Laboratorios Bagó > Bibliografías > Los Fitoquímicos pueden Tener Efectos Neuroprotectores
Los Fitoquímicos pueden Tener Efectos Neuroprotectores
- AUTOR : Kumar GP, Khanum F
- TITULO ORIGINAL : Neuroprotective Potential of Phytochemicals
- CITA : Pharmacognosy Reviews 6(12):81-90, Jul 2012
- MICRO : La neuroprotección es un mecanismo que permite que el sistema nervioso central se defienda ante el daño neuronal agudo y crónico asociado con las enfermedades neurodegenerativas y puede obtenerse mediante la administración de diferentes compuestos herbales.
Introducción y objetivos
Tanto el envejecimiento como determinadas neuropatologías se asocian con procesos neurodegenerativos. Entre las enfermedades neurodegenerativas y neuropsiquiátricas más graves se incluye la esquizofrenia, la enfermedad de Alzheimer y la depresión. La neuroprotección es un mecanismo que permite que el sistema nervioso central (SNC) se defienda ante el daño neuronal agudo y crónico asociado con las enfermedades neurodegenerativas.
Existe un interés creciente sobre papel neuroprotector de los compuestos herbales y los fitoquímicos que los componen. Según lo hallado en diferentes estudios, los fotoquímicos disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular, cáncer y trastornos neurodegenerativos. El empleo de compuestos herbales para el tratamiento de los síntomas neurológicos es una práctica de larga data. Además, algunos compuestos herbales tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. En la actualidad se reconoce la importancia de la respuesta inflamatoria crónica del SNC derivada de la neuroglia y de los efectos antiinflamatorios de los compuestos herbales, lo cual podría brindar neuroprotección. Dada su diversidad estructural, las hierbas medicinales constituyen una fuente potencial de compuestos terapéuticos.
El presente estudio se llevó a cabo con el objetivo de evaluar la importancia de los fitoquímicos en términos de neuroprotección en presencia de diferentes enfermedades. Se prestó especial interés al mecanismo de acción y al potencial terapéutico de estos agentes.
Nootrópicos
Los nootrópicos o «drogas inteligentes» son agentes que tienen efecto positivo sobre las funciones cerebrales y pueden brindar neuroprotección. Su mecanismo de acción involucra la afectación del equilibrio de los neurotransmisores y el aumento del flujo cerebral y del índice metabólico, entre otros. Existen fitoquímicos que mejoran la memoria mediante el agonismo muscarínico o nicotínico y la inhibición de la colinesterasa. Otros agentes empleados en caso de demencia actúan mediante neuroestimulación, vasodilatación cerebral o bloqueo de los canales de calcio.
Compuestos herbales neuroprotectores
Los compuestos herbales contienen una mezcla de químicos orgánicos, como los ácidos grasos, los esteroles, los alcaloides y los flavonoides, entre otros. El valor terapéutico de una hierba determinada reside en la interacción sinérgica de sus componentes. Esto no tiene lugar ante la administración de compuestos tradicionales aislados por los farmacéuticos, que generan mayor nivel de eventos adversos. Debe considerarse que hasta el 50% de los productos farmacéuticos disponibles en la actualidad deriva de plantas. Existe un interés creciente sobre la identificación de plantas medicinales que resulten terapéuticas en pacientes que tuvieron un accidente cerebrovascular. Asimismo, numerosas plantas fueron empleadas para el tratamiento de los pacientes con trastornos cognitivos como la enfermedad de Alzheimer.
Ginkgo biloba se empleó en medicina tradicional china para mejorar la memoria en pacientes con trastornos circulatorios. Su administración se asoció con la mejoría de la memoria mediada por el aumento del aporte de oxígeno y el incremento de la liberación de radicales libres. Los fitoquímicos que intervienen en este efecto son los terpenoides, los ginkgólidos, los flavonoides, los esteroides y los ácidos orgánicos, entre otros. El extracto de las hojas se compone por un 24% de flavonoides y un 6% de terpenos, lo que resulta en un perfil de acción polivalente.
El ginseng integra el género Panax y la familia Araliaceae y es originario del noreste asiático. Entre las especies más utilizadas se incluye el P. ginseng o el ginseng asiático. Su empleo tiene lugar con el fin de aumentar el nivel de energía, como agente antienvejecimiento y revitalizante. La raíz de ginseng contiene ginsenoides y es considerada una hierba adaptogénica que puede aumentar la resistencia corporal ante el estrés, el trauma, la ansiedad y la fatiga. Además, tiene propiedades inmunomoduladoras y puede proteger ante la neurodegeneración generada por diferentes mecanismos.
