Bibliografía

Laboratorios Bagó > Bibliografías > Farmacoprofilaxis de la diabetes

Farmacoprofilaxis de la diabetes

  • TITULO : Farmacoprofilaxis de la diabetes
  • AUTOR : Choudhary N, Kalra S, Gopalakrishnan A, Ajish T
  • TITULO ORIGINAL : Preventive Pharmacotherapy in Type 2 Diabetes Mellitus
  • CITA : Indian Journal of Endocrinology and Metabolism 16(1):33-43, Ene 2012
  • MICRO : Las modificaciones en el estilo de vida (cambios en la dieta e incrementos en la actividad física) son, sin duda, el primer y principal paso en la prevención de la diabetes.

 

Introducción

En las últimas décadas, se han observado a nivel poblacional una serie de modificaciones en el estilo de vida que, junto con un aumento en la longevidad, han llevado a un cambio en el patrón de incidencia de distintas patologías. De esta manera, se ha reconocido un incremento gradual en la prevalencia de las enfermedades crónicas no transmisibles a nivel global.

La diabetes mellitus tipo 2 (DBT 2) y las complicaciones crónicas asociadas, como la nefropatía diabética, la hipertensión arterial y la enfermedad coronaria, contribuyen en gran medida a este aumento en la prevalencia global de las enfermedades crónicas no transmisibles. Esto, a su vez, lleva a un aumento global en la morbimortalidad. Hasta hace una década, la DBT 2 era considerada una enfermedad que afectaba predominantemente a personas de mediana edad y ancianos; en la actualidad, se ven cada vez más casos en niños y adolescentes. Esta tendencia resulta preocupante si se tienen en cuenta las complicaciones macrovasculares y microvasculares asociadas con esta enfermedad, en tanto las poblaciones jóvenes se verían expuestas durante una mayor cantidad de tiempo a estados hiperglucémicos. Si no se logra revertir esta tendencia, durante las próximas décadas, los médicos se verán obligados a manejar estas complicaciones en pacientes jóvenes, en los cuales existe un conocimiento limitado respecto al curso evolutivo de la enfermedad y el tiempo de aparición de las complicaciones.

 

Etiopatogenia de la diabetes tipo 2

La fisiopatogenia de la diabetes incluye alteraciones en la secreción o en la acción de la insulina, lo cual lleva a la aparición de una intolerancia a la glucosa y una eventual progresión a la enfermedad manifiesta. Existe un incremento progresivo en la resistencia tisular a la insulina, lo cual lleva a que las células beta del páncreas aumenten la secreción de la hormona. Este proceso continúa hasta que se produce el agotamiento de las células beta y se comienza a producir un aumento en la glucemia.

La evolución natural de la enfermedad implica, entonces, una progresión desde un estado de glucemia alterada en ayunas (GAA) o tolerancia alterada a la glucosa (TAG), con la consecuente hiperglucemia posprandial, hasta la DBT 2. Las personas con una TAG tienen un riesgo aumentado de progresar a una DBT 2, así como un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte, en comparación con aquellos sin esta condición. La aparición de la resistencia insulínica está determinada predominantemente por la obesidad o la falta de ejercicio físico; la presencia de grasa abdominal ha sido vinculada con el desarrollo de dicha resistencia. A su vez, la adiposidad aumentada se asocia con un incremento en la liberación de adipocinas proinflamatorias, las cuales agravan la resistencia. La predisposición genética es otro factor involucrado en la aparición de esta enfermedad.

Otros factores involucrados en la fisiopatogenia son las incretinas, las células alfa del páncreas, la absorción renal de hasta un 90% de la glucosa filtrada y el cerebro. Todos estos elementos fueron englobados dentro del término «octeto ominoso».

 

Prevención de la diabetes tipo 2

Las personas con un estado de prediabetes presentan un alto riesgo de desarrollar la enfermedad en forma manifiesta y de sufrir una afección cardiovascular. El tratamiento del estado prediabético para prevenir su progresión a la enfermedad manifiesta podría resultar beneficioso en múltiples aspectos. Las intervenciones podrían clasificarse como estrategias primordiales, de nivel primario, de nivel secundario o de nivel terciario, dependiendo del estadio en la evolución fisiopatogénica en que se las lleve a cabo.

