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Los Efectos Adversos Visuales de la Ivabradina no Modifican el Desempeño de los Conductores de Vehículos

  • AUTOR : Macher J, Lévy S
  • TITULO ORIGINAL : Effect of Ivabradine, a Novel Antianginal Agent, on Driving Performance
  • CITA : Clinical Drug Investigation 29(5):339-348, 2009
  • MICRO : La administración de ivabradina, incluso en dosis que superan las recomendadas, no provoca modificaciones en el desempeño de los conductores, de manera independiente de la aparición de síntomas visuales como los fosfenos.

Introducción

La ivabradina (IVA) es el primer fármaco que puede reducir la frecuencia cardíaca (FC) por medio de la inhibición selectiva y específica de la corriente If de las células cardíacas que cumplen la función de marcapasos en el nodo sinoauricular, sin desencadenar alteraciones de las restantes corrientes iónicas.

A diferencia de los beta bloqueantes, la IVA no se asocia con alteraciones de la contractilidad, la relajación ventricular isovolumétrica y la vasodilatación coronaria. La IVA optimiza el flujo coronario mediante la prolongación de la diástole y su eficacia clínica se ha demostrado en distintos estudios aleatorizados.

Debido a su acción específica en las células del nodo sinusal, la IVA no se vincula con efectos sobre el sistema nervioso central, la glucemia o la presión arterial. No obstante, se describieron síntomas visuales, como los fosfenos, en asociación con los cambios en la intensidad de la luz, en especial durante la noche. Por lo tanto, se presume que la IVA puede afectar el desempeño de los conductores. Las corrientes Ih se caracterizan por propiedades semejantes a las corrientes If y se distribuyen de modo amplio en los sistemas sensoriales. En modelos de experimentación con animales, los niveles terapéuticos de IVA inhiben los canales Ih en el intervalo fisiológico del potencial de membrana de los bastones de la retina.

En este estudio, los autores se propusieron evaluar la repercusión de la administración repetida de IVA sobre el desempeño de los conductores de vehículos.

Pacientes y métodos

Se incluyeron sujetos de entre 18 y 45 años, con un índice de masa corporal de entre 20 y 30 kg/m2, presión arterial normal y una FC inicial comprendida entre 60 y 100 latidos/minuto. Durante el protocolo se evitó el consumo de tabaco, alcohol, cafeína y medicamentos con efectos sobre el sistema nervioso central.

Los participantes fueron divididos de modo aleatorio para recibir ya sea placebo o bien una dosis de 10 a 15 mg de IVA en 2 tomas diarias, con el objetivo de incrementar las posibilidades de efectos adversos visuales. Los expertos recuerdan que la dosis recomendada de IVA para el tratamiento de los pacientes con angina de pecho es de 5 a 7.5 mg en 2 tomas diarias.

La evaluación del desempeño para conducir se llevó a cabo en un simulador vehicular con una configuración preestablecida, en sesiones de 1 hora. Se evaluaron la velocidad absoluta, las desviaciones en relación con el límite de velocidad y con la ruta ideal, así como la cantidad de colisiones en diferentes condiciones de iluminación.

Los parámetros de seguridad de la medicación se determinaron mediante el examen físico, la electrocardiografía (ECG), las pruebas de laboratorio y un registro de los efectos adversos (EA). Los datos reunidos se procesaron con pruebas estadísticas específicas.

Resultados

De los 90 participantes incluidos en el estudio, 75 fueron tratados con IVA y otros 15 recibieron placebo. En el grupo de tratamiento, 47 individuos presentaron síntomas visuales, en especial fosfenos (95.7%). Estos EA se definieron como leves (42%) a moderados (58%). El 21.3% de los sujetos afectados padecieron un único episodio. El promedio de tiempo transcurrido hasta la aparición de los primeros síntomas se estimó en 5.4 ± 2.8 días. El factor desencadenante de la aparición de estos EA fue una modificación en la intensidad de la luz en el 85.1% de los casos. De los 75 participantes tratados con IVA, 6 abandonaron el protocolo debido a la aparición de bradicardia (n = 4) o de extrasístoles ventriculares (n = 2).