Bacopa monnieri es una especie utilizada en medicina ayurvédica con el fin de mejorar la memoria y el aprendizaje y aliviar el cuadro clínico en pacientes con ansiedad o epilepsia. Sus constituyentes activos incluyen los alcaloides brahmina y herpestina, las saponinas, el ácido betúlico, el estigmasterol, el beta sitosterol, los bacósidos y las bacopasaponinas. Los efectos cognitivos de la Bacopa se relacionan con la acción de los bacósidos A y B que reparan las neuronas dañadas mediante el aumento de la actividad de las quinasas, de la actividad sináptica y de la transmisión nerviosa, entre otros mecanismos.
La centella asiática pertenece a la familia Apiaceae (Umbelliferae). De acuerdo con lo información disponible, esta planta tiene propiedades psicoactivas y disminuye el estrés oxidativo. Sus compuestos bioactivos principales son las saponinas triterpenoides, como el asiaticósido, el oxiasiaticósido, el centellósido, el brahmósido y el brahminósido. También contiene ácidos triterpenoides. Hasta el momento no se conoce en forma precisa su mecanismo de acción en presencia de trastornos neurológicos.
Efecto neuroregenerador de los fitoquímicos antioxidantes
El potencial oxidativo cerebral es mayor en comparación con su capacidad para contrarrestar el estrés oxidativo. Este último puede provocar daño neuronal en pacientes con trastornos neurodegenerativos. El sistema de defensa cerebral puede ser favorecido por antioxidantes como los polifenoles, los flavonoides, los terpenoides y los ácidos grasos. Los antioxidantes derivados de compuestos herbales pueden resultar eficaces para controlar el daño oxidativo. De hecho, los antioxidantes compuestos por fitoquímicos pueden tener un efecto neuroprotector y neuroregenerador al revertir o disminuir el daño celular y disminuir la pérdida neuronal. Estos antioxidantes pueden ser endógenos, como las enzimas superóxido dismutasa y catalasa, o proteicos, como la albúmina, la transferrina, la ceruloplasmina y la haptoglobina. En cuanto a los antioxidantes exógenos, los más importantes son los fitoquímicos como los polifenoles, los flavonoides y los terpenoides y las moléculas pequeñas como el ácido ascórbico y el alfa tocoferol. El empleo clínico de antioxidantes aún no fue estudiado en profundidad. No obstante, resulta promisorio en pacientes con trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington, la esclerosis lateral amiotrófica y el accidente cerebrovascular.
Fitoquímicos y neuroprotección
El interés sobre el empleo de fitoquímicos con el fin de lograr neuroprotección o prevenir las enfermedades neurodegenerativas es creciente. Los polifenoles pueden obtenerse de los jugos de fruta y brindan un nivel significativo de neuroprotección que puede ser superior en comparación con lo observado ante la administración de antioxidantes. El té verde contiene los fenoles catequinas y epicatequinas que protegen a las neuronas ante el daño oxidativo y metabólico. En modelos de enfermedad de Parkinson efectuados en animales de experimentación, este efecto resultó beneficioso sobre las neuronas dopaminérgicas. La actividad neuroprotectora de las catequinas y los polifenoles está mediada en parte por la activación de la proteinquinasa C (PKC) y por factores de transcripción que favorecen la expresión de genes de supervivencia celular. Además, se sugirió que las catequinas protegen las neuronas ante el daño generado por la enfermedad de Alzheimer y la fisiopatología de la enfermedad mediante el aumento de las defensas antioxidantes y la modulación de la expresión de proteínas vinculadas con la apoptosis.
Los flavonoides pueden modular la función neuronal y prevenir la neurodegeneración. De acuerdo con lo hallado, estos compuestos mejoran la memoria y el aprendizaje mediante la protección, la estimulación y la regeneración neuronal. También se halló que los flavonoides mantienen la integridad nigroestriatal, lo cual indica su utilidad potencial en caso de enfermedad de Parkinson.
