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Transmisión Selectiva de Cuasiespecies del Virus de Hepatitis C por Accidentes Punzocortantes.

  • AUTOR : Liu C, Chen B, Chen S y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Selective Transmission of Hepatitis C Virus Quasi Species through a Needlestick Accident in Acute Resolving Hepatitis
  • CITA : Clinical Infectious Diseases 42(9):1254-1259, May 2006
  • MICRO : Por accidentes punzocortantes se pueden transmitir distintas variantes genéticas de cepas del VHCvirus de la hepatitis C. La evolución de la región hipervariable (RHV-1) puede determinar la curación espontánea de la hepatitis Cesta enfermedad.

 

Aproximadamente el 85% de los individuos infectados por el virus de la hepatitis C (VHC) presentarán hepatitis crónica con el consiguiente riesgo posterior de cirrosis y hepatocarcinoma. Debido a la falta de la enzima correctora de las mutaciones, el virus presenta una gran heterogeneidad genética que resulta más evidente en la región hipervariable (RHV-1). Por lo tanto, en las personas infectadas, el VHC circula con distintas poblaciones genéticas ligadas íntimamente estrechamente y conocidas como cuasiespecies.

El riesgo de transmisión del VHC por un pinchazo varía entre el 4% y el 10% entre el personal médico. En este artículo, los autores describen un caso de este tipo ocurrido sucedido con una trabajadora de la salud (receptora) quien presentó hepatitis C que resolvió espontáneamente luego de seis 6 semanas de haber protagonizado un accidente que involucró a un paciente con infección crónica por VHC (dador). Para estudiar el modo en que se transmiten las cuasiespecies del virus en los accidentes punzocortantes, analizaron las secuencias de aminoácidos y de nucleótidos de la RHV-1 del genoma del VHC proveniente tanto de la receptora como del dador.

Materiales y métodos

El dador, un hombre de 30 años con diagnóstico de leucemia mieloide crónica había adquirido la infección por virus de la hepatitis CVHC por una transfusión de sangre. La receptora, una trabajadora de la salud de 25 años, tenía hepatograma normal y serología negativa para VHC antes del accidente. Ambos, presentaban serología negativa para VIH y hepatitis B. Ninguno tenía antecedentes de ingerir bebidas alcohólicas, usar drogas por vía intravenosa ni marcadores serológicos de hepatitis autoinmune. En el momento del accidente se midieron los niveles de las enzimas hepáticas, los anticuerpos anti-VHC y la presencia de cuasiespecies del dador. La receptora recibió un seguimiento clínico y mediante la búsqueda de anticuerpos anti-VHC y de cuasiespecies de VHC desde el momento del pinchazo, en forma semanal y luego mensualmente durante los 36 meses posteriores al evento.

Los autores realizaron la detección cualitativa, cuantitativa y la genotipificación del VHC así como la amplificación, clonación y secuenciación de la RHV-1 del virus tanto del dador como de la receptora. También construyeron el árbol filogenético para ambos pacientes.

Resultados

La receptora se mantuvo asintomática hasta la sexta semana posterior al accidente, momento en que presentó náuseas, vómitos y coluria. Los niveles de alanina aminotransferasa (ALT) se elevaron a 1 425 UI/l (valor normal < 40 UI/l) y se documentó la seroconversión.

Ambos pacientes tenían infección por el genotipo 1b del virus. Al momento del accidente, la carga viral del dador era 2 x 107 copias/ml. En tanto, la de la receptora se detectó recién en la sexta semana posterior a la infección, resultó ser de 5 x 106 copias/ml y coincidió con el pico de ALT (1 425 UI/l). Luego se tornó transitoriamente indetectable por diez 10 semanas y se observó una disminución en los valores de ALT (64 UI/l). A la semana 14 del acontecimiento se produjo un nuevo pico en los niveles de la enzima hasta 316 UI/l y la carga viral se hizo detectable nuevamente con 5 x 105 copias/ml. A los 5 meses del accidente ocurrió apareció una tercera elevación de los niveles de ALT (99 UI/ml);.); sin embargo, la carga viral se mantuvo indetectable a partir del segundo pico de la enzima. Desde el segundo al vigésimo quinto mes posterior al accidente laboral se observaron títulos altos de anticuerpos anti-VHC (> 2.5). Estos fueron disminuyendo desde entonces hasta el mes 35 y se mantuvieron por debajo del nivel de corte a partir de los 36 meses.

