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La Bivalirudina es Igual de Segura y Eficaz que la Heparina en Pacientes Sometidos a Revascularización Coronaria Percutánea
- AUTOR: Chu WW, Kuchulakanti PK, Waksman R y colaboradores
- TITULO ORIGINAL: Bivalirudin versus Unfractionated Heparin in Patients Undergoing Percutaneous Coronary Intervention after Acute Myocardial Infarction
- CITA: Cardiovascular Revascularization Medicine 7(3):132-135, Jul 2006
- MICRO: La bivalirudina es segura y eficaz en pacientes que presentaron infarto agudo de miocardio y son sometidos a revascularización coronaria percutánea. La evolución precoz y tardía es comparable a la observada en aquellos tratados con heparina no fraccionada.
Introducción
En pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMST), la terapia de reperfusión representa el tratamiento más importante. Numerosos trabajos demostraron que la intervención coronaria percutánea (ICP) -cuando se realiza precozmente- es superior en eficacia a la terapia trombolítica; de hecho, se asocia con mayor reperfusión y menor riesgo de mortalidad y de reinfarto. Sin embargo, todavía no se dispone de información precisa sobre la utilidad de la bivalirudina en comparación con la heparina no fraccionada en el contexto de la ICP en pacientes con IAMST, objetivo del estudio presente.
Métodos
Se evaluó una cohorte de 672 sujetos con IAM con elevación del ST y sin ésta que no habían recibido con anterioridad terapia trombolítica. Los pacientes recibieron bivalirudina (n = 216; 399 lesiones) o heparina no fraccionada (n = 456, 804 lesiones). Se comparó la mortalidad intrahospitalaria, a los 30 días y a los 6 meses en los 2 grupos. La angioplastia coronaria se realizó según el procedimiento convencional y todos los pacientes recibieron 325 mg de aspirina antes de la ICP. Se administró clopidogrel en dosis de carga de 300 mg a 600 mg, seguido de 75 mg por día, durante 6 meses o más. Durante el procedimiento de revascularización, los sujetos recibieron bivalirudina en dosis de 0.75 mg/kg en bolo seguido de infusión continua de 1.75 mg/kg/hora o heparina no fraccionada en dosis de 40 U/kg en bolo y heparina adicional para lograr un tiempo de coagulación de 250 a 300 segundos. La modalidad de tratamiento estuvo a cargo del profesional, al igual que la administración de inhibidores de la glicoproteína plaquetaria IIb/IIIa.
Se realizó electrocardiograma en todos los casos, antes y después de la reperfusión, y se determinaron los niveles de creatinquinasa-MB. El infarto con onda Q se definió como aquel que presentó onda Q patológica nueva en asociación con aumento de los niveles de creatinquinasa-MB (2 o más veces por encima del límite superior normal). Los eventos cardíacos mayores incluyeron la muerte, el infarto de miocardio con onda Q y la revascularización de la lesión blanco o del vaso blanco. Se consideró que la angiografía fue eficaz cuando la estenosis final residual fue inferior al 30% con flujo grado 3 o mayor (TIMI [thrombolysis in myocardial infarction]). La trombosis del stent fue definida como la oclusión o el defecto de llenado en la angiografía, que pudo ser aguda (durante la internación), subaguda (en los primeros 30 días que siguieron al procedimiento de revascularización) o crónica (después de los 30 días).
Resultados
Las características demográficas de los pacientes fueron iguales en los 2 grupos de tratamiento. Asimismo, los parámetros angiográficos y los relacionados con el procedimiento de revascularización no difirieron entre ambos grupos. No se registraron diferencias significativas en la frecuencia de sangrado intrahospitalario y de complicaciones vasculares, aunque el hematocrito descendió menos en los pacientes tratados con bivalirudina: se observó una disminución del 15% o más en el 0.9% de estos casos en comparación con el 3.1% de los asignados a heparina no fraccionada (p = 0.09).
No se detectaron diferencias sustanciales en la eficacia angiográfica o en la frecuencia de complicaciones; ningún sujeto falleció durante la internación. Se produjo trombosis aguda en 1 individuo (0.5%) tratado con bivalirudina y en 6 pacientes (1.3%) de los que recibieron heparina (p = 0.31).
A los 30 días, los parámetros de evolución fueron semejantes en los 2 grupos; ningún paciente tratado con bivalirudina presentó trombosis subaguda, una complicación que apareció en 1 paciente del grupo de heparina (p = 0.49). A los 6 meses, todas las mediciones evolutivas (muerte, infarto con onda Q y revascularizaciones) fueron similares en ambos grupos. No se registró trombosis tardía en ningún caso. La supervivencia libre de eventos a los 6 meses fue semejante en todos los pacientes.
Discusión
Este trabajo demostró que la administración de bivalirudina como agente antitrombótico en pacientes sometidos a ICP es segura y eficaz. La eficacia y las complicaciones asociadas con el procedimiento fueron semejantes en los 2 grupos; sin embargo, el hematocrito tendió a bajar menos en los sujetos que recibieron bivalirudina. La frecuencia de trombosis aguda y subaguda no fue estadísticamente diferente entre los grupos. En conjunto, los hallazgos del estudio confirman que la bivalirudina es un anticoagulante eficaz que puede utilizarse con seguridad en pacientes sometidos a ICP, dado que no se asocia con mayor frecuencia de eventos trombóticos.
El presente estudio es uno de los primeros en evaluar la eficacia y la seguridad de la bivalirudina utilizada como único fármaco anticoagulante durante la ICP, en pacientes con infarto agudo. Es de esperar que las investigaciones venideras, incluyendo un mayor número de pacientes, confirmen estos resultados, concluyen los autores.
Especialidad: Bibliografía