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Los Agonistas Dopaminérgicos Serían una Alternativa para el Tratamiento de la Depresión en Pacientes con Enfermedad de Parkinson

  • AUTOR : Lemke M
  • TITULO ORIGINAL : Dopamine Agonists in the Treatment of Non-Motor Symptoms of Parkinson’s Disease: Depression
  • CITA : European Journal of Neurology 15(2):9-14, Sep 2008
  • MICRO : La depresión es un trastorno frecuente en los pacientes con enfermedad de Parkinson. Los agonistas dopaminérgicos son fármacos útiles en la terapia de los síntomas motores de la enfermedad y además serían eficaces para el tratamiento de la depresión.

Introducción

La depresión es el trastorno psiquiátrico de mayor prevalencia en los pacientes con enfermedad de Parkinson, ya que se presenta en el 45% de los casos, de los cuales hasta el 50% tiene síntomas moderados o graves. En esta población, el síntoma más frecuente es la anhedonia.

La depresión no se relaciona con la gravedad de la enfermedad y la puede preceder por años. Asimismo, es un factor que afecta sustancialmente la calidad de vida de estos pacientes.

Relación entre la dopamina y la depresión

Aunque es sabido que los trastornos del estado de ánimo son frecuentes en los pacientes con enfermedad de Parkinson, la causa de esta asociación se desconoce. Con el fin de determinar en profundidad tanto la frecuencia como las características de estos trastornos, en Europa se está llevando a cabo el estudio PRODEST PD.

De los resultados preliminares de éste surge la confirmación de que la depresión es muy frecuente en estos pacientes. Se postula que la causa de esta asociación podría ser que los mecanismos de recompensa del sistema límbico, mediados por la dopamina y que permiten sentir el placer y la alegría y que originarían la motivación y la voluntad, estarían alterados en la enfermedad de Parkinson y serían la causa de la anhedonia, de la pérdida de la motivación y de la apatía.

En un estudio se investigaron las causas neuroanatómicas y fisiopatológicas de los trastornos del estado de ánimo en la enfermedad de Parkinson, así como las modificaciones que se producían luego del tratamiento con fármacos dopaminérgicos. Los investigadores detectaron una mejoría en cuanto a los síntomas motores luego del tratamiento con agonistas dopaminérgicos, pero no encontraron diferencias significativas en cuanto al tiempo de reacción o a la precisión para realizar una tarea vinculada con la emoción, entre los pacientes y el grupo control. En las neuroimágenes describieron que los participantes sanos presentaron activación bilateral de las amígdalas cerebrales durante la ejecución de la tarea vinculada con la emoción, que no se registró en los pacientes con enfermedad de Parkinson antes de recibir la medicación. Luego de administrada el tratamiento, éstos presentaron una respuesta parcial. Por lo tanto, los autores del estudio mencionado proponen que una alteración en la función de las amígdalas cerebrales podría ser la causa del déficit emocional de los pacientes con enfermedad de Parkinson.

En otro estudio en el que se utilizó la tomografía por emisión de positrones (PET) con un marcador que señala la unión de la dopamina y la noradrenalina al transportador, en el que participaron 20 individuos con enfermedad de Parkinson (8 con depresión y 12 sin esta enfermedad) y 7 personas sanas, se demostró que los pacientes deprimidos presentaban una menor fijación del marcador en el locus coeruleus y en otras regiones del sistema mesolímbico, mientras que los pacientes con ansiedad tenían una alteración de la captación del marcador en la parte ventral del cuerpo estriado. Por lo tanto, los investigadores atribuyeron la depresión a la pérdida de inervación dopaminérgica y noradrenérgica a nivel del sistema límbico.

Según el autor de esta revisión, los resultados de estos trabajos demuestran la relación entre el déficit de dopamina y la presencia de depresión en los enfermos parkinsonianos, lo que podría brindar alternativas terapéuticas.

