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Informe Sobre una Experiencia en Curso sobre Criopreservación y Transplante Ovárico
- AUTOR : Oktay K, Oktem O
- TITULO ORIGINAL : Ovarian Cryopreservation and Transplantation for Fertility Preservation for Medical Indications: Report of and Ongoing Experience
- CITA : Fertility and Sterility 93(3):762-768, Feb 2010
- MICRO : Si bien los datos son aún escasos, la criopreservación de tejido ovárico para su posterior transplante se perfila como una estrategia útil para preservar la función reproductiva en las mujeres jóvenes que, por diversos problemas clínicos, tienen un riesgo elevado de padecer insuficiencia ovárica prematura.
Introducción
Las estadísticas señalan que aproximadamente al 2% de las mujeres menores de 40 años se les diagnosticará algún tipo de cáncer invasivo, y que casi la mitad de estas mujeres recibirá un tratamiento que tendrá un impacto negativo sobre la función reproductiva. Este último hecho motiva la necesidad de encontrar alternativas con el fin de preservar la fertilidad de esta población femenina joven.
En la actualidad, la técnica de preservación de la función reproductiva más ampliamente utilizada es la criopreservación de embriones. Si bien su uso comenzó hace casi 2 décadas en el marco de la fertilización in vitro (FIV), tiene una serie de desventajas. En primer lugar, requiere 2 semanas desde el comienzo del ciclo menstrual, un período demasiado prolongado para alguien que padece cáncer. Además, se requiere de una pareja y de estimulación ovárica, requisitos inviables en el caso de jóvenes prepuberales. Existe otra técnica, la criopreservación de ovocitos, pero presenta las mismas limitaciones, excepto que la paciente no necesita pareja. Como técnica de reciente introducción aparece la criopreservación ovárica. Esta técnica comenzó a desarrollarse 50 años atrás, pero su aplicación en seres humanos se remonta a la última década. Si bien no existen datos experimentales suficientes que respalden su uso, constituye la única opción en niñas prepúberes y en aquellas mujeres que no cuentan con el tiempo necesario para realizar la estimulación ovárica que demanda la criopreservación de embriones u ovocitos.
Los autores del trabajo que se describe confeccionaron un programa que ofrece la práctica de esta intervención a mujeres voluntarias que la requieran por enfrentarse a tratamientos médicos que ponen en riesgo su función reproductiva. Como hipótesis plantearon que la criopreservación ovárica es un procedimiento seguro, y que está justificado en pacientes con cáncer y un riesgo lo suficientemente alto de presentar insuficiencia ovárica prematura.
Materiales y Métodos
Los investigadores diseñaron un estudio longitudinal, en el que se revisaron las historias clínicas de las 59 pacientes sometidas a criopreservación ovárica, de las que luego 3 fueron transplantadas (3/59). La información durante el seguimiento fue obtenida de manera prospectiva.
La ablación del tejido ovárico
La obtención del tejido ovárico se realizó por laparoscopia en 52 de las 59 mujeres, mientras que en las demás fue por laparotomía, que había sido indicada por otras causas, y en un caso fue durante una cesárea.
La selección del ovario se basó en diversos parámetros, como la accesibilidad, el tamaño y la presencia o ausencia de folículo dominante y cuerpo lúteo (la presencia de estos genera distorsión de la corteza y dificulta su posterior disección). En todos los casos se intentó preservar la trompa de Falopio, frente a la posibilidad de que en un futuro (luego del transplante) la paciente deseara una concepción natural.
Transporte, procesamiento y criopreservación del tejido
Luego de su remoción, los ovarios eran analizados para descartar la presencia de células neoplásicas, si esto se juzgaba necesario. Posteriormente eran transportados al laboratorio de FIV, donde se los colocaba en un medio de preservación adecuado para ser congelados de acuerdo con un protocolo de congelación lenta.
Resultados
Características de los individuos e indicaciones
Cincuenta y nueve mujeres eligieron criopreservar tejido ovárico. La media de edad de las participantes fue de 26.7 años. Diecinueve por ciento eran menores de 18 años y 61% menores de 30 años.
