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Las Emociones Modulan la Percepción del Dolor

  • TITULO: Las Emociones Modulan la Percepción del Dolor
  • AUTOR: Arnold BS, Alpers GW, Pauli P y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL: Affective Pain Modulation in Fibromyalgia, Somatoform Pain Disorder, Back Pain, and Healthy Controls
  • CITA: European Journal of Pain 12(3):329-338, Abr 2008
  • MICRO: En pacientes con trastornos por dolor, las emociones modulan la percepción del malestar. A su vez, el dolor es especialmente intenso en presencia de estímulos visuales relacionados con el dolor. 

Introducción y objetivos

Las emociones y los estresores psicológicos participarían en el origen y mantenimiento de la fibromialgia. De acuerdo con lo hallado en un estudio anterior, los pacientes con fibromialgia presentan una alteración de la modulación afectiva del dolor en comparación con los sujetos sanos. En otros estudios se observó que las emociones positivas y negativas disminuyen o aumentan la intensidad del dolor, respectivamente. Debe tenerse en cuenta que si el contenido del estímulo empleado para evocar emociones negativas se relaciona con el dolor, su intensidad será superior. Es necesario comparar el efecto de la presentación de dichos estímulos entre los pacientes con fibromialgia y los controles sanos. También resulta importante evaluar las similitudes y las diferencias entre los pacientes con dorsalgia y los controles sanos respecto de la modulación afectiva del dolor.

En estudios anteriores se sugirió que la intensidad del dolor puede predecirse según las características psicológicas de los pacientes. Entre dichas características se incluye la tendencia a catastrofizar y la presencia de emociones negativas relacionadas con el dolor. Otros factores psicológicos mencionados son la depresión, la ansiedad, la somatización y el estilo negativo de afrontamiento del estrés.

El objetivo principal del presente estudio fue evaluar la especificidad de la modulación afectiva del dolor en pacientes con fibromialgia en comparación con los pacientes con trastorno de dolor somatomorfo y dorsalgia y con individuos sanos. Con el propósito de evocar diferentes emociones se emplearon imágenes pertenecientes al International Affective Picture System (IAPS). La inducción del dolor se realizó mediante un estímulo de presión continua, ya que la sensibilidad ante el dolor por presión es característica en los pacientes con fibromialgia, en comparación con aquellos que presentan otros trastornos por dolor.

Pacientes y métodos

Participaron 90 pacientes hospitalizados con dolor crónico que recibían tratamiento de rehabilitación y reunían los criterios para el diagnóstico de fibromialgia, dorsalgia o trastorno de dolor somatomorfo. El grupo de referencia estuvo integrado por 30 individuos sanos. No se observaron diferencias significativas entre ambos grupos respecto de la edad, el sexo, el índice de masa corporal y el estado civil. Los grupos de pacientes no difirieron significativamente en términos de la duración del trastorno por dolor y de la cantidad de problemas relacionados con el dolor no definibles.

El diagnóstico de fibromialgia se efectuó según los criterios del American College of Rheumatology. Además de evaluar los 18 puntos sensibles predefinidos para el diagnóstico de fibromialgia, se evaluaron puntos de referencia. Más allá de la cantidad de puntos sensibles que presentó cada paciente, se valoró la intensidad del dolor percibido mediante una escala verbal y se calculó el Tender Point Index. Como era de esperarse, los pacientes con fibromialgia y trastorno de dolor somatomorfo presentaron más puntos sensibles en comparación con el resto de los participantes. Además, los pacientes con trastorno de dolor somatomorfo presentaron dolor en más puntos de referencia.

La comorbilidad con depresión y otros trastornos psiquiátricos fue similar en los diferentes grupos de pacientes. No obstante, el empleo regular de medicación analgésica fue más frecuente entre los pacientes con fibromialgia y trastorno de dolor somatomorfo. Asimismo, los pacientes con fibromialgia utilizaban medicación antidepresiva más frecuentemente en comparación con los pacientes con dorsalgia.

La inducción de emociones consistió en la presentación aleatorizada de 7 imágenes positivas, 7 imágenes negativas, 7 imágenes relacionadas con el dolor y 7 imágenes neutras pertenecientes al IAPS. Para descartar manipulaciones se aplicó el Self Assessment Manikin (SAM). Esta evaluación consiste en la presentación de pictografías con diferentes niveles de valencia afectiva. Para cada dimensión, los pacientes debían indicar las imágenes que representasen mejor su experiencia. La inducción de dolor se efectuó mediante un dispositivo electrónico generador de presión ubicado en diferentes puntos de la mano no dominante. Se evaluó el valor predictivo de las características psicológicas sobre la intensidad del dolor. La ansiedad se valoró mediante el State-Trait Anxiety Inventory. Los rasgos psicológicos relacionados con el dolor se valoraron mediante el Pain Related Self Instructions Questionnaire. También se evaluó la somatización, las estrategias de afrontamiento del estrés, la discapacidad y el distrés afectivo, la eficacia personal y la externalización, entre otros rasgos.

La evaluación consistió en la aplicación simultánea del estímulo doloroso y la presentación de las imágenes de una determinada categoría. La presentación de las últimas 3 imágenes de un total de 7 imágenes integrantes de cada categoría se acompañó de la evaluación del dolor percibido por el participante. Una vez presentada la séptima imagen, la presión fue suspendida y se solicitó al paciente que refiriera el nivel de dolor generado durante la presentación de cada serie de imágenes.

