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Metanálisis sobre la Eficacia del Aporte Complementario de Ácidos Grasos Omega 3 para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
- TITULO : Metanálisis sobre la Eficacia del Aporte Complementario de Ácidos Grasos Omega 3 para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
- AUTOR : Bloch M, Qawasmi A
- TITULO ORIGINAL : Omega-3 Fatty Acid Supplementation for the Treatment of Children with Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder Symptomatology: Systematic Review and Meta-Analysis
- CITA : Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry 50(10): 991-1000, Oct 2011
- MICRO : El presente metanálisis demostró un beneficio pequeño pero estadísticamente significativo del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 en el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Introducción
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una de las alteraciones más frecuentes que afectan la salud de los niños. Varios fármacos se asocian con eficacia a corto plazo para el TDAH. Más del 70% de los niños con esta afección responden a agentes psicoestimulantes, como el metilfenidato y los derivados de la dextroanfetamina. Otras sustancias que han demostrado eficacia comprenden la atomoxetina, los agonistas alfa-2 y la desipramina. No obstante, muchas familias prefieren no utilizar las farmacoterapias convencionales para el tratamiento del TDAH por preocupaciones respecto de los posibles efectos colaterales a corto o largo plazo o de su eficacia. En contraste, prefieren tratamientos alternativos o complementarios, como los suplementos naturales.
El aporte complementario de ácidos grasos omega 3 constituye una de las alternativas terapéuticas más estudiadas para el TDHA. Estos ácidos grasos no pueden sintetizarse en el cuerpo por lo que deben incorporarse con la alimentación. En la dieta occidental, los ácidos grasos omega 6 o sus precursores (ácido linoleico) son más abundantes que los omega 3 o sus precursores (ácido alfa linolénico [ALA]). Una relación omega 6/omega 3 alta puede alterar las propiedades de las membranas celulares y aumentar la síntesis de mediadores de la inflamación. El ácido araquidónico, un ácido graso omega 6 que forma parte de las membranas celulares, es el precursor de eicosanoides inflamatorios, como prostaglandinas y tromboxanos. En contraste, los ácidos grasos omega 3 son antiinflamatorios. Por tanto, una elevada relación omega 6/omega 3 puede promover la neuroinflamación. El incremento de ácidos grasos omega 3 en la dieta puede modificar la fluidez y composición de los fosfolípidos de la membrana, así como la estructura y función de las proteínas de la membrana. Mediante este mecanismo, el aumento de la concentración de ácidos grasos omega 3 en las membranas celulares puede afectar la neurotransmisión de serotonina y dopamina, en especial en la corteza frontal. Por tanto, se ha planteado la hipótesis de que el consumo de ácidos grasos omega 3 puede modificar el riesgo de varios trastornos psiquiátricos, incluidos la psicosis, la depresión, la demencia y el TDAH. En varios estudios se han demostrado diferencias en la composición plasmática y de las membranas eritrocitarias de ácidos grasos omega 3 en pacientes frente a controles no afectados. Más aún, se ha demostrado que el aporte complementario de ácidos grasos omega 3 modifica la composición de la membrana celular in vivo.
Los autores realizaron un metanálisis para determinar la eficacia del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 en niños con TDAH.
Métodos
Los autores realizaron una búsqueda en PubMed de estudios controlados y metanálisis. Fueron incluidos estudios aleatorizados y controlados con placebo que evaluaran la eficacia del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 en niños con TDAH o sobre los síntomas de TDAH en otros niños (no diagnosticados o con cuadros comórbidos), así como los artículos que emplearon una escala validada para medir la gravedad del TDAH. Fueron excluidos los estudios en los que se utilizaran otras sustancias psicoactivas en forma concomitante. Se evaluaron el riesgo de sesgo de publicación y la heterogeneidad de los estudios.
El criterio de valoración seleccionado fue la diferencia en la mejoría promedio entre el aporte complementario de ácidos grasos omega 3 y placebo en una escala clínica para medir la gravedad del TDAH durante el transcurso del estudio. Para los análisis secundarios, los autores emplearon la misma metodología mencionada para examinar el efecto del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 para los síntomas de déficit de atención e hiperactividad e impulsividad en forma separada. También examinaron el efecto del aporte de suplementos con ácidos grasos omega 3 sobre la evaluación de los padres sobre los síntomas del TDAH.
Resultados
La búsqueda permitió identificar 18 estudios potenciales. Además, los autores seleccionaron 4 artículos a partir de las referencias de revisiones relevantes. Finalmente, se encontraron 10 investigaciones con 11 ramas de tratamiento apropiadas para la presente revisión. Sólo 2 de estos 10 estudios informaron beneficios estadísticamente significativos del aporte complementario de ácidos grasos omega 3. Seis trabajos mostraron ausencia de beneficio del uso de suplementos con ácidos grasos omega 3 frente a placebo. Dos estudios demostraron beneficios en algunas pero no en la mayoría de las escalas de TDAH.
