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Presencia de Ácidos Grasos Omega-3 en la Sangre de la Población Mundial

  • TITULO : Presencia de Ácidos Grasos Omega-3 en la Sangre de la Población Mundial
  • AUTOR : Stark K, Van Elswyk M, Salem Jr N y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Global Survey of the Omega-3 Fatty Acids, Docosahexaenoic Acid and Eicosapentaenoic Acid in the Blood Stream of Healthy Adults
  • CITA : Progress in Lipid Research 63:132-152, Jul 2016
  • MICRO : En este estudio se revisó de manera sistemática toda la literatura disponible sobre los valores en sangre de ácidos grasos omega-3 a nivel global.

Introducción

Las enfermedades crónicas no transmisibles son la causa de muerte de 38 millones de personas por año en todo el mundo y son más frecuentes en los países de menores ingresos. Se considera que la dieta es un factor contribuyente importante. Para poder establecer recomendaciones a nivel mundial, es fundamental determinar el estado nutricional con sus variaciones regionales. Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA,por su sigla en inglés) de cadena larga omega-3, tales como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) se asocian con menos enfermedades crónicas, particularmente cardiovasculares y cognitivas. Se estima que menos del 20% de la población consume PUFA omega-3 provenientes de pescados y mariscos. Sin embargo, no se conoce con detalle el consumo de PUFA, lo cual se debe a varios factores, tales como la falta de datos precisos sobre la composición de los alimentos y las variaciones entre las metodologías de recolección de datos. El análisis de la cantidad de lípidos en la sangre evita muchas de estas limitaciones y refleja otros factores metabólicos y de la conducta que pueden influenciar las concentraciones de EPA y DHA. Los valores en la sangre de PUFA omega-3 se han relacionado con la reducción del riesgo de paro cardíaco primario, muerte súbita y demencia. Debido a esto, el objetivo de este estudio fue revisar de manera sistemática toda la literatura disponible sobre los valores en sangre de EPA y DHA a nivel global, con el fin de identificar las regiones en las cuales el riesgo cardiovascular puede estar aumentado, al menos en parte, por la deficiencia de PUFA omega-3 en la dieta. Además, se evaluaron las consecuencias globales sobre las enfermedades crónicas de los hallazgos y los desafíos presentes para alcanzar los niveles de PUFA omega-3 recomendados para reducir la carga de enfermedades crónicas.

Métodos

Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica extensa en las bases de datos PubMed y Embase. Se utilizaron términos relevantes sobre DHA, EPA y mediciones de lípidos en la sangre. Se incluyeron todos los estudios sobre adultos sanos que informaron datos sobre la concentración de ADH y AEP en los eritrocitos, el plasma o la sangre entera, publicados a partir de 1980. Se excluyeron los estudios con embarazadas, niños o individuos enfermos, y los informes de casos individuales.

Se llevó a cabo un tamizaje por etapas y la extracción de los datos fue llevada a cabo por dos investigadores, dirimiendo cualquier discrepancia con un tercer investigador de ser necesario.

De la búsqueda original se obtuvieron 877 citas, con el agregado de 47 luego de una búsqueda suplementaria. Luego del rastreo inicial, se excluyeron 585, en general por presentar participantes enfermos o por falta de datos sobre los lípidos en estudio. Luego de un segundo tamizaje, se excluyeron estudios con deficiencias en la presentación de los datos. Finalmente, permanecieron 298 trabajos para el análisis.

Los datos se dividieron en categorías según la muestra en la cual se determinaron los niveles de lípidos (lípidos plasmáticos totales, fosfolípidos plasmáticos, eritrocitos y sangre entera). Las unidades de medición fueron convertidas, según el caso, a porcentaje de peso de cada ácido graso con respeto al total de grasas. Para comparar a nivel global la cantidad de PUFA omega-3, se seleccionó la suma de EPA y DHA en los eritrocitos. Para convertir la proveniente de otros tipos de muestras, se utilizaron métodos de modelado y translación ya publicados. Finalmente, se categorizaron los resultados obtenidos desde 1 (muy bajo) hasta 4 (muy alto) en cuanto a concentración de PUFA omega-3.

Resultados

La mayor parte de los datos fueron provistos por estudios epidemiológicos observacionales. La mayoría incluyó a mayores de 2 años y hubo una leve predominancia de varones. Se obtuvieron datos sobre un total de 54 países o regiones, la mayor parte de los EE.UU., seguido de Asia, Escandinavia y Europa. La participación de Centroamérica, Sudamérica y África fue más reducida.