Los autores también investigaron las secuencias nucleotídicas de la RHV-1 en el plasma de la accidentada y el paciente. Encontraron 10 clones en las muestras del último y 12 clones (R1) y 11 clones (R2) en las de la receptora en las semanas 6 y 14, respectivamente, luego del accidente. Tanto en esta última como en el paciente fuente de la infección se hallaron variantes mayores y menores dispersas en las distintas secuencias de nucleótidos, si bien las variaciones genéticas de los clones del VHC fueron más numerosas en el enfermo paciente que en la enfermera accidentada. Además, la información obtenida por los autores no mostró una secuencia idéntica de aminoácidos de la RHV-1 del VHC en los dos 2 pacientes, por lo que efectuaron el análisis del árbol filogenético. Este mostró que las cepas de VHC de ambos se originaban de un mismo grupo.

Discusión

El conocimiento médico acerca de los mecanismos de infección y de la respuesta inmune del organismo frente al VHC continúa siendo aún es limitado. Los autores realizaron la amplificación de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la clonación y la secuenciación de la RHV-1 y encontraron que las variantes menores de las cuasiespecies del VHC del dador fueron transmitidas a la receptora y que en ésta última se convirtieron en variantes mayores. Luego de varios episodios de reagudización de la infección por VHC en la trabajadora de la salud accidentada el virus fue eliminado.

Los autores se preguntan por qué predominaron las variantes menores del paciente fuente de la infección en la receptora y a que se debió la eliminación viral. Existen estudios realizados en chimpancés acerca de la transmisión viral que arribaron a resultados contradictorios. Algunos señalan que la variante menor fue la que predominó en el chimpancé infectado, mientras que otros señalan a la variante mayor como la predominante. También se ha descubierto transmisión selectiva de las cuasiespecies del VHC luego de transfusiones sanguíneas, transmisión vertical madre-hijo y a causa de accidentes punzocortantes.

Los autores postulan tres 3 mecanismos para explicar este fenómeno: 1) que las variantes se seleccionen en el momento de entrada, 2) que la amplificación selectiva de las variantes ocurra suceda en el nuevo huésped y 3) la eliminación a través de la respuesta inmune de las variantes mayores de la fuente infectante. Primero, es posible que durante el ingreso celular alguna variante genética tenga ventajas sobre las otras. Aunque necesita ser corroborado, los autores creen estiman que entre las variantes pueden existir diferentes tropismos. En segundo término, puede suceder que múltiples variantes ingresen al nuevo huésped pero que sólo una de ellas, por su ventaja biológica, sea selectivamente amplificada para convertirse en la cepa dominante. Sin embargo, la ventaja biológica es difícil de evaluar y comprobar por falta de un modelo in vitro del VHC. Por último, es posible que luego de la transmisión del dador, la variante mayor ejerza una presión inmune más elevada a través de diferentes índices de mutación y división y determine una eliminación viral precoz. En el caso presentado por los autores, esta última explicación no se comprobó. La viremia fue negativa hasta la sexta semana posterior al episodio del pinchazo. Además, durante estas semanas, la paciente no presentó signos de hepatitis ni evidencias de seroconversión. Por lo tanto, los resultados obtenidos en este estudio apoyan como mecanismo probable la transmisión selectiva y amplificación de las cuasiespecies del VHC en el receptor.

Otros investigadores señalan la importancia de la evolución de la RHV-1 del VHC e indican que un estancamiento relativo de las cuasiespecies del virus se asocian con hepatitis agudas que resuelven espontáneamente, mientras que una evolución compleja se asocia con una persistencia de la infección.

Los autores concluyen señalando que las determinantes menores de las cuasiespecies del VHC del dador pueden ser transmitidas al receptor y predominar en éste. La evolución del análisis molecular puede ayudar a documentar la transmisión y predecir la respuesta evolutiva. Finalmente, el estancamiento evolutivo de la RHV-1 de las cuasiespecies del VHC puede asociarse a la curación de la infección.

Especialidad: Bibliografía - Gastroenterología

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