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Investigan la Relación entre el ADN de Chlamydia pneumoniae y la Gravedad de la Cardiopatía Isquémica

  • AUTOR: Wang SS, Tondella ML, Zafari AM y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL: Circulating Chlamydia Pneumoniae DNA and Advanced Coronary Artery Disease
  • CITA: International Journal of Cardiology 118(2):215-219, May 2007
  • MICRO: El hallazgo de ADN circulante de Chlamydia pneumoniae en un pequeño subgrupo de pacientes con cardiopatía isquémica sugiere que su presencia se asocia con la extensión y la gravedad de la enfermedad. Se necesitan más estudios para confirmar la correlación entre el ADN circulante y el estado de infección vascular.

Introducción

Se ha comunicado que la infección por Chlamydia pneumoniae se asocia con aterosclerosis. Algunos experimentos en animales definieron el posible mecanismo de infección y la producción posterior de lesiones ateroscleróticas. Sin embargo, los estudios clínicos con tratamiento antibiótico comunicaron resultados contradictorios; un gran estudio reciente no demostró beneficios clínicos en pacientes con varios fenotipos cardiovasculares. Si bien es difícil identificar a los pacientes que presentan infección crónica por Chlamydia pneumoniae en la pared vascular, la detección de ADN circulante del germen en glóbulos rojos periféricos (GRP) ha emergido como un método alternativo promisorio. Esta técnica podría representar una prueba de detección para determinados pacientes que se beneficiarían del control intensivo de los factores de riesgo.

La prevalencia de ADN circulante ha variado ampliamente entre los pacientes con cardiopatía isquémica (CI) y los controles. Esta discrepancia puede deberse en parte a las diferentes técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) utilizadas por los distintos laboratorios. Por este motivo, los US Centers for Disease Control and Prevention y el Canadian Laboratory Center for Disease Control definieron el criterio válido para ensayos de PCR de diagnóstico de Chlamydia pneumoniae. La técnica TaqMANR de PCR en tiempo real ha sido validada de acuerdo con el citado criterio y tiene alta sensibilidad y especificidad para la detección del gen ompA en Chlamydia pneumoniae.

El propósito del presente estudio fue utilizar la técnica en tiempo real de PCR para determinar si el ADN circulante de Chlamydia pneumoniae se relaciona con la gravedad de la CI.

Materiales y métodos

La muestra de estudio estuvo constituida por un total de 269 pacientes con enfermedad cardiovascular a quienes se les iba a realizar una arteriografía coronaria.

La gravedad y la extensión de la CI se evaluaron mediante la utilización de 2 métodos separados. Primero, el considerar el número de arterias epicárdicas mayores con al menos una estenosis del 50% y clasificando la población de estudio en 4 grupos: 1) pacientes con arterias angiográficamente normales, 2) pacientes con estenosis no obstructiva menor del 50%, 3) pacientes con lesión de un vaso, estenosis mayor del 50% en una coronaria y 4) sujetos con enfermedad de múltiples vasos, estenosis mayor del 50% en 2 o más vasos. El segundo método utilizado fue el Duke Jeopardy Score, mediante el cual el árbol coronario se dividió en 6 segmentos: 1) arteria descendente anterior izquierda (DA), 2) primera perforante septal, 3) diagonal mayor, 4) circunfleja, 5) obtusa marginal y 6) arteria descendente posterior. Cada segmento recibió un puntaje de 2 si tenía una estenosis mayor del 70% y 0 si no tenía estenosis o ésta era menor del 70%. A los segmentos distales a una estenosis proximal también se les adjudicaron 2 puntos (por ejemplo, un paciente con una lesión única del 80% de la DA antes de la primera septal y la diagonal recibió un puntaje de 6 – 2 por cada una: DA, septal y diagonal).

Se recolectó sangre venosa en tubos tratados con EDTA de los pacientes en el mismo momento del cateterismo. Se extrajo el ADN de sangre entera mediante la utilización de QIAamp DNA Blood minikits de acuerdo con las instrucciones del fabricante y se almacenaron a -20° C.

Resultados

El 75% de los participantes eran caucásicos, el 24.5% afroamericanos y el 0.5% asiáticos. Como era de esperar, los pacientes con enfermedad cardiovascular a quienes se les iba realizar coronariografía tuvieron una prevalencia elevada de factores de riesgo coronario convencionales.

