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La Anticoncepción Hormonal Disminuye la Aparición de Síntomas Premenstruales
- AUTOR : Sadler C, Smith H, Inskip H y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Lifestyle Factors, Hormonal Contraception, and Premenstrual Symptoms: The United Kingdom Southampton Women’s Survey
- CITA : Journal of Women’s Health 19(3):391-396, Mar 2010
- MICRO : De acuerdo con un análisis de la presencia de síntomas premenstruales en una cohorte de mujeres de una ciudad inglesa y su vínculo con diferentes factores, se comprobó que los síntomas mencionados se asocian con el nivel educativo, el estrés y el uso de anticonceptivos hormonales.
Introducción
Un informe del año 2002 indica que el 19% de las mujeres jóvenes padecen de síndrome premenstrual (SPM) u otros trastornos relacionados. Las mujeres con SPM suele referir síntomas cíclicos de tipo psicológico o físico, condiciones éstas que impactan sobre la calidad de vida y afectan las relaciones sociales. Estos síntomas han sido asociados con la ansiedad y la depresión, y se vinculan además con costos médicos elevados y aquellos resultantes del ausentismo y la baja productividad laboral. Los autores consideran que las consecuencias sanitarias del SPM son importantes ya que estas mujeres suelen ser fumadoras, consumir alcohol o padecer de sobrepeso. Se desconoce la etiología de este síndrome y se estima relevante el papel de los cambios cíclicos de los esteroides sexuales. Se han implementado tanto tratamientos farmacológicos (vitamina B6, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, progesterona, parches de estrógenos y anticonceptivos hormonales) como terapias cognitivas.
El Southampton´s Women Survey (SWS) es un ensayo que reclutó a 12 500 mujeres jóvenes de la población general de esta ciudad del Reino Unido, inicialmente diseñado para revelar los aspectos determinantes del crecimiento y el desarrollo de sus hijos. Se recogió información acerca de los factores sociodemográficos, edad, raza, y actividad física, entre otros. El objetivo de este trabajo derivado de la información del SWS consistió en identificar a las mujeres con SPM y su relación con los factores vinculados con su estilo de vida y el uso de anticonceptivos.
Participantes y métodos
Las participantes fueron reclutadas a través de sus médicos de cabecera y visitadas en su domicilio para obtener la información mencionada, además de la relacionada con el empleo de anticonceptivos. Luego de esta entrevista, se obtuvieron muestras de sangre para determinar los parámetros del estudio principal. A partir de febrero de 2003 las mujeres completaron un diario acerca de sus síntomas menstruales durante 6 semanas mediante un cuestionario validado (una variante del Moos Menstrual Distress Questionnaire), además del cuestionario habitual. También se evaluó el nivel educativo adquirido y la dieta mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria de 100 ítems. De este modo, determinaron una escala de dieta prudente y la emplearon para valorar la asociación entre el SPM y una dieta saludable. El cuestionario menstrual registró la presencia y gravedad de los síntomas más frecuentes: irritabilidad, pérdida de eficiencia, dificultad para la concentración, cansancio, cambios en el humor, tensión, depresión, cefaleas, ansia por la ingesta, acné y retención de líquidos. Estos síntomas fueron valorados en forma independiente por 2 médicos generalistas sobre la base de los criterios de SPM y del trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
Los siguientes criterios se utilizaron para definir los síntomas premenstruales:
- Un patrón de síntomas que ocurren en los días previos a la menstruación y que se resuelven o mejoran al final de ésta.
- Un intervalo > 7 días antes de la recurrencia de los síntomas.
- La presencia de 5 o más síntomas calificados como leves o moderados, o 2 o más síntomas catalogados como graves, y que cada uno de ellos cumpla con el patrón descrito.
Dos médicos generalistas calificaron cada diario de la siguiente manera: 1 punto = ausencia de síntomas, 2 puntos = síntomas posibles y 3 puntos = síntomas definitivos. En el caso de discrepancias en cuanto al puntaje asignado por cada uno de estos profesionales, reevaluaban el diario en forma independiente y, si no alcanzaban un acuerdo, lo decidía el investigador principal. Finalmente, los puntajes se sumaron y arrojaron un intervalo de entre 2 y 6. Las mujeres con puntajes de 5 a 6 fueron clasificadas como con síntomas premenstruales y quienes tenían < 4 se consideraron con síntomas insuficientes. Los autores advierten que no se registraron los síntomas más allá de un determinado número de ciclos y no se obtuvo información sobre el impacto de dichos síntomas en el modo de vida, por lo que no pueden considerar una definición formal de SPM ya que no cumplen los criterios de dicha entidad. Así, utilizan el término «síntomas premenstruales». El análisis estadístico se hizo mediante la prueba t de Student y modelos de regresión univariado y multivariado.
