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Evaluación del Estado Actual de la Investigación Científica Referida al Consumo de Esteroides Anabólicos

  • AUTOR : Agulló Calatayud V, González Alcaide G, Valderrama Zurián J, Aleixandre Benavent R
  • TITULO ORIGINAL : Consumption of Anabolic Steroids in Sport, Physical Activity and as a Drug of Abuse: An Analysis of the Scientific Literature and Areas of Research
  • CITA :  British Journal of Sports Medicine (BJSM) 42(2):103-109, Feb 2008
  • MICRO : Los trabajos de investigación referidos al consumo de esteroides se han incrementado, particularmente aquellos que analizan su uso en los gimnasios y entre jóvenes y adolescentes.

Introducción

Los esteroides anabólicos (EA) son derivados sintéticos de la testosterona que producen aumento de la masa muscular y de los caracteres sexuales secundarios masculinos. Son utilizados en los deportes para incrementar la resistencia y la fuerza y por su efecto sobre el sistema nervioso central que hace a los atletas más aguerridos, tanto en el entrenamiento como en la competencia.

El consumo de estas sustancias ha aumentado considerablemente en las últimas décadas, particularmente entre los deportistas y los atletas. Los deportes en los que el uso es mayor son: culturismo, baseball, atletismo, lucha, fútbol americano, levantamiento de pesas, natación, fútbol y ciclismo. En la actualidad, este consumo se extendió fuera del ambiente deportivo y tiene un patrón similar al uso recreativo de otras drogas en la población general.

El objetivo del presente estudio fue analizar el estado actual de la investigación referida al consumo de EA en el deporte profesional y como droga de abuso. Para ello se aplicaron técnicas bibliométricas que permiten identificar las principales bases de datos sobre un campo científico determinado, las revistas que publican esa información y las agencias responsables de las actividades científicas. Haber realizado esta revisión se justifica por el interés que tienen este tipo de investigaciones para los profesionales especialistas en el tema y por la poca cantidad de esta clase de estudios en esta área.

Métodos

El procedimiento comprendió cuatro etapas:

A) Selección de las bases de datos: Medline, SportDiscus, Science Citation Index Expanded (SCI) y el Social Sciences Citation Index (SSCI). La base de datos de Medline es producida por el National Centre for Biotechnology Information de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Su amplitud y volumen la convierten en la base de datos más importante del mundo, especializada en medicina y ciencias de la salud: contiene alrededor de 14 millones de entradas de 4 800 revistas médicas de todo el planeta. SportDiscus es un índice dedicado a publicaciones referidas a la actividad deportiva que abarca todos sus aspectos como salud, aptitud física y medicina del deporte, entre otros. Es elaborado por centros de información de Canadá y cubre 2 000 revistas. Por último, el SCI-expanded y el SSCI son dos bases de datos multidisciplinarias distribuidas por Thomson Scientific a través de la Web of Knowledge. Fueron creadas con el propósito de compilar las principales revistas de publicaciones científicas de cada área del conocimiento y contiene el índice de trabajos de 5 900 revistas en 150 disciplinas correspondientes a las ciencias naturales y de 1 725 publicaciones del campo de las ciencias sociales.

La búsqueda se llevó a cabo a partir de vocablos genéricos como esteroides, anabólicos y andrógenos junto con nombres específicos de estas sustancias y combinados con términos referidos a su consumo en el deporte o como drogas de abuso. La investigación se limitó a los artículos originales publicados entre 1996 y 2005.

B) Panel de expertos. Las bases de datos fueron organizadas en una aplicación creada para tal fin de Microsoft Access. Allí se especificaba la procedencia de los datos y la información bibliográfica que aparecía en los trabajos. Un grupo independiente de tres expertos en medicina del deporte y abuso de sustancias evaluaron los artículos con el propósito de seleccionar sólo aquellos que fueran relevantes para la presente revisión. Excluyeron los estudios referidos al uso de estas drogas como medicamentos o en animales, así como los documentos clasificados en SportDiscus en el nivel «principiante» ya que eran publicaciones para la población general o con fines publicitarios y no mantenían la estructura de un trabajo científico.

C) Análisis bibliométrico. Se computaron los siguientes indicadores: índice de contribución absoluta (porcentaje de referencias bibliográficas provisto por una fuente comparado con el total de referencias de todas las fuentes de información), índice de contribución específica (porcentaje de referencias de una única fuente), índice de superposición entre las bases de datos (porcentaje de referencias comunes a dos o más fuentes), principales revistas en las que aparecían los documentos, productividad científica, patrones de participación de los autores (número de documentos, número de autores, cantidad de autores por documento, número de colaboradores) y clasificación de las instituciones a las que pertenecen los investigadores más prolíficos.

D) Construcción de redes de autores y análisis subjetivo de los términos utilizados. Se llevó a cabo una evaluación estructural con la creación de redes de trabajo. Fueron identificadas las coautorías de cada estudio y se estableció la cantidad de este tipo de vínculo en relación con el número de autores. Se calculó la «intensidad de colaboración» de cada investigador y estos datos fueron utilizados en un algoritmo que permitió identificar grupos de autores o equipos de investigación. Se analizó también la colaboración entre instituciones para la publicación de artículos científicos, lo que permitió establecer la relación existente entre los agentes sociales para las publicaciones, identificarlos y representarlos gráficamente. Además, se distinguió el número de miembros en la red de trabajo, la intensidad de la relación entre ellos y quiénes eran los individuos más destacados. Finalmente, se identificaron y cuantificaron los términos incluidos en los títulos de los artículos.

