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En Niños y Adolescentes, por lo General la Hipertensión Arterial Queda sin Diagnóstico

  • AUTOR: Hansen ML, Gunn PW, Kaelber DC
  • TITULO ORIGINAL: Underdiagnosis of Hypertension in Children and Adolescents
  • CITA: JAMA 298(8):874-879, Ago 2007
  • MICRO: La hipertensión y la elevación de la presión arterial (sin criterio de hipertensión) por lo general pasan inadvertidas en niños y adolescentes, una situación que puede originar graves secuelas a largo plazo.

Introducción

Se estima que el 2% a 5% de los niños presenta hipertensión arterial (HTA), trastorno que puede ser secundario o esencial. La HTA secundaria es más frecuente en la población pediátrica que en la adulta; por lo general, obedece a enfermedad renal, coartación de la aorta o enfermedades de las glándulas endocrinas. Sin embargo, igual que en los adultos, la mayoría de los niños con HTA leve o moderada presenta HTA primaria. El antecedente de HTA familiar, el bajo peso al nacer y el exceso de peso son algunos de los factores que se asocian con la HTA en niños. De hecho, varias investigaciones sugirieron que la prevalencia de HTA en este grupo de edad se correlaciona con la frecuencia creciente de los trastornos del peso.

Las complicaciones que la HTA ocasiona a largo plazo -entre ellas, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular y enfermedad renal- no suelen observarse en los niños; no obstante, constituye un factor de riesgo de HTA en la adultez y puede asociarse con marcadores precoces de enfermedad cardiovascular.

A pesar de los problemas asociados, la HTA en niños no suele reconocerse apropiadamente. En la población pediátrica, este trastorno se define en presencia de cifras en el percentilo 95 o mayor para la edad, la altura y el sexo. Los valores en o por encima del percentilo 90 y las cifras superiores a los 120/80 mm Hg establecen el diagnóstico de prehipertensión (PHTA). Sin embargo, en función de que estas definiciones conllevan numerosos puntos de corte, los valores son difíciles de recordar a menos que se disponga de tablas especiales. Aun así, estos instrumentos son complejos para ser utilizados en la consulta médica habitual. Por este motivo, los autores consideran que la HTA y la PHTA por lo general quedan sin ser diagnosticadas en un amplio porcentaje de niños y adolescentes. El objetivo del presente estudio fue determinar la frecuencia de HTA y PHTA no diagnosticadas en niños de 3 a 18 años asistidos en el contexto de un amplio sistema de salud urbano.

Métodos

Se incluyeron todos los niños y adolescentes (n = 14 187) que realizaron al menos 3 visitas médicas entre junio de 1999 y septiembre de 2006 en el noreste de Ohio. La valoración de la presión arterial se realizó según las recomendaciones del National Heart, Lung and Blood Institute. En el sistema de salud correspondiente participaron 600 médicos de planta y 300 médicos residentes. Desde 1999, el sistema utiliza un programa computarizado para el registro de los datos clínicos. En esta ocasión se tuvieron en cuenta los siguientes parámetros: edad, sexo, peso, estatura y valores de presión arterial. También se consideró el antecedente de HTA familiar. Se excluyeron niños con alteraciones en el peso o en la estatura. El parámetro principal de evolución fue el porcentaje de niños y de adolescentes con 3 o más determinaciones de presión arterial elevada, según la edad y la estatura, y la proporción de participantes con diagnóstico registrado de HTA o de PHTA.

Resultados

Un total de 14 187 participantes (53 911 visitas) reunió los criterios de inclusión. En la visita más reciente, la edad promedio fue de 8.8 años; el peso estuvo en el percentilo 66 y la estatura, en el percentilo 60, en promedio. El 50% de los pacientes era afroamericano y el 49%, de sexo femenino. El 3.6% de los participantes (n = 507) presentó HTA pero sólo 131 de ellos (26%) tenían este diagnóstico en la base de datos computarizada, es decir, que el 74% no tenía diagnosticada la HTA. El 3% de los pacientes con HTA presentaba hipertensión en estadio 2 y en el 41% de ellos esta alteración no estaba registrada. El 18% de los 507 niños tenía antecedente documentado de HTA familiar.

El 3.4% de la cohorte (n = 485) presentó PHTA y sólo el 11% tenía registrado este diagnóstico. En el modelo de variables múltiples, tener más de 3 años, el número más elevado de registros de presión arterial alta, el aumento en un 1% en la estatura según la edad, la obesidad y la cantidad de registros compatibles con HTA en estadio 2 fueron factores asociados con el diagnóstico de HTA. En cambio, el peso según la edad, el origen afroamericano, hispánico o latino, el sexo y el antecedente familiar de hipertensión no se asociaron significativamente con el registro de hipertensión. Los factores que predijeron, o no, PHTA fueron similares. La revisión manual de 50 historias seleccionadas en forma aleatoria reveló que en el 8% de ellas el pediatra había dejado asentado un registro anormal de presión arterial; sin embargo, el diagnóstico no fue establecido. Si este porcentaje se extrapola al total de los pacientes incluidos en el estudio, la prevalencia de HTA y de PHTA se elevaría de un 25.8% a 31.8% y de un 11.3% a 18.6%, respectivamente.

Discusión

Los hallazgos de este trabajo manifestaron que la HTA y la PHTA en niños por lo general quedan sin diagnóstico. La prevalencia de HTA fue semejante a la observada en trabajos previos, entre un 2% y 5%. Sin embargo, a pesar de que se dispuso de la información necesaria para establecer el diagnóstico correcto, éste quedó incompleto en gran porcentaje de pacientes. En opinión de los autores, este índice bajo de diagnóstico podría obedecer esencialmente a 2 factores: en primer lugar, sería causa de un desconocimiento acerca de los valores normales de presión arterial en niños según la edad, el sexo y la estatura; en segundo lugar, podría deberse a la falta de conocimiento acerca de las cifras previas de presión arterial.

La identificación de una presión arterial anormal fue más frecuente en los niños de más edad y en los más altos; en esta población es más probable que se registren valores por encima de los 120/80 mm Hg, un registro que per se llama la atención. La obesidad y los trastornos asociados elevaron el riesgo de HTA; en relación con la PHTA se detectó la misma tendencia. Quizá, añaden los autores, los pediatras están más atentos a la probabilidad de hipertensión en estos niños. Por el contrario, el antecedente familiar de HTA no elevó la probabilidad de diagnosticar HTA en los niños, tal vez porque en la segunda visita médica y en las posteriores, el profesional generalmente no repara en este factor.

El reconocimiento de la HTA y de la PHTA en niños es de máxima importancia si se tiene en cuenta que cada vez es mayor el número de niños con obesidad (un trastorno que se asocia con HTA) y que la HTA secundaria es más frecuente en niños que, por lo tanto, deben ser sometidos a evaluaciones adicionales. Cuando la hipertensión no se identifica y no se trata en la población pediátrica, el trastorno puede pasar inadvertido muchos años más, una situación que eleva el riesgo de aparición de las complicaciones asociadas, señalan los autores. Por el contrario, cuando el niño con HTA es correctamente tratado se evitan sus secuelas a largo plazo, concluyen.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología

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