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Modificaciones en el Metabolismo de la Glucosa, en Asociación con la Ingesta de Sulfato de Glucosamina
- TITULO : Modificaciones en el Metabolismo de la Glucosa, en Asociación con la Ingesta de Sulfato de Glucosamina
- AUTOR : Biggee B, Blinn C, Silvert J y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Effects of Oral Glucosamine Sulphate on Serum Glucose and Insulin During an Oral Glucose Tolerance Test of Subjects With Osteoarthritis
- CITA : Annals of the Rheumatic Diseases 66(2): 260-262, Feb 2007
- MICRO : La ingesta de glucosamina podría afectar la glucemia y la captación de glucosa en los pacientes con diabetes no tratada o con intolerancia a la glucosa. En los sujetos sin estas anormalidades, en cambio, el sulfato de glucosamina no parece afectar significativamente el metabolismo de la glucemia.
Introducción
La glucosamina, un agente utilizado para el tratamiento de la artrosis, no se encuentra como azúcar libre en los tejidos de los mamíferos; en las células se sintetiza a partir de la conversión de glucosa-6 fosfato a glucosamina-6 fosfato. La glucosamina, en las células en cultivo, sufre fosforilación menos eficiente, respecto de la glucosa, de modo que puede acumularse, afectar el transporte de la glucosa e inducir resistencia a la insulina. Es posible que la ingesta de glucosamina en los seres humanos se asocie con los mismos efectos.
En diversos estudios con animales, la administración de glucosamina por vía intravenosa se asoció con resistencia a la insulina. Sin embargo, en otros trabajos realizados en seres humanos, la administración intravenosa de glucosamina durante un corto período no afectó la sensibilidad a la insulina ni la síntesis de la hormona. Asimismo, la ingesta de glucosamina durante 4 y 12 semanas no se asoció con efectos adversos sobre la liberación de insulina, la glucemia en ayunas o la glucemia a las dos horas de la sobrecarga. No obstante, las determinaciones se realizaron por la mañana, 8 a 12 horas después de la ingesta de glucosamina, de modo que sus niveles séricos pudieron ser insuficientes para afectar el metabolismo de la glucosa. Por este motivo, en el presente trabajo, los autores analizaron los efectos de la administración de 1 500 mg de sulfato de glucosamina, en simultáneo con el inicio de la prueba de tolerancia a la glucosa por vía oral, sobre los niveles séricos de la glucosa y la insulina.
Pacientes y métodos
Los participantes presentaban artrosis de manos, cadera o rodillas, según los criterios del American College of Rheumatology; eran asistidos en el Tufts-New England Medical Arthritis Treatment Center de Boston. Se excluyeron los pacientes con un índice de masa corporal (IMC) < 20 o > 40 kg/m2, los enfermos con diabetes y los pacientes con glucemia en ayunas mayor de 110 mg/dl, entre otros criterios de exclusión. Los análisis finales se realizaron con los datos de once mujeres y cinco hombres de 41 a 74 años (mediana de 62 años). La mediana del peso y la del IMC eran de 91 kg y 31 kg/m2, respectivamente.
El estudio se llevó a cabo en tres visitas, separadas entre sí por una a dos semanas; la cuarta visita tuvo lugar varios meses más tarde. En la visita 1 se administraron 1 500 mg de sulfato de glucosamina; en la visita 2, los pacientes ingirieron 75 g de glucosa; en la visita 3 recibieron glucosamina y, en el transcurso de los cinco minutos siguientes, glucosa, y en la cuarta visita no recibieron ni glucosa ni glucosamina.
Se tomaron muestras de sangre al inicio y a los 15, 30, 45, 60, 90, 120, 150 y 180 minutos luego de la ingesta para las determinaciones de los niveles séricos de glucosa e insulina.
La prueba de tolerancia oral a la glucosa se consideró normal cuando la glucemia a las dos horas fue menor de 140 mg/dl; en los pacientes con glucemia a las dos horas por encima de 140 mg/dl pero por debajo de 200 mg/dl, se estableció el diagnóstico de intolerancia a la glucosa (IG), mientras que en los sujetos con glucemia a las dos horas por encima de 200 mg/dl se efectuó el diagnóstico de diabetes, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud. Se calcularon los valores del área bajo la curva (ABC); las comparaciones se realizaron con pruebas de la t.
Resultados
La glucemia en ayunas se mantuvo prácticamente sin cambios durante tres horas, luego de la ingesta de glucosamina o sin ésta. Tres enfermos presentaron curvas de tolerancia a la glucosa que sugirieron IG o diabetes, previamente no diagnosticadas. En los trece participantes con normoglucemia se observaron variaciones importantes; el incremento promedio del ABC de la glucosa fue algo mayor luego de la ingesta de glucosamina (39 respecto de 29 mg min/ml; p = 0.2). Los tres pacientes con pruebas anormales tuvieron aumentos promedio significativos del ABC (191 respecto de 145 mg min/ml; p = 0.04), luego de la ingesta de glucosamina.
Al evaluar los niveles promedio de la glucemia en cada momento, en los sujetos normoglucémicos, se observaron leves diferencias con la ingesta de glucosamina; éstas, en cambio, fueron mucho más importantes en los pacientes con IG; los niveles tendieron a aumentar más tardíamente y en forma más sostenida. La glucemia no se vinculó con el sexo, la edad, el IMC o la utilización previa de glucosamina.
Los valores del ABC para la insulina (0 a 120 minutos, en la prueba de tolerancia a la glucosa) variaron considerablemente entre los participantes y en relación con los niveles de la glucosa. Sin embargo, la concentración promedio para cada intervalo y el ABC para cada sujeto se modificaron poco luego de la ingesta de glucosamina.
En los dos enfermos con diabetes, la administración de glucosamina no se asoció con cambios en los niveles séricos de la insulina; en cambio se observaron leves modificaciones en el paciente con IG. Los niveles de la insulina no se asociaron con el sexo, la edad, el peso, el IMC o la utilización anterior de glucosamina.
Discusión
En un estudio previo realizado por los autores, la ingesta de 1 500 mg de sulfato de glucosamina se asoció con concentraciones plasmáticas pico promedio de 5 µmol/l (3.3µmol/l/l por g de dosis), en tanto que la ingesta de 75 g de glucosa se asoció con niveles séricos máximos de 5 mmol/l (66 µmol/lpor g de glucosa). Por lo tanto, en relación con la dosis, a la circulación periférica llegan 20 veces más glucosa que glucosamina.
Los niveles séricos de glucosamina vuelven a los valores basales, < 0.5 µmol/l, en alrededor de 8 horas, de modo que la acumulación de un día para otro es prácticamente nula.
Se estimó que alrededor de 1.25 g de glucosamina (7 mmol/l) llegan directamente al sistema portal, con concentraciones en el espacio extracelular hepático de 300 a 400 ml de 5 a 20 mmol/l, según la rapidez en la utilización intracelular de la glucosamina. El valor es casi 1 000 veces más alto, en comparación con la concentración que se logra en la circulación periférica, motivo por el cual los estudios in vitro y aquellos en los cuales el fármaco se administra por vía intravenosa (omitiendo el pasaje hepático) no reflejarían los efectos que tienen lugar en el organismo, luego de la ingesta de la droga.
De manera llamativa, en los tres pacientes con diabetes o IG no se observaron incrementos en los niveles de insulina, en coincidencia con el aumento de la concentración de glucosa. Cabe la posibilidad de que los niveles hepáticos elevados de glucosamina afectaran la respuesta de la insulina, por mecanismos que todavía no se comprenden con exactitud.
El análisis del subgrupo de los seis pacientes que habían recibido glucosamina con anterioridad mostró los mismos resultados, en términos de los niveles séricos de glucosa e insulina, que se observaron en los diez sujetos no tratados previamente.
Los resultados del presente trabajo confirman los hallazgos de estudios previos en los cuales la administración de dosis orales de glucosamina durante períodos prolongados no afectó el metabolismo de la glucosa, en las personas sin diabetes o IG. Sin embargo, por primera vez, los efectos del fármaco se analizaron en simultáneo con la ingesta de glucosa, en el contexto de la prueba de sobrecarga oral. Asimismo, los hallazgos ponen de manifiesto la posibilidad de aparición de efectos adversos metabólicos, en los enfermos diabéticos no tratados y en los pacientes con IG, algo que no ocurriría en los sujetos diabéticos tratados. Estas observaciones deberán analizarse específicamente en estudios futuros, especialmente si se tiene en cuenta que la eficacia de la glucosamina sigue siendo cuestionada.
Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Endocrinología