Laboratorios Bagó > Bibliografías > Muchos Fotoprotectores No Resisten a la Degradación Solar
Muchos Fotoprotectores No Resisten a la Degradación Solar
- AUTOR:Couteau C, Faure A, Coiffard L y colaboradores
- TITULO ORIGINAL:Study of the Photostability of 18 Sunscreens in Creams by Measuring the SPF in Vitro
- CITA: Journal of Pharmaceutical and Biomedical Analysis 44(1):270-273, May 2007
- MICRO: A partir de un estudio reciente de 18 filtros solares disponibles en la Unión Europea, los investigadores concluyeron que sólo un tercio de estos presentan una fotoestabilidad «alta» y brindan una protección eficaz y duradera
Introducción
La radiación ultravioleta (UV) es una forma de energía radiante que proviene del sol. Algunas consecuencias de la sobreexposición a estos rayos son las quemaduras cutáneas, el envejecimiento prematuro de la piel y un aumento del riesgo de cáncer. Recientemente se ha observado un incremento en la incidencia de melanoma y otras neoplasias cutáneas, lo cual ha renovado el interés en elaborar protectores solares más eficientes. Los fabricantes de estos productos afirman ofrecer un determinado factor de protección solar (FPS), el cual puede ser establecido a partir de métodos in vitro o in vivo. Este índice universal señala la eficacia de los protectores solares. Sin embargo, solamente algunos de los protectores solares resisten la fotodegradación y ofrecen una protección efectiva y duradera. Por esta razón, los autores examinaron 18 filtros de UVB disponibles en la Unión Europea y los clasificaron de acuerdo con su fotoestabilidad.
Métodos
Materiales, preparación de cremas protectoras y estudio de fotodegradación
De los protectores solares estudiados, 5 fueron hidrosolubles y 13 fueron liposolubles. Los primeros incluyeron el ácido p-aminobenzoico (PABA), el ácido fenilbenzimidazol sulfónico, la benzofenona-5, el metilen bis-benzotriazolil tetrametilbutilfenol y el PEG-25 PABA. Los últimos comprendieron anisotriazina, alcanfor 3-benzilideno, alcanfor 4-metilbenzilideno, dietilhexilbutamidotriazona, homosalato, isoamil p-metoxicinamato, octildimetil PABA, octilmetoxicinamato, octilsalicilato, octiltriazona, octocrileno, oxibenzona y polisilicona 15.
Los investigadores elaboraron cremas protectoras preparadas con emulsiones de aceite y agua que contenían distintas concentraciones de los citados filtros solares. Para determinar el efecto de la crema solamente, se elaboró una emulsión sin protector solar. Luego, estas cremas (30 mg de producto) fueron extendidas sobre placas de polimetilmetacrilato e irradiadas en un simulador solar con una lámpara de arco de xenón (1 500 W). Este simulador expuso a las cremas a luz UV de entre 290 y 400 nm de longitud durante distintos intervalos de tiempo. Para evitar que las muestras se sobrecalentaran, un sistema de refrigeración mantuvo frías las paredes del dispositivo. Además, los investigadores elaboraron un sistema para eliminar la turbulencia dentro de la cámara del simulador. La emisión lumínica del simulador fue de 650 W/m2, lo que se asemeja a la radiación espectral global a nivel del mar estipulada por la Comisión Internacional de Iluminación (Commission Internationale de l’Eclairage [CIE]). Por cada producto examinado se prepararon 3 placas y en cada una se efectuaron 9 mediciones. El filtro solar de referencia enviado por la Food and Drug Administration (FDA), fue el homosalato al 8%. Se determinó el FPS de cada crema in vitro, antes y después de ser irradiada, a través de la siguiente ecuación:
FPS = ∑400290EλSλdλ / ∑400290 EλSλTλdλ
Donde Eλ es el espectro eritιmico relativo de la CIE, Sλ es la irradiancia solar, Tλ es la transmitancia de la muestra y dλ es el intervalo de longitudes de onda en nm.
