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Investigan el Efecto de Incluir Determinados Alimentos que Reducen el Colesterol en la Dieta de Pacientes con Hiperlipidemia

  • AUTOR : Jenkins D, Jones P, Frohlich J y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Effect of a Dietary Portfolio of Cholesterol-Lowering Foods Given at 2 Levels of Intensity of Dietary Advice on Serum Lipids in Hyperlipidemia: A Randomized Controlled Trial
  • CITA : JAMA 306(8):831-839, Ago 2011
  • MICRO : Existen determinados alimentos, como la soja o los frutos secos, que tienen la reconocida propiedad de reducir la concentración de colesterol sérico. La implementación de una estrategia de asesoramiento dietario específico que incluya estos alimentos generaría mayores reducciones del colesterol que la dieta convencional.

Introducción

Las modificaciones en la dieta y el estilo de vida son consideradas de gran importancia para reducir la concentración de lípidos séricos y el riesgo de enfermedad coronaria. No obstante, la introducción de las estatinas en la década de 1980 ha puesto de manifiesto la relativa ineficacia del asesoramiento dietario convencional. A partir de entonces, se han propuesto distintos paradigmas dietarios alternativos, los que han incluido alimentos específicos con reconocida acción sobre los lípidos. Estudios a corto plazo han demostrado que el uso de estos componentes dietarios reduciría el nivel de colesterol asociado con lipoproteínas de baja densidad (LDLc) de forma similar a lo que se logra con las estatinas de primera generación. Sin embargo, su efecto a largo plazo, comparado con el del asesoramiento dietario convencional, aún no ha sido evaluado.

En consecuencia, se llevó a cabo un estudio multicéntrico con el fin de determinar si la implementación de una dieta que incluya alimentos que tienen la propiedad de reducir el colesterol sérico (asesoramiento dietario específico, [ADE]) es capaz de lograr una reducción significativa de los niveles de LDLc en comparación con una dieta control luego de 6 meses de seguimiento. La dieta control alentaba el consumo de fibras y granos enteros, pero no incluía los componentes específicos reconocidos por sus propiedades de reducción del LDLc. Con el fin de aumentar la relevancia de la aplicación clínica del estudio, el ADE fue suministrado en dos niveles de intensidad: por un lado, como un ADE de rutina (con 2 sesiones de 40 a 60 minutos), y por el otro, como un ADE intensivo (con 7 sesiones de 40 a 60 minutos).

Métodos

Un total de 345 pacientes fueron incluidos en el análisis de la información. Del estudio participaron hombres y mujeres posmenopáusicas con un nivel entre bajo e intermedio en la categoría de riesgo a 10 años según la escala de Framingham y con un valor de LDLc de entre 135 y 205 mg/dl para los hombres y de 116 a 178 mg/dl para las mujeres. Como criterios de exclusión se consideró la presencia de enfermedad cardiovascular, cáncer o antecedente familiar de cáncer, hipertensión no controlada, diabetes, enfermedad hepática o renal, y uso actual de fármacos hipolipemiantes.

Los participantes fueron clasificados según sexo, centro de procedencia y nivel de LDLc pretratamiento (> 158 vs. < 158 mg/dl) y fueron divididos aleatoriamente para recibir tres tipos distintos de asesoramiento dietario por un período de 6 meses: la dieta control, el asesoramiento específico de rutina o el asesoramiento específico intensivo. Las consultas de seguimiento se llevaron a cabo al comienzo del estudio y a los 3 y 6 meses para el caso de la dieta control y del ADE de rutina, mientras que para el ADE intensivo se llevaron a cabo al comienzo del estudio, a las 2 semanas, y luego, mensualmente. En cada consulta se evaluó la dieta de los 7 días previos, se registró el peso corporal y la presión arterial, y se tomaron muestras de sangre en ayunas.

Los alimentos específicos incluidos en las dietas de los grupos en los que se realizó el ADE incluyeron margarina (esteroles vegetales), avena, cebada y psyllium (fibras viscosas), proteínas de la soja y frutos secos (nueces, almendras, castañas y maníes). Además, se alentó el consumo de arvejas, porotos y lentejas. Por su parte, la dieta control se centró en el consumo de lácteos con bajo contenido graso, cereales, frutas y verduras, pero se puso énfasis en evitar los componentes específicos de la dieta de los otros dos grupos.

El análisis de las muestras obtenidas incluyó la determinación de LDLc, colesterol asociado con lipoproteínas de alta densidad (HDLc), colesterol total (CT), triglicéridos, apolipoproteína A-1 y B y proteína C-reactiva. Además, se midió la concentración de esteroles vegetales séricos. Por último, se evaluó el cumplimiento de la dieta en los distintos grupos.

