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La Exposición al Plomo y al Mercurio no Conlleva Necesariamente Intoxicación por esos Metales

  • AUTOR : Brodkin E, Copes R, Mattman A y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Lead and Mercury Exposures: Interpretation and Action
  • CITA : Canadian Medical Association Journal 176(1):59-63, Ene 2007
  • MICRO : Los síntomas derivados de la intoxicación por plomo o por mercurio pueden deberse a otras causas coexistentes con la exposición a esos metales. El dosaje en sangre es imprescindible para el diagnóstico cierto de intoxicación. El tratamiento con agentes quelantes remueve el exceso de metales y los elimina por orina.

La exposición a los metales pesados, entre otros contaminantes ambientales, es un problema muy difundido en Canadá. Los pacientes preocupados sobre la posibilidad de los consiguientes efectos deletéreos de esas sustancias buscan el consejo de sus médicos, porque los metales pesados son conocidos como el origen de graves enfermedades. Sin embargo, a pesar de que exposiciones clínicamente significativas a esos metales siguen sucediendo en el país mencionado, muchas de las personas a las que la situación les causa inquietud carecen de una verdadera intoxicación. Los profesionales deben estar atentos a los síntomas y signos del envenenamiento pero también conocer cuáles son las investigaciones necesarias, la interpretación de sus resultados y cuándo se debe ejercer alguna medida terapéutica. Por ello es imprescindible estar al tanto de los tratamientos y sus riesgos posibles.

En este artículo de revisión, los autores describieron 3 casos de pacientes derivados a un especialista en medicina laboral debido a la preocupación por padecer una intoxicación por metales pesados. Uno de ellos mostraba síntomas de envenenamiento grave de causa desconocida; en cambio, los otros estaban ansiosos sobre posibles exposiciones laborales e investigaciones de laboratorio cuyos resultados eran ostensiblemente discutibles. Uno de los pacientes ya había consultado y recibió tratamiento. Se eligieron 3 casos para ilustrar algunos de los aspectos que surgen comúnmente cuando se aborda este tema, en particular cuando se trata de plomo o mercurio.

Caso 1

Varón de 54 años que consultó a su médico de cabecera por astenia, dolor abdominal, náuseas, cefaleas y pérdida de peso. Se midió la concentración de hemoglobina, que fue de 73 g/l. Llamó la atención el bajo volumen corpuscular medio y el grosero moteado basófilo de los eritrocitos. En consecuencia se midió la concentración de plomo en sangre y se lo halló muy elevado: 4.15 µmol/litro para un valor de referencia de 1.93. El paciente recibía medicamentos tradicionales de su etnia, importados de la India, que contenían 13% de plomo y 1% de mercurio. Fue derivado a un toxicólogo que le prescribió terapéutica de quelación, merced a la cual mejoraron los síntomas y la anemia. Varios meses después de iniciada la terapéutica se normalizaron las concentraciones de plomo y de hemoglobina.

Caso 2

Dentista varón de 35 años con antecedentes de 12 meses de temblor fino en sus manos durante el reposo. Para él resultaba un impedimento laboral grave, por las dificultades que le ocasionaba para las tareas motoras imprescindibles para desempeñar su profesión. El neurólogo diagnosticó temblor benigno. Entonces el paciente se preocupó por la posibilidad de que se tratara de una intoxicación mercurial debido a que sus tareas le imponían manejar este metal, razón por la que solicitó las pruebas necesarias a fin de investigar esta sospecha. Los resultados fueron prácticamente normales. No obstante ello, suspendió las tareas que involucraran manejar amalgamas y consultó a un especialista en medicina laboral para discutir sobre la posibilidad de terapia de quelación. En virtud de ello, se solicitaron nuevos exámenes de laboratorio que, si bien fueron normales, las cifras diferían de las anteriormente informadas, razón por la que se produjo una situación confusa que desorientó al paciente.

Caso 3

Mujer de 44 años, que trabajó durante 10 meses en una estación de servicio y comercio de venta de automóviles. Durante su actividad laboral estuvo expuesta a la emisión de los vehículos y a otras sustancias presentes en el área de servicios, aunque no pudo establecerse de modo fehaciente el contacto con metales pesados. En determinado momento, se inició un cuadro integrado por dolor abdominal, vómitos y distensión, hormigueo en una mano, episodios alternantes de diarrea y constipación, equimosis, venas varicosas y fatiga. Al cabo de 10 meses abandonó ese trabajo. A partir de entonces mejoraron los síntomas aunque persistió su preocupación por el cuadro clínico que todavía la aquejaba. En consecuencia se indicaron exámenes de laboratorio en busca de metales en sangre y orina, especialmente plomo y mercurio. Los resultados estaban por debajo de los valores hasta los cuales se considera normal, pero se los presentó de tal modo que sugerían toxicidad debida a plomo y mercurio y, en consecuencia, se instauró tratamiento de quelación. Ya que esta conducta fue adoptada por un proveedor asistencial alternativo, el médico de cabecera dispuso consulta con un especialista en medicina laboral

Plomo

El plomo se emplea en muchas industrias, incluidas la de fundido del mismo metal, fábricas de baterías, pigmentos, plásticos, envainado de cables, reciclado de baterías, fábricas de cerámicas, munición, soldaduras y cerámicas. Muchas de las intoxicaciones por mercurio resultan precisamente de una exposición ocupacional, pero otras se deben a la ingesta de alimentos contaminados y a pinturas antiguas con base plúmbica. En países como los EE.UU., el dosaje de plomo en sangre varía según la región geográfica: es mayor en el noreste y el mediooeste, en parte debido a la mayor presencia de plomo en las casas más antiguas. Los metales pesados se encuentran en la medicación ayurvédica. Se demostró que el 20% de los medicamentos de ese tipo que se venden en la ciudad de Boston contienen metales pesados. Estos productos habitualmente se importan de la India, tanto para uso privado como para reventa. La reducción del empleo de plomo en el procesamiento de alimentos, la remoción de aditivos con plomo de los combustibles y la reducción de plomo en las pinturas ha hecho que disminuyera la exposición a este metal y a que decayera el nivel hemático en la población.

