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Patrones de Utilización de las Nuevas Sustancias Psicoactivas en Adultos Jóvenes

  • TITULO : Patrones de Utilización de las Nuevas Sustancias Psicoactivas en Adultos Jóvenes
  • AUTOR : Martinotti G, Lupi M, di Giannantonio M y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Novel Psychoactive Substances in Young Adults With and Without Psychiatric Comorbidities
  • CITA : Biomed Research International (815424): 1-7, 2014
  • MICRO : El consumo de nuevas sustancias psicoactivas entre los jóvenes con trastornos psiquiátricos es frecuente, aunque probablemente subestimado. El rastreo sistemático y continuo es fundamental.

 

Introducción

Los pacientes con enfermedades mentales suelen presentar diversos trastornos clínicos intercurrentes; asimismo, el abuso de alcohol, marihuana, opioides y cocaína es particularmente frecuente. Según algunos investigadores, la adicción a las drogas sería una estrategia adoptada por los enfermos para mejorar los cambios psicopatologicos subyacentes (depresión, anhedonia y síntomas negativos). En los sujetos con enfermedades mentales, el abuso de sustancias psicoactivas (ASP) complica el curso y el tratamiento de la enfermedad de base, aumenta la frecuencia y la duración de los episodios y reduce la adhesión a la terapia farmacológica. Asimismo, en los pacientes con trastornos mentales graves, el ASP representa un factor importante de riesgo de violencia y comportamiento agresivo. En general, los trastornos mentales y los trastornos por ASP serían una de las principales causas de años vividos con discapacidad (years lived with disability [YLD]) en todo el mundo. Las consecuencias a largo plazo podrían ser clínicamente muy relevantes; la posibilidad de sensibilización cruzada entre los diferentes factores estresantes obedecería a la aparición de un círculo de retroalimentación adversa positiva, con mayor reactividad al elemento estresante inicial, y a otros de aparición posterior.

Además de las drogas clásicas, cada vez es más común el uso de las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), una situación con consecuencias considerables en términos individuales y de salud pública. Según la Unión Europea, las NSP son nuevos agentes narcóticos o psicotrópicos, en formas puras o en preparados, no catalogadas en la Single Convention on Narcotic Drugs de 1961 o la Convention on Psychotropic Substances de 1971; no obstante, las consecuencias del uso de estas NSP serían similares a las vinculadas con el uso de las drogas tradicionales.

Los profesionales suelen desconocer estas NSP; a partir de 1997 se identificaron más de 200 NSP, por lo general sintetizadas en laboratorios clandestinos, mediante la modificación de la estructura molecular de las drogas controladas y, por ende, con un riesgo considerable de contaminación.

Internet es un medio que brinda información acerca de las drogas, en general, y de las NSP, en particular. Las redes sociales representan una forma sencilla para la transmisión rápida de las experiencias obtenidas con estas NSP, entre los individuos con mayor susceptibilidad a presentar ASP. El número de sitios online para la compra de estos preparados aumentó de 170 en 2010 a 314 en 2011 y a 693, en 2012. Este fenómeno pone de manifiesto que estas NSP son fácilmente accesibles para los sujetos vulnerables, incluyendo niños y adolescentes.

Sin embargo, por ahora se dispone de muy pocos estudios epidemiológicos que permitan conocer con exactitud la forma de difusión de las NSP. Según el European Monitoring Centre on Drugs and Drug Addiction (EMCDDA), sólo un 5% de los jóvenes ha probado alguna de estas sustancias; en la mayoría de los casos, las obtuvieron en fiestas, pero no por Internet. En cambio, en un trabajo del Reino Unido, casi la tercera parte de los 446 estudiantes evaluados había utilizado alguna de ellas, al menos una vez. En una investigación epidemiológica de Polonia, con 14 511 alumnos de escuelas secundarias y estudiantes universitarios, los índices de utilización de NSP fueron del 4.49% y 1.83%, respectivamente. Distintos trabajos realizados recientemente pusieron de manifiesto el problema del ASP en todo el mundo. En un trabajo de Brasil, uno de cada diez participantes de 14 a 19 años refirió abuso o dependencia de drogas; alrededor del 3% había usado alguna droga ilícita en los 12 meses previos a la participación en el estudio. En un trabajo de Canadá, el 6.2% de los jóvenes de 12 a 17 años había utilizado Salvia divinorum al menos una vez en sus vidas. Los cannabinoides sintéticos y la mefedrona son otras sustancias utilizadas con frecuencia, especialmente en Europa. Por el momento no se dispone de información acerca del uso de NSP en los pacientes con trastornos psiquiátricos, objetivo de la presente investigación.

