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Prevención de las Estrías Gravídicas

  • TITULO : Prevención de las Estrías Gravídicas
  • AUTOR : Garcia Hernandez J, González D, Padilla Castillo M, Figueras Falcón T
  • TITULO ORIGINAL : Use of a Specific Anti-Stretch Mark Cream for Preventing or Reducing the Severity of Striae Gravidarum. Randomized Double-Blind, Controlled Trial
  • CITA : International Journal of Cosmetic Science 35(3):233-237, Jun 2013
  • MICRO : La utilización de una crema antiestrías con hidroxiprolisilano-C, aceite de rosa mosqueta, triterpenos de centella asiática y vitamina E reduce la gravedad de las lesiones durante la gestación, evita la aparición de nuevas lesiones y disminuye considerablemente la progresión de las estrías preexistentes. En las mujeres sin estrías, evitaría la aparición de nuevas lesiones durante el embarazo.

Introducción

Las estrías gravídicas son depresiones lineales de la piel, secundarias a la disfunción de los fibroblastos. Las estrías pueden obedecer a factores mecánicos, como el estiramiento de la piel y la formación de estructuras subcutáneas, como tejido adiposo intersticial o músculo, o a factores bioquímicos, por ejemplo los niveles excesivos de corticoides, los cuales inhiben la actividad y la proliferación de los fibroblastos.

Las estrías pueden aparecer en cualquier etapa de la vida y, en algunos casos, se asocian con una predisposición genética particular. Sin embargo, la formación de estrías es muy común durante la adolescencia (alrededor del 27%) y la gestación (entre el 60% y el 90% de las mujeres). En estos casos, la formación de estrías obedece a una combinación de factores mecánicos y hormonales (niveles aumentados de hormonas esteroideas). Algunos grupos también consideran que la edad, el aumento de peso durante la gestación y los antecedentes familiares son otros factores de riesgo para la aparición de estrías durante el embarazo.

Por el momento no se dispone de ningún tratamiento totalmente eficaz para eliminar las estrías una vez formadas. La capacidad elástica de la piel representa un factor importante en la fisiopatogenia de estas anormalidades cutáneas. En este contexto, las terapias preventivas destinadas a mantener y mejorar la estructura de la dermis asumen un papel decisivo. Los estimulantes de los fibroblastos y los agentes cicatrizantes se utilizan con el propósito de aumentar la producción de fibras de colágeno y elastina. Los extractos de centella asiática, el aceite de rosa mosqueta y ciertas sustancias con aminoácidos útiles para la regeneración de las fibras de colágeno y elastina, como el hidroxiprolisilano-C, el cual aporta hidroxiprolina y ácido aspártico, son algunos de los productos que suelen utilizarse para evitar la formación de las estrías gravídicas. Sólo unos pocos estudios han analizado la eficacia de los productos cosméticos comerciales en este sentido.

El objetivo del presente estudio fue analizar la eficacia de una crema específica antiestrías, con hidroxiprolisilano-C, aceite de rosa mosqueta, triterpenos de centella asiática y vitamina E, para la prevención de la formación de estrías gravídicas.

Participantes y métodos

La investigación tuvo un diseño aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo; se llevó a cabo entre noviembre de 2009 y abril de 2011 en el Mother and Child University Hospital de Canarias. Se incluyeron mujeres de más de 18 años asistidas en la clínica de ginecología a partir de la semana 12 ± 2 de la gestación.

Las participantes fueron aleatoriamente asignadas a la colocación de placebo (un emoliente) o de una crema comercial(Velastisa® Anti-Stretch Marks de ISDIN), un producto con propiedades emolientes y humidificadoras con hidroxiprolisilano-C, aceite de rosa mosqueta, triterpenos de centella asiática y vitamina E (grupo activo). Las participantes de los dos grupos debían aplicarse la crema al menos dos veces por día, preferentemente después del baño y por la noche, en el abdomen, los glúteos, las caderas, los muslos y las mamas. Las participantes fueron controladas en seis oportunidades: al inicio (semana 12 ± 2 del embarazo), en las semanas 24 ± 2, 32 ± 2, 36 ± 2 y 40 ± 1 de la gestación) y al final del estudio (30 ± 5 días después del parto).

