificaron los niveles de temor, seguridad, ensimismamiento y displicencia relacionados con el apego.
Todos los datos reunidos, así como la información sociodemográfica, se procesaron con pruebas estadísticas específicas. Se realizaron análisis complementarios con la exclusión de los pacientes con un peso al nacer < 750 g o un CI < 70. Se definió como significativo un valor de p < 0.05.
Resultados
Las expertas aseguran que no se reconocieron diferencias de significación estadística entre ambos grupos de estudio en términos de discapacidades emocionales y sociales cuantificadas mediante el BYI al evaluar la ansiedad, la depresión, la ira, la autoconcepción y las conductas negativas. Estos resultados no se modificaron al efectuar un ajuste estadístico por los niveles de CI.
En cambio, se encontraron diferencias de significación estadística en la disponibilidad para la interacción social evaluada por medio de la entrevista ISSI (p < 0.001), así como una tendencia a un nivel general de interacción entre los integrantes del GA-PE (p = 0.053). La aplicación de un ajuste estadístico por los valores de CI y el nivel educativo de los padres no se vincularon con modificaciones en estas asociaciones.
En relación con el apego, se verificó una puntuación significativamente inferior en el dominio de ensimismamiento (p = 0.023), aunque no se identificaron diferencias en relación con las características de seguridad del apego. Estos resultados no variaron, a pesar del ajuste estadístico por el CI y el nivel educativo de los padres.
Discusión
Se dispone de estudios previos en los cuales se han señalado resultados contradictorios en relación con el riesgo de alteraciones psicopatológicas en los niños prematuros. Se ha mencionado que, a la edad de 10 años, estos pacientes presentan más problemas de conducta y menores niveles de competencias sociales.
En el presente análisis, efectuado durante la adolescencia, se observó que los miembros del GA-PE se caracterizaron por menor nivel de integración social y por mayor frecuencia de ensimismamiento en el apego. No obstante, no fue posible detectar diferencias en relación con la salud mental o el perfil de seguridad del apego.
Según las autoras, la ausencia de diferencias entre ambas cohortes puede atribuirse al posible aprendizaje de los niños prematuros para sobrellevar las dificultades descritas a los 10 años de vida. Asimismo, reconocen que las escalas utilizadas en este análisis fueron autoadministradas, a diferencia de los sistemas de puntuación utilizados a los 10 años, los cuales fueron aplicados por los padres.
Si bien en el GA-PE se notificó una menor disponibilidad de interacción social, no existieron diferencias en la satisfacción asociada con este parámetro o en la disponibilidad para establecer relaciones emotivas estrechas. Estas diferencias deben interpretarse con precaución debido a la ausencia de diferencias en las cuatro subescalas consideradas. En otro orden, en el GA-PE se verificó una mayor probabilidad de ensimismamiento en el estilo de apego en comparación con los adolescentes nacieron en término. Este estilo se asocia con una interpretación negativa de sí mismos, pero con una interpretación positiva de otras personas. Esta forma de apego se ha identificado como un factor significativo de riesgo de procesos psicopatológicos, con menores niveles de autonomía y de respeto por sí mismos.
Se destaca que todas las escalas fueron autoadministradas, con una interpretación subjetiva de las redes sociales, las relaciones interpersonales y la salud mental. Esta observación puede asumirse como una desventaja, dado que la información no fue validada por otros observadores. De todos modos, el ajuste estadístico por el CI, el nivel educativo de los padres o la exclusión de los valores extremos no se vinculó con modificaciones en las asociaciones estudiadas. Sin embargo, se reconocen como limitaciones el tamaño reducido de ambos grupos y la ausencia de una evaluación más profunda del nivel socioeconómico de los padres.
Conclusiones
Dado que la falta de apoyo social y la interpretación negativa de sí mismos se postulan como factores de riesgo para los procesos psicopatológicos, las autoras concluyen haciendo énfasis en la necesidad de realizar más estudios para evaluar a los adolescentes que fueron prematuros al nacer.
Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría