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Relación entre el Síndrome Metabólico, la Inflamación y la Enfermedad Renal Crónica

  • TITULO : Relación entre el Síndrome Metabólico, la Inflamación y la Enfermedad Renal Crónica
  • AUTOR : Yang T, Chou Y, Sun C y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Metabolic Syndrome and C-Reactive Protein Concentration as Independent Correlates of Chronic Kidney Disease
  • CITA : Endocrine Research 39(3): 94-98, Ago 2014

Introducción

El número de pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) y con enfermedad renal en estadio terminal (ERET) es cada vez mayor, de allí la importancia de identificar y tratar los factores de riesgo. La hipertensión arterial (HTA) y la diabetes representan las principales situaciones asociadas con ERC y ERET; la HTA, a su vez, la diabetes, la dislipidemia y la obesidad central son los componentes del síndrome metabólico (SM).

Los estudios más recientes han sugerido que la inflamación crónica leve parece tener, también, una importancia decisiva en la etiopatogenia del SM y de la aterosclerosis. En la ERC participan diversos mecanismos, algunos de ellos involucrados en la aterosclerosis. Con estos antecedentes, el objetivo del presente trabajo de diseño transversal fue analizar la relación entre el SM, los niveles plasmáticos de la proteína C-reactiva (PCR), un marcador de inflamación, y la prevalencia de ERC en adultos chinos en Taiwán, la región con la mayor incidencia de ERET en el mundo.

 

Pacientes y métodos

La información para el presente estudio se obtuvo de la Taiwanese Survey on Prevalences of Hypertension, Hyperglycemia and Hyperlipidemia (TwSHHH-II), realizada en 2007. Para la TwSHHH original, realizada en 2002, se seleccionaron en forma aleatoria 10 292 sujetos, 7 578 de los cuales completaron el cuestionario y 6 600 (64.1%) permitieron la valoración de la presión arterial (PA) y la obtención de sangre para los estudios bioquímicos. Los sujetos que completaron el primer estudio fueron aptos para ingresar en la segunda investigación; 5 777 personas fueron invitadas a participar en la TwSHHH-II y 4 682 lo hicieron.

Se tuvieron en cuenta las características antropométricas, entre ellas, el peso corporal, la talla y la circunferencia de la cintura (CC); se efectuaron mediciones de la PA sistólica (PAS) y diastólica (PAD) en 2 ocasiones, o en 3 cuando se comprobaron diferencias entre las dos primeras de más de 10 mm Hg.

En las muestras de sangre se determinaron los niveles del colesterol asociado con lipoproteínas de alta (HDLc) y baja densidad, la PCR, la creatinina y la glucemia en ayunas.

El SM se definió según los criterios de la International Diabetes Federation Task Force on Epidemiology and Prevention; el National Heart, Lung, and Blood Institute, la American Heart Association, la World Heart Federation, la International Atherosclerosis Society y la International Association for the Study of Obesity. El diagnóstico de SM se estableció en los pacientes con tres o más de los siguientes criterios: PA de por lo menos 130/85 mm Hg o tratamiento antihipertensivo; niveles de triglicéridos por encima de 150 mg/dl, HDLc < 40 mg/dl en los hombres y < 50 mg/dl en las mujeres o tratamiento hipolipemiante; hiperglucemia en ayunas (100 mg/dl o más) o tratamiento hipoglucemiante y CC > 90 cm en los hombres y > 80 cm en las mujeres.

El índice de filtrado glomerular (IFG) se estimó con la fórmula Modification of Diet in Renal Disease (MDRD), a partir de los valores de la creatininemia; la ERC se estableció en los pacientes con IFG < 60 ml/min/1.73 m2, según el US National Kidney Foundation Kidney Disease Outcome Quality Initiative Working Group. Los niveles de PCR bajos, promedio y altos fueron de < 1.0 mg/l, 1.0 a 3.0 mg/l y > 3.0 mg/l, respectivamente. Los análisis finales se realizaron en 4 425 participantes; las diferencias entre los pacientes con SM y los sujetos sin esta enfermedad se analizaron con pruebas de la t y de Chi al cuadrado. Mediante modelos de regresión se determinaron las asociaciones entre el SM y sus componentes y la prevalencia de ERC; se estimaron los odds ratio (OR) con intervalos de confianza del 95% (IC 95%). Las variables incluidas en los modelos fueron la edad, el sexo, el índice de masa corporal (IMC), los componentes individuales del SM y las categorías según los niveles de la PCR.