Las intervenciones primordiales estarán dirigidas a poblaciones enteras e incluyen modificaciones en el estilo de vida y la dieta, la pérdida de peso y un aumento en la actividad física. Las intervenciones primarias se enfocan en los estadios de GAA y TAG e incluirían el uso de fármacos y modificaciones en el estilo de vida. Las intervenciones secundarias consisten en la prevención de la aparición de las complicaciones de la enfermedad, mientras que la prevención terciaria se centra en el tratamiento de dichas complicaciones para evitar un aumento en la morbimortalidad asociada con ellas.

La American Diabetes Association recomienda realizar intervenciones en los individuos con alto riesgo de presentar diabetes (GAA, TAG o ambas).

 

La modulación metabólica en la diabetes tipo 2

Los niveles elevados de la glucemia son un elemento dentro de la alteración general en la regulación metabólica y el consumo energético que existe en esta enfermedad, que incluye un compromiso en el metabolismo lipídico y de los hidratos de carbono.

La disminución en la actividad antilipolítica dependiente de la insulina y el aumento en los depósitos corporales de grasa se traducen en un incremento en los niveles plasmáticos de ácidos grasos libres. Esto resulta eventualmente en la aparición de un perfil lipídico alterado, con niveles elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y menores concentraciones de lipoproteínas de alta densidad (HDL).

En los últimos años, se han identificado varias clases de fármacos que actúan mediante distintos mecanismos a nivel de los diferentes procesos metabólicos alterados en la DBT 2. En esta categoría, se incluyen a las tiazolidinedionas, como la pioglitazona, ciertas estatinas y fibratos, y a los agentes bloqueantes del sistema renina-angiotensina. Otros compuestos con nuevos mecanismos se encuentran en estudio.

 

El impacto económico de la diabetes

La diabetes es la segunda enfermedad más prevalente en la India, mientras que el primer lugar es ocupado por las enfermedades cardiovasculares. Si se tienen en cuenta las corrientes demográficas actuales, se proyecta que la prevalencia poblacional de la diabetes va a continuar creciendo en el futuro próximo, sobre todo, entre aquellos subgrupos en los que no era común hasta el momento. La Organización Mundial de la Salud estima que para 2030 habrá, aproximadamente, 80 millones de pacientes diabéticos en la India.

El costo anual promedio del tratamiento de un paciente diabético en la India se ha estimado en 575 dólares en concepto de gastos directos y otros 100 dólares debido a gastos indirectos, tales como días laborales perdidos.

 

La farmacoterapia preventiva en la diabetes tipo 2

Se ha observado que las intervenciones en el estilo de vida en los pacientes con una TAG tienen una importancia similar a la que presentan en el manejo de la diabetes. Aún resta por determinar si estas modificaciones evaluadas mediante ensayos clínicos, en donde son aplicadas en forma controlada y disciplinada, pueden implementarse con la misma eficacia y adhesión en la atención primaria. Parecería prudente, entonces, introducir el manejo farmacológico en la prevención de la DBT 2 en las poblaciones de riesgo. El primer estudio al respecto fue realizado en 1980 en 49 sujetos. En éste, se demostró que la tolbutamida (una sulfonilurea) era eficaz para evitar la progresión de la TAG a la DBT 2, mientras que en el grupo control se encontró una incidencia de la enfermedad del 29%, a los 10 años. A partir de un mayor conocimiento de los procesos fisiopatogénicos implicados, se observó que aquellos agentes que no actuaban sobre la hiperglucemia podían también reducir la progresión a la enfermedad. El uso del orlistat para el manejo de la obesidad, el bloqueo del sistema renina angiotensina con los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los bloqueantes del receptor para angiotensina 2 (ARA-2), la vitamina D y la bromocriptina son diferentes enfoques para alcanzar el mismo objetivo.

 

Metformina

Numerosos ensayos de gran escala han encontrado que este fármaco resulta útil en la prevención de la DBT 2. El agente produce un descenso de la glucemia en ayunas en los pacientes de riesgo, sin dar lugar a hipoglucemias. Además, ha demostrado tener un efecto favorable sobre los factores de riesgo cardiovascular, a menudo presentes dentro de esta población de pacientes. La sustancia está implicada, también, en el mantenimiento de la pérdida de peso inducida por la dieta y la disminución del LDL, el colesterol total y los ácidos grasos libres. Estos efectos hacen de la metformina un fármaco de primera línea en la prevención de la diabetes según la American Diabetes Association.