Las regiones en las cuales se encontraron valores altos de EPA y DHA fueron Japón, Corea del Sur, las regiones Primorsrky y Krai de Rusia, Dinamarca, Noruega, Groenlandia y las regiones con población indígena o todavía no adaptada a una dieta occidental (el norte de Rusia, Alaska, Groenlandia, Papúa Nueva Guinea, Fiji, Nigeria y la zona de la Bahía de Santa Helena, en Sudáfrica). Se encontraron valores moderados de PUFA omega-3 en el norte de Canadá (con población Inuit y Cree), Chile, Islandia, Finlandia, Suecia, Túnez, Hong Kong, Mongolia y la Polinesia francesa. Los valores fueron bajos en ciertos países de Europa (Bélgica, República Checa, Francia, Alemania, Escocia, España y los Países Bajos), así como en Israel, China, Rusia, Singapur, Australia, Nueva Zelandia, Sudáfrica y Tanzania. Finalmente, se hallaron valores muy bajos de EPA y DHA en los EE.UU., Canadá, Guatemala, Brasil, Irlanda, el Reino Unido, Italia, Grecia, Serbia, Turquía, el Medio Oriente, India y Kenia. Además, hubo zonas extensas de las cuales no se obtuvieron datos, tales como la mayor parte de África, el Medio Oriente, México, Centroamérica, una parte importante de Sudamérica, la mayor parte del este de Europa y el centro y sudeste de Asia.

En general, se encontraron valores más elevados de DHA que de EPA, pero el valor de este último aumentó a medida que se incrementaba el porcentaje total de PUFA omega-3. También fue mayor al medir sólo los fosfolípidos plasmáticos o los eritrocitos, en comparación con las muestras de lípidos plasmáticos totales o sangre entera.

Discusión

Ésta se trata de la primera revisión sistemática en investigar los niveles de PUFA omega-3 en diferentes países a escala global. Pudo hallarse que, en la mayoría de los países, particularmente en los más poblados, los niveles en sangre de EPA y DHA son bajos a muy bajos. Existió una gran variabilidad en la disponibilidad de datos para cada país y en la forma en que los valores fueron informados en cada estudio. También se encontró mucha variabilidad dentro de ciertos países, ya que en las regiones costeras o en las que existían poblaciones que no se alimentan con una dieta industrializada, hubo valores de PUFA omega-3 mayores.

Según estudios recientes, los componentes de la dieta predicen los valores en sangre de PUFA omega-3. También se han asociado los valores de EPA y DHA con el sexo, la edad, el tabaquismo, la actividad física y ciertos polimorfismos genéticos.

A partir de encuestas sobre el consumo de grasas, se han determinado los niveles de consumo a nivel nacional de PUFA omega-3 derivados de pescados y mariscos. Al comparar los mapas de consumo de PUFA omega-3, se encuentra una buena correlación con los datos presentados sobre valores de EPA y DHA sanguíneos. Sin embargo, se verificaron algunas discrepancias. En la zona del Mediterráneo, el consumo de PUFA omega-3 es elevado, mientras que el contenido de EPA y DHA en sangre demostró ser bajo o muy bajo. Algo similar sucedió con Islandia, donde el consumo también es alto, pero los valores en sangre son sólo moderados. Estas diferencias podrían deberse a las distintas modalidades de medición, a los métodos de muestreo que pueden haber incluido a poblaciones disímiles y a diferencias en las maneras de categorización.

Los valores bajos de EPA y DHA encontrados pueden ser responsables de un aumento del riesgo de enfermedad coronaria y alteraciones del desarrollo neuronal. En muchos estudios observacionales se ha descrito una relación entre los valores de DHA y EPA y la muerte de causa cardiovascular. Esto podría deberse a varios mecanismos, entre los cuales se ha sugerido la disminución de la frecuencia cardíaca, de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial y de los triglicéridos plasmáticos, y el menor riesgo de trombosis. Se ha propuesto que estos efectos beneficiosos pueden obtenerse con una ingesta de EPA y DHA de entre 250 mg y 500 mg por día. Sin embargo, en algunos estudios clínicos no se pudo demostrar el beneficio sobre la salud cardiovascular de la ingestión de PUFA omega-3, aunque hay que tener en cuenta que estos trabajos presentaron deficiencias metodológicas que ponen en duda sus resultados. Por otro lado, se ha visto que los PUFA también se relacionan con el desarrollo neurológico y que, en los adultos, pueden disminuir la incidencia de deterioro cognitivo.

El grupo de estudio GISSI pudo determinar que el uso de PUFA omega-3 es rentable, y que su relación costo-efectividad es comparable a la del tratamiento con otros fármacos tales como las estatinas. No obstante, es importante evaluar la factibilidad de alcanzar la ingesta recomendada de PUFA omega-3 a escala mundial. La principal fuente son los pescados y mariscos, pero su producción mundial ha alcanzado una meseta, mientras que la población continúa creciendo. La cantidad de PUFA omega-3 actual sólo alcanza para que el 15% de la población ingiera los 500 mg diarios recomendados. Para llegar a niveles plasmáticos óptimos de EPA y DHA en el mundo habría que producir 3.12 millones de toneladas por año. La única manera en la cual esto sería posible sería a través del diseño de organismos transgénicos capaces de fabricarlos a escala industrial, lo cual ya se ha logrado en el laboratorio.

Especialidad: Bibliografía - Nutrición

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