Resultados

El análisis fue realizado sobre 1 325 documentos. La base de datos con los índices más altos fue Medline en cuanto a contribución absoluta (63%), contribución específica (44%) e índice de superposición (19%). SportDiscus obtuvo un índice de contribución absoluta del 34% y su contribución específica fue mayor que la de SCI/SSCI, mientras que el índice de superposición de estos dos últimos fue mayor que el de SportDiscus. En cuanto a las revistas en las que aparecieron las publicaciones, el International Journal of Sports Medicine fue el de mayor productividad con 45 artículos, seguido por el Clinical Journal of Sport Medicine con 26, Sports Medicine con 22 artículos, European Journal of Applied Physiology con 17 y el Clinical Chemestry con 16 trabajos publicados. Otras diez revistas tenían más de 9 artículos referidos al consumo de EA, 30 boletines habían publicado entre 6 y 9 documentos y en 542 revistas se hallaron 5 artículos o menos sobre el tema. El índice autor/artículo fue de 3.32. Al establecer un mínimo de tres publicaciones escritas en colaboración, fueron identificados 52 grupos de autores y equipos de trabajo formados por un total de 192 investigadores, con el grupo más grande formado por 18 miembros. La institución que contó con los autores más productivos fue la Ball State University de Estados Unidos y luego se ubicaron centros de investigación de Francia, España y Alemania.

En cuanto a las palabras utilizadas en los títulos de los artículos se identificaron términos referidos a la población (juventud, adolescencia, atletas, deporte, ejercicio) y otros concernientes a sustancias (testosterona, epitestosterona, nandrolona). También se hallaron referencias sobre el método de medición de los EA (cromatografía de gases, análisis de orina, análisis del pelo) y sobre patrones de consumo como uso, abuso, dependencia, suplementos dietarios, conducta y efectos.

Discusión

El método aplicado en este trabajo permitió reconocer los individuos, los equipos y las instituciones responsables de las investigaciones referidas a EA. Sin embargo, el estudio tuvo algunas limitaciones: se utilizaron sólo 4 bases de datos; es posible que el perfil de búsqueda no haya sido lo suficientemente amplio como para recuperar todos los artículos escritos sobre EA y no se analizaron otro tipo de publicaciones como monografías o tesis. A pesar de estos inconvenientes, los autores señalan que las bases de datos consultadas son las más representativas en cuanto a su cobertura amplia, la especialización en deportes o porque compilan las revistas de mayor impacto y difusión mundial. Asimismo, sostienen que haber usado un perfil de búsqueda dio mayor precisión y que el tipo de documentos elegidos es el que mejor refleja el estado actual de la investigación.

La comparación gráfica y cronológica de los índices de contribución de las bases de datos muestra un aumento significativo en la cantidad de publicaciones de Medline; SCI-expanded y SSCI se mantuvieron estables, mientras que SportDiscus es el más irregular.

Las revistas de medicina del deporte fueron las de mayor producción científica seguidas por publicaciones dedicadas a la química, fisiología, endocrinología y abuso de sustancias.

Si se observan los grupos de autores, sólo un pequeño número están formados por gran cantidad de miembros en una relación de cooperación estable. La mayoría de los equipos son de alcance nacional con algunos contactos internacionales.

En cuanto a las instituciones a las que pertenecen los investigadores, existe una prevalencia de aquellas dedicadas a los métodos para detectar sustancias o controles antidopaje. Otros centros trabajan en estudios fisiológicos, los efectos del consumo, el uso de anabólicos fuera del deporte y los indicadores de dependencia fisiológica de estos fármacos.

Los países líderes en la investigación en estas áreas son Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Holanda y España.

Los autores concluyen señalando que esta revisión permitió observar que, además de la investigación centrada en el deporte y los atletas de elite, hay otro tipo de consumo de EA como por ejemplo en el físico-culturismo. Existen numerosos estudios sobre el uso indiscriminado de EA en los gimnasios, clubes, centros de salud, departamentos de educación física de las universidades y miembros de las fuerzas armadas. Es de resaltar también la cantidad de artículos referidos a los jóvenes a través de los términos «adolescentes» o «estudiantes» que aparecen en los títulos. En un trabajo reciente llevado a cabo en Estados Unidos y Australia se muestra que entre el 5% y el 10% de los estudiantes secundarios y terciarios consumen EA para mejorar su apariencia física.

Los expertos sostienen que son necesarias investigaciones más profundas sobre la relación entre EA y el consumo de otras drogas de abuso o fármacos. Diversas investigaciones revelan una correlación entre el uso de anabólicos entre los adolescentes y el consumo de otras drogas como cocaína, crack o marihuana y el riesgo de beber alcohol en exceso, mantener relaciones sexuales sin protección, no utilizar los cinturones de seguridad en un viaje en auto y portar armas. Sería importante también realizar estudios epidemiológicos sobre el consumo de EA como droga de abuso en la población general, particularmente acerca de los efectos físicos y fisiológicos en personas con trastornos dismórficos. Por último, sería indispensable revisar la validez y la fiabilidad de los métodos de detección de anabólicos y el análisis de otras sustancias emergentes en todos los deportes.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica

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