Resultados

La valencia de la imagen presentada tuvo un efecto significativo en todos los grupos. Se observaron diferencias sustanciales entre los grupos al comparar las categorías de imágenes negativas y relacionadas con el dolor frente a las imágenes positivas o neutras. Concretamente, las imágenes positivas o neutras fueron clasificadas como más agradables y menos relacionadas con el dolor en comparación con las imágenes negativas y relacionadas con el dolor. Los pacientes con fibromialgia y trastorno de dolor somatomorfo clasificaron a las imágenes relacionadas con el dolor como menos agradables y más asociadas con la percepción de dolor en comparación con las imágenes negativas. Los pacientes con dorsalgia y los sujetos sanos asociaron las imágenes relacionadas con el dolor con un nivel superior de dolor en comparación con las imágenes negativas. No obstante, únicamente los sujetos sanos clasificaron a las imágenes relacionadas con el dolor como más desagradables que las negativas. La categoría de imágenes positivas resultó más agradable que aquella de imágenes neutras para todos los grupos.

El análisis de varianza del puntaje del SAM relacionado con las imágenes positivas, neutras y relacionadas con el dolor no arrojó diferencias significativas entre los grupos. En cuanto a las imágenes negativas, los pacientes con dorsalgia presentaron una asociación significativa con el nivel elevado de dolor en comparación con los sujetos sanos. Los pacientes con trastorno de dolor somatomorfo presentaron un dolor de intensidad significativamente elevada en comparación con los pacientes con dorsalgia y los controles sanos. La intensidad del dolor fue similar entre los pacientes con trastorno de dolor somatomorfo y aquellos con fibromialgia. No se observaron diferencias significativas al respecto entre los pacientes con fibromialgia, con dorsalgia y los controles sanos.

Se observó una tendencia lineal significativa de aumento de la intensidad del dolor al presentar imágenes positivas, neutrales, negativas y relacionadas con el dolor. No se observaron diferencias sustanciales de intensidad del dolor al presentar imágenes neutras o positivas. En conclusión, las imágenes relacionadas con el dolor evocaron la intensidad máxima de dolor en comparación con el resto de las imágenes. La correlación entre las características psicológicas y la intensidad del dolor fue baja al considerar a todos los grupos en conjunto. Entre los pacientes con fibromialgia se halló una correlación significativa entre la intensidad del dolor y la ansiedad, la creencia de eficacia personal y el distrés, entre otras variables psicológicas. Respecto de la eficacia personal, la correlación observada en los pacientes con fibromialgia fue significativa en comparación con la hallada en el grupo control. En cuanto al distrés, los pacientes con fibromialgia presentaron una correlación significativa en comparación con los demás grupos.

Discusión

Los resultados del presente estudio no permiten confirmar que los pacientes con fibromialgia y trastorno de dolor somatomorfo presentan un aumento de la intensidad del dolor luego de exponerse a estímulos negativos y relacionados con el dolor en comparación con los pacientes con dorsalgia y los individuos sanos. Es posible que los resultados se deban a la aplicación de estímulos presores muy fuertes. Son necesarios estudios adicionales para evaluar el efecto de la aplicación de estímulos más leves.

En coincidencia con lo observado en estudios anteriores, la intensidad del dolor aumentó en presencia de estímulos negativos en comparación con la presentación de estímulos positivos. Ante la exposición a estímulos relacionados con el dolor, la intensidad del dolor aumentó en mayor medida en comparación con lo observado tras la presentación de estímulos negativos. Es decir, se observó que la intensidad del dolor es regulada por las emociones. Debe considerarse, además, que las imágenes presentadas no tuvieron un efecto significativo sobre la percepción del dolor en los pacientes con trastorno de dolor somatomorfo y los sujetos sanos.

A diferencia de lo esperado, únicamente los pacientes con trastorno de dolor somatomorfo presentaron un puntaje superior correspondiente a la intensidad del dolor en comparación con los pacientes con dorsalgia y los sujetos sanos. No se observaron diferencias al respecto entre los pacientes con dorsalgia y el grupo control. En cuanto a los pacientes con fibromialgia, los resultados fueron intermedios y no difirieron significativamente de lo observado para los pacientes con dorsalgia y los sujetos sanos. La intensidad similar de dolor hallada entre los pacientes con trastorno de dolor somatomorfo y aquellos con fibromialgia permite sugerir que la sensibilidad ante la presión no es específica de la fibromialgia.

Se observó una correlación significativa entre la intensidad del dolor y las características psicológicas de los pacientes con fibromialgia. Además, las correlaciones halladas fueron significativamente superiores para los pacientes con fibromialgia en comparación con el resto de los participantes. Estos resultados permiten destacar la importancia de los factores psicológicos en caso de fibromialgia. Se requieren más estudios para obtener conclusiones definitivas al respecto.

Conclusión

En pacientes con trastornos por dolor, las emociones modulan la percepción del malestar. A su vez, el dolor es especialmente intenso en presencia de estímulos relacionados con el dolor. Las características psicológicas de los pacientes con fibromialgia se relacionan con la percepción del dolor. No obstante, la generación de emociones no resulta más relevante respecto del nivel de dolor percibido por los pacientes con fibromialgia en comparación con lo observado en otros pacientes o en individuos sanos. Por último, los pacientes con fibromialgia o trastorno de dolor somatomorfo presentan un aumento generalizado de la sensibilidad al dolor, que puede ser una causa o una consecuencia de la afección.

Especialidad: Bibliografía - Tratamiento del dolor

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