Las formas orgánicas e inorgánicas de plomo se absorben a través de los pulmones y el tracto gastrointestinal. Los compuestos orgánicos también pueden absorberse a través de la piel. En el área laboral, la forma más común de intoxicación es la inhalatoria, mientras en la población general es a través de la ingestión. Luego de ser absorbido, el plomo es llevado por la sangre a los tejidos blandos (cerebro, riñón y médula ósea) y a los huesos. La excreción es sobre todo por vía renal. La vida media en la sangre es de 30 días. El 94% de la carga de ese metal está en los huesos, donde su vida media es de años o décadas. Desde allí, puede liberarse a la circulación durante todas las situaciones proclives a la resorción ósea, como por ejemplo la lactancia, la menopausia y la osteoporosis. Es entonces cuando aumentan los niveles de plomo en sangre y pueden producirse las intoxicaciones. Los síntomas característicos en adultos incluyen dolor abdominal, anorexia, náuseas, constipación, cefaleas, artralgias, mialgias, dificultades en la concentración, amnesia, trastornos del sueño, anemia, neuropatía y nefropatía.

La medida más confiable de la exposición al plomo es el dosaje del metal en sangre periférica. Sin embargo, no refleja la cantidad de plomo acumulada en los huesos, para lo cual se puede emplear la fluorescencia a los rayos X, si bien sólo se recurre a esta técnica con propósitos de investigación. Uno de los problemas que sesgan los resultados es la contaminación de las muestras de sangre y orina durante la recolección y depósito previo al análisis, para lo cual se recomienda usar receptáculos libres de metales. En adultos, los síntomas recién aparecen cuando los niveles alcanzan 1.9 µmol por litro.

Mercurio

Existe en su forma elemental o metálica o bien en formas orgánicas (metiladas) e inorgánicas. La población general está expuesta al vapor de mercurio a partir de las amalgamas dentarias, y a las formas orgánicas debido al consumo de carne de pescado. El mercurio se acumula en la cadena alimenticia, por ello especies predadoras como el atún, el tiburón y el pez espada pueden tener alta concentración del metal en sus tejidos. La exposición laboral es generalmente mediante los vapores, por ello se producen en las industrias minera, de equipos médicos y de materiales eléctricos, pero también en los consultorios dentales debido a la confección de amalgamas para obturaciones.

Pautas para interpretar los resultados de las pruebas de laboratorio

Se debe contar con pautas para una interpretación coherente y clara de los análisis de laboratorio que se emplean para medir los niveles de plomo y mercurio. Estas deberían proveer información sobre los niveles de la población general que se consideran dentro de los parámetros habituales y de aquellos otros que ameritan una consulta especializada. Sobre la base de una revisión de la literatura y de encuestas de población, los autores elaboraron una tabla que sirve de guía para los profesionales dedicados al tema.

Intervenciones

El primer paso para el tratamiento es el retiro de la fuente de contaminación, recurso por lo general suficiente para el propósito perseguido. La terapia de quelación se emplea para reducir la carga de metales del cuerpo en pacientes con síntomas graves y elevadas concentraciones sanguíneas de los metales pesados que causan los cuadros clínicos respectivos. Se trata de un proceso por el cual los metales tóxicos son eliminados del organismo mediante agentes quelantes, moléculas cargadas que se ligan a los metales en complejos estables conocidos como quelatos, que luego se excretan por orina. La indicación de prescribir esta medicación depende del discernimiento del médico tratante. Los autores consideran que no se realizaron hasta la fecha suficientes ensayos para comprobar los efectos beneficiosos del tratamiento mediante quelación, y que en algunos casos los efectos de la medicación equivalen a los de un placebo. No se ha establecido cuáles son los niveles en sangre por encima de los cuales deben prescribirse los agentes quelantes, sino que la decisión se toma de acuerdo con la intensidad de los síntomas y los resultados de laboratorio.

Conclusión

La intoxicación por metales pesados es un problema de salud pública que, aunque pequeño por sus dimensiones, no deja de ser importante por su trascendencia, debido a lo cual se requiere una apropiada investigación. Muchos pacientes preocupados por haber estado expuestos, no tienen una verdadera intoxicación, pero hasta que no se les demuestre que no corren peligro alguno, buscan tratamiento en cualquier lado que se los ofrezca, con el riesgo de su daño potencial. Los que tienen niveles elevados de metales pesados en sangre u orina, por lo general pueden manejarse con el retiro de la fuente de contaminación. La derivación a los centros especializados podrá permitir la identificación de una fuente de exposición atípica, lo cual probablemente permitirá la detección de nuevos casos y la remoción de la fuente que provoca el daño a la población afectada. La decisión de terapia de quelación debería ser el resultado de la consulta especializada con un experto.

 

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica

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