Factores que Influyen en el Estado de Calcio del Organismo

• AUTOR : Martín de Portela M
• TITULO ORIGINAL : Fuentes de Calcio, Biodisponibilidad y Salud Ósea: Evidencias e Interrogantes
• CITA : Actualizaciones en Osteología 9(2):118-122, May 2013
• MICRO : El calcio es el principal mineral del hueso y, por lo tanto, tiene una importancia fundamental en la adquisición de la masa ósea y de la reducción de su pérdida en etapas avanzadas de la vida. El aporte adecuado de calcio en la población sólo es posible cuando se dispone de información precisa acerca de la composición de los alimentos.

Debido a la mayor expectativa de vida de la población, la prevalencia de la osteoporosis es cada vez más alta, sobre todo en las mujeres. Diversos factores hormonales y nutricionales determinan la adquisición de masa ósea durante el crecimiento, así como la composición, las propiedades físicas y la pérdida de masa ósea en las mujeres posmenopáusicas y en los sujetos de edad avanzada. La alimentación equilibrada desde la niñez representa uno de los principales factores para evitar la aparición de osteoporosis. El aporte de calcio; fósforo; magnesio; cinc; flúor, y vitaminas C, D y K tiene una importancia decisiva.

La Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), realizada recientemente en la Argentina, mostró una elevada deficiencia en la ingesta de calcio en las mujeres de 10 a 49 años, no vinculada al nivel socioeconómico sino a los hábitos alimenticios. Esta deficiencia explicaría, en parte, la alta frecuencia de osteoporosis en la edad adulta y en los años avanzados de la vida. Por lo tanto, la prevención es un factor prioritario en el ámbito de la salud pública.

El calcio, el principal mineral presente en los huesos, no abunda en la mayoría de los alimentos consumidos en los países occidentales. Los lácteos son los alimentos más ricos en calcio; en ellos, se encuentra unido a la caseína, de modo que la cantidad de calcio es semejante en los productos enteros y en los descremados. La manteca y la crema, en cambio, tienen cantidades mínimas, mientras que el contenido del mineral varía considerablemente según las distintas variedades de quesos.

La autora destaca que la cantidad de nutrientes presentes en los alimentos no es sinónimo de la biodisponibilidad, es decir, de la cantidad que puede ser digerida, absorbida, metabolizada y utilizada por el organismo. Sin embargo, la medición de la absorción suele utilizarse como un marcador de la biodisponibilidad.

En presencia del pH ácido del estómago, el calcio se encuentra en estado iónico; en el intestino interacciona con las secreciones digestivas y los demás componentes de la dieta. Algunas proteínas, aminoácidos y péptidos, el ácido cítrico, la lactosa y algunos compuestos que forman complejos solubles o que modifican el pH intestinal favorecen la absorción de calcio. Asimismo, la relación entre el calcio y el fósforo es un determinante principal de la biodisponibilidad del calcio; el exceso de fósforo se asocia con la formación de fosfatos de calcio de baja solubilidad.

Los oxalatos, los ácidos grasos de cadena larga, el flúor, el fosfato, las fibras y los cationes bivalentes son algunos de los elementos que disminuyen la absorción de calcio. Por ello, ciertos alimentos, por ejemplo, los vegetales ricos en oxalato y los cereales integrales con alto contenido de fósforo, no deben ingerirse en simultáneo con los alimentos ricos en calcio.

Algunos alimentos de origen vegetal, como los tubérculos, tienen hidratos de carbono complejos no digeribles (inulina y oliofructosa); estos prebióticos estimulan el crecimiento de la flora colónica y la producción de ácidos grasos de cadena corta que favorecen la absorción de calcio.

La absorción de calcio puede determinarse con el uso de isótopos radiactivos. En un estudio en mujeres posmenopáusicas, la absorción del calcio de la leche entera, de la leche chocolatada, del yogur y de otros derivados lácteos fue del 21% al 26%. El calcio de la leche materna tiene una biodisponibilidad óptima, del 40% al 70%. En cambio, la absorción del calcio es más baja en los niños que reciben fórmulas lácteas.

Un estudio en mujeres sanas confirmó el efecto inhibitorio de los fitatos de la soja. Los sujetos lactovegetarianos mantienen una masa ósea apropiada siempre y cuando ingieran cantidades adecuadas de lácteos y vegetales ricos en calcio (coles, raíces y tubérculos).

La cáscara de huevo tiene cantidades importantes de carbonato de calcio (alrededor de 2 g por unidad). Por este motivo, la ingesta de cáscara de huevo, correctamente tratada para garantizar la seguridad microbiológica, podría ser un suplemento interesante de calcio. El amaranto también es una fuente importante de calcio. En cambio, la harina integral del grano tiene factores antinutricionales. Según los resultados de un estudio, el proceso de fermentación del pan elaborado con una mezcla de harina de trigo y de amaranto, en combinación con fitasas, podría mejorar la biodisponibilidad del calcio.

El maíz nixtamalizado representa una fuente importante de calcio en ciertas regiones, por ejemplo, en Centroamérica.

Las recomendaciones para la ingesta de calcio varían considerablemente según los criterios que se apliquen para valorar el estado nutricional. La baja masa ósea durante el crecimiento y la pérdida de masa ósea luego de la menopausia son algunas de las consecuencias tardías asociadas con el consumo inadecuado de calcio.

Se ha estimado que la absorción del calcio de una dieta mixta es del 30% al 40%, y algo mayor en los niños, adolescentes y mujeres jóvenes. Sin embargo, las recomendaciones deben considerar la biodisponibilidad del calcio en las distintas fuentes alimenticias.

Algunos trabajos sugirieron una relación entre el consumo bajo de calcio y el riesgo de preeclampsia, hipertensión inducida por el embarazo, ciertos tumores (de colon, de próstata y de mama, entre otros), enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, síndrome metabólico, ciertas enfermedades metabólicas e infecciosas, y algunos trastornos neurológicos (autismo, deterioro cognitivo y depresión).

En el contexto de la prevención de la osteoporosis, el aporte adecuado de calcio para garantizar la adquisición de masa ósea en los primeros años de la vida y para reducir la pérdida de masa ósea en años posteriores tiene una importancia decisiva. Para ello, se debe disponer de información precisa acerca de la composición de los principales alimentos que consumen las distintas poblaciones, mediante la actualización de las Tablas Nacionales y las Bases de Datos de Composición de Alimentos, ausentes en la Argentina. Es necesario crear bases propias y no utilizar los datos de los productos extranjeros. Este objetivo sólo se logrará mediante la participación mancomunada del gobierno nacional, las universidades, la industria de los alimentos, las instituciones provinciales y las sociedades científicas.

Ref : GINECO, NUTRI.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología - Nutrición