En relación con los parámetros de evaluación, no se observaron efectos significativos sobre la velocidad absoluta en las 2 cohortes de participantes. Tampoco se verificaron diferencias en esta variable entre los sujetos que presentaron síntomas visuales y los que no padecieron esta complicación. En cambio, se describieron menores desviaciones del límite de velocidad entre quienes recibieron placebo y en los tratados con IVA sin EA visuales, en comparación con los participantes que presentaron estas alteraciones, si bien estas diferencias no fueron estadísticamente significativas. No se registraron episodios de colisión durante todo el protocolo.

Aunque se comprobó una desviación significativa de la ruta ideal en condiciones nocturnas en el subgrupo de voluntarios con EA visuales, estos cambios fueron elevados tanto para la media como para la desviación estándar. Los expertos atribuyeron estos hallazgos a la presencia de diferencias interindividuales y no los consideraron relevantes para el análisis.

No se verificaron EA graves o casos de muerte vinculados con la administración de 2 dosis de 10 o 15 mg de IVA durante un lapso de 14 días en este grupo de voluntarios sanos. Los 4 sujetos en los que se detectó bradicardia sinusal permanecieron asintomáticos y fueron excluidos del estudio.

Discusión

Los autores afirman que la administración de IVA a individuos sanos no se asocia con efectos sobre el desempeño para conducir en un modelo de simulación vehicular, con independencia de la presencia de síntomas visuales, incluso cuando se utilizan dosis que superan las recomendadas.

De acuerdo con las definiciones propuestas por la European Society of Cardiology, se considera que la conducción de un automóvil es una parte esencial de la vida diaria. Si bien las alteraciones visuales representan un pequeño porcentaje entre los factores causales de los accidentes viales, las pruebas habituales de pesquisa tienen una utilidad limitada para la identificación de los individuos afectados.

La IVA es un fármaco que reduce la FC que se encuentra aprobado para el tratamiento de los individuos con angina de pecho estable. Se demostró que su administración se asocia con la optimización de la tolerancia al ejercicio y la prolongación del tiempo de aparición de isquemia inducida por el ejercicio en estos pacientes. En estudios comparativos se confirmó que la IVA no es inferior al atenolol y a la amlodipina en sus acciones sobre variables como la duración total del ejercicio y el tiempo de aparición de angor limitante y de infradesnivel de 1 mm del segmento ST.

Los fosfenos constituyen uno de los EA más prevalentes en las investigaciones de farmacología clínica. En publicaciones anteriores, la IVA se relacionó con una prevalencia de síntomas visuales estimada en 14.5%. Estos fosfenos se describieron como un incremento transitorio del brillo en un área limitada del campo visual, siempre reversible y, en general, de carácter leve. De acuerdo con los resultados de estudios especiales, se considera que estas alteraciones no se deben a efectos tóxicos sobre las estructuras oculares, sino que se atribuyen a la inhibición parcial de la corriente Ih de la retina, las cuales comparten algunas propiedades con la corriente If de las células cardíacas que cumplen la función de marcapasos.

En el presente protocolo se administraron dosis intencionalmente elevadas de IVA para evaluar la repercusión de los síntomas visuales sobre el desempeño para conducir vehículos. Asimismo, se determinaron las consecuencias de los cambios en las condiciones de iluminación. Los resultados obtenidos se asemejan a los de otros ensayos, en los cuales se verificó que la incidencia de EA visuales es proporcional a la dosis administrada y que las variaciones en la intensidad lumínica constituyen el factor desencadenante. En este contexto, los EA visuales provocados por el uso de dosis de IVA superiores a las recomendadas no se vinculan con alteraciones en el desempeño de los conductores en un modelo de simulación vehicular, aun en diferentes condiciones de luminosidad. No se observaron diferencias entre los subgrupos de individuos medicados con IVA que presentaron alteraciones visuales y aquellos que no padecieron esta complicación.

Conclusiones

Los autores concluyen que la administración de IVA en dosis que superan las recomendadas no provoca modificaciones en el desempeño de los conductores, de manera independiente de la aparición de síntomas visuales.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología

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