Los alcaloides son productos naturales con acciones sobre el SNC, entre los cuales se incluye la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), que puede interferir con la acción de la serotonina. Los alcaloides del ergot afectan el flujo circulatorio, en tanto que los alcaloides del tropano, como la atropina, actúan sobre la médula espinal y el SNC. La morfina es un alcaloide obtenido de Papaver somniferum con efecto analgésico y narcótico que aumenta el nivel sináptico del ácido gamma aminobutírico (GABA). Otro alcaloide de interés es la vinpocetina derivada de Vinca minor, ya que posee un efecto vasodilatador considerable y puede aumentar el flujo y el metabolismo cerebral y proteger ante la hipoxia y la isquemia. Finalmente, la galantamina es un alcaloide terciario inhibidor de la colinesterasa que mejora la memoria y el funcionamiento cognitivo.
Los terpenoides y las saponinas se encuentran en diferentes plantas. Por ejemplo, la raíz de Valeriana officinalis contiene los ácidos valerénico y acetoxivalerénico que poseen efectos sedativos. La huperzina A es un alcaloide sesquiterpeno purificado de Huperzia serrata con efectos neuroprotectores que mejora el aprendizaje y la memoria. Finalmente, la centella asiática contiene triterpenoides, brahminósidos y monoterpenos que mejoran la función nerviosa.
El consumo insuficiente de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 puede afectar el funcionamiento cognitivo. En este sentido, se destaca que la composición de ácidos grasos de las membranas neuronales se ve afectada por el envejecimiento. En cambio, la suplementación dietaria con ácidos grasos esenciales mejora el contenido de ácidos grasos poliinsaturados y la fluidez de las membranas. Además, los ácidos grasos poliinsaturados participan en las cascadas de señalización que promueven las funciones neuronales, la plasticidad sináptica y la neuroprotección.
Entre los fitoquímicos de importancia en términos de neuroprotección se incluye el sulforafano, compuesto presente en el brócoli y otras crucíferas. Este compuesto tiene efectos neuroprotectores en presencia de neurodegeneración y parece proteger a las neuronas ante el estrés oxidativo y las toxinas mitocondriales. La hipericina y la pseudohipericina se encuentran en Hypericum perforatum y contribuirían con la acción de los antidepresivos, posiblemente mediante la inhibición de la recaptación de serotonina, dopamina y noradrenalina. La curcumina también posee efectos beneficiosos sobre el SNC que incluyen la protección neuronal ante la isquemia y pueden ser útiles en pacientes con enfermedades neurodegenerativas o accidente cerebrovascular. El resveratrol se encuentra en las uvas rojas y tiene actividad antioxidante y puede proteger las neuronas ante el daño isquémico y el estrés oxidativo mediado por el óxido nítrico. Los beneficios del resveratrol se observaron en modelos de enfermedad de Parkinson y enfermedad de Alzheimer. Por último, los compuestos organosulfurados, como los del género Allium, se encuentran en la cebolla y el ajo y tienen propiedades neuroprotectoras y antioxidantes.
Fitoquímicos y unión a receptores
Los fitoquímicos pueden afectar la excitabilidad neuronal mediante la activación o la inhibición de receptores y canales iónicos específicos. Por ejemplo, la capsaicina se encuentra en los pimientos picantes y activa canales específicos de calcio. Los flavonoides, los terpenos y otras sustancias que se encuentran en frutas, vegetales y fuentes herbales adicionales pueden modular la función de los receptores gabaérgicos. Tanto la bicuculina como la picrotoxina y el muscimol se utilizaron para estudiar los receptores gabaérgicos y pueden atravesar la barrera hematoencefálica y afectar la función cerebral. Finalmente, la capsaicina derivada de los pimientos picantes, la alicina derivada del ajo y el tetrahidrocannabinol (THC) pueden activar canales de calcio cerebrales.
Conclusión
Las plantas son fuentes de moléculas que pueden mejorar la salud de los seres humanos. Cada planta contiene numerosos metabolitos bioactivos que determinan su utilidad y su adaptación a los cambios del entorno. En consecuencia, las propiedades de un compuesto herbal no se pueden adjudicar a una única clase de componente. Por el contrario, los diferentes fitoquímicos tendrían efectos aditivos y sinérgicos que amplifican su actividad. Es necesario contar con estudios que permitan fundamentar los efectos de los compuestos herbales en términos de neuroprotección y funciones cerebrales.
Ref : NEURO, NUTRI.
Especialidad: Bibliografía - Neurología - Nutrición