El efecto de los agonistas de la dopamina en la depresión

Los fármacos agonistas de la dopamina actúan sobre diferentes receptores de este neurotransmisor. Los receptores D3 de la dopamina que se encuentran en el sistema límbico estarían relacionados con el ánimo y la conducta.

El pramipexol, que actúa sobre los receptores D2 y D3 de la dopamina, tendría un efecto antidepresivo similar al de la fluoxetina y, según los resultados de algunos estudios, sería una opción para el tratamiento tanto de la depresión resistente a los antidepresivos como de la enfermedad bipolar. Según los autores, en dos investigaciones realizadas con pocos pacientes pero con un buen diseño, en las que se evaluó la eficacia del pramipexol para el tratamiento de la depresión bipolar resistente, se demostró una mejoría significativa de la enfermedad en los individuos que recibían el fármaco, con una baja incidencia de efectos adversos y una tasa baja de abandono del tratamiento.

En otro estudio se comparó el agregado del agonista de la dopamina pramipexol y de pergolida al tratamiento con levodopa en pacientes con enfermedad de Parkinson y depresión moderada a grave. Con ambas drogas se comprobó la disminución del requerimiento de levodopa, el alivio de los síntomas depresivos referidos por los pacientes y la mejora de la funcionalidad y de los síntomas motores. Sin embargo, los sujetos tratados con pergolida tuvieron una mejoría significativa del puntaje en la Montgomery Asberg Depression Rating Scale (MADRAS).

Como mencionó el autor con anterioridad, uno de los síntomas que se presenta con mayor frecuencia en los pacientes con enfermedad de Parkinson y depresión es la anhedonia. En un estudio en el que participaron individuos con enfermedad de Parkinson tratados con levodopa y con pramipexol, de los cuales el 47% presentaba depresión leve y el 22% depresión moderada a grave, el 45.7% del total y el 79.7% de los pacientes deprimidos tenían anhedonia. Estos últimos tenían mayor déficit motor y deterioro de la funcionalidad y estaban más deprimidos. Tanto la anhedonia como la depresión disminuyeron en los pacientes tratados con pramipexol.

En otro ensayo se demostró que los pacientes con enfermedad de Parkinson avanzada mejoraron luego del tratamiento con pramipexol, respecto de la funcionalidad y los síntomas motores. Los sujetos que presentaban más temblor de reposo mejoraron más que aquellos con menos temblor. Además, los pacientes que tenían diagnóstico de depresión al inicio del estudio presentaron aumento de la motivación y de la iniciativa, a la vez que los síntomas depresivos disminuyeron. Por otra parte, el fármaco fue bien tolerado y su eficacia se mantuvo luego de 57 meses de tratamiento. La somnolencia leve fue el efecto adverso más importante.

Los síntomas motores y las limitaciones que éstos producen son una de las causas de depresión en los pacientes con enfermedad de Parkinson, por lo que se postuló que los agonistas dopaminérgicos podrían tener efecto antidepresivo debido a que producen el alivio significativo de estos síntomas. Para evaluar si la mejoría experimentada por los enfermos en relación con estos síntomas es la causa del alivio de los síntomas depresivos, se realizó un estudio en el que se comparó la eficacia de la sertralina y del pramipexol para el tratamiento de la depresión, en pacientes con enfermedad de Parkinson que no presentaban complicaciones motoras, como las disquinesias tardías o las fluctuaciones. Aquellos sujetos tratados con el agonista dopaminérgico mejoraron significativamente el puntaje de las diferentes escalas utilizadas para evaluar la depresión, con buena tolerabilidad y menor tasa de abandono del tratamiento en comparación con los individuos que utilizaron el antidepresivo.

Conclusión

El autor concluye que los fármacos agonistas de los receptores de la dopamina representan una alternativa para el tratamiento de la depresión en pacientes con enfermedad de Parkinson, a la vez que permiten disminuir los requerimientos y por lo tanto la toxicidad de otras drogas como la levodopa.

 

Especialidad: Bibliografía - Neurología - Psiquiatría

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