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Repercusiones del Uso de Vitamina D en la Fibromialgia
- TITULO : Repercusiones del Uso de Vitamina D en la Fibromialgia
- AUTOR : Karras S, Rapti E, Matsoukas S, Kotsa K y colaboradores
- TÍTULO ORIGINAL : Vitamin D in Fibromyalgia: A Causative or Confounding Biological Interplay?
- CITA : Nutrients 8(6), Jun 2016
- MICRO : La vitamina D es de fundamental importancia en la génesis de la fibromialgia ya que participa en la regulación de las funciones que se encuentran alteradas en esta afección, como la neurotransmisión, la secreción del factor de crecimiento nervioso y la integración de la información nociceptiva, y por su acción antiinflamatoria.
Introducción
La fibromialgia (FM) se caracteriza por ser un cuadro clínico de dolor generalizado y puntos sensibles, que afecta a los sistemas osteoarticular y muscular. Las personas que presentan esta complicación suelen experimentar alteraciones del sueño y cognitivas, trastornos del estado de ánimo, el pensamiento y la conducta (depresión y ansiedad) y fatiga y síndrome de intestino irritable. La FM y las afecciones asociadas afectan la calidad de vida de los pacientes, con lo que contribuyen a su aislamiento social. Es importante destacar que la FM presenta, a nivel mundial, mayor incidencia en las mujeres (85% a 90% de los casos); en estudios previos realizados en la población francesa, se observó que la mayor prevalencia de FM se presentó en los grupos etarios comprendidos entre los 45 y 54 años y entre los 74 y 85 años, con pocos casos informados de pacientes menores de 25 años. Si bien se han realizado importantes avances en cuanto al conocimiento de los mecanismos subyacentes a la FM, éstos no se han aplicado a la creación de terapias con fármacos específicos. En este sentido, la atención ha sido dirigida al papel de la vitamina D, la cual se encuentra implicada en procesos diversos, como la mineralización ósea, el mantenimiento de niveles normales de calcio, la regulación del crecimiento celular y de la función neuromuscular y el control de la inflamación. La síntesis de esta vitamina liposoluble es activada en la piel por la radiación ultravioleta.
El objetivo de la presente revisión fue indagar acerca de los mecanismos que subyacen a la FM y las repercusiones del uso de vitamina D en ellos, estableciéndose la perspectiva de tratamiento de dicha afección.
Criterios diagnósticos
En 2010, el American College of Rheumatology estableció que para el diagnóstico de la FM debía aplicarse el índice de dolor generalizado (WPI, Widespread Pain Index),el cual se expresa en un puntaje de 0 a 19 de acuerdo con el número de segmentos corporales en los que se experimenta dolor. Dicho índice se acompaña de la escala de gravedad de síntomas (SSS, Symptom Severity Scale) que, expresada en un rango de 0 a 12 puntos, es la sumatoria de puntajes referidos a la presencia de síntomas (fatiga, alteraciones del sueño y dificultades cognitivas) de acuerdo con la intensidad con que se experimentan. De esta forma, se diagnostica FM ante un puntaje WPI ≥ 7 y un puntaje SSS ≥ 5, o bien si el valor de WPI se encontraba en un rango de 3 a 6 y el de SSS era ≥ 9. Asimismo, este criterio fue combinado con el que proponía considerar el número de puntos sensibles en las diferentes regiones corporales (mínimo 11 de un total de 18) y la evaluación de la extensión del dolor osteoarticular y muscular. En la actualidad, se utiliza la escala de distrés polisintomática (PSD, por su sigla en inglés) que estima la gravedad del dolor experimentado mediante la suma del WPI y la SSS. En la PSD se evalúa la intensidad del dolor y de los síntomas en la semana previa al control médico. Por otra parte, si los síntomas se mantienen en una intensidad similar durante un período mínimo de 3 meses o no existe otra afección causante del dolor y de los síntomas antes mencionados, se establece el diagnóstico de FM. En este sentido, es importante evaluar las características del paciente y su historia clínica en cuanto a los antecedentes de FM en la familia, ya que los síntomas observados pueden confundirse con los de otras afecciones presentes como artritis reumatoidea, lupus eritematoso sistémico, artrosis, espondilitis anquilosante y enfermedad de Lyme.
Factores implicados en la génesis de la FM
Se ha postulado que la FM tiene un importante componente genético, en donde los portadores presentan cambios nucleotídicos en ciertos genes (por ejemplo, el FMR1) que se manifiestan en el fenotipo de su descendencia. Por otra parte, el haber experimentado infecciones, traumatismos, procedimientos quirúrgicos o situaciones de estrés grave puede desencadenar los cambios funcionales observados en la FM.
En la actualidad, la atención ha sido dirigida a los mecanismos reguladores de la percepción del dolor en el sistema nervioso central (SNC). Se ha postulado que en la FM, las vías nociceptivas ascendentes presentan una actividad exacerbada (disminución del umbral excitatorio) en combinación con la reducción del control inhibitorio de las vías descendentes. De esta forma, los nociceptores en estructuras como las articulaciones, los tendones y los ligamentos serían los responsables de la alodinia y la hiperalgesia, es decir, la generación de dolor ante estímulos inocuos y lesivos, respectivamente. En este sentido, se ha determinado que los pacientes con FM presentan mayores niveles de neurotransmisores y aminoácidos excitatorios en el líquido cefalorraquídeo y el cerebro. Asimismo, la pérdida de sustancia gris, el proceso de inflamación neurogénica que produce la sensibilización del sistema nervioso autónomo y las alteraciones en el eje hipotálamo- hipófiso-adrenal, se encuentran implicados en el aumento de la percepción del dolor.
