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Los Trastornos de Ansiedad Son Muy Frecuentes en las Personas de Edad Avanzada

  • AUTOR : Kabanchik A
  • TITULO ORIGINAL : Trastornos de Ansiedad en la Vejez
  • CITA : Geriatría Clínica 3(4):158-162, 2009
  • MICRO : En la vejez, los trastornos de ansiedad son muy comunes. Sin embargo, como no suelen diagnosticarse correctamente, ocasionan importante morbilidad.

Introducción

En España, la prevalencia de los trastornos de ansiedad en los ancianos varía entre el 0.7% y 11.3%, según los trabajos; en Canadá, se estimó en un 5.6%. La frecuencia es aún mayor en los pacientes internados. Sin embargo, estas alteraciones por lo general no se diagnostican ni se tratan en forma adecuada.

En un estudio, el 38% de los pacientes con depresión cumplían con los criterios de trastorno de ansiedad según el DSM III; más aún, alrededor del 80% de los sujetos de edad avanzada internados padecen depresión y ansiedad. En los hombres de más de 65 años, la presencia simultánea de alcoholismo es superior al 3%.

El hipertiroidismo, los trastornos de las glándulas suprarrenales y el prolapso de la válvula mitral son algunas de las enfermedades que se deben descartar en los pacientes con ansiedad; también se debe considerar el consumo de alcohol, corticoides o teofilina. La ansiedad y la agitación son trastornos de la conducta habituales en los enfermos con demencia.

Muy frecuentemente, la ansiedad en las personas de edad avanzada está asociada con pérdidas y duelos; en sujetos predispuestos, puede evolucionar a la depresión. Una investigación realizada en 2008 reveló que las personas con el genotipo SERT S son más vulnerables a presentar miedo o ansiedad en respuesta a diferentes agentes estresantes, por un procesamiento anormal de las emociones. Frente al mismo estímulo, los individuos con el genotipo SERT L responden de una manera diferente. Además de la influencia genética, la experiencia de vida es otro factor decisivo en el procesamiento de los estímulos.

La ansiedad puede expresarse clínicamente con sudoración, palpitaciones, taquipnea, mareos y poliuria, o con trastornos cognitivos, por ejemplo, preocupación excesiva, aprehensión, presentimientos negativos o vigilancia excesiva. Los pacientes con ansiedad también pueden referir dificultad para la concentración e insomnio.

Para algunos investigadores, la ansiedad del envejecimiento es consecuencia de un proceso psicobiológico de aparición variable según el umbral individual; de acuerdo con la intensidad puede adoptar una connotación subjetiva desagradable. En algunos sujetos, la ansiedad leve puede ser un integrante constante de su personalidad; en otros, la ansiedad patológica puede bloquear el funcionamiento intelectual.

Trastornos de ansiedad según el DSM IV

Crisis de angustia (panic attack)

Es la aparición brusca de miedo o terror, por lo general en asociación con una sensación de muerte inminente. Es común que los enfermos refieran falta de aliento, palpitaciones, opresión o malestar en el pecho, asfixia y temor a perder la cordura. Los síntomas pueden aparecer en forma espontánea o ser desencadenados por determinados estímulos. La prevalencia estimada en la vejez es del 0.1%; habitualmente es un trastorno crónico, con recurrencias y remisiones. Las manifestaciones clínicas en las crisis de angustia de inicio tardío suelen ser más leves y de menor gravedad.

Agorafobia

Es la ansiedad patológica asociada con situaciones en las cuales puede ser difícil escapar o encontrar ayuda; es común que los enfermos refieran miedo a caerse en la calle. En algunos pacientes, el trastorno se inicia luego de los 65 años, después de alguna enfermedad física. En Canadá, la prevalencia de agorafobia sin trastorno de angustia en la vejez es del 0.3%, mientras que con trastorno de angustia es del 0.6%.

Trastorno de angustia (panic disorder)

Se caracteriza por crisis de angustia recidivantes; puede asociarse con agorafobia. El trastorno de angustia es muy raro en las personas de edad avanzada, con una prevalencia cercana al 0.1%. Por lo general aparece después de una situación de estrés o de una enfermedad física, o en asociación con el consumo de sustancias de abuso.

Fobia específica

Es la ansiedad clínicamente significativa en respuesta a situaciones u objetos determinados; puede inducir una conducta de evitación. Según el estudio ECA (Epidemiologic Catchment Area), las fobias son los trastornos más comunes en las mujeres de edad avanzada y los segundos en frecuencia en los varones de más de 65 años. La prevalencia en los ancianos es del 10% al 12%. Alrededor de un tercio de los adultos de edad avanzada con trastornos fóbicos tienen depresión y el 70%, trastorno de ansiedad generalizada (TAG).

Fobia social

Es la ansiedad clínicamente significativa en respuesta a ciertas situaciones sociales o actuaciones en público, por el temor a ser evaluado negativamente; suele general un comportamiento de evitación. A veces se acompaña de agorafobia y es frecuente la presencia simultánea de depresión mayor, distimia y alcoholismo.

Trastorno obsesivo-compulsivo

Las obsesiones causan ansiedad y malestar considerables; las compulsiones tienen por objetivo neutralizar la ansiedad. El trastorno obsesivo-compulsivo es menos común en los sujetos de más de 65 años respecto de los de 45; no suele iniciarse tardíamente y la prevalencia en la vejez es del 0.8%.

Trastorno por estrés postraumático: TEPT

Es la nueva experiencia de los acontecimientos muy traumáticos; se asocia con un comportamiento de evitación de los estímulos relacionados con el trauma. Es común en las personas mayores que vivieron situaciones bélicas. Es un trastorno crónico que persiste en la vejez.