El ensayo clínico multicéntrico Diabetes Prevention Program evaluó el efecto sobre el comienzo de la DBT 2 que tenían la pérdida moderada de peso mediante la dieta y el ejercicio en comparación con el tratamiento con metformina. Los voluntarios del estudio fueron sujetos prediabéticos y con sobrepeso. El ensayo encontró que tanto las intervenciones sobre el estilo de vida como la metformina eran eficaces para reducir la progresión de la TAG a la DBT 2. Los participantes del grupo que realizó el tratamiento con medidas higiénico-dietéticas mostraron una reducción del riesgo de aparición de la enfermedad de un 58%, mientras que los del grupo tratado con metformina tuvieron un descenso del 31% El primer grupo mostró que un 5% de los pacientes al año adquirían la enfermedad; en los sujetos tratados con metformina el valor ascendía a un 7.8% y en los voluntarios tratados con placebo era de un 11%

El Indian Diabetes Prevention Program, una investigación realizada en personas con TAG, informó una reducción de un 28.5% en la incidencia de la DBT 2 con las modificaciones del estilo de vida y un descenso del 26.4% con la metformina, en comparación con el placebo.

En el Chinese Diabetes Prevention Program se evaluó el efecto que tenían la dieta y el ejercicio, la acarbosa y la metformina sobre la progresión de la TAG a la DBT 2. Los voluntarios fueron separados en 4 grupos según el tratamiento recibido: control, dieta y ejercicio, acarbosa o metformina. Los resultados obtenidos, medidos como incidencia anual de la diabetes, fueron de 11.6% para el grupo control, 8.2% para los pacientes tratados con dieta y ejercicio, 2% en el grupo tratado con acarbosa y 4.1% en los voluntarios que recibieron metformina.

Un estudio llamado Early Diabetes Intervention Trial evaluó la reducción en el riesgo de aparición de la enfermedad a los 3 años en pacientes con TAG tratados con placebo, metformina o acarbosa. Se observó una reducción del riesgo de un 37% con la metformina y del 8% con la acarbosa, en comparación con el placebo. La reducción del riesgo relativo a los 6 años de seguimiento resultó significativa para la acarbosa, pero no para la metformina.

La metformina también demostró ser eficaz en embarazadas con diabetes gestacional y síndrome del ovario poliquístico.

Un aspecto cuestionado respecto a este fármaco fue si la reducción en la incidencia de la diabetes correspondía en efecto a una profilaxis de la enfermedad o se trataba de un enmascaramiento de ésta, en tanto el período de reposo farmacológico tomado para el estudio Diabetes Prevention Program fue muy acotado. Se ha sugerido al respecto que el rápido efecto de la metformina para aumentar la sensibilidad tisular a la insulina podría disiparse con igual rapidez.

 

Inhibidores de la alfa glucosidasa

Dentro de este grupo de fármacos, se encuentran la acarbosa, el miglitol y la voglibosa. El mecanismo de acción de estas sustancias consiste en inhibir a la enzima alfa-glucosidasa, la cual se localiza en el epitelio intestinal y está implicada en la digestión de los hidratos de carbono. Estos compuestos producen un descenso de la hiperglucemia y de la hiperinsulinemia posprandial y podrían dar lugar a un aumento en la sensibilidad tisular a la insulina y a una disminución en el estrés producido sobre las células beta del páncreas.

Los inhibidores de la alfa glucosidasa no han sido asociados con el desarrollo de hipoglucemias, aunque las reacciones adversas gastrointestinales son comunes y pueden condicionar la adhesión al tratamiento.

Un estudio multicéntrico, internacional, a doble ciego y controlado con placebo, realizado en 1 418 sujetos con TAG (Study To Prevent Non-Insulin Dependant Diabetes), evaluó los efectos de la acarbosa sobre la progresión de la TAG a la DBT2. El criterio principal de valoración en el trabajo fue la aparición de la DBT2, determinada a partir de una prueba de tolerancia oral a la glucosa. Se encontró una reducción del 25% en el riesgo relativo de progresión a la enfermedad en el grupo tratado con la acarbosa, en comparación con el grupo que recibió placebo. El fármaco produjo un incremento significativo en la tasa de regresión desde el estado de TAG hasta una tolerancia normal a la glucosa.

Una investigación realizada en 1 780 pacientes con TAG evaluó los efectos de la voglibosa sobre el riesgo de progresión a la diabetes. Se encontró que los voluntarios que habían recibido el agente tenían un riesgo significativamente menor de adquirir la enfermedad que quienes habían recibido placebo. El uso de este compuesto en la profilaxis de la DBT2 en pacientes con TAG fue aprobado en Japón en 2009.

 

Tiazolidinedionas

La pioglitazona es un agonista del receptor PPAR gamma, el cual se expresa principalmente a nivel del tejido adiposo y contribuye a disminuir la resistencia sistémica a la insulina.