Repercusiones de las funciones de la vitamina D en la FM
Las posibilidades terapéuticas con el empleo de vitamina D pueden ser diversas. Dicha vitamina se encuentra implicada en diferentes funciones y la alteración de éstas es clave en la determinación de la FM. A nivel del SNC, diversos núcleos y estructuras cerebrales (corteza prefrontal, sistema límbico, núcleo del rafe, sustancia nigra,sustancia gelatinosa, tálamo e hipotálamo) expresan el receptor de vitamina D y la enzima 1-alfa-hidroxilasa implicada en la conversión del precursor de dicha vitamina a su forma activa. En particular, se ha postulado que el déficit de vitamina D afectaría a la función del hipotálamo, contribuyendo al cuadro de dolor generalizado característico de la FM. Por otra parte, la vitamina D modula la despolarización neuronal en respuesta a neurotransmisores como el ácido gamma aminobutírico (GABA) y el N-metil-D-aspartato (NMDA), actuando sobre los receptores específicos. En este sentido, el compuesto GHB, derivado del GABA, fue eficaz en el tratamiento de la FM aunque presentó importantes efectos secundarios.
La vitamina D estimula la secreción del factor de crecimiento neural derivado de células de la glía, el cual ejerce una función neuroprotectora de las neuronas simpáticas y sensoriales del SNC, y se encuentra en niveles bajos en el líquido cefalorraquídeo de personas con FM. Asimismo, la vitamina D ejerce una acción directa sobre la función de los neurotransmisores como acetilcolina, dopamina y serotonina. En particular, el déficit de vitamina D podría correlacionarse con la alteración de la neurotransmisión mediada por dopamina y, por ende, de la integración de la información nociceptiva, característica de los pacientes con FM. Por otra parte, la vitamina D presenta efectos antiinflamatorios y regula en forma positiva la expresión del factor de crecimiento transformante beta 1, el cual inhibe la actividad de las citoquinas proinflamatorias y la interleuquina 4 en astrocitos y microglía. En este sentido, los efectos de la vitamina D podrían contrarrestar a los del factor de necrosis tumoral alfa, cuya síntesis se encuentra aumentada en pacientes con FM, con lo que incide en la sensibilización central y periférica del sistema nervioso. Asimismo, la vitamina D puede contrarrestar los efectos de la actividad exacerbada de la óxido nítrico sintasa en la FM (dolor torácico y disnea), ya que inhibe su síntesis.
Es importante destacar que el déficit de vitamina D está asociado con afecciones del músculo esquelético, derivadas de alteraciones en el tamaño y número de fibras musculares de tipo II y de infiltración lipídica. Por otra parte, el déficit de esta vitamina puede promover un aumento en la inervación del músculo esquelético, lo cual se traduce en la amplificación de la señal nociceptiva.
Déficit de vitamina D en la FM y utilización de suplementos dietarios
Diversos estudios han demostrado que el déficit de vitamina D presenta una alta prevalencia en pacientes con FM y dolor difuso musculoesquelético. En este sentido, el déficit en dicha vitamina parece estar asociado con una mayor gravedad de los síntomas característicos de la FM; se observó que a menores niveles de vitamina D (por debajo de 50 nmol/l [nivel normal]), la incidencia de los trastornos de ansiedad y depresión era mayor. Es importante mencionar que las observaciones realizadas en los diferentes estudios presentan una notoria variabilidad, probablemente causada por la diversidad étnica y cultural (los hábitos alimentarios, la exposición a la luz solar y la práctica de actividades físicas), la latitud en la que se encuentra, las condiciones ambientales y los factores demográficos como el índice de masa corporal y el peso.
Con respecto a la utilización de suplementos dietarios, si bien existen resultados diversos que apuntan a una reducción en la sintomatología de la FM debido a la administración de vitamina D, dichos resultados no son reproducibles en todos los casos. Esto se debe a la variabilidad antes mencionada, la diferencia en los diseños experimentales (inclusión o no de un grupo control y ausencia de mediciones de niveles vitamínicos luego del tratamiento) y a la utilización de suplementos como el ergocalciferol y el colecalciferol que difieren en eficacia respecto al aumento que producen en la concentración sérica de vitamina D. No obstante, se recomienda la utilización de vitamina D en pacientes con FM proclives a presentar déficits de esta vitamina (dieta escasa en vitamina D, exposición a la luz solar reducida y sobrepeso), ya que ésta es fundamental en el mantenimiento de la salud ósea.
Conclusión
La vitamina D se encuentra implicada en diversas funciones en el SNC, el sistema endocrino, la respuesta inmune, el metabolismo y el proceso de mineralización ósea. Dichas funciones presentan alteraciones en la FM, en la cual el déficit de esta proteína tiene una pronunciada prevalencia. Numerosos estudios han evaluado la eficacia de la utilización de suplementos vitamínicos en la FM. Los resultados sugieren que es posible atenuar la gravedad de los síntomas; sin embargo, son necesarios estudios adicionales para determinar su aplicabilidad como terapia de rutina.
Especialidad: Clínica Médica - Endocrinología - Neurología