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Resultados del Aporte de Líquidos Hiperproteicos durante el Trabajo de Parto

  • AUTOR : Vallejo MC, Cobb BT, Phelps AL y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Maternal Outcomes in Women Supplemented with a High-Protein Drink in Labour
  • CITA : Australian and New Zealand Journal of Obstetrics and Gynaecology (ANZJOG) 53(4):369-374, Ago 2013
  • MICRO : Se llevó a cabo un estudio prospectivo y aleatorizado para evaluar si el aporte de bebidas con alto contenido proteico aumenta el bienestar materno durante el trabajo de parto.

Introducción

Existe la creencia de que, durante el embarazo, el vaciado gástrico se demora debido a diferentes causas, por ejemplo, el aumento de la presión intraabdominal sobre el área gástrica, los cambios en el nivel de progesterona y el dolor ocasionado por el trabajo de parto. Algunas veces, el dolor se acompaña de náuseas y vómitos.

Por el temor al riesgo de aspiración, se restringe la ingesta oral a las madres que recibirán analgesia epidural durante el proceso del parto (AEP). Es posible que estas restricciones afecten negativamente el bienestar de la mujer durante la experiencia del parto.

Los autores no encontraron estudio previo alguno sobre el uso de bebidas de alto contenido proteico y la tasa de vaciado gástrico durante el trabajo de parto. El objetivo principal de esta investigación fue evaluar la incidencia de náuseas y vómitos y la satisfacción de las parturientas con la suplementación de bebidas con alta concentración de proteínas durante el trabajo de parto. Como objetivo secundario, se midió la tasa de vaciado gástrico mediante ultrasonido (US).

Metodología

Se realizó un estudio prospectivo, aleatorizado y controlado. Luego de brindar el consentimiento informado, se incorporaron al estudio 150 mujeres en trabajo de parto que requerían AEP. Los criterios de inclusión fueron: edad gestacional > 36 semanas, embarazo único en presentación cefálica, cuello uterino con < 5 cm de dilatación en el momento del inicio de AEP, sin ingesta oral > 4 horas antes de la aplicación de la AEP.

Se establecieron como criterios de exclusión, la diabetes (riesgo de gastroparesis), la gestación múltiple, la presentación fetal diferente de la cefálica, el uso crónico de opioides (demora en el vaciado gástrico), los antecedentes de cirugía gástrica, la obesidad mórbida grave (por aumento de la presión intragástrica) y los antecedentes conocidos de complicaciones clínicas u obstétricas, como preclampsia.

Se utilizó un esquema estandarizado y controlado de analgesia epidural, con el empleo de bupivacaína y fentanilo. Las mujeres fueron distribuidas aleatoriamente en dos grupos. En el grupo P se administraron 30 g de proteínas por vía oral en 325 ml de agua con trozos pequeños de hielo. Las madres pertenecientes al grupo C recibieron 325 ml de agua con hielo.

Se instruyó a las parturientas para que consumieran la bebida en 15 minutos. En caso de no poder cumplirlo, fueron excluidas del estudio. Les permitieron beber más agua con hielo, pero no otros alimentos ni bebidas.

Una vez por hora antes del parto y una hora después se evaluó la presencia de náuseas, vómitos y dolor a nivel epidural. Se utilizó una escala verbal de 0 (ausente) a 10 (la mayor intensidad) para verificar las náuseas y el dolor. Los vómitos se clasificaron como presentes o ausentes.

Al día siguiente del parto se realizó la evaluación de satisfacción a nivel general de la experiencia del trabajo de parto. Se utilizó una escala de 0 (madre no satisfecha) a 100 (madre muy satisfecha).

Como en un estudio previo, el 35% de las mujeres que recibió agua con hielo durante el trabajo de parto presentó vómitos; los investigadores adjudicaron ese valor al grupo control. Su expectativa fue disminuir la incidencia de vómitos en un 15% en el grupo de intervención (grupo P).

Se establecieron las tasas de vaciado gástrico en 18 parturientas (9 en cada grupo), mediante US. Se obtuvieron las imágenes del antro gástrico en posición de decúbito lateral derecho, antes de consumir la bebida, inmediatamente después de su ingestión y cada 10 minutos durante 2 horas.

