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La Ingesta de Alcohol y el Consumo de Tabaco Aumentan el Riesgo de Presentar Carcinoma de Células Escamosas del Esófago
- AUTOR : Lee C, Wu D, Wu M y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Carcinogenetic Impact of Alcohol Intake on Squamous Cell Carcinoma Risk of the Oesophagus in Relation to Tobacco Smoking
- CITA : European Journal of Cancer 43(7):1188-1199, May 2007
- MICRO : Los autores investigan de qué manera la ingesta de alcohol modifica el riesgo de presentar carcinoma de células escamosas del esófago en relación con el consumo de tabaco.
Introducción
La ingesta excesiva de alcohol presenta numerosos efectos deletéreos sobre la salud. Sin embargo, el consumo de cantidades moderadas de alcohol parece asociarse con efectos beneficiosos en la prevención de la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular.
Tanto la ingesta de alcohol como el consumo de tabaco, en forma individual o asociada, aumentan el riesgo de presentar carcinoma de células escamosas del esófago.
En el presente estudio, los autores investigan el impacto carcinogénico de los diferentes aspectos de la ingesta de alcohol (cantidad, frecuencia) en el riesgo de presentar carcinoma de células escamosas del esófago en relación con el consumo de tabaco, y como criterio secundario de evaluación analizaron la relación entre la cantidad de ingesta alcohólica y el riesgo de desarrollar esta neoplasia.
Pacientes y métodos
Los autores realizaron un estudio de casos y controles, multicéntrico, en tres centros de salud de Taiwán. Los casos estuvieron representados por 652 pacientes con diagnóstico de carcinoma de células escamosas del esófago (600 hombres y 52 mujeres), los cuales fueron entrevistados dentro de la semana del diagnóstico por personal entrenado para esta tarea.
Los controles fueron 1 127 individuos (1 038 hombres y 89 mujeres), los cuales coincidían con los casos en sexo, edad y período de internación.
Los cuestionarios incluyeron preguntas dirigidas a obtener información de las características demográficas y socioeconómicas de los individuos, de su consumo de alcohol y de tabaco, de sus hábitos alimentarios y de su historia clínica.
Las bebidas alcohólicas se agruparon en 4 categorías según su contenido de etanol: bebidas relacionadas con la cerveza (4.5% a 8% de etanol), bebidas relacionadas con el vino (12% a 16%), licores (22% a 46%) y licores fuertes (55% a 65%).
Se consideraron consumidores de alcohol a todo individuo que había consumido cualquier bebida alcohólica, al menos una vez por semana y durante un mínimo de 6 meses, y ex consumidor a aquél que no había ingerido bebidas alcohólicas al menos durante el año anterior a la entrevista.
Se consideró consumidor de tabaco a las personas que habían fumado 10 o más cigarrillos y había mascado 1 o más libras de tabaco por día durante, al menos, 6 meses.
Para evaluar la relación entre la cantidad de alcohol y el riesgo de cáncer esofágico se ha utilizado clásicamente el análisis categórico, el cual asume que el riesgo es constante dentro de cada categoría. Sin embargo, dada la posibilidad de que el efecto de la ingesta de alcohol en el riesgo de cáncer de esófago sea no lineal, los autores del presente estudio aplicaron la técnica de los modelos aditivos generalizados (MAG), la cual asume que la media de la variable dependiente se modifica según un predictor aditivo mediante una función no lineal.
Resultados
La mayoría de los pacientes con cáncer de esófago tenían antecedentes de consumo de alcohol (78.8%) y de tabaco (85.6%). Entre los consumidores de alcohol, el promedio de la cantidad diaria y la frecuencia de la ingesta así como los años de consumo fueron mayores en los casos comparados con los controles; se observaron hallazgos similares entre los consumidores de tabaco.
La principal bebida alcohólica en el grupo de los casos fue el licor (36.4%), mientras que en el grupo de los controles fue la cerveza (37.5%).
Los individuos que consumían alcohol presentaban un riesgo de cáncer de esófago de 3.0 a 8.9 veces mayor, en comparación con los no bebedores; dicho riesgo resultó significativamente mayor en los consumidores de tabaco respecto de los no consumidores.
Los autores observaron que los consumidores de tabaco que además ingerían alcohol tenían un alto riesgo de cáncer de esófago, independientemente de la cantidad de bebidas alcohólicas consumidas, mientras que quienes no consumían tabaco sólo mostraron un alto riesgo de esta neoplasia únicamente si ingerían más de 30 g por día de alcohol.
Es importante señalar, que el riesgo de cáncer en los pacientes que ingerían cantidades escasas a moderadas de alcohol (0.1 a 30 g por día) dependió del nivel de consumo de tabaco.
Entre los individuos no bebedores, aquellos que consumían tabaco presentaban un riesgo de cáncer de esófago de 2.1 a 2.7 veces mayor.
Con respecto al consumo de alcohol, los investigadores observaron que la frecuencia de la ingesta es más importante que la cantidad en el aumento del riesgo de presentar cáncer de esófago.
Discusión
Los resultados del presente estudio sugieren que, si bien el alcohol y el tabaco pueden actuar independientemente en la generación del carcinoma de células escamosas del esófago, el tabaco modifica el efecto carcinogénico de este tipo de bebidas.
Con este estudio se demostró que, entre las personas no bebedoras, el riesgo de cáncer de esófago era alto en aquellas que consumían tabaco, independientemente de la cantidad, pero entre los individuos que no consumían tabaco, el riesgo de presentar esta neoplasia era alto sólo en quienes ingerían grandes cantidades de alcohol.
Observaron también que los sujetos que consumían cantidades escasas a moderadas de alcohol y que, además, eran fumadores, tenían mayor riesgo de cáncer de esófago que aquellos que no fumaban. Sin embargo, el riesgo de los pacientes que consumían grandes cantidades de alcohol era alto aun en los que no consumían tabaco.
Se postula que el consumo de cantidades escasas a moderadas de alcohol no tiene un efecto carcinogénico importante, pero podría favorecer el contacto de las moléculas carcinogénicas del tabaco con la mucosa esofágica en los pacientes que consumen ambas sustancias.
Además, se plantea que las grandes cantidades de alcohol se asocian con un metabolismo intenso del acetaldehído (uno de sus principales metabolitos que demostró tener efectos carcinogénicos en modelos con animales) y con un daño directo de la mucosa del esófago.
Los investigadores resaltan la importancia del modelo estadístico utilizado en la presente investigación (MAG), el cual permitió evaluar el efecto de un rango amplio de cantidades de alcohol, mientras que el número de individuos con ingesta excesiva era restringido.
Por otra parte, según los resultados del estudio actual, la frecuencia del consumo de alcohol es más importante que la cantidad ya que se observó que los individuos que consumían cantidades escasas a moderadas de alcohol los 7 días de la semana, tenían más riesgo de cáncer de esófago que aquellos que consumían grandes cantidades, pero sólo 1 a 3 días por semana.
El consumo de alcohol es un hábito que puede ser modificado por lo que los autores sostienen que los pacientes que consumen tabaco y que ingieren grandes cantidades de alcohol, deberían ser el objetivo principal de las estrategias de salud pública para disminuir la incidencia de cáncer de esófago.
Especialidad: Bibliografía - Gastroenterología - Oncología