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La Tasa de Hospitalización de los Pacientes con Enfermedad de Alzheimer Leve a Moderada es Considerable
- AUTOR : Voisin T, Andrieu S, Cantet C, Vellas B
- TITULO ORIGINAL : Predictive Factors of Hospitalizations in Alzheimer’s Disease: A Two-Year Prospective Study in 686 Patients of the REAL.FR Study
- CITA : Journal of Nutrition, Health and Aging 14(4):288-291, 2010
- MICRO : Es posible predecir la hospitalización de los pacientes con enfermedad de Alzheimer teniendo en cuenta el puntaje en las escalas que valoran la dependencia en las actividades de la vida diaria, la cantidad de medicamentos que consumen y el comportamiento.
Introducción
La enfermedad de Alzheimer (EA) es la causa más común de demencia y una de las principales causas de morbilidad y de mortalidad en el anciano. Esta afección tiene un inicio insidioso y un curso progresivo; quienes la padecen viven en promedio 10 años desde el momento del diagnóstico. Sin embargo, debido a su comienzo insidioso es difícil establecer con certeza el momento en que se inicia la EA, que sólo puede diagnosticarse una vez que el paciente manifiesta síntomas claros. Ya sea por las consecuencias propias de la enfermedad o debido a otras enfermedades asociadas o circunstancias de la vida, la hospitalización de estos pacientes es muy común.
Aunque no se conocen suficientemente los factores predictivos de la hospitalización en la EA, estudios previos mostraron que la frecuencia y la duración de las hospitalizaciones son mayores en los pacientes que presentan dependencia en las escalas que evalúan las actividades diarias y en aquellos con bajo nivel educativo. Los investigadores de este trabajo se propusieron estudiar más profundamente los factores predictivos de la hospitalización en pacientes con EA leve a moderada.
Materiales y métodos
Los pacientes se seleccionaron de la French Network on Alzheimer Disease (REAL-FR), un estudio prospectivo y multicéntrico en el que se estudiaron a 686 pacientes con EA de toda Francia reclutados entre el 2000 y el 2002. El diagnóstico de estos pacientes se realizó sobre la base de los criterios del National Institute of Neurological and Communicative Disorders y de la Stroke/Alzheimer’s Disease and Related Disorders Association (NINCDS-ADRDA), y de los del Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM-IV). Se excluyeron del análisis los pacientes con EA grave, los pacientes institucionalizados y los que padecían una afección concomitante capaz de modificar el pronóstico en el corto plazo. Los pacientes incluidos en el estudio debían contar con un cuidador claramente identificado.
Durante el seguimiento, que comprendió 2 años, un equipo multidisciplinario entrenado a tal fin visitó cada 6 meses las 16 instituciones que participaron en la investigación. En cada visita se realizó un informe sobre todos los eventos que tuvieron lugar entre las visitas, incluidas las hospitalizaciones. Éstas fueron definidas como cualquier estadía dentro del hospital con una duración no menor de 24 horas. Además, los investigadores diferenciaron entre las hospitalizaciones provocadas por las consecuencias de la propia enfermedad y las que fueron producidas por enfermedades asociadas. Los factores predictivos analizados fueron las variables sociodemográficas, las funciones cognitivas, las capacidades para desenvolverse en la vida diaria, la conducta, el estado nutricional, el estado general del paciente, el riesgo de caída y el agotamiento del cuidador. Para ello se aplicaron diversas herramientas de evaluación, entre ellas: el Mini-Mental State Examination (MMSE), el Alzheimer’s disease Assessment Scale for cognitive evluation (ADAS-cog), las escalas de desempeño básico e instrumental en las actividades de la vida diaria, conocidas como ADL y IADL, el Neuropsychiatric inventory (NPI), el Mini-Nutritional assessment (MNA), la Clinical dementia rating scale Sum of Boxes score (CDR-SB). También se evaluó el riesgo de caídas y la carga para el cuidador mediante la prueba de equilibrio sobre una pierna y la Zarit burden interview (ZBI), respectivamente. Los factores predictivos se analizaron mediante un análisis univariado seguido de un modelo de regresión logística.
Resultados
Se incluyeron en la investigación 686 pacientes, la edad promedio fue de 77.86 ± 6.82 años, el 71.13% fueron de sexo femenino, la duración promedio de la enfermedad fue de 1.10 ± 1.23 años, el 73.32% vivía con parientes, el 26.68% vivía sólo y el 89.06% recibía tratamiento específico para la EA. El puntaje inicial promedio del MMSE fue de 20.01 ± 4.23, el del ADAS-cog fue de 17.85 ± 8.17, el de la escala ADL fue de 5.43 ± 0.9, el del NPI fue de 15.31 ± 15.29, el del MNA fue de 23.92 ± 3.14 y el del CDR-SB fue de 6.42 ± 3.30.