En cada control se registraron las características antropométricas, los antecedentes obstétricos, la presencia y gravedad de las estrías antes del embarazo actual, la utilización previa de cremas antiestrías y los antecedentes familiares de estas lesiones cutáneas.

Durante las siguientes visitas, realizadas en las semanas 24, 32, 36, 40 y luego del parto, se registraron las nuevas estrías y su gravedad. También se tuvo en cuenta la adhesión de las participantes al esquema de tratamiento (número de aplicaciones por día y cantidad de días) y las reacciones adversas al producto. En los últimos dos controles (semana 40 y en la visita final) se realizó una evaluación subjetiva de la eficacia y tolerabilidad de la crema, como también de sus propiedades cosméticas.

La gravedad de las estrías preexistentes y de las nuevas lesiones se determinó con escalas de 0 a 3 puntos (0 = ausencia de lesiones; 3 = muchas estrías gruesas). Los puntajes permitieron comparar los cambios en la gravedad de las estrías, respecto de la gravedad basal en las participantes con lesiones preexistentes, y entre los grupos de terapia.

Las percepciones de las mujeres, en términos de la eficacia, la tolerabilidad y las propiedades cosméticas, se valoraron con escalas de 0 a 3 puntos (0 = escasa; 3 = excelente), para cada parámetro. Las participantes con buena adhesión al tratamiento fueron aquellas que aplicaron la crema dos veces o más por día, o el 85% de los días, como mínimo. Las comparaciones estadísticas se realizaron con pruebas de chi al cuadrado, de McNemar, de la U de Mann-Whitney o de Wilcoxon, según el caso.

Resultados

Fueron evaluadas 198 mujeres en la semana 12 de la gestación (97 en el grupo control y 101 en el grupo activo). La edad promedio de las participantes fue de 30.12 y 30.35 años, respectivamente. Noventa mujeres del primer grupo y 93 del otro realizaron, al menos, una visita durante el seguimiento. Se constató obesidad (índice de masa corporal ≥ 30 kg/m2) antes del embarazo en el 16.3% de las integrantes del grupo control y el 11.2% de las mujeres del grupo activo; el 43.3% y 45.5% de las embarazadas de los grupos placebo y activo, respectivamente, eran primíparas.

La prevalencia de estrías antes del embarazo fue de 77.3% en el grupo control y de 79.2% en el grupo de tratamiento. Las principales causas relacionadas fueron el aumento de peso (42.5% respecto de 36.3%; diferencia no significativa [DNS]), la pubertad (32.9%, en comparación con 33.8%, DNS) y los embarazos previos (32.9%, respecto de 35%, DNS).

El puntaje de gravedad de las estrías preexistentes fue de 1.35 puntos en el grupo control y de 1.38 en el grupo activo (DNS). Se registraron pocas estrías finas en el 68.9% de las mujeres del grupo control, en comparación con el 65% de las participantes tratadas; muchas estrías finas o unas pocas estrías gruesas en el 27% de las integrantes del grupo control, respecto de 35% de las mujeres del grupo activo (DNS), y muchas estrías gruesas en el 4.1% y 2.5% de las embarazadas, respectivamente (DNS).

Entre las 183 participantes para quienes se dispuso de al menos una visita durante el seguimiento, 174 de ellas (86 respecto de 88) concurrieron a la visita de la semana 24 de gestación, 162 (79 de 83) asistieron a la visita de la semana 32, 133 (65 en comparación con 68) realizaron la visita de la semana 36, 45 (24 respecto de 21) efectuaron la visita de la semana 40 y 46 (27 respecto de 19) asistieron al último control, 30 días después del parto.

En el control de la semana 24, el 23.2% de las mujeres del grupo control y el 20.7% de las integrantes del grupo activo presentaron nuevas estrías. Este hallazgo tuvo lugar en el 15.6% y 22.8% de las mujeres, en el mismo orden, en la visita de la semana 32 (DNS), en el 20.3% y 13.6% en el control de la semana 36 (DNS), en el 13.6% y 14.3% (DNS), respectivamente, de las embarazadas en la visita de la semana 40 y en el 11.1% y 11.8% (DNS) de las mujeres evaluadas en el último control.