Participaron 150 mujeres en el estudio, desde agosto de 2010 hasta julio de 2011. En el primer estudio no se encontraron diferencias en la incidencia de náuseas y vómitos entre ambos grupos, de estudio y control. La mediana de los puntajes de satisfacción materna fue mayor en el grupo de intervención que en el grupo control (p = 0.007).

En el segundo estudio, realizado en 18 pacientes adicionales, para establecer las tasas de vaciado gástrico mediante US, no se encontraron diferencias significativas entre el grupo que recibió el suplemento proteico (9 madres) y el grupo asignado únicamente a agua con hielo (9 madres).

Discusión y conclusión

La aspiración del contenido gástrico es una complicación anestésica poco frecuente, pero grave y potencialmente fatal. El riesgo aumenta cuando es necesario aplicar una anestesia general para la realización de una cesárea. Desde 1940 se trata de disminuir este riesgo mediante la restricción de la ingesta oral de las mujeres en trabajo de parto. Desde entonces, han mejorado las técnicas anestésicas, disminuyendo la incidencia de aspiración en las embarazadas. Por tal motivo se encuentra en revisión la indicación del ayuno, porque la reducción del riesgo de aspiración es mínima, mientras aumenta la incidencia de deshidratación, hipoglucemia, insatisfacción, hambre y ansiedad.

Un estudio previo de Sullivan y col. mostró que el consumo de una dieta liviana durante el trabajo de parto no tuvo efectos sobre la evolución obstétrica y neonatal, ni aumentó la incidencia de vómitos. Otros estudios no encontraron beneficios en la restricción de líquidos y alimentos durante el trabajo de parto cuando las parturientas tenían bajo riesgo de complicaciones. En pacientes de alto riesgo hasta el momento no se ha realizado estudio alguno de este tipo.

Diversas asociaciones científicas europeas y canadienses han comenzado a recomendar el aporte de líquidos por vía oral durante el trabajo de parto, señalando que aumentan el bienestar de la madre sin que sucedan más complicaciones. En países como Holanda e Inglaterra se admite la ingesta de alimentos sólidos antes del trabajo de parto. Estas medidas se han acompañado de una baja incidencia de efectos adversos y el descenso de la mortalidad materna por aspiración continúa.

Si bien se considera que la mujer en trabajo de parto podría consumir alimentos sin riesgos, algunos son más convenientes que otros. Los autores exploraron los efectos de contenidos gástricos de diferente composición sobre los pulmones de conejos. Los animales de laboratorio que murieron habían aspirado material que contenía ácido clorhídrico. No falleció animal alguno expuesto a contenido de pH neutro. Se determinó que los factores críticos fueron el pH y el volumen del material aspirado. Desde entonces, numerosos investigadores han demostrado que las lesiones pulmonares aumentan cuando el pH del aspirado es menor de 2.5 ml y cuando el volumen es mayor de 25 ml.

También, se ha investigado el contenido de carbohidratos. El trabajo de parto puede considerarse un ejercicio aeróbico continuo moderado. Las mujeres podrían presentar un estado de inanición, con producción de cetonas como fuente alternativa de energía. En un estudio se evaluaron los efectos de las bebidas deportivas isotónicas y se constató que, si bien disminuyeron la cetosis, no tuvieron efectos sobre la evolución de la madre y el neonato durante el trabajo de parto.

Se consideró, entonces, que el suplemento oral ideal debe ser líquido, isotónico, normotérmico, de pH neutro y con bajo nivel de residuos. Las proteínas parecen disminuir la incidencia de náuseas al lograr que decrezcan las arritmias gástricas, como se ha demostrado en pacientes que reciben tratamiento quimioterápico.

Aunque los autores no encontraron diferencias en la incidencia de náuseas y vómitos, observaron que el aporte de la bebida hiperproteica incrementó el grado de satisfacción materna sin aumentar los efectos adversos.

Mediante la utilización de US demostraron que el embarazo por sí mismo no provoca demoras en el vaciado gástrico. En relación con el suministro de bebida hiperproteica, la velocidad de vaciado gástrico fue similar en los grupos de intervención y control. La satisfacción de las pacientes fue mayor en los casos que recibieron suplementación con bebidas con contenido proteico elevado, respecto de aquellas que ingirieron únicamente agua con hielo.

Ref : GINECO.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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