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Los Antioxidantes no Reducen la Incidencia de Cáncer

  • AUTOR : Bardia A, Tleyjeh IM, Montori VM y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Efficacy of Antioxidant Supplementation in Reducing Primary Cancer Incidence and Mortality: Systematic Review and Meta-Analysis
  • CITA :  Mayo Clinic Proceedings 83(1):23-34, Ene 2008
  • MICRO : En general, los antioxidantes no reducen la incidencia de cáncer ni la mortalidad que ocasiona esa enfermedad. Además, el suplemento de beta caroteno podría elevar el riesgo en los fumadores. La vitamina E no ejerce ningún efecto importante, mientras que el selenio podría ser beneficioso, sobre todo en los varones.

Introducción

El consumo elevado de frutas y verduras (que aportan grandes cantidades de antioxidantes; por ejemplo, beta caroteno y vitamina E) reduciría el riesgo de cáncer, según los hallazgos de algunos estudios de observación. Sin embargo, la información en conjunto no es coincidente, tal vez porque los antioxidantes representan un grupo muy heterogéneo de compuestos y es muy difícil conocer el efecto neto de cada uno de ellos. Asimismo, como no todos los tumores obedecen a la misma etiología, la acción de los antioxidantes también podría ser diferente en cada caso.

El objetivo principal de la presente revisión sistemática y metanálisis fue determinar el efecto de estos compuestos sobre la incidencia de cáncer y la mortalidad causada por esa enfermedad. Los parámetros secundarios de evaluación incluyeron las acciones específicas de los diferentes antioxidantes sobre los tumores en particular y en grupos determinados de pacientes.

Métodos

La revisión sistemática siguió las pautas de calidad del Quality of Reporting of Meta-analyses (QUORUM). Dos investigadores identificaron los trabajos aleatorizados al respecto a partir de una búsqueda en la literatura médica: Medline (1966 a 2005); EMBASE (1974 a 2005), Institute for Scientific Information Web of Science (1993 a 2005), Science Citation Index (1972 a 1992) y la base de datos Cochrane, entre otras fuentes de información. Se efectuaron subanálisis para cada antioxidante (beta caroteno, selenio y vitamina E), según la población analizada (hábito de fumar y sexo) y según el tumor (cáncer de mama, de pulmón, colorrectal, del tracto gastrointestinal proximal, de hígado, vejiga, próstata, del sistema nervioso central, cabeza y cuello, neoplasias hematológicas y melanoma). Se estimaron los riesgos relativos (RR), con sus respectos intervalos de confianza del 95% (IC). Para evaluar la heterogeneidad entre los estudios se empleó un modelo de efectos al azar.

Resultados

Doce de los 599 artículos identificados fueron aptos para esta revisión según los estándares metodológicos. Ocho estudios abarcaron hombres y mujeres; en 2 sólo se evaluaron mujeres y en otros 2, sólo varones. Unicamente 9 eran de buena calidad metodológica. Con excepción de 3 estudios, los restantes abarcaron más de 10 000 participantes. Aunque en todos se investigó el efecto de los antioxidantes aportados en forma de suplementos orales, la dosis de cada compuesto varió sustancialmente de un estudio a otro (beta caroteno, de 15 a 30 mg por día; vitamina C, de 120 a 250 mg diarios; vitamina E, de 30 a 900 UI por día y selenio, de 100 a 200 µg por día). En 2 investigaciones sólo se incluyeron pacientes de riesgo elevado (fumadores).

Dos estudios se efectuaron en China; 1 fue multicéntrico e internacional; 4 se realizaron en Europa y 5, en los EE.UU. Dos investigaciones se interrumpieron en forma prematura porque aparecieron indicios de un efecto dañino.

En conjunto, los 12 trabajos incluyeron 104 196 participantes; globalmente, el uso de antioxidantes no redujo de manera significativa la incidencia de cáncer (RR 0.99; p = 0.77). Los resultados no se modificaron cuando se excluyeron del análisis los trabajos de menor calidad (RR 1.0, p = 0.99), los estudios interrumpidos en forma prematura (RR 0.98; p = 0.25) o cuando se aplicó un modelo de efectos fijos (RR 1.0; p = 0.92).

El uso de antioxidantes no disminuyó de modo sustancial la mortalidad por cáncer (RR 1.03; p = 0.59). Los resultados no se modificaron cuando se excluyeron los trabajos de poca calidad (RR 1.04; p = 0.53) o las investigaciones que terminaron antes de lo establecido (RR 0.99; p = 0.86). Más aun, en el modelo de efectos fijos, la mortalidad por cáncer se elevó considerablemente en relación con el uso de antioxidantes (RR 1.06; p = 0.04).

Los estudios se clasificaron en tres amplias categorías según el antioxidante evaluado: beta caroteno, vitamina E y selenio.

El tratamiento con beta caroteno se asoció con un leve incremento en la incidencia de cáncer (RR 1.06; p = 0.03) y el efecto fue más pronunciado aún cuando se consideró el hábito de fumar: se asoció con aumento del riesgo de cáncer en los fumadores (RR 1.10; p = 0.01), pero no entre los no fumadores (RR 1.0; p = 0.94). Con los otros dos antioxidantes no se comprobó la misma interacción. La utilización de beta caroteno tendió a asociarse con mayor mortalidad por cáncer (RR 1.10; p = 0.24). Al excluir del análisis el estudio que evaluó el efecto combinado de los tres antioxidantes se registró la misma tendencia, marginalmente significativa (RR 1.16, p = 0.08). No obstante, se constató una heterogeneidad sustancial, atribuible tal vez a las diferencias en las poblaciones evaluadas. Por ejemplo, el RR fue mayor en los 2 estudios que abarcaron fumadores actuales y ex fumadores, un fenómeno que avala aún más el concepto de que el beta caroteno podría ser más perjudicial entre los fumadores. Sin embargo, esta observación no pudo confirmarse en el presente estudio.

El aporte de selenio redujo la incidencia de cáncer (RR 0.88; p = 0.05), pero cuando se consideró el sexo, el beneficio sólo apareció en los varones (RR 0.77; p = 0.004). Esta interacción fue significativa (p < 0.001) y no se registró con otros compuestos. El selenio también redujo la mortalidad por cáncer (RR 0.78; p = 0.01); este resultado surgió de los datos de 4 trabajos, 1 de ellos de baja calidad metodológica y 2 de los cuales evaluaron el efecto combinado del beta caroteno, de la vitamina E y del selenio. Cuando se excluyeron estas dos últimas investigaciones, la heterogeneidad disminuyó y el efecto favorable del selenio sobre la incidencia de cáncer y sobre la mortalidad por esa causa se incrementó (RR 0.69; p < 0.01 y RR 0.61; p = 0.01, respectivamente).

La vitamina E no ejerció ningún efecto importante sobre la incidencia de cáncer (RR 0.99; p = 0.71) ni sobre la mortalidad asociada con esta enfermedad (RR 1.04; p = 0.29). Los resultados se mantuvieron sin cambios cuando se analizaron los 4 estudios que evaluaron el efecto combinado de la vitamina E y del beta caroteno.

No se registró ningún efecto significativo del aporte de antioxidantes sobre ningún cáncer en particular. Dado que el uso de beta caroteno se asoció con mayor incidencia de cáncer entre los fumadores, se analizó específicamente el efecto de este compuesto sobre la incidencia de tumores asociados con el tabaquismo, como cáncer de pulmón, de cabeza y cuello, del tracto gastrointestinal superior y de vejiga. El riesgo de aparición de todos estos tumores se elevó en asociación con el uso de beta caroteno (RR 1.14; p < 0.01), un fenómeno que no se registró con los antioxidantes restantes. Los antioxidantes redujeron levemente la incidencia de cáncer de próstata (RR 0.87; p = 0.08), pero los trabajos fueron heterogéneos y el resultado varió según el tipo de antioxidante utilizado. En particular, la vitamina E disminuyó ese riesgo (RR 0.82, p = 0.04).

Discusión

Los resultados de este metanálisis sugieren que el aporte de antioxidantes, fundamentalmente beta caroteno y vitamina E, no evita la aparición de cáncer ni reduce la mortalidad asociada con la enfermedad. Más aun, podría relacionarse con aumento de los cánceres más frecuentes en los fumadores (por ejemplo, de pulmón, de cabeza y cuello, de vejiga y del tracto gastrointestinal superior). El selenio, en cambio, podría ayudar a evitar su aparición, sobre todo en los varones, si bien este efecto favorable merece todavía mayor estudio.

Cabe recordar que los antioxidantes representan un grupo muy heterogéneo de sustancias; los diferentes trabajos analizaron dosis y antioxidantes distintos, lo cual complica las comparaciones. Por su parte, los resultados en relación con el efecto sobre cánceres específicos deben interpretarse con mucho cuidado. La duración de los estudios es otro aspecto para tener en cuenta porque es posible que el beneficio no se observe en períodos cortos. Aunque otras 5 revisiones sistemáticas evaluaron el efecto de los antioxidantes sobre la incidencia de cáncer y la mortalidad asociada, ninguno analizó la acción de estos compuestos en la prevención primaria. En uno de ellos, los antioxidantes (con excepción del selenio) no redujeron el riesgo de cáncer gastrointestinal. En otra investigación se encontró una relación entre la dosis de la vitamina E y el riesgo de mortalidad global y, en otro estudio, el beta caroteno aumentó la mortalidad, la vitamina E no tuvo efecto sobre ésta y el selenio pareció disminuir el riesgo de muerte. Otros 2 estudios no encontraron un efecto protector de la vitamina C y de la vitamina E sobre la incidencia global de cáncer. La presente revisión muestra algunos hallazgos novedosos en este sentido.

Los resultados de este estudio aparentemente son opuestos a los registrados en algunos trabajos de observación que sugirieron que el uso de los antioxidantes reduciría el riesgo de cáncer. Las frutas y verduras tienen otros múltiples micronutrientes y macronutrientes que podrían explicar los resultados positivos. Es probable que la combinación de muchos compuestos sea más beneficiosa que el uso de pocos, en dosis altas. Además, los sujetos que consumen grandes cantidades de frutas y verduras suelen tener otras características favorables de estilo de vida que podrían contribuir a la prevención. Los estudios futuros serán de gran ayuda para confirmar y comprender mejor los posibles mecanismos involucrados en el efecto favorable del selenio, sobre todo en los varones, concluyen los expertos.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica

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