 

Resultados

Un total de 1 000 participantes reunió los criterios de SM, con un índice de prevalencia de 22.6%. El 17.6% de los enfermos (n = 782) presentó niveles elevados de PCR (> 3 mg/l) y el 11.5% (n = 508) tenía ERC. La edad promedio, el IMC, la CC, la PAS, la PAD, la glucemia en ayunas y los niveles de los triglicéridos y de la PCR fueron significativamente más altos en los pacientes con SM, en comparación con los sujetos sin esta enfermedad (p < 0.00). Los pacientes con SM presentaron valores promedio considerablemente más bajos de HDLc y de IFG.

En comparación con los individuos sin ninguno de los criterios de SM, el riesgo de ERC aumentó en relación directa con el número de componentes del síndrome; en los modelos de variables múltiples, los pacientes con uno, dos, tres y cuatro o más componentes presentaron un mayor OR de ERC. En general, los pacientes con SM tuvieron 1.55 vez más riesgo de presentar ERC (IC 95%: 1.03 a 2.32), respecto de los sujetos sin SM, luego de considerar los distintos factores de confusión.

Se comprobó una relación significativa entre las categorías de la PCR y la prevalencia de ERC (p para la tendencia = 0.001). Luego de considerar los factores de ajuste, los pacientes con los niveles más altos de PCR presentaron el mayor riesgo de ERC; en los modelos multivariados, las cifras altas de PA y la hiperglucemia en ayunas aumentaron el OR de ERC; los niveles elevados de PCR también confirieron mayor riesgo.

La prevalencia de ERC fue significativamente más alta en los pacientes con niveles elevados de PCR, en comparación con los sujetos con PCR normal y SM o sin éste.

En un paso posterior, los participantes fueron clasificados en cuatro grupos según la presencia o ausencia de SM y de acuerdo con los niveles de la PCR por debajo o por encima de 3 mg/l. En comparación con los individuos sin SM y con concentración baja de PCR, los pacientes sin SM, pero con niveles altos de PCR, y los enfermos con SM, pero con niveles bajos de PCR, tuvieron 1.41 (IC 95%: 1.03 a 1.93) y 1.21 (IC 95%: 1.01 a 1.58) vez más riesgo, respectivamente, de presentar ERC. El OR en los pacientes con SM y niveles altos de PCR fue de 1.66; no se comprobó una interacción significativa entre los dos factores, en términos del exceso de riesgo de ERC (p = 0.83).

 

Discusión y conclusión

En el presente trabajo, realizado en una población representativa de sujetos chinos en Taiwán, se comprobó una relación significativa entre el número de componentes del SM y la prevalencia de ERC; los niveles séricos de la PCR también se vincularon en forma directa con la ERC. El SM y los valores elevados de la PCR en plasma fueron factores predictivos independientes de ERC prevalente.

En una revisión sistemática reciente y metanálisis, la presencia de SM se asoció en forma significativa con el desarrollo de ERC; el riesgo fue más alto en los enfermos con más componentes del SM.

La obesidad es un trastorno frecuente en los pacientes con HTA, hiperinsulinemia e hiperlipidemia; la glomerulonefritis vinculada con la obesidad es un trastorno cada vez más frecuente. El SM aumenta considerablemente el riesgo de mortalidad por causas cardiovasculares y por cualquier causa.

Las observaciones comprobadas en el presente estudio coincidieron con los hallazgos referidos por otros grupos en diversos estudios transversales, en los cuales se comprobó una relación entre la PCR y la disfunción renal. Es sabido que los niveles altos de PCR se asocian con daño endotelial y con trastornos de la vasodilatación, que pueden inducir daño glomerular y pérdida progresiva de la función renal. La PCR y la ERC también parecen compartir factores comunes de riesgo. De hecho, actualmente se acepta que la HTA, la diabetes y la obesidad se relacionan fuertemente con inflamación sistémica y disfunción renal. En diversos estudios epidemiológicos se encontró una interacción entre el SM, la PCR y los eventos cardiometabólicos. Sin embargo, los autores de 2 estudios transversales sugirieron que el análisis combinado del SM y de la PCR se asocia con pocos beneficios adicionales, en términos de la predicción de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. En concordancia con estas suposiciones, en el presente estudio, la evaluación simultánea del SM y de la PCR no aumentó, de manera significativa, el riesgo de ERC, respecto de cada uno de los factores analizados por separado. Por lo tanto, los resultados avalan la teoría de que el SM y la inflamación contribuyen, en forma independiente, en la aparición de ERC.

Dado el diseño de la investigación, no fue posible establecer relaciones causales. Aunque se dispuso de una única determinación de PCR, los estudios previos demostraron que este marcador se mantiene relativamente estable en el curso del tiempo y que no presenta variaciones diurnas.

En conclusión, los hallazgos del presente trabajo sugirieron que la presencia de SM y los niveles altos de PCR se correlacionan significativamente y de manera positiva con la prevalencia de ERC. El SM y la inflamación parecen factores predictivos independientes para el desarrollo de ERC.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Endocrinología - Nefrología

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