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Los Probióticos en las Enfermedades Alérgicas
- AUTOR : Ismail IH, Licciardi PV, Tang ML
- TITULO ORIGINAL : Probiotic Effects in Alergic Disease
- CITA : Journal of Paediatrics and Child Health 49(9):709-715, Sep 2013
- MICRO : Se sugiere un potencial papel preventivo para algunos probióticos en el contexto del eccema. La continuidad del tratamiento prenatal en la lactancia es muy importante y la administración indirecta (a madres que amamantan) parece ser positiva.
Introducción
La prevalencia de enfermedades relacionadas con la hipersensibilidad, como el asma, las alergias a ciertos alimentos y la rinitis alérgica ha aumentado considerablemente en las últimas décadas y, según ciertas hipótesis, este fenómeno está relacionado con la reducción de la exposición a microbios en las etapas tempranas de la vida. Las mejoras higiénicas, la vacunación, el uso de antibióticos y otras peculiaridades del estilo de vida occidental moderno influyen en la microbiota intestinal, que es la principal fuente posnatal de estimulación microbiana, lo que puede llevar a trastornos en la inmunorregulación y la tolerancia inmunológica. Entonces, la manipulación de la microbiota mediante el uso de probióticos en la lactancia es un enfoque interesante para el tratamiento de este tipo de enfermedades.
El presente estudio es una revisión de los efectos clínicos de los probióticos en la prevención y el tratamiento de las enfermedades alérgicas.
Definición de probiótico, prebiótico y simbiótico
Los probióticos son microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, otorgan beneficios para el hospedero. Los más utilizados son bacterias de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium. Los prebióticos son ingredientes que permiten cambios específicos en la composición o la actividad de la microbiota intestinal con efectos saludables en el hospedero. Por último, los simbióticos son una combinación de probióticos y prebióticos.
Los probióticos en la terapéutica de las enfermedades alérgicas
Dermatitis atópica o eccema
El eccema es una manifestación temprana de la alergia. El uso de Lactobacillus rhamnosus GG (LGG) o Bifidobacterium lactis Bb-12 entre 4 y 8 semanas mejoró el Scoring Atopic Dermatitis (SCORAD) o alivió los síntomas de la enfermedad en varios estudios pequeños, aunque este efecto fue más notable en el comienzo de los tratamientos. Un ensayo mayor con L. fermentum VR-1 003PCC, por 8 semanas, también demostró una reducción del SCORAD, en comparación con placebo, aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa.
Sin embargo, otros estudios más recientes o mayores no han podido confirmar los efectos beneficiosos de los probióticos en el eccema, aunque sí se ha demostrado la acción positiva de estos microorganismos sobre el SCORAD de niños con atopia (niveles elevados de inmunoglobulina [Ig] E). Los probióticos redujeron el SCORAD en pacientes pediátricos con eccema asociado con IgE, sensibilidad a los alimentos o diátesis atópica. Asimismo, se observaron resultados promisorios en los últimos 2 ensayos. En uno de ellos, una mezcla de probióticos y prebióticos logró una mayor reducción del SCORAD que el placebo. En el otro, el L. sakei KCTC disminuyó el SCORAD y mejoró la actividad de la enfermedad en comparación con el placebo.
Tres estudios pequeños investigaron el efecto del tratamiento con probióticos del eccema en adultos, pero la reducción del SCORAD o de los síntomas sólo fue significativa en uno de ellos.
Las revisiones sistemáticas y los metanálisis sobre el tema concluyen que las pruebas a favor de su uso en esta enfermedad son insuficientes. Sólo un trabajo reciente reportó una reducción significativa en el SCORAD con el uso de probióticos, sobre todo en niños con presentaciones más graves de la enfermedad. Además, se está comenzando a investigar la aplicación tópica de Vitreoscilla filiformis.
Alergia a los alimentos
Más allá de la posibilidad de que los probióticos modifiquen las propiedades inmunológicas de la mucosa intestinal, las pruebas clínicas de que su uso genere tolerancia a los alimentos son escasas. Se han realizado estudios que incluyeron pacientes con alergia a alimentos variados (leche de vaca, maní y huevo, entre otros) y la administración de varios probióticos (L. casei CRL431, B. lactis Bb-12, especies de Lactobacillus, especies de Bifidobacterium) y no se encontró un impacto significativo. Las pruebas indican que los probióticos no modifican el curso natural de esta enfermedad.
Rinitis alérgica y asma
Los resultados de varios estudios aleatorizados y controlados con placebo son contradictorios. Mientras que, en algunos ensayos, los probióticos mejoraron la calidad de vida de los pacientes con rinitis alérgica, otros no mostraron beneficios clínicamente significativos con su uso.
Tres protocolos recientes sí tuvieron conclusiones promisorias: la administración de L. acidophilus (cepa L-92), L. paracasei ST 11 o L. plantarum alivió la sintomatología de los participantes.
Muchos ensayos se llevaron a cabo con pacientes con rinitis alérgica o asma. Un estudio con L. casei en niños y otro con LGG en pacientes adultos no obtuvieron beneficios significativos. Igualmente, un protocolo más reciente con L. gasseri arrojó beneficios en la sintomatología, la función pulmonar y la producción de interleuquinas. Los pocos estudios realizados en participantes con asma, tanto en adultos como en niños, no mostraron indicios de que los probióticos sean beneficiosos en la enfermedad.
Los probióticos en la prevención de las alergias
De los 14 ensayos aleatorizados y controlados que se llevaron a cabo hasta la fecha, 9 fueron con terapia combinada (prenatal y posnatal). De estos últimos, 6 informaron una reducción significativa en las incidencias de eccema, eccema asociado con IgE o ambas, en los 2 primeros años de vida. Otros estudios que evaluaron la aparición de otros parámetros de las enfermedades alérgicas, como las sibilancias, el asma, la alergia a los alimentos o la rinitis alérgica, tuvieron resultados contradictorios.
De los estudios posnatales, 3 de los 4 que se realizaron no demostraron efectos beneficiosos de los probióticos en el eccema, mientras que, en el cuarto estudio, se observó una disminución de la incidencia de esta enfermedad a la edad de 13 meses con el uso de L. paracasei F19. La combinación de los datos sugiere que el tratamiento posnatal es insuficiente. Un estudio que sólo suministró probióticos a la madre en las últimas 4 semanas del embarazo tampoco demostró un efecto positivo sobre la sintomatología.
La información acumulada sugiere que los efectos más profundos se obtienen con la administración de probióticos a la madre, primero en forma prenatal y luego durante la lactancia. Además, se observó que la respuesta a los probióticos puede estar condicionada por polimorfismos genéticos individuales.
En resumen, los probióticos pueden ser eficaces para la prevención del eccema durante los 2 primeros años de vida, especialmente si se utiliza la administración prenatal y posnatal.
Conclusión
Pese a que los resultados no son concluyentes, se sugiere un potencial papel preventivo para algunos probióticos en el contexto del eccema o del eccema asociado con IgE. La continuidad del tratamiento prenatal en la lactancia es muy importante, aunque la administración posnatal sola no parece arrojar beneficios significativos. La administración indirecta (a madres que amamantan) parece ser positiva. Se necesitan estudios más profundos para determinar la dosis óptima, las cepas bacterianas por utilizar y las poblaciones de pacientes que se verían más beneficiadas con el uso de probióticos en la prevención de las alergias.
Ref : PEDIAT.
Especialidad: Bibliografía - Pediatría