 

Pacientes y métodos

Entre 2013 y 2014, 2 615 sujetos sanos recibieron cuestionarios anónimos que permitieron conocer el abuso y la adicción a sustancias ilícitas. Se analizaron las características socioeconómicas (edad, sexo, residencia, siuación laboral y nivel educativo, entre otras). Se consideró el consumo de alcohol, cafeína, marihuana, cocaína y, en especial, las NSP: cannabinoides sintéticos, mefedrona, metanfetaminas, ayahuasca, fenetilaminas, Salvia divinorumKratom, ácido gamma-hidroxibutírico (GHB, por sus siglas en inglés), metoxetamina y desomorfina. Los participantes residían en distintas ciudades del norte, centro y sur de Italia, de modo tal que se incluyeron jóvenes de distintos estratos sociales. El mismo cuestionario fue enviado a 206 pacientes con trastornos psiquiátricos, diagnosticados según el DSM-5; se excluyeron los sujetos con trastornos por abuso de sustancias. Los enfermos fueron reclutados en ocho departamentos de salud mental en varias ciudades italianas. Las comparaciones estadísticas se realizaron con pruebas de Chi al cuadrado, de Fisher, de Wilcoxon-Mann-Whitney y de la t, según el caso.

 

Resultados

El grupo control estuvo integrado por 2 615 sujetos (44.6% de ellos de sexo masculino) de 22.01 años en promedio. Los 206 enfermos internados en alguno de los ocho centros de salud mental presentaban esquizofrenia u otros trastornos psicóticos (20.9%), trastornos depresivos (15.5%), trastorno bipolar (13.1%), trastornos de ansiedad (27.2%), trastornos de la personalidad (17%) y trastorno obsesivo compulsivo (6.3%). El 45.6% de los enfermos eran de sexo masculino; la edad promedio fue de 22.4 años.

El consumo habitual de alcohol fue significativamente más común entre los sujetos sanos, respecto de los pacientes (79.5% y 70.7%; p < 0.003); para el consumo excesivo de alcohol se observó el mismo patrón (59.7% y 47.6%; p < 0.001). La asociación entre el consumo de alcohol y de otras sustancias fue similar en ambos grupos (37.8% en los individuos sanos y 45.3% en los enfermos). Tampoco se observaron diferencias significativas entre los grupos en el consumo de marihuana (25.6% y 29.3%, respectivamente). En cambio, el uso de cocaína y de NSP fue mayor entre los enfermos (8.7%, respecto de 4.6%, p = 0.002, y 9.8%, en comparación con 3%; p < 0.001, respectivamente).

El consumo de café (80.4% en los controles y 82.4% en los enfermos) y de tabaco (46.7% y 52.7%, en el mismo orden) fue similar en ambos grupos.

El 65.6% de los enfermos con esquizofrenia y otros trastornos psicóticos refirieron consumo de alcohol; el 51.2% refería consumo excesivo de alcohol, el 41.9% utilizaba marihuana, el 9.3% consumía cocaína y un 9.3% empleaba NSP.

Entre los enfermos con trastornos depresivos, el 75% bebía alcohol, un 53.1% consumía alcohol en exceso y usaban cannabinoides, cocaína y NSP, el 21.9%, el 6.3% y el 15.6%, respectivamente. El 88.9% de los pacientes con trastorno bipolar consumía alcohol y el 70.4% refería consumo excesivo de alcohol; el 48.1% utilizaba cannabinoides, el 18.5% consumía cocaína y el 14.8%, NSP. La frecuencia de consumo de alcohol, consumo excesivo de alcohol, cannabinoides, cocaína y NSP en los pacientes con trastornos de ansiedad fue del 66.1%, 41.1%, 14.3%, 5.4% y 8.9%, en ese orden. En los enfermos con trastornos de la personalidad, los porcentajes correspondientes fueron del 76.5%, 42.9%, 38.2%, 11.4% y 5.7%. De los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo el 61.5% consumía alcohol, un 15.4% refería consumo excesivo de alcohol y el 7.7% fumaba cannabinoides, respectivamente. Sin embargo, ninguno de estos enfermos refirió usar cocaína o NSP.