Troglitazone in Prevention of Diabetes (TRIPOD) fue un estudio aleatorizado, controlado con placebo y realizado en 266 mujeres con antecedentes recientes de diabetes gestacional. Un total de 126 voluntarias completaron el período de 3.6 años de tratamiento con la troglitazona. Luego de 8 meses de reposo farmacológico, las mujeres fueron evaluadas. Se encontró una disminución del 55% en la incidencia de la enfermedad, con una persistencia en la protección contra ésta hasta 8 meses luego de haber interrumpido el tratamiento con la sustancia. Se registraron niveles de glucemia estables y un funcionamiento normal de las células beta por un período de 4.5 años en aquellas mujeres que no habían adquirido la enfermedad durante el tratamiento con la troglitazona. El ensayo debió suspenderse cuando el fármaco fue retirado del mercado.

El trabajo Pioglitazone in Prevention of Diabetes fue un ensayo abierto con la pioglitazona, realizado como seguimiento de 89 mujeres que habían sido voluntarias en el TRIPOD. Los resultados obtenidos fueron similares a los del anterior estudio. Al compararse los cambios observados en ambos ensayos respecto a la compensación funcional producida por las células beta en respuesta a la resistencia insulínica, se encontró que la pioglitazona frenaba el deterioro en la función de dichas células y mantenía la estabilidad en su funcionamiento, al igual que con la troglitazona. En conjunto, ambos estudios revelan que las tiazolidinedionas son útiles en la prevención de la DBT2.

La eficacia de la pioglitazona en la prevención de la DBT2 fue evaluada en un ensayo aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo, el cual se realizó en 602 personas con TAG. La tasa de incidencia anual de la enfermedad fue de un 2.1% en el grupo que recibió el fármaco en estudio y de un 7.6% en el grupo que recibió placebo. La tasa de riesgo de conversión a la DBT 2 fue de 0.28. De manera similar, la rosuglitazona y el ramipril fueron estudiados en un ensayo aleatorizado realizado en 5 269 personas con TAG o GAA. Se encontró que una mayor proporción de las personas tratadas con rosuglitazona alcanzaron valores normales de glucemia, en comparación con el placebo. Este fármaco se asoció con un descenso del 60% en la incidencia de la diabetes, comparado con el placebo. El tratamiento con ramipril no demostró tener efectos sobre la incidencia de la enfermedad o sobre la mortalidad, pero sí presentó una mayor eficacia que el placebo en alcanzar valores de glucemia normales.

Si bien todos estos agentes han demostrado ser útiles en la prevención de la progresión de un estado de prediabetes al de la enfermedad manifiesta, el uso de estos compuestos se ha visto opacado por cuestiones de seguridad. La troglitazona fue retirada del mercado debido a sus efectos hepatotóxicos; la Food and Drug Administration ha limitado el uso de la rosuglitazona como consecuencia del aumento producido por ésta en la morbimortalidad de causa cardíaca; la misma entidad ha emitido un aviso de seguridad para el uso de la pioglitazona, debido a una asociación entre su uso durante más de un año y un aumento en la incidencia de cáncer de vejiga. Este último hallazgo se encontró fundamentalmente con aquellos tratamientos de mayor duración y a las dosis más altas.

 

Orlistat

El orlistat es un inhibidor de las lipasas digestivas (gástrica y pancreática) que participa en la hidrólisis de los triglicéridos dietarios a ácidos grasos y monoglicéridos. Este compuesto se asocia, también, con un aumento en los niveles posprandiales del péptido glucagón símil tipo 1, lo cual produce una mejoría en la respuesta insulínica ante las comidas y reduce el máximo glucémico posprandial en los diabéticos obesos. Esto probablemente lleve a una menor ingesta alimentaria y un consecuente descenso de peso.

Este fármaco fue evaluado en diversos ensayos clínicos en los que se encontró que, en comparación con el placebo, producía un descenso en los niveles plasmáticos de insulina, reducía la progresión de un estado de TAG a la diabetes (3% contra 7.65%) y se asociaba con niveles de glucemia en ayuno normales (72% contra 49% del grupo control).