Se constataron 296 hospitalizaciones durante los 2 años del estudio, y 202 fue la cantidad de pacientes hospitalizados. El 75.7% de las hospitalizaciones se debieron a enfermedades asociadas o a circunstancias de la vida. La incidencia anual de hospitalizaciones fue de 26.13% (IC 95%: 22.52 a 29.74). Las principales causas de hospitalización fueron las fracturas y las caídas sin fracturas (20.9%), seguido por las enfermedades cardiovasculares (14.5%), los trastornos de la conducta (11%), las cirugías (9.2%), los trastornos neurológicos (6.7%), las enfermedades infecciosas (3.9%), el cáncer (3.5%) y la ruptura de la red de cuidadores (2.8%). El 41.13% de las hospitalizaciones requirieron asistencia urgente y la duración promedio de las hospitalizaciones fue de 14.32 ± 23.8 días.
En el análisis univariado, la edad, el índice de masa corporal, los puntajes de las escalas ADL e IADL, el puntaje del NPI, el puntaje del ZBI, el puntaje del MNA, la prueba de equilibrio sobre una pierna, la asistencia médica, el consumo de 4 o más medicamentos, el número de comorbilidades y el tratamiento específico de la EA predijeron la hospitalización. En el análisis multivariado, 3 variables demostraron ser predictores significativos de la hospitalización: la dependencia en las actividades diarias medida por la escala ADL (RR = 0.81; IC 95%: 0.7 a 0.95, p = 0.0091), el uso de al menos 4 medicamentos (RR = 1.83; IC 95%: 1.31 a 2.58, p = 0.0005) y el puntaje del NPI (RR = 1.011; IC 95%: 1.001 a 1.022, p = 0.0427). En el caso de las hospitalizaciones debidas exclusivamente a las consecuencias propias de la enfermedad, 3 variables resultaron ser predictores significativos: el puntaje en la escala ADL (RR = 0.69; IC 95%: 0.53 a 0.88, p = 0.0033), el puntaje del ZBI (RR = 1.03; IC 95%: 1.01 a 1.05, p = 0.0079) y el puntaje del NPI (RR = 1.07; IC 95%: 1.03 a 1.12, p = 0.0007).
Discusión
En el transcurso de los 2 años que abarcó el presente estudio, el 29.44% de los pacientes fueron hospitalizados alguna vez, y la incidencia anual de hospitalizaciones fue del 26.13%.
Los factores predictivos de hospitalización en los pacientes con EA leve a moderada fueron la dependencia en las actividades básicas de la vida diaria, el consumo de 4 o más medicamentos y la conducta evaluada por el NPI. Aunque en este estudio, a diferencia de lo observado en trabajos previos, la gravedad de los síntomas cognitivos no fue un factor de pronóstico significativo para la hospitalización, los investigadores advierten que los pacientes con EA más avanzada fueron excluidos de la investigación.
Las escalas que evalúan el desempeño en las actividades básicas de la vida diaria son un indicador de la autonomía del paciente, y ésta puede estar afectada tanto por las consecuencias propias de la enfermedad como por la concomitancia de otras enfermedades. De modo congruente, el puntaje en la escala ADL mostró ser un predictor de las hospitalizaciones en la totalidad de los pacientes y en el grupo de pacientes que fueron hospitalizados debido a las consecuencias de la EA. Posiblemente relacionado con ello, el consumo de 4 o más fármacos fue un predictor significativo en el primero de estos grupos, pero no en el segundo.
En opinión de los autores, este trabajo demuestra que los problemas conductuales y el impacto de éstos sobre los cuidadores ejercen un efecto importante en las hospitalizaciones de los pacientes con EA. Por otra parte, el puntaje del NPI fue siempre un predictor de la hospitalización, mientras que el agotamiento del cuidador fue un predictor sólo en el grupo de pacientes hospitalizados debido a las consecuencias propias de la enfermedad. Ello sugiere que ofrecer un apoyo apropiado a la familia y al paciente puede servir para evitar las hospitalizaciones.
A diferencia de lo verificado en otros estudios, en esta investigación la situación socioeconómica no se identificó como un factor pronóstico de hospitalización. Sin embargo, ello quizás de deba a que el puntaje promedio del MMSE fue muy alto en los pacientes que participaron en esta investigación.
A partir de los resultados referidos, los expertos concluyen afirmando que la hospitalización es frecuente en los pacientes con EA leve a moderada, contrariamente a lo que informan otros trabajos, en los que se halló que las hospitalizaciones son comunes sólo en las formas graves de EA. A pesar de ello, las causas más comunes de internación en estos grupos se vincularon con enfermedades asociadas y no por las consecuencias propias de la enfermedad. Además, los investigadores sostienen que una intervención destinada a ofrecer sostén a los cuidadores y a los pacientes, para que puedan sobrellevar el deterioro en el desempeño de las actividades básicas de la vida diaria, puede ayudar a reducir las hospitalizaciones. También puede ser muy útil tratar oportunamente las enfermedades asociadas y evitar el consumo de varios fármacos simultáneamente.
Especialidad: Bibliografía - Neurología