Resultados
Sólo el 53% de las mujeres reclutadas inicialmente completaron el diario de síntomas menstruales. De este grupo de 974 mujeres, 44 diarios se hallaban incompletos y una fue excluida sobre la base de la edad. Los autores verificaron que el 24% de las participantes fueron consideradas con síntomas premenstruales (intervalo de confianza del 95% [IC] 21-27). Las mujeres tuvieron una menor probabilidad de padecer síntomas si tenían un mayor nivel educativo y sufrían menos estrés. No se observaron asociaciones entre los síntomas premenstruales, la dieta, el alcohol, el ejercicio enérgico, ni tras el ajuste de otros factores como la edad, el tabaquismo o el índice de masa corporal. El empleo de anticonceptivos hormonales se asoció con una menor prevalencia de síntomas premenstruales (índice de prevalencia 0.66, IC 95% 0.52-0.84).
Discusión
Los autores afirman que los síntomas premenstruales resultaron frecuentes en la cohorte del SWS, y que se relacionan con distintos estilos de vida, entre otros factores. En especial, el estrés elevado y el menor nivel educativo se asociaron con una mayor prevalencia de síntomas, la cual fue inferior en quienes empleaban anticonceptivos hormonales. Los síntomas premenstruales ocurrieron con mayor frecuencia en las mujeres de mayor edad, en las obesas y en las fumadoras, pero estas asociaciones se perdían cuando los hallazgos se ajustaban al uso de anticonceptivos. Postulan que esto se atribuiría al modo de prescribir estos fármacos, los cuales no se indican a mujeres obesas.
Estos hallazgos son compatibles con los mencionados en la bibliografía. Otros estudios tampoco comprobaron asociación alguna entre los síntomas premenstruales y la dieta. Algunos autores apoyan el empleo de anticonceptivos hormonales para el tratamiento del SPM. Como ejemplo, en un ensayo reciente verificaron que los anticonceptivos orales que contienen drospirenona aliviaron los síntomas de las pacientes con TDPM al ser administrados en forma cíclica o continua. No existen estudios controlados que avalen el empleo de las progesteronas inyectables para el tratamiento del SPM. Sin embargo, en una población de 6 026 mujeres militares observaron una muy baja prevalencia de síntomas premenstruales en quienes empleaban progestágenos inyectables.
Los expertos señalan que este trabajo se realizó en la población general en lugar de pacientes que consultaban por sus síntomas. El empleo de un cuestionario en la población general puede distorsionar los resultados, debido a que las mujeres que no presentan estos síntomas pueden tener una menor motivación para completar encuestas durante un tiempo prolongado. Advierten que no pudieron evaluar el impacto de los síntomas sobre la vida diaria y que algunas mujeres con síntomas premenstruales podrían padecer de otros trastornos, los cuales no pueden valorarse con la metodología utilizada. Además, no pretendieron valorar el SPM de acuerdo con las definiciones habituales sino que se limitaron a describir la presencia de síntomas. Algunos factores de confusión pueden obrar de diferentes modos; por ejemplo, la necesidad de tomar anticonceptivos podría indicar la presencia de una población de mujeres con menos problemas de salud, con vida social y sexual más activa y que se hallarían menos predispuestas a padecer síntomas debilitantes. Los autores destacan que, a pesar de la incidencia de estos síntomas, es improbable que pudieran evitar que estas mujeres lleven una vida activa.
Los ensayos terapéuticos sobre los tratamientos hormonales para el SPM y el TDPM no han sido concluyentes; este hecho probablemente se deba a que valoraron tratamientos cíclicos en lugar de continuos. Los indicios provenientes de los estudios observacionales sugieren que los anticonceptivos hormonales que suprimen la ovulación podrían evitar los síntomas premenstruales, lo cual provee el aval para la realización de un ensayo controlado que evalúe esta estrategia.
Conclusiones
Los autores concluyen que los síntomas premenstruales son frecuentes en esta cohorte y que ocurren con mayor frecuencia en mujeres con un menor nivel educativo y en quienes experimentan un mayor grado de estrés. También observaron que todos los métodos de anticoncepción hormonal se asociaron con una menor prevalencia de síntomas.
Especialidad: Bibliografía - Geriatría