La incidencia global de estrías gravídicas fue de 33.3% en el grupo control y de 37.6% en el grupo activo (DNS). En el grupo control, el puntaje promedio de gravedad inicial de las estrías fue de 1.07, en tanto que la gravedad máxima fue de 1.26 (p = 0.001; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 8.3% a 28.3%). En el grupo activo, los valores fueron de 1.11 y 1.18 (DNS; IC 95%: -1.5% a 15.1%). Por lo tanto, la gravedad máxima de las estrías aumentó significativamente en el grupo control (17.8%; p = 0.001), pero no en el grupo activo (6.3%; DNS).

Asimismo, entre las mujeres que presentaron nuevas estrías durante el seguimiento, la diferencia en la gravedad fue sustancialmente más importante en el grupo control, respecto del grupo activo (0.47, respecto de. 0.14, p = 0.031). El 50% de las participantes del grupo control presentaron mayor gravedad de las estrías, en comparación con el 25.7% de las mujeres del grupo activo (p = 0.043; odds ratio [OR] = 2.89; IC 95%: 1.02 a 8.19).

Entre las mujeres sin estrías previas (n = 38), la frecuencia global de estrías durante la gestación fue significativamente inferior en el grupo activo, respecto del grupo control (5.6%, respecto de 35%, p = 0.031, OR: 9.2; IC 95%: 1.0 a 83.3). En las primíparas que presentaron nuevas estrías, la diferencia en la gravedad fue significativamente más pronunciada en el grupo control, respecto del grupo de tratamiento activo (0.57, en comparación con 0.18; p = 0.047).

En el subgrupo de mujeres con adhesión correcta al tratamiento (n = 156), las diferencias en la gravedad de las lesiones fueron considerablemente más importantes en el grupo control, respecto del grupo activo (0.21 respecto de 0.06; p = 0.029). Por último, entre las mujeres que utilizaban regularmente cremas o lociones, la diferencia en la gravedad fue sustancialmente inferior en el grupo tratado, respecto del grupo control (0.22, en comparación con 0.05; p = 0.014). No se registraron diferencias significativas entre los dos grupos en las valoraciones subjetivas acerca de la eficacia, la tolerabilidad y las propiedades cosméticas.

Las participantes de los dos grupos refirieron reacciones adversas: cinco de las 90 inegrantes del grupo control refirieron eritema, prurito, abdomen eritematoso, piel seca y una reacción inespecífica, en comparación con tres de 93 mujeres del grupo activo (exantemas en el pecho y dos reacciones no especificadas).

Discusión

Los resultados del presente estudio confirman los beneficios asociados con el uso de una crema antiestrías, en términos de la gravedad de las lesiones gravídicas y de la incidencia global de estrías, en las mujeres sin antecedentes. La incidencia global de estrías durante la gestación fue más baja respecto de la referida en un estudio previo; los efectos protectores serían particularmente importantes en las mujeres sin antecedentes.

La principal limitación del estudio tuvo que ver con la crema utilizada en el grupo placebo; de hecho, se ha sugerido que el uso de emolientes y cremas humidificadoras se asocia, per se, con beneficios importantes.

Conclusiones

La incidencia global de estrías en las mujeres sin lesiones previas fue inferior en el grupo activo. En ellas, la utilización de la crema antiestrías redujo el riesgo de aparición de nuevas lesiones en casi nueve veces; la gravedad de las estrías también fue menor en las participantes tratadas. Entre las que presentaron estrías por primera vez, la gravedad fue menor en el grupo activo; además, en estas mujeres, fue tres veces más probable que las lesiones permanecieran sin cambios o mejoraran. La utilización de la crema contra las estrías más de dos veces por día o al menos el 85% de los días se asoció con una mayor reducción de la gravedad de las lesiones, en comparación con el uso de placebo.

En conclusión, la utilización de esta crema antiestrías redujo la gravedad de las lesiones durante la gestación, evitó la aparición de nuevas lesiones y redujo considerablemente la progresión de las estrías presentes. En las mujeres sin estrías, este producto sería más eficaz que el placebo para evitar la aparición de nuevas lesiones durante la gestación.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica

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