Para determinar si el ADN circulante de Chlamydia pneumoniae se relacionaba con la gravedad y la extensión de la CI, el grupo de estudio se clasificó de acuerdo con los resultados de la coronariografía. Un total de 13 especímenes de 149 muestras de pacientes con enfermedad de múltiples vasos (8.7%) fueron positivos para ADN de Chlamydia pneumoniae en comparación con 3 de 120 (2.5%) en pacientes sin esa enfermedad (odds ratio = 3.7). El odds ratio fue 5.1 después de ajustar por los factores de riesgo convencionales, como edad, raza, tabaquismo, antecedentes familiares de CI, hipertensión, diabetes y dislipidemia.

Los autores también utilizaron el Duke Jeopardy Score para una mejor evaluación de la existencia de relación entre el ADN de Chlamydia pneumoniae y la gravedad de la CI. Este modelo ofrece una información pronóstica significativa, además de la estratificación tradicional de los pacientes de acuerdo con el número de vasos. Los pacientes con CI (puntaje mayor o igual a 8) se compararon con los pacientes sin CI o con CI menos intensa (por ejemplo, puntaje menor o igual a 4). Nueve especímenes de 93 muestras (9.7%) de pacientes con un Duke Jeopardy Score mayor o igual a 8 resultaron positivos para ADN de Chlamydia pneumoniae en comparación con 4 especímenes de 135 muestras (3%) en pacientes con Duke Jeopardy Score menor o igual a 4 (odds ratio = 3.5).

La presencia de ADN de Chlamydia pneumoniae no estuvo relacionada en forma estadísticamente significativa con los factores de riesgo convencionales.

Discusión

En el presente estudio, los autores investigaron la frecuencia de ADN circulante de Chlamydia pneumoniae en pacientes con enfermedad cardiovascular derivados para la realización de una coronariografía. En la población incluida, predominantemente masculina, la prevalencia de ADN circulante fue del 5.9% en los pacientes a los que se les iba a realizar una coronariografía, lo cual concuerda con otras comunicaciones previas. La prevalencia elevada de ADN circulante de Chlamydia pneumoniae en los pacientes con CI avanzada sugiere que puede existir una infección persistente en subgrupos de pacientes con CI.

Hasta la fecha, sólo 2 estudios cuantificaron el ADN de Chlamydia pneumoniae conjuntamente en ateromas y en GRP. Blasi y colaboradores comunicaron que el 94% de los pacientes con Chlamydia pneumoniae en la pared arterial también tenían ADN de Chlamydia pneumoniae en GRP, mientras que Berger y colaboradores hallaron que, si bien se puede detectar ADN de Chlamydia pneumoniae tanto en ateromas como en GRP, no siempre fue concordante.

La información publicada con respecto a la relación de ADN circulante de Chlamydia pneumoniae y de CI también es inconsistente. Muchos estudios han comunicado una relación positiva, en tanto otros no pudieron confirmar este hallazgo. Recientemente, varios estudios no pudieron demostrar una mejoría en la prevención secundaria de la CI con la utilización de antibióticos. Esas investigaciones, junto con 2 metaanálisis recientes, han llegado a la conclusión que Chlamydia pneumoniae puede no ejercer un papel importante en la patogenia de la aterosclerosis ni en la producción de CI. En primer lugar, los estudios mencionados evaluaron la influencia del tratamiento antibiótico en prevención secundaria. Sin embargo, investigaciones en animales demostraron un incremento de la aterosclerosis con la inoculación de Chlamydia pneumoniae en conejos y ratones, y su posterior reversión con el tratamiento antibiótico. Esta información establece la posibilidad de que los antibióticos puedan ser más útiles en prevención primaria que secundaria. Por otro lado, dado el ciclo de vida complejo de Chlamydia pneumoniae, como también la duda sobre la capacidad de los antibióticos de penetrar en el ateroma y la evidencia de que los monocitos infectados por Chlamydia pneumoniae son refractarios a la azitromicina, es posible que los macrólidos disponibles en la actualidad y utilizados en los estudios sean simplemente ineficaces para erradicar a este microorganismo en el estado en el cual existe en los pacientes con CI.

Conclusiones

Los autores comunican la presencia de ADN circulante de Chlamydia pneumoniae en un pequeño subgrupo de pacientes con CI. Esta información sugiere que la presencia de ADN circulante se asocia con la extensión y la gravedad de la enfermedad. Se necesitan más estudios para confirmar la relación entre el ADN circulante y el estado de infección vascular.

Por último, aunque especulativo pero de significado clínico, surge el interrogante sobre la utilización clínica de la PCR en tiempo real para seleccionar a los pacientes, tanto a aquellos con CI establecida como a los de alto riesgo en una etapa temprana de la aterosclerosis, quienes se podrían beneficiar de un control más intensivo de los factores de riesgo.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología - Infectología

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