Una característica particular del TEPT es la falta de atención, una anormalidad muy común en los veteranos de guerra, los sobrevivientes del Holocausto y las víctimas de desastres. El perfil clínico parece diferir según el tipo de trauma.

También puede aparecer en pacientes con hemorragia subaracnoidea; estos enfermos, a pesar de la mejoría clínica, sufren un deterioro sustancial de la calidad de vida. La detección precoz del trastorno es importante para mejorar el pronóstico.

Trastorno por estrés agudo

Los síntomas son parecidos a los del estrés postraumático; aparecen inmediatamente después de un acontecimiento muy traumático; no dura más de 1 mes.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

Es una de las patologías psiquiátricas más comunes en los sujetos de edad avanzada. Se caracteriza por la ansiedad y la preocupación excesivas y persistentes, difíciles de controlar, de por lo menos 6 meses de duración. Los pacientes suelen referir dificultad para conciliar el sueño, fatiga, inquietud, irritabilidad, incapacidad para concentrarse y tensión muscular.

Su frecuencia es menor en los sujetos de edad avanzada comparada con los individuos más jóvenes; aún así, la prevalencia en personas de más de 65 años se estima en un 1.2% a 2%; es más común en las mujeres. La frecuencia de TAG en la vejez es del 0.7% al 4.7%; en el 70% de los pacientes hay depresión asociada. Con el paso del tiempo, el trastorno tiende a agravarse.

Trastorno de ansiedad en asociación con enfermedades médicas

Es la ansiedad exagerada, secundaria a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad subyacente. El trastorno es muy común en los sujetos de edad avanzada que presentan múltiples enfermedades y cierta incapacidad funcional. Según los hallazgos del estudio ECA, el 11% de las personas con enfermedades crónicas tienen trastorno de ansiedad; la evolución está relacionada con el pronóstico de las enfermedades subyacentes. La tromboembolia es la causa más común de ansiedad repentina en asociación con una patología clínica; el hipertiroidismo, la diabetes, la enfermedad de Cushing, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer son otros ejemplos de patologías asociadas con este tipo de trastorno.

Trastorno de ansiedad inducido por sustancias

En este caso, la ansiedad es secundaria a los efectos de una droga, un fármaco o un agente tóxico; es muy frecuente en los sujetos de edad avanzada medicados con múltiples agentes.

Tratamiento

Las benzodiazepinas no están indicadas en los sujetos de más de 70 años porque pueden ocasionar síndrome confusional o alteraciones cognitivas. Los antidepresivos, los estabilizadores del humor y los antipsicóticos sedantes pueden ser útiles, así como algunas formas de psicoterapia.

Estudios controlados farmacológicos

Los resultados de 5 estudios de fase III, multicéntricos, aleatorizados y controlados con placebo que abarcaron 184 pacientes de más de 60 años con TAG sugirieron que la venlafaxina de liberación sostenida es una opción eficaz de terapia en estos casos.

En un estudio controlado, aleatorizado y prospectivo en 34 pacientes ambulatorios de más de 60 años se evaluó la eficacia del citalopram; los resultados preliminares indican que este fármaco es útil en los trastornos de ansiedad en los ancianos.

En otro trabajo en 10 pacientes con trastorno de angustia, el tratamiento durante 12 semanas con sertralina se asoció con resultados prometedores. Por su parte, en una investigación en 177 enfermos de más de 60 años con TAG, el escitalopram en dosis de 10 a 20 mg/día fue superior al placebo. Por último, en un trabajo en 273 pacientes de más de 65 años con TAG, la pregabalina, en dosis de 150 a 600 mg/día, fue eficaz y segura.

Prevención

Un estudio realizado en los Países Bajos sugirió que la terapia cognitivo conductual podría ser de ayuda para evitar la depresión y la ansiedad en la vejez, un hallazgo importante desde el punto de vista de la salud pública.

Investigaciones neurobiológicas con resonancia magnética funcional (RMf)

Un estudio reveló la actividad de la amígdala derecha; sin embargo, se encontraron diferencias importantes relacionadas con la edad en la conectividad funcional de esta región y el resto del cerebro. En comparación con los adultos jóvenes, los pacientes de edad avanzada presentaron una mayor conexión funcional entre la amígdala derecha y la corteza ventral cingular anterior, tal vez como reflejo de una mayor regulación emocional. Por el contrario, los individuos de edad avanzada tuvieron menor conectividad funcional con las regiones posteriores cerebrales.

Los resultados de una investigación señalan que la actividad de la amígdala predice la mejoría de la memoria emocional. En los adultos mayores suele detectarse una gran actividad en las regiones anteriores cerebrales y menor actividad en las regiones posteriores frente a estímulos negativos. También se comprobó una disminución de la conectividad funcional entre la amígdala y el hipocampo y un aumento funcional entre la amígdala y la corteza prefrontal dorsolateral.

Los adultos y los sujetos de edad avanzada recuerdan más la información emocional que la neutral. Los resultados de una investigación en 2 grupos de individuos (18 a 35 años y 62 a 79 años) demostraron una preservación general de la red de memoria emocional en el grupo de mayor edad. En todos los participantes se constató un aumento de la actividad de la amígdala y de la corteza orbitofrontal durante los estímulos positivos y negativos. En todos los sujetos se comprobó una actividad fusiforme derecha mayor durante los estímulos negativos, mientras que la actividad prefrontal izquierda y temporal fue mayor durante la información positiva.

La información en conjunto pone de manifiesto la importancia de considerar los posibles trastornos de ansiedad en las personas de edad avanzada; el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado son fundamentales para reducir la morbilidad asociada, concluye la autora.

Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría

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