La causa principal que promovió esta intervención fue el cáncer de mama (22%), seguida de la enfermedad de Hodgkin (21%), el linfoma no Hodgkin (10.2%), la leucemia mielocítica aguda (10.2%) y otras neoplasias de menor prevalencia. El tratamiento más común fue el transplante de células hematopoyéticas (57.6%), seguido de la quimioterapia (22%).
Valoración del riesgo del tratamiento
En ninguna de las cirugías se registraron complicaciones, y el tiempo promedio de la intervención laparoscópica fue de 83 ± 5 minutos. No se detectaron células atípicas en el tejido ovárico de las pacientes con neoplasias sistémicas.
Preservación y utilización del tejido ovárico
El tiempo promedio de congelación ovárica hasta el momento de la redacción del trabajo fue 3.06 ± 0.2 años. De todos ellos, solamente tres han sido transplantados. El primer caso se trató de una mujer cuya indicación para la criopreservación fue padecer endometriosis. Se le practicó un transplante ortotópico 6 meses después de la ablación; esta mujer pudo recuperar la función endocrina y ovular durante 9 meses. La segunda padeció cáncer de mama y se sometió a un transplante heterotópico tras 6 años de criopreservación. Logró desarrollo embrionario, pero culminó en aborto espontáneo en el primer trimestre. El último caso fue el de una paciente con linfoma de Hodgkin que decidió realizar criopreservación ovárica; además, luego del transplante de células hematopoyéticas, permaneció menopáusica durante 2.5 años. Recibió un transplante ovárico heterotópico a los 2 años del congelamiento inicial y logró concebir espontáneamente 3 meses después de la intervención, momento en el cual se constató actividad folicular en el ovario transplantado. La misma mujer, para sorpresa de los investigadores, tuvo una segunda concepción espontánea. Este último caso abre una nueva gama de interrogantes respecto de si la implantación de tejido ovárico luego de un tratamiento como el transplante de células hematopoyéticas es capaz de restablecer la funcionalidad del ovario remanente.
Discusión
En el presente trabajo se expuso la experiencia de este grupo de investigadores que han practicado la criopreservación y el transplante de tejido ovárico, y se describen las características de las pacientes que se han sometido a uno o a ambos procedimientos y cuya evolución ha sido y continúa siendo monitoreada por los autores. Basándose en los datos obtenidos hasta el momento, los expertos concluyen que estos procedimientos pueden practicarse en pacientes con un amplio espectro de enfermedades, aunque la mayoría son de origen oncológico. Por otra parte, admiten que la experiencia en este campo es todavía limitada.
En el centro de investigación donde se lleva a cabo este estudio ofrecen la criopreservación de embriones como primera alternativa a quienes tienen pareja estable y a las mujeres solteras que prefieren recurrir a muestras de esperma donado. Para las solteras recomiendan la criopreservación de ovocitos. La congelación de tejido ovárico se propone sólo en situaciones donde, a raíz de la enfermedad que suscita la indicación, la persona no dispone del tiempo para realizar el tratamiento de estimulación ovárica o no ha alcanzado la madurez sexual.
Tanto la congelación de embriones como la de ovocitos son técnicas en las que se tiene mayor experiencia y se realizan de manera habitual. La criopreservación ovárica, sin embargo, cuenta con la ventaja de poder restaurar la función ovárica.
Los investigadores admiten que la criopreservación ovárica es un procedimiento aún en etapa experimental, que requiere de una mayor cantidad de pruebas para demostrar sus beneficios reales. Sin embargo, debido a la creciente cantidad de mujeres jóvenes incapaces de someterse a un procedimiento de congelación de embriones u ovocitos por la limitación del tiempo o de la edad, la congelación ovárica es una alternativa emergente que puede realizarse mediante intervenciones quirúrgicas seguras, y debería seguir siendo investigada. Los autores destacan que, si bien el procedimiento resultó seguro cuando fue realizado por su equipo de profesionales, hasta tanto no exista un bagaje de experiencia acumulada y mayores tiempos de seguimiento, esta intervención debería quedar en manos de personal especializado, en el marco de centros de investigación.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología - Oncología