Entre los sujetos sanos, el 1.6% había probado metanfetaminas, el 1.1% había utilizado Salvia divinorum, el 1% había experimentado con cannabinoides sintéticos, el 0.6% había consumido fenetilaminas, el 0.3% usó mefedrona, el 0.3% utilizó GBH, el 0.2% probó ayahuasca, el 0.2% utilizó metoxetamina, el 0.2% usó desomorfina y el 0.1% probó Kratom. Entre los enfermos con trastornos psiquiátricos, el 5.8%, el 3.4%, el 1.9%, el 1%, el 1%, el 0.5%, el 0.5%, el 0.5%, 0% y 0% refirieron usar cannabinoides sintéticos, metanfetaminas, GHB, Salvia divinorum, metoxetamina, mefedrona, ayahuasca, fenetilaminas, Kratom y desomorfina, respectivamente.

 

Discusión

En el presente estudio se analizó, por primera vez, la frecuencia de uso de alcohol, sustancias ilícitas y NSP en pacientes con diversos trastornos psiquiátricos y controles sanos comparables en edad y sexo. Sin embargo, dos trabajos previos demostraron que los individuos con enfermedades psiquiátricas presentan, con mucha mayor frecuencia, abuso de alcohol y drogas ilegales.

En este trabajo, el consumo de alcohol y el consumo excesivo de alcohol fueron más comunes entre los controles, respecto de los enfermos, posiblemente como consecuencia del aislamiento social de estos pacientes. A su vez, las consultas periódicas con los profesionales podrían modificar el patrón de consumo de alcohol. Por el contrario, la utilización de NSP y de cocaína fue más frecuente entre los enfermos, en comparación con los sujetos sanos. Todavía no se determinó si esta conducta predispone a la aparición de síntomas, en pacientes con trastornos psiquiátricos subclínicos, o si estos enfermos tienen una motivación particular por consumir sustancias ilegales y, especialmente, aquellas novedosas. Un resultado llamativo fue la comprobación de la frecuencia alta de consumo de marihuana entre los enfermos con trastornos psicóticos o con trastorno bipolar.

En la presente investigación, el 9.8% de los enfermos con trastornos psiquiátricos, en comparación con el 3% de los sujetos sanos, refirieron utilizar o haber utilizado NSP. En una investigación reciente de Europa, con más de 12 000 jóvenes de 15 a 24 años, aleatoriamente seleccionados de 27 estados de la Unión Europea, el 5% de los participantes refirió haber usado en alguna ocasión NSP; los porcentajes más altos se registraron en Irlanda, Polonia, Lituania y el Reino Unido, mientras que las frecuencias más bajas se comprobaron en Italia, Finlandia y Grecia.

En el presente estudio, la utilización de cannabinoides sintéticos fue común, tanto en los controles como en los pacientes; según un ensayo reciente, el uso de estas sustancias es cada vez más popular entre los adolescentes y adultos jóvenes. Cabe mencionar que los cannabinoides sintéticos pueden inducir la aparición o la recurrencia de psicosis en los pacientes particularmente vulnerables. El uso de mefedrona ha aumentado especialmente en el Reino Unido; en un estudio, el 23.4% de los estudiantes de Escocia había consumido esta sustancia alguna vez en sus vidas. La mefedrona puede ocasionar alucinaciones, ansiedad, agitación y confusión.

La utilización de NSP tiene consecuencias adversas en los sujetos sanos y, más aun, en los enfermos con trastornos psiquiátricos, ya que en ellos puede agravar los síntomas y complicar la adhesión a la terapia. La falta de conocimiento de los profesionales acerca de estos nuevos productos es un nuevo problema que merece especial atención.

Los hallazgos de la presente investigación confirman la gravedad del problema de consumo de NSP, desde la perspectiva clínica y de salud pública. En el futuro se deberán implementar programas preventivos específicamente destinados al rastreo sistemático del abuso de drogas tradicionales y, en particular, de las NSP, tanto en los sujetos sanos como también en los pacientes con trastornos psiquiátricos.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Psiquiatría

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