El metanálisis general de 10 trabajos que incluyeron 699 participantes demostró un pequeño pero significativo efecto del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 para el TDAH. No hubo pruebas de heterogeneidad significativa ni de sesgos de publicación. El análisis de sensibilidad verificó que los hallazgos obtenidos por los autores fueron idénticos en caso de emplear un modelo de efectos al azar. Además, cuando se consideraron las calificaciones de los padres sobre el TDAH, los beneficios fueron similares.
El metanálisis también permitió demostrar una magnitud de los efectos del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 similar, tanto en el tratamiento del déficit de atención como de la hiperactividad, como síntomas separados.
Las dosis más altas de ácido eicosapentaenoico (EPA) en suplementos de ácidos grasos omega 3 se asociaron con mayor eficacia para el tratamiento de los síntomas de TDAH. Las dosis de ácidos grasos omega 3 dentro de suplementos, como ácido docosahexaenoico (DHA) y ALA no se asociaron en forma significativa con la eficacia de los suplementos.
Por otro lado, los autores no hallaron diferencias significativas en la eficacia del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 entre la administración como monoterapia o como agregado a otros fármacos tradicionales para el TDAH.
La eficacia del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 no difirió en forma significativa si el TDAH era el diagnóstico primario o si los síntomas de TDAH formaban parte de otro cuadro psiquiátrico.
La duración de los estudios osciló entre 4 semanas y 4 meses. No se encontró una relación significativa entre la duración de los trabajos y la eficacia de los suplementos.
No se evidenció un efecto sustancial sobre los resultados relacionado con la calidad de los estudios ni con las tasas de abandono.
Discusión
En el presente metanálisis los autores encontraron un beneficio pequeño pero significativo del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 para el TDAH. No se registraron pruebas de sesgos de publicación o heterogeneidad significativa entre los estudios.
Estos resultados acerca del beneficio significativo de los suplementos con ácidos grasos omega 3 se contraponen a las conclusiones de la mayoría de los estudios individuales incluidos en el presente metanálisis. La magnitud del efecto hallada para el aporte complementario de ácidos grasos omega 3, si bien fue significativa, fue modesta. Para tener suficiente poder para detectar un beneficio significativo de estos suplementos, en comparación con placebo, asumiendo el tamaño del efecto observado en este metanálisis, los ensayos clínicos requerirían un tamaño de muestra de aproximadamente 330 niños. No obstante, los estudios de aporte complementario de ácidos grasos omega 3 en los que se evaluó el TDAH incluyeron entre 26 y 117 participantes. Por tanto, el poder insuficiente en las investigaciones originales explica las conclusiones obtenidas en este metanálisis.
Los beneficios estadísticamente significativos del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 son modestos en comparación con la eficacia de los tratamientos farmacológicos actualmente disponibles para el TDAH. Por ejemplo, un metanálisis reciente estimó una mayor magnitud del efecto de los tratamientos farmacológicos comúnmente indicados para TDAH, como metilfenidato, clonidina o atomoxetina. Sobre la base de las pruebas disponibles, los autores no recomiendan utilizar suplementos con ácidos grasos omega 3 en lugar de los tratamientos farmacológicos tradicionales en niños con síntomas significativos de TDAH. No obstante, dadas las pruebas de eficacia modesta en este sentido y el perfil benigno de efectos colaterales de los ácidos grasos omega 3, en particular con dosis más elevadas de EPA, dicho aporte complementario constituye una estrategia terapéutica razonable como agregado a la farmacoterapia tradicional o para aquellos niños cuya familia sea reticente al empleo de agentes farmacológicos.
Los resultados también mostraron una asociación significativa entre la eficacia y la dosis de EPA administrada en los suplementos. El EPA y el DHA son ácidos grasos omega 3 y tienen efectos antiinflamatorios. Los ácidos grasos omega 3 también modifican la fluidez de las membranas celulares en el sistema nervioso central, lo que afecta la neurotransmisión de dopamina y serotonina. No obstante, aún no resulta claro por qué el aporte complementario con EPA puede mejorar los síntomas de TDAH, mientras que los suplementos con DHA podrían no hacerlo en similar medida. Por otra parte, el aporte complementario con EPA y no con DHA también demostró ser eficaz para la depresión. Los derivados oxidados de DHA tienen efectos proinflamatorios, mientras que los derivados oxidados de EPA tienen efectos antiinflamatorios. Por tanto, en caso de aporte complementario excesivo de EPA, aun podrían observarse efectos antiinflamatorios, en contraste con el DHA.
En conclusión, el presente metanálisis demostró un beneficio pequeño pero estadísticamente significativo del aporte complementario de ácidos grasos omega 3 en el tratamiento del TDAH. Más aún, se demostró una asociación significativa entre la dosis de EPA en los suplementos y su eficacia.
Especialidad: Bibliografía - Neurología - Nutrición