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Posible Asociación entre el Nivel Bajo de Vitamina D y el Dolor Generalizado Crónico

  • TITULO : Posible Asociación entre el Nivel Bajo de Vitamina D y el Dolor Generalizado Crónico
  • AUTOR : McCabe P, Pye S, O’Neill T y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Low Vitamin D and the Risk of Developing Chronic Widespread Pain: Results From the European Male Ageing Study
  • CITA : BMC Musculoskeletal Disorders 17(32):1-9, Ene 2016
  • MICRO : El dolor generalizado crónico es un cuadro de etiología compleja y poco comprendida, aunque se relacionaría con factores físicos y psicológicos. Se desconoce si el déficit de vitamina D genera dolor musculoesquelético, aunque en algunos casos se informaron asociaciones significativas.

Introducción y objetivos

El dolor generalizado crónico es un cuadro de etiología compleja y poco comprendida, aunque se relacionaría con factores físicos y psicológicos. La osteomalacia es una enfermedad provocada por el déficit grave de vitamina D que se asocia con dolor musculoesquelético generalizado. Se desconoce si el déficit leve de vitamina D también genera dolor musculoesquelético. Los resultados de los estudios observacionales sobre la relación entre el nivel de vitamina D y el dolor musculoesquelético son heterogéneos, aunque en algunos casos se informaron asociaciones significativas.

El European Male Ageing Study (EMAS) es un estudio multicéntrico de cohortes diseñado con el fin de analizar la incidencia y la prevalencia de diferentes cuadros asociados con el envejecimiento en los hombres. El análisis de la información obtenida en dicho estudio indicó una asociación entre el dolor generalizado crónico y la disminución del nivel de vitamina D en los varones. Hasta el momento no se cuenta con estudios prospectivos al respecto, en tanto que los resultados obtenidos en trabajos experimentales fueron contradictorios.

La presente investigación se llevó a cabo mediante el uso de la información obtenida en el estudio EMAS con el fin de definir si el nivel bajo de vitamina D se asocia con un aumento del riesgo de dolor generalizado crónico. En segundo lugar, los autores evaluaron si el nivel bajo de vitamina D se asocia con cambios de la cantidad de sitios dolorosos y si dicha asociación puede explicarse en términos de estilo de vida o factores relacionados con la salud.

Pacientes y métodos

El EMAS incluyó una población de 3369 hombres de 40 a 79 años procedentes de Italia, Bélgica, Polonia, Suecia, Reino Unido, España, Hungría y Estonia. Los participantes fueron divididos en grupos según la edad, de 40 a 49, 50 a 59, 60 a 69 y 70 a 79 años. Luego de una evaluación inicial, los participantes fueron convocados para una evaluación de seguimiento a los 4.3 años. Este segundo período de evaluación fue completado por 2736 individuos.

La evaluación inicial se llevó a cabo mediante el envío de un cuestionario por correo. Las preguntas incluidas fueron sobre el estilo de vida. Concretamente, se analizó el consumo de alcohol y tabaco y la realización de ejercicio físico. También se evaluaron las comorbilidades y los antecedentes clínicos. La evaluación de seguimiento fue presencial e incluyó la aplicación del 21-point Beck Depression Inventory y del cuestionarioPhysical Activity in the Elderly (PASE). Además, los pacientes completaron una prueba de caminata y fueron evaluados con el fin de conocer la altura, el peso corporal y el índice de masa corporal (IMC).

En ambas oportunidades de evaluación se indagó acerca de la presencia de dolor durante el último mes. En caso afirmativo, los investigadores recabaron datos sobre las características del dolor, incluida la ubicación y la cronicidad. Luego, los participantes fueron divididos en grupos según la ausencia de dolor o la presencia de cierto nivel de dolor o de dolor generalizado crónico. En este último caso, se aplicaron los criterios para el diagnóstico de fibromialgia del American College of Rheumatology. Los análisis bioquímicos efectuados al inicio del estudio incluyeron la medición del nivel sérico de 25 hidroxivitamina D (25[OH]D). También se evaluaron los niveles séricos de 1,25 dihidroxivitamina D (1,25[OH]2D), la forma activa de la vitamina D.

La asociación entre la aparición de dolor generalizado crónico y el nivel de 25(OH)D y 1,25(OH)2D se evaluó mediante un análisis de regresión logística. El déficit de vitamina D se definió en presencia de niveles de 25(OH)D menores de 20 ng/ml.