Se realizó un ensayo clínico prospectivo, multicéntrico, aleatorizado, a doble ciego y con placebo en 3 305 sujetos. En éste se comparó la eficacia para reducir la incidencia de la diabetes con el uso del orlistat asociado con modificaciones en el estilo de vida contra el placebo asociado con las medidas higiénico-dietéticas. Luego de 4 años de tratamiento, se observó que el grupo que había recibido la sustancia presentaba una reducción del 37.3% en el riesgo acumulado de aparición de la enfermedad, en comparación con el grupo control. A su vez, se encontró una mayor pérdida de peso en los pacientes tratados con orlistat (6.9 kg contra 5.8 kg), con una reducción considerable en la adiposidad visceral.

 

Análogos de la incretina

Algunos hipoglucemiantes orales han sido asociados con el desarrollo de un aumento de peso. Los análogos de la incretina, como el exenatide, contribuyen a resolver este problema; en tanto, han demostrado producir un descenso de peso significativo. El exenatide presenta múltiples mecanismos de acción que dan como resultado una mejoría en el control glucémico.

Los efectos producidos por este fármaco han sido categorizados en inmediatos (secreción insulínica dependiente de la glucosa, disminución de los niveles posprandiales de glucagón y retardo del vaciamiento gástrico) y tardíos (pérdida de peso y mejoría en la función de las células beta).

Se ha demostrado que la asociación de modificaciones en el estilo de vida con la administración de exenatide produce un descenso en la ingesta calórica, una pérdida de peso y una mejoría en la tolerancia a la glucosa en personas obesas con TAG y GAA. En un estudio que comparó el exenatide con placebo, se encontró que los pacientes que recibieron el fármaco presentaban una pérdida de peso significativamente mayor que los controles y una menor ingesta calórica. De esta manera, la información disponible sugiere que el análogo de la incretina produciría efectos beneficiosos a nivel de la sensibilidad insulínica y la función celular de los islotes pancreáticos.

 

Estatinas

Esta familia de fármacos se caracteriza por presentar diversos y complejos efectos a nivel del metabolismo de la glucosa; es por eso por lo que su relación con el riesgo de aparición de la diabetes sigue siendo objeto de debate.

Estudios experimentales han demostrado que la lipofilicidad de estos compuestos, así como su capacidad para inhibir a la 3-hidroxi-3-metilglutaril-coenzima A reductasa son factores que se asocian con un impacto negativo a nivel del metabolismo de los hidratos de carbono.

Entre los distintos exponentes de este grupo de agentes, la prevastatina parecería producir efectos beneficiosos a nivel del metabolismo de la glucosa y el riesgo de diabetes. En líneas generales, las estatinas hidrofílicas, como la prevastatina, la rosuvastatina y la pitavastatina, resultan preferibles a los compuestos lipofílicos, como la atorvastatina y la simvastatina. Existe una gran cantidad de pruebas acumuladas de que ciertas estatinas podrían favorecer la aparición de la DBT2. Este riesgo podría también estar relacionado con la duración del tratamiento y la dosis administrada.

 

Inhibición del sistema renina angiotensina (SRA)

Los datos disponibles sugieren que la inhibición de este sistema se relaciona con una reducción en el riesgo de aparición de la DBT2 en la población de riesgo, sean pacientes hipertensos o no. La disminución en la incidencia de esta enfermedad con el uso de los IECA y los ARA-2 puede ser explicada debido a efectos hemodinámicos, como un mejor aporte de insulina y de glucosa al músculo esquelético, y debido a otros efectos, como aquellos producidos a nivel del transporte de glucosa y de la señalización intracelular desencadenada por la insulina. Todos éstos contribuyen a reducir la resistencia insulínica. Los inhibidores del SRA contribuyen a mantener una masa funcional adecuada de células beta al bloquear los efectos de la angiotensina II; también producen un retraso en la aparición de la resistencia insulínica mediante mecanismos recientemente descubiertos.

Si se tiene en cuenta el conjunto de la información provista por los trabajos en los que se estudió a este grupo de fármacos, se encuentra que tanto los IECA como los ARA-2 producen un descenso del 25% en la incidencia de nuevos casos de diabetes. Desde un punto de vista clínico, la inhibición del SRA produjo una mejoría en la sensibilidad tisular a la insulina y una disminución en la incidencia de la DBT2.

 

Vitamina D

Se considera que este compuesto presenta un potencial uso como agente preventivo en la aparición de la enfermedad cardiovascular y la DBT 2. La vitamina D (VD) ha sido asociada con efectos positivos sobre distintas patologías, como la osteoporosis, el dolor musculoesquelético crónico, la diabetes tipo 1 y tipo2, la esclerosis múltiple, la enfermedad cardiovascular y varios tipos de cáncer.

