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Influencia de las Gárgaras o Enjuagues Bucales después del Uso de Corticoides Inhalatorios en los Efectos Adversos

  • AUTOR : Kajiwara A, Kita A, Nakagawa K y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Absence of Gargling Affects Topical Adverse Symptoms Caused by Inhaled Corticosteroids in Females
  • CITA : Journal of Asthma 51(2): 221-224, Mar 2014
  • MICRO : La ausencia de gárgaras o enjuagues bucales después del uso de corticoides inhalatorios se asoció con síntomas adversos tópicos, especialmente en las mujeres.

Introducción

Diversos estudios demostraron diferencias entre los sexos en la patogénesis y las características clínicas del asma, ya que las mujeres tienen más probabilidad de presentar asma alérgica, mayor dificultad en controlar los síntomas de asma y mayores efectos adversos tópicos orofaríngeos, tales como alteraciones en la voz asociados con el uso de corticoides inhalatorios (CI). A fin de evitar los efectos adversos tópicos de los CI, se recomiendan como métodos de referencia la realización de gárgaras o el enjuague bucal después del uso del inhalador, la ejecución de una técnica inhalatoria apropiada y el uso de espaciadores. Sin embargo, según conocimiento de los autores, no se cuenta con pruebas que confirmen la eficacia de las gárgaras o el enjuague bucal en la práctica clínica; mientras que sí se demostró la eficacia del uso de espaciadores. El objetivo de esta investigación fue evaluar la asociación entre la utilización de gárgaras o enjuague bucal y la incidencia de efectos adversos tópicos en los hombres y mujeres con asma en la práctica diaria.

Métodos

Se invitó a participar a los pacientes que compraron un CI entre el 22 y el 28 de febrero de 2010 en farmacias afiliadas al programa de vigilancia nacional anual de la Japan Pharmaceutical Association (JPA), proyecto Drug Event Monitoring (DEM). Este programa comenzó en febrero de 2003 y se diseñó para controlar los efectos adversos a los fármacos en cooperación con las farmacias miembros de la JPA. Los CI evaluados fueron la beclometasona, la budesonida, la ciclesonida, la fluticasona y la mometasona, solos o en combinación con beta 2 agonistas de acción prolongada. Los farmacéuticos entrevistaron a los participantes mediante cuestionarios estructurados para evaluar su percepción de los efectos adversos después de la última prescripción de CI. Los cuestionarios incluyeron preguntas de tipo abierto con respecto a la información demográfica y a las reacciones adversas; así como una lista de síntomas que pueden ser provocados por los CI.

En total, participaron 665 (90%) farmacias en Kumamoto, Japón, y 1 071 personas que compraron un CI.

Se evaluó la influencia de las gárgaras o los enjuagues bucales después del uso del CI sobre la incidencia de los efectos adversos tópicos mediante análisis de regresión logística múltiple y se calcularon los odds ratios (OR), con los intervalos de confianza del 95% (IC). También, se calcularon los OR luego de la estratificación por sexo y tipo de dispositivo. Las variables categóricas y continuas se compararon con las pruebas exactas de Fisher y de la t de Student, respectivamente. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p < 0.05.

Resultados

De los 1 071 participantes, 179 se excluyeron, mientras que quedaron para el análisis, 892 (412 hombres y 480 mujeres, con una edad de 54.3 ± 26.8 años). Las mujeres tuvieron menor edad, tasas inferiores de fumar y de utilizar otros inhalatorios en comparación con los hombres; los dispositivos utilizados también fueron diferentes. No se encontraron diferencias entre ambos sexos en la adhesión a la terapia inhalatoria o en el control del asma.

La mediana entre la última prescripción y la entrevista fue de 31 días (3-204 días). Los CI indicados en orden descendente fueron: fluticasona (64%), beclometasona (16.1%), budesonida (14.7%), ciclesonida (2.6%) y mometasona (2.6%). En cuanto a los dispositivos utilizados, el 71.2% usó un inhalador de polvo seco, el 16.6% un inhalador presurizado de dosis medida con un espaciador o sin él y el 4.7% una solución para inhalación.

El 4.6% de las personas (41 de 892) informaron efectos adversos tópicos, 3.4% de los hombres y 5.6% de las mujeres. El 5.7% de los pacientes que presentó algún efecto adverso utilizó un inhalador de polvo seco, el 1.9% un inhalador presurizado de dosis medida y el 2.4% solución para inhalación. Las reacciones adversas más frecuentes fueron ronquera (1.3%), estomatitis (1.1%) y boca seca (1.1%). La dosis diaria de CI no difirió significativamente entre las personas que presentaron efectos adversos tópicos y las que no los tuvieron.

En el modelo de regresión logística, la ausencia de gárgaras o de enjuague bucal después de la inhalación se asoció en forma significativa con la incidencia de efectos adversos tópicos (OR 3.75; IC 95%: 1.33 a 10.59; p = 0.012). Si bien las mujeres se quejaron más frecuentemente de eventos adversos tópicos que los hombres (5.6% contra 3.4%), el sexo femenino no fue un factor de riesgo estadísticamente significativo de síntomas tópicos (OR 1.96; IC 95%: 0.99 a 3.85; p = 0.052). Asimismo, cuando los participantes se estratificaron por sexo, la ausencia de gárgaras o de enjuague bucal se identificó como un factor de riesgo en el sexo femenino sólo (OR 4.32; IC 95%; 1.11 a 16.87; p = 0.035). Los pacientes que utilizaron un inhalador presurizado de dosis medida experimentaron menos síntomas adversos tópicos sobre la mucosa orofaríngea que los que usaron un inhalador de polvo seco (1.9% contra 5.7%, p = 0.024); mientras que los que usaron los primeros con un espaciador no tuvieron síntoma alguno. La ausencia de gárgaras o de enjuague bucal se asoció con la incidencia de efectos adversos tópicos en la mucosa orofaríngea en aquellos pacientes que utilizaron un inhalador de polvo seco (OR 4.85; IC 95%: 1.66 a 14.14; p = 0.004), pero no en los que emplearon un inhalador presurizado de dosis medida independientemente si lo hicieron con un espaciador (no pudo calcularse el OR debido al pequeño tamaño de la muestra). Entre los participantes que utilizaron un inhalador de polvo seco, la ausencia de gárgaras o enjuague bucal se identificó como un factor de riesgo solamente en las mujeres (OR 6; IC 95%: 1.45 a 24.88; p = 0.014). El número de pacientes que utilizó solución por inhalación fue demasiado escaso como para poder determinar una asociación entre la ausencia de gárgaras o de enjuague bucal y el riesgo de efectos adversos sobre la mucosa oral.

Discusión y conclusión

Comentan los autores que los resultados de su estudio demuestran que la ausencia de gárgaras o de enjuague bucal después del uso de un CI se asoció con síntomas adversos sobre la mucosa bucal, especialmente en las mujeres.

El depósito local del CI en la orofaringe puede llevar a efectos adversos tópicos, tales como disfonía, principalmente debido a miopatía o efectos sobre la mucosa de la región laringofaringea. Las diferencias anatómicas en las vías aéreas superiores de hombres y mujeres pueden explicar por qué los aerosoles tienen mayor probabilidad de depositarse en las vías aéreas de las mujeres en comparación con los hombres. Además, la presión inspiratoria máxima en la boca es significativamente inferior en las mujeres que en los hombres, lo que indica un riesgo potencial para el depósito del inhalador de polvo seco en las mujeres. Esta investigación confirmó que la ausencia de gárgaras o de enjuague bucal después de la inhalación es un factor de riesgo en las mujeres que utilizan un inhalador de polvo seco, pero no un inhalador presurizado de dosis medida. Otro factor contribuyente en la aparición de efectos adversos tópicos en las mujeres que no realizan gárgaras o enjuague bucal, luego del uso de un CI, es el flujo de saliva. Al respecto, las glándulas salivales son de menor tamaño en las mujeres que en los hombres, al igual que también lo son la tasa de flujo salival en reposo y durante la estimulación. En las mujeres posmenopáusicas, la tasa de flujo salival se reduce aun más debido a que la función de las glándulas salivales depende del nivel de estrógenos.

Como limitaciones de este estudio, se mencionan el pequeño tamaño de la muestra, su naturaleza transversal, la falta de información sobre la duración del uso de CI, los fármacos concomitantes y el tipo de espaciador. Sin embargo, según el conocimiento de los autores, el suyo es el primer ensayo que aporta pruebas provenientes de la práctica clínica, que avalan la recomendación de efectuar gárgaras o enjuagues bucales luego de cada inhalación, especialmente en las mujeres.

Los efectos adversos tópicos provocados por los CI pueden provocar malestar y afectar la adhesión a la terapéutica, con disminución en la calidad de vida y dificultades para el control del asma. A fin de evitar los efectos adversos tópicos, se debe alentar a los pacientes a realizar gárgaras o enjuagues bucales después de la inhalación, así como entrenar los músculos inspiratorios, utilizar la dosis mínima eficaz de CI en combinación con los beta 2 agonistas de acción prolongada, administrar la medicación con un espaciador e instruir sobre el método apropiado de inhalación, especialmente en las mujeres.

En conclusión, la ausencia de gárgaras o enjuagues bucales después del uso de un CI se asoció con síntomas adversos tópicos sobre la mucosa orofaríngea, especialmente en las mujeres.

Ref : NEUMO, CLMED.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Neumonología

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