Resultados

Las características basales de los participantes eran similares para los tres grupos de tratamiento, salvo por la relación hombre/mujer, la cual era más alta en el grupo que recibió ADE intensivo en comparación con los otros dos grupos. El 14% de los participantes habían recibido estatinas previamente, y habían interrumpido esta medicación al menos 2 semanas antes del comienzo del estudio. Asimismo, el cumplimiento promedio fue del 46.4% para el grupo del ADE intensivo y del 40.6% para el ADE de rutina. La pérdida de peso registrada fue similar para los participantes de los tres grupos.

Según los resultados del estudio, el porcentaje de cambio desde el nivel basal hasta el final del período de estudio para el caso de la dieta control fue de -3.0% para el LDLc y -1.4% para el cociente CT:HDLc. En los grupos que recibieron ADE de rutina y ADE intensivo, el porcentaje de cambio fue del -13.1% y -13.8% para el LDLc, y del -8.2% y -6.6% para el cociente CT:HDLc, respectivamente. Las diferencias en los porcentajes de cambio entre la dieta control y los grupos tratados con ADE fueron significativas para el LDLc y, en unidades absolutas, para el cociente CT:HDLc. Asimismo, no se observaron diferencias significativas entre ambos asesoramientos específicos.

Por su parte, las apolipoproteínas reflejaron los cambios observados en los lípidos y lipoproteínas, y no se observaron diferencias significativas entre los grupos con respecto a la proteína C-reactiva. Además, en comparación con la dieta control, el ADE intensivo llevó a una reducción no significativa de la presión arterial sistólica de 2.6 mm Hg, y a una reducción significativa de la presión diastólica de 2.1 mm Hg.

El ADE de rutina redujo el riesgo de enfermedad coronaria calculado a 10 años en un -10.8%; el ADE intensivo produjo una reducción comparable a la anterior, con un -11.3%. En cambio, la dieta control no generó una reducción significativa en este parámetro.

Asimismo, el cumplimiento de los 4 componentes principales de la dieta del ADE (frutos secos, soja, fibra viscosa y esteroles vegetales) se asoció significativamente con el porcentaje de reducción de los niveles de LDLc en los participantes que completaron el estudio.

Por último, no se observaron eventos adversos graves o que requirieran hospitalización. No obstante, se informaron 36 eventos leves durante el estudio (15 en el grupo del ADE intensivo, 12 en el del ADE de rutina y 9 en el de la dieta control). Ninguno de estos eventos fue asociado en forma directa con la intervención en estudio, con excepción de dos casos de síntomas cutáneos con pruebas positivas para soja y almendras.

Discusión y conclusión

El presente estudio demostró el potencial de reducción del colesterol que tiene el ADE, el cual alienta a los pacientes a consumir determinados alimentos que han sido reconocidos como con propiedades capaces de disminuir la concentración de colesterol sérico.

Estudios de cohorte han demostrado que el consumo de 5 porciones de frutos secos por semana (similar a la cantidad utilizada en el presente estudio) se asocia con una reducción significativa en la frecuencia de eventos coronarios. Por su parte, la ingesta de fibras se ha vinculado negativamente con el riesgo coronario, al igual que el consumo de proteínas de soja. Asimismo, varias revisiones han confirmado el efecto beneficioso de las fibras viscosas, los esteroles vegetales, la soja y los frutos secos sobre la concentración de LDLc. Sobre la base de la ingesta de estos componentes de la dieta, se ha calculado una reducción del 4% de los niveles de LDLc a partir del consumo de fibras viscosas, del 2% tanto para los frutos secos como para la soja, y del 5% para los esteroles vegetales, lo que da un total de 13% de reducción. En concordancia con esta información, en el presente trabajo se observó una reducción total de los niveles de LDLc de similar magnitud.

Asimismo, la diferencia en el número de consultas de seguimiento que hubo entre el grupo que recibió ADE de rutina y el que recibió ADE intensivo no generó ventaja alguna sobre el cumplimiento terapéutico ni sobre la concentración de LDLc, por lo que una mayor frecuencia de consultas no sería necesaria para alcanzar un porcentaje significativo de reducción del LDLc. Por lo tanto, la eficacia obtenida con sólo dos consultas de seguimiento avala la aplicabilidad de esta estrategia en la práctica clínica.

En conclusión, el presente trabajo destaca el valor potencial de utilizar en la dieta combinaciones de alimentos capaces de reducir el colesterol. Los autores enfatizan la aplicabilidad clínica de esta estrategia terapéutica dado que una reducción significativa del 13% de los niveles de LDLc puede obtenerse luego de sólo dos sesiones de alrededor de 40 a 60 minutos. Asimismo, el 3% de reducción obtenido con la dieta convencional sugiere que una reducción absoluta de mayor magnitud podría obtenerse cuando el ADE se prescribe a pacientes que llevan una dieta más acorde con la de la población general.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología - Nutrición

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