La VD cumple un papel fundamental en la homeostasis del calcio. Dicho catión está involucrado en el proceso de secreción de la insulina; es por esto por lo que se ha sugerido que la VD contribuiría a una adecuada secreción de la hormona. A su vez, la hipovitaminosis D podría estar involucrada en la aparición de un estado de hiperglucemia, DBT 2, un aumento en la resistencia insulínica, una reducción en la liberación de esta hormona y un aumento en el daño de los islotes pancreáticos. En un estudio reciente, realizado en 12 719 sujetos sanos, se encontró que bajos niveles séricos de la vitamina se asociaban con el desarrollo de un estado de prediabetes.

 

Prebióticos y probióticos

Existe una interacción entre la flora digestiva, la homeostasis energética y la inflamación. Se ha vinculado a la flora digestiva y a la obesidad con el desarrollo de un estado de endotoxemia crónica de bajo grado. Ésta, a su vez, induce la aparición de un estado inflamatorio crónico. De esta manera, la endotoxemia jugaría un papel central en la patogenia de un estado inflamatorio vinculado con la obesidad y el tipo de alimentación podría condicionar el grado de dicha endotoxemia.

La información disponible sugiere que existirían diferencias tanto cuantitativas como cualitativas entre la flora digestiva de las personas obesas y de aquellas con un peso normal y entre las personas diabéticas y las no diabéticas. De esto se desprende que la modificación de la flora gastrointestinal, sea a través de cambios dietarios o medidas farmacológicas, podría condicionar de manera favorable el metabolismo de los pacientes.

Ensayos clínicos de corta duración han encontrado un efecto beneficioso de los prebióticos y los probióticos a nivel de la sensibilidad a la insulina, los marcadores inflamatorios, las incretinas posprandiales y la tolerancia a la glucosa.

 

Perfil de seguridad

Numerosos efectos adversos, tanto leves como graves, han sido reportados con varios de estos compuestos. Con respecto a la adhesión al tratamiento, los distintos ensayos clínicos mencionados en el presente trabajo han registrado tasas de abandono del protocolo relativamente altas. Esto último probablemente se deba a que los sujetos asintomáticos que reciben medicación preventiva para la diabetes no perciben efectos beneficiosos, pero sí experimentan las reacciones adversas ocasionadas por los compuestos.

Fármacos que causan hiperglucemia

Ciertos agentes pueden alterar el equilibrio glucosa-insulina mediante diversos mecanismos, muchos de los cuales se desconocen. Algunos diuréticos, los betabloqueantes, la rosuvastatina y otras estatinas, los corticoides, la niacina y la pentamidina han sido vinculados con la aparición de hiperglucemia.

 

Conclusiones

Las modificaciones en el estilo de vida (cambios en la dieta e incrementos en la actividad física) son, sin lugar a dudas, el primer y principal paso en la prevención de la diabetes. Además, es ampliamente sabido que los pacientes presentan dificultades a la hora de sostener dichas modificaciones en sus hábitos. Resulta lógico, entonces, añadir el uso de agentes farmacológicos a la profilaxis de esta enfermedad. Debe evaluarse el equilibrio entre los riesgos y los beneficios derivados de su implementación. El aspecto positivo radica en la posibilidad de postergar, o incluso prevenir, la aparición de esta endocrinopatía. La contraparte de dichos beneficios tiene que ver con la dificultad de lograr una buena adhesión al tratamiento en los pacientes y el riesgo de aparición de reacciones adversas, algunas de ellas de gravedad.

Los autores del trabajo consideran que el mejor enfoque consiste en que los médicos le dediquen el tiempo necesario a motivar a sus pacientes a que adopten los cambios correspondientes en el estilo de vida. Asimismo, el manejo farmacológico debería indicarse cuando los pacientes, a pesar de haber adoptado eficazmente las medidas higiénico-dietéticas recomendadas, continúan con un riesgo considerable de desarrollar diabetes o enfermedad cardiovascular.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Endocrinología - Farmacología

ADVERTENCIA:

El material incluido en este sitio ha sido concebido exclusivamente para los profesionales de la salud con fines informativos, y destinado a orientar sobre el uso adecuado de los medicamentos y a satisfacer sus necesidades de mayor información.

Todos los textos referidos a nuestros productos de venta bajo prescripción médica se corresponden a los lineamientos aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Laboratorios Bagó le sugiere consultar siempre a un profesional de la salud calificado ante cualquier duda sobre una condición médica particular.

He comprendido y deseo ver la información

Consultas médicas: infoproducto@bago.com.ar