Resultados

El análisis incluyó la información correspondiente a 2313 hombres, de una edad promedio de 58.8 años al inicio del estudio. El IMC medio fue de 27.6 kg/m2. El 57.4% consumía alcohol al menos una vez por semana, el 69.7% había fumado en algún momento y el 11.8% presentaba depresión. El 60.9% y el 41.1% tenían al menos una o dos comorbilidades, respectivamente. El nivel medio de 25(OH)D y 1,25(OH)2D al inicio del estudio fue 25.9 ng/ml y 59.4 pg/ml, en igual orden. El 8.4% de los participantes presentaban dolor generalizado crónico, el 50.1% padecía algún tipo de dolor y el 41.5% no presentaba dolor.

De acuerdo con lo observado durante la evaluación de seguimiento, el 9.6% de los pacientes presentaban dolor generalizado crónico, el 49.3% tenía algún tipo de dolor y el 41.1% no manifestaba dolor. El 7.1% de los hombres sin dolor generalizado crónico al inicio del estudio presentaron dicho cuadro durante la evaluación de seguimiento. En cambio, el 25% no presentó dolor en ninguna de las oportunidades de evaluación.

La aparición de dolor se asoció con una probabilidad mayor de presentar un IMC más elevado, un puntaje en el BDI mayor o igual a 10, que indica la presencia de depresión, al menos dos comorbilidades, sedentarismo y un estado físico más desfavorable. No se observaron diferencias significativas entre los hombres que presentaron o no dolor generalizado crónico de inicio reciente al evaluar el nivel de 25(OH)D o de 1,25(OH)2D. Tampoco se observaron diferencias al analizar el puntaje PASE, el nivel de actividad al aire libre, el hábito de fumar y el consumo de alcohol.

Al tener en cuenta la edad y el centro de atención, los individuos con el nivel más bajo de 25(OH)D presentaron una probabilidad significativamente mayor de padecer dolor generalizado crónico. Lo mismo se observó al considerar el nivel de 1,25(OH)2D, aunque en este caso la asociación no resultó significativa. De todos modos, no se halló una asociación entre el dolor generalizado crónico y el déficit de vitamina D. Tampoco se halló una asociación significativa entre el nivel de vitamina D y la cantidad de sitios dolorosos.

Discusión

Los resultados obtenidos indicaron que los hombres con el nivel más bajo de vitamina D al inicio del estudio presentaron una probabilidad superior de padecer dolor generalizado crónico en la evaluación de seguimiento. No obstante, dicha asociación se debería a factores negativos relacionados con la salud, como la obesidad y la depresión. No se observó una asociación entre el nivel de 1,25(OH)2D y la aparición de dolor generalizado crónico durante el período de seguimiento.

El nivel de vitamina D al inicio del estudio no se asoció con la aparición de dolor en forma independiente. Los resultados coincidieron con lo hallado en otros estudios, aunque algunos autores indicaron la existencia de asociaciones entre los factores mencionados. Es posible que el origen étnico influya sobre la prevalencia de dolor generalizado crónico. Al evaluar el nivel de 1,25(OH)2D, los autores hallaron una tendencia de aumento del riesgo de dolor generalizado crónico en el grupo con los niveles más bajos. De todos modos, el nivel de 1,25(OH)2D no se considera de utilidad para valorar el nivel de vitamina D.

Entre las limitaciones de la presente investigación los autores destacaron que una proporción significativa de participantes no continuaron el estudio luego de la evaluación inicial. En segundo lugar, no se recabó información acerca de diferentes factores que influyen sobre la síntesis cutánea de vitamina D, como la exposición solar o el tipo de piel. Es posible que el efecto de la vitamina D sobre la aparición de dolor generalizado crónico tenga lugar debido a la presencia de un factor mediador como la depresión, aunque en el presente trabajo dicho factor se consideró una covariable. La escala PASE no fue validada para su aplicación en individuos de la edad de los participantes del presente estudio. Por último, los resultados obtenidos no pueden generalizarse a la población de hombres de todos los orígenes étnicos.

Conclusión

Los hombres con un nivel muy bajo de vitamina D al inicio del estudio presentaron un riesgo significativamente elevado de padecer dolor generalizado crónico durante el período de seguimiento. No obstante, dicha asociación se relacionaría con factores que afectan la salud en forma negativa como el aumento del IMC y la depresión.

Especialidad: Clínica Médica - Endocrinología - Tratamiento del dolor

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