Resultados y discusión
Las condiciones experimentales fueron determinadas al relacionar los resultados observados in vitro con las cremas elaboradas por los autores con los registrados in vivo con las mismas cremas, según el protocolo recomendado por la European Cosmetic Toiletry and Perfumery Association. Destacan que no se observó ninguna diferencia en cuanto a la protección solar del homosalato al 8% en la preparación de la FDA y en el excipiente elaborado por los investigadores. Por otro lado, afirman que la degradación del FPS de los distintos productos evaluados fue directamente proporcional al tiempo de la exposición UV. La cinética de fotodegradación fue de primer orden y pudo ser representada por la siguiente ecuación:
FPS/FPS0 = e-kt
Donde FPS, FPS0, k, y t son el factor de protección solar antes y después de la irradiación, la constante de degradación y el tiempo de irradiación, respectivamente. Las constantes de degradación k fueron calculadas para los distintos protectores solares a partir de la pendiente de la curva FPS-tiempo. También a partir de estas curvas se determinó el tiempo de irradiación necesario para reducir el FPS inicial en un 10% y 50%, los cuales se denominaron el t90% y t50%,, respectivamente. Se consideró a un producto como fotoestable cuando preserva el 90% de su eficacia. En general, en el caso de una exposición solar prolongada se recomienda a los usuarios de protectores solares aplicar el producto cada 2 horas. Por esta razón, los autores consideraron a los protectores solares como de fotoestabilidad «alta» a aquellos que presentaron un t90% mayor que 2 horas.
De acuerdo con esta clasificación, solamente 6 de los protectores solares evaluados presentaron una fotoestabilidad «alta»: PABA, ácido fenilbenzimidazol sulfónico, benzofenona-5, metilen bis-benzotriazolil tetrametilbutilfenol, dietilhexilbutamidotriazona y oxibenzona. Los primeros 4fueron hidrosolubles, mientras que los últimos 2 fueron liposolubles. Los valores de t90% y t50% de estos protectores oscilaron entre las 3 y 24 horas y las 20 y 150 horas, respectivamente. De estos, el filtro solar que más resistió la fotodegradación fue el dietilhexilbutamidotriazona, con un t90% y un t50% cercano a las 24 y a las 150 horas, respectivamente. Los expertos consideran importante mencionar que aparte de esta gran resistencia, algunos de estos filtros poseen ciertas ventajas y desventajas que no se deben pasar por alto. El PABA, por ejemplo, ha sido vinculado con complicaciones alérgicas, lo cual lo convierte en un filtro solar poco deseado, a pesar de ser muy fotoestable. En cambio, el metilen bis-benzotriazolil tetrametilbutilfenol es un producto atractivo, ya que podría incrementar la fotoestabilidad de otros filtros solares.
Otros 6 filtros solares presentaron una fotoestabilidad «moderada»: alcanfor 3-benzilideno, alcanfor 4-metilbenzilideno, homosalato, octilmetoxicinamato, octiltriazona y octocrileno. Estos filtros solares presentaron cifras de t90% y t50% de entre 35 a 95 minutos y 4 a 8 horas, respectivamente. Destacan que el octilmetoxicinamato sufre una isomerización cis-trans, el cual es un mecanismo eficiente para disipar la energía absorbida.
Por último, los 6 filtros solares restantes presentaron una fotoestabilidad «escasa»: anisotriazina, isoamil p-metoxicinamato, octilsalicilato, octildimetil PABA, PEG-25 PABA y polisilicona 15. De estos, el filtro solar que menos resistió a la degradación fue el octilsalicilato, con un t90% y t50% de 10 y 85 minutos, respectivamente. Esto significa que luego de aproximadamente una hora y media de exposición solar, el FPS del octilsalicilato se reduce a la mitad.
En conclusión, los resultados indican que los filtros solares presentan diferencias significativas en cuanto a su capacidad de resistir la fotodegradación. Al comparar estos productos, se comprobó que hasta un tercio de ellos no son estables a la luz y pierden gran parte de su efectividad. Por otro lado, el hecho de que todos los filtros solares examinados presentaron una cinética de fotodegradación de primer orden permitió elaborar un sistema para compararlos entre sí, lo cual podría representar un nuevo método para clasificar a estos productos. Por ejemplo, los filtros solares con un t90% mayor de 2 horas podrían considerarse productos con una «alta» fotoestabilidad, mientras que los demás productos que no cumplan con este requisito tendrán una «escasa» capacidad de resistir a la degradación solar. Esto podría proporcionar al consumidor una mejor idea de cuál producto le brindará una protección solar eficaz y, a su vez, evitaría algunas de las discrepancias inherentes al actual método de clasificar los